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005

-¿A dónde vas y cuál es la necesidad de pasearte en bikini por toda la mansión?

Danielle rodó los ojos y siguió su camino.

-Danielle, no me hagas perder la paciencia.

Bufando, la pelinegra se dió media vuelta, quedando de pie en nedio del recibidor.

-TaeHyung, tú me haces perder la paciencia todos los días y sigues vivo, así que deja de joderme con eso ¿Qué te importa si ando en bikini o no? No eres mi marido ni un carajo.

El castaño se le acercó con una ceja alzada y se adueñó posesivamente de sus caderas y labios.

-Soy mucho más que tu marido, Danielle-susurró al oído de la fémina luego de casi dejarla sin aliento con aquel candente beso-. Soy tu jodido amante; y si te pregunto por qué te paseas semidesnuda por toda la mansión es porque hay más hombres en esta casa y prefiero reservarme las vistas para mí solo.

Sin embargo, la pelinegra sólo se cruzó de brazos, echando ligeramente su espalda hacia atrás. Con el agarre de TaeHyung sabía que no se caería.

-Hoy es tarde de chicas y, Sabrine, Maggie, Sophie y yo estaremos en el baño al final del pasillo derecho-finalmente explicó.

-¿El del jacuzzi?

-Ajá. Pasaremos allí largo rato así que estate atento a cuando necesite que me traigas una sangría.

El castaño le sonrió ampliamente antes de robarle un corto beso y abrazarla por la espalda, juntando sus manos sobre el vientre de la chica.

-¿Y ahora por que estás así?-Danielle realmente estaba empezando a molestarse con TaeHyung.

Pero...¿cuándo no?

-Te voy a acompañar hasta allá. No quiero que ningún otro hombre vea lo que me corresponde.

-Ya, claro. Mira para allá. Ya tienes uno menos del qué preocuparte.

TaeHyung siguió la dirección que señalaba el dedo de Danielle y sonrió nuevamente al ver a JungKook y Margaret recostados en uno de los árboles del patio...en una escena bastante similar a la de él y la Ruber.

Margaret se quejaba porque JungKook la había marcado y éste sólo sonreía y le robaba pequeños besos.

-Ambos tienen corazones muy nobles. No me extraña que se hayan enamorado ya-hasta la misma Danielle sonreía enternecida por la vista.

-Hum...¿Será que algún día tú y yo lleguemos a ese punto?

Fue imposible para la Ruber no soltar una estruendosa carcajada.

-En tus sueños, Kim. Apenas podemos respirar cerca el uno del otro y tú ya piensas en boda ¿No es muy masoquista de tu parte?

-Seh. Tienes razón. El sólo hecho de verte siquiera es un acto de masoquismo de los más graves y placenteros.

Rodando los ojos (por segunda vez) y bufando, Danielle se alejó del agarre de TaeHyung y caminó por su cuenta hasta el baño donde Sabrine y Sophie la esperaban ya que, evidentemente, Margaret estaba...algo distraída.

-¡Yah!¿Cómo se te ocurre dejarme con la palabra en la boca, dama loca?¿Qué acaso no respetas a tu marido?

Los pasos de Danielle se detuvieron justo frente a la puerta de su lugar destino y observó al castaño. Su ojo derecho temblaba siendo aquel un tic nervioso que (secretamente, por supuesto) TaeHyung veía muy gracioso.

-Cierra la puta boca, imbécil.

Y, no queriendo lidiar más con la estupidez de "su esclavo", según ella misma afirmaba, se adentró en el baño, siendo recibida por las muecas burlonas de Sophie y Sabrine desde el jacuzzi.

-Sin comentarios-pidió, casi que gruñendo y procedió a descalzarse y meterse en la relajante agua caliente, dejando escapar un sonoro suspiro-¡Ah! Al fin algo de paz.

-¿Y Maggie?-quiso saber Sabrine, y Danielle se encogió de hombros.

-Puede que tarde em venir porque estaba muy entretenida con JungKook comiéndole el...

-¡Ya estoy aquí!¡Perdón por la tardanza!

-Hablando del rey de Roma-rió Sophie.

-Por la puerta se asoma-le siguió Sabrine y ambas chocaron puños.

-¿De qué me perdí?-con su imborrable sonrisa, Margaret también se adentró en el jacuzzi.

-Nada-respondió Danielle con una sonrisa pícara-. Sólo hablábamos de lo bien que te luce esa mordida en el cuello.

Las mejillas de la rizada fueron adornadas con un tierno color carmín que se hizo más notable cuando sus tres contrarias rieron.

-¡Ah! Nuestra Maggie ya no es una niña-suspiró Sophie con falsa nostalgia.

La Smaragdus cambió rápidamente su semblante a uno incrédulo y alzó su ceja.

-Eso está claro, chicas. Dejé de ser niña hace mucho, sólo que ahora ustedes se dan cuenta porque saben que JungKook me la mete hasta el...

-¡Maggie!

El grito del aludido se escuchó por todo el lugar y las cuatro chicas no sabían más que reír.

-¡Hey!¿Qué haces detrás de la puerta, conejo chismoso?-reclamó Margaret al pelinegro.

-Es que se te quedó la toalla en el cuarto.

-¡Entonces pasa y déjala, hombre!-se burló Danielle entre risas-. Que mordemos, pero ya tienes dueña y no vamos a hacer nada en tu contra.

Tímidamente, el chico entró al cuarto de baño, haciendo estallar de risa a las chicas de nueva cuenta pues se estaba cubriendo los ojos con una mano y con la otra, donde tenía la toalla, intentaba guiarse, aprovechándose también de su habilidad.

Distinguió a Margaret por su olor y se acuclilló a su lado, aún con sus ojos cubiertos.

-Puedes descubrirte los ojos, lindo. Ninguna está desnuda y mientras no mires de más no habrá problema-sonrió la rizada, viendo como el pelinegro la obedecía y le devolvía la sonrisa.

Con cuidado y sin apartar sus lilas ojos de los verdes de "su ama", JungKook dobló la toalla y la dejó a un lado en el borde de lozas del jacuzzi.

Fue entonces que recordó el otro factor influyente en que él estuviera allí y le regaló una rápida mirada a las demás féminas antes de volver a concentrarse en aquellos ojos verdes que tanta revuloción le causaban.

-TaeHyung y YoonGi están preparando sangrías y limonadas para ustedes. En un rato las traemos.

-¿Y JiMin?-cuestionarion Sophie y Sabrine al unísono.

El chico alzó los hombros.

-No lo sé con exactitud. Dijo que saldría un momento para seguir buscando una manera de avanzar más rápido con el plan. Se fue hace poco.

-Hum...entonces aquí te esperamos para que vuelvas con nuestras bebidas. Dile al inútil de TaeHyung que no se demore tanto-Danielle prácticamente estaba echando al chico.

Pero JungKook se lo tomó con carácter deportivo. Agachó su cabeza y chocó fugazmente sus labios con los de Margaret. Sólo entonces fue que salió de la habitación con una enorme sonrisa en su rostro.

Y la rizada...esa se había quedado sonriéndole a la nada como boba.

-¡Uff!¡El amor está en el aire!-bromeó la Amethystos y las dos Ruber rieron. La Smaragdus fue quien bajó su cabeza con la timidez marcada en sus mejillas.

-¿Sí eres consciente de que él es tu pareja definitiva?-la cuestión de Sophie sacó una apenada sonrisa y un suspiro en Margaret.

-Lo sé desde que le dí la primera mordida y la resistió con tanta facilidad y placer...-bufó- Pero no estoy segura de si eso es lo que él quiere. Después de todo, apenas ha empezado a vivir como vampiro. Tiene muchas oportunidades frente a sus narices y dudo que quiera atarse a mí; también existe la posibilidad de que lo que sienta por mí sea pasajero...o no más que una atracción meramente sexual.

-Ahm...perdonen mi ignorancia, pero ¿Qué es eso de las parejas definitivas?-quiso saber Sabrine.

-En resumen-Danielle prosiguió a hablar-, es cuando un vampiro es capaz de soportar la mordida de otro. Como los colmillos destilan cierto veneno, no todos lo resisten más de un mes, sobre todo los Amethystos que son esclavizados y utilizados, prácticamente, como comida. Claro que, en el caso de nuestra querida Maggie, hay sentimientos de por medio.

-¡Ohhh!-asintió la Amethystos y le regaló una sonrisa a la Smaragdus-. No pierdas esperanzas, Maggie. Estoy segura de que JungKook no sería capaz de dejarte.

-Hum...tienes razón-finalmente la rizada sonreía tan amplio como siempre. Ciertamente, las palabras de Sabrine la habían animado-. Pero yo no soy la única con pareja definitiva~-canturreó con una traviesa mueca-, Danielle también tiene a TaeHyung.

La susodicha estalló en carcajadas y negó con la cabeza.

-Me niego-afirmó-. Es imposible que un idiota como él sea mi pareja. Sería una tortura tener que aguantarlo para siempre...si no es que terminamos matándonos mutuamente antes.

-¡Ah! Vamos, Dan-bufó la rubia y rodó los ojos-. Se gustan, se entienden perfectamente en la cama, soportan mutuamente sus mordidas...Es cierto que no llevan la mejor relación pero eso es porque ustedes no dan su brazo a torcer.

La pelinegra solamente hizo una mueca le restó importancia al asunto.

-Ya veremos cómo se dan las cosas, pero lo que de verdad me causa intriga es el cuadrado amoroso que hay entre ustedes dos-señaló a Sophie y Sabrine-, JiMin y YoonGi.

-Es complicado-suspiró la Amethystos-. Nos gustan los dos y a ambos les gustamos, dicho por ellos mismos-aclaró.

-Pero aún así no hemos tomando una decisión-habló la rubia-. Creímos que lo mejor era dividirnos y probar, y es por eso que JiMin pasa más tiempo con Sabrine y yo con YoonGi, pero...aún así...no creemos que sea suficiente.

-Hagan una orgía-la sugerencia de Margaret dejó pasmadas a sus contrarias, hasta a Danielle.

-¡Es una genial idea!-exclamó la susodicha.

Pero Sabrine y Sophie seguían en su trance.

-Así se exploran entre los cuatro, se muerden entre los cuatro también y así pueden descubrir quién es pareja de quién...si es que lo son-explicó la rizada-. Es un riesgo que vale la pena.

Sophie y Sabrine compartieron miradas e, inconscientemente, hablaron a la par.

-Las parejas definitivas son una mierda.

-Depende del punto de vista-aclaró la Smaragdus.

Y ya no pudieron seguir hablando más del tema porque la puerta del baño se abrió, y el ejecutor de dicha acción fue nada más y nada menos que TaeHyung, quien cargaba en sus manos dos copas y a su lado estaban JungKook y YoonGi, igual con dos vasos en sus manos.

-Sangría para la loca de Danielle y para la amable Sophie-canturreó el castaño, entregando las bebidas a cada una.

Por supuesto, con eso se ganó una fuerte nalgada por parte de "su ama", la cual sólo lo hizo reír cabe destacar.

-Limonada para Sabrine y JungKook y las dos sangrías que quedan; una es mía y otra de TaeHyung-intervino YoonGi, imitando las acciones de TaeHyung.

-Y para tí no hay nada porque no te gusta ni el alcohol ni la limonada-comentó JungKook a Margaret con una risita de por medio.

-Esperen...¿Cómo que trajeron bebidas para ustedes?

Sin embargo, la pregunta de Danielle no fue respondida con palabras sino con acciones.

Los tres chicos se despojaron de sus zapatos, y camisas (pues hasta el momento las féminas no se habían percatado de sus shorts de nylon) y se metieron en el jacuzzi, quedando JungKook y TaeHyung a un lado de Margaret y Danielle, respectivamente, y YoonGi entre Sophie y Sabrine.

-¡Hey!¿Quién carajos les dió permiso de colarse?-gruñó la pelinegra en cuanto el castaño le hubo pasado un brazo por sobre los hombros.

-Nosotros nos mandamos solos, querida.

-¡Agh! No te soporto-bramó, empujando a "su esclavo" para alejarlo lo más posible de ella y luego bebió de su sangría-. Por lo menos la sangría está buena. Te salvaste, Kim.

-¡Ja! Como si que me mordieras fuera un castigo-contestó el aludido con chulería.

-Se convierte en castigo cuando te dejo con las ganas e imploras porque, aunque sea, te haga una mamada.

Y fue entonces cuando el resto de los presentes estallaron en carcajadas al ver la mueca de ofensa de TaeHyung.

-¡Qué par!-murmuró Margaret y JungKook a su lado asintió.

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Pasadas unas horas en las que salieron del jacuzzi y se bañaron para quitarse las sales que había en dicho lugar y se quedaron impregnadas en sus cuerpos, se dieron cuenta de que las reservas de sangre estaban acabando, por lo que se alistaron y salieron todos al mercado, a excepción de JiMin que aún no llegaba de su andanza. Comprarían también un par de cosas más que eran necesarias en la casa.

Los "esclavos" seguían a "sus amas" y al Ruber mayor muy de cerca.

En el año que llevaban en su nueva vida, los Amethystos jamás habían salido de la mansión y estaban considerando seriamente no hacerlo nuevamente.

Aquel día el mercado estaba repleto de Ruber y Smaragdus pues al parecer había escasez de Amethystos  y por ende, todos los ojos estaban sobre JungKook, TaeHyung y Sabrine.

Estaban notablemente incómodos y se aferraban a los brazos de "sus amas", rogándoles indirectamente por volver a casa cuanto antes.

Se habían divido las tareas; JungKook y Margaret irían a por los elementos de aseo, Sabrine, Sophie y YoonGi a por la sangre y TaeHyung y Danielle a por las frutas.

La pelinegra caminaba a la par del castaño, no soltando su cintura en ningún momento, pero aún así había vampiros que no controlaban sus miradas.

Ya con las bolsas de frutas en manos, salieron al estacionamiento donde los demás los esperaban, y estando a punto de llegar a la camioneta que les pertenecía al grupo, sucedió algo que espantó a todos los que estaban allí, que no eran pocos por cierto.

TaeHyung y Danielle intentaban caminar juntos con todos los bultos encima y por entre tantos vampiros.

Una de las bolsas de TaeHyung cayó y se quedó atrás, aunque Danielle se percató y se detuvo, esperándolo a poco menos de dos metros de distancia.

Y ahí fue cuando sucedió todo.

Un Ruber se acercó al Amethystos con una socarrona sonrisa y cuando estuvo a punto de colocar la mano en su hombro, un fuerte gruñido se escuchó por todo el lugar y fue tan alto, que todos los que por allí transitaban se detuvieron atemorizados al ver cómo Danielle se paraba frente al Ruber con una expresión asesina en el rostro. Sus colmillos estaban completamente fuera y sus ojos rojos brillaban más de lo usual sin contar sus puños apretados y las venas que comenzaban a marcarse por todo su cuerpo.

-Aléjate antes de que acabe con tu miserable vida de una sola mordida-y, por supuesto, su voz, más profunda de lo usual, provocó que aquel otro vampiro saliera corriendo.

Ya un poco más relajada pero aún con una molesta expresión, tomó a TaeHyung de la mano junto con los bultos de frutas y se encaminaron con rapidez hacia el auto.

Esta vez nadie se interpuso en su camino.

De regreso a casa nadie tampoco dijo una palabra, y no fue sino hasta que se adentraron todos en el recibidor de la mansión que el mismo TaeHyung se encargó de aligerar el ambiente con unas buenas risas.

-¡Aigoo!¡Pero si nuestra Dan es toda una fiera!¡Hasta gruñidos nos suelta!

Claro está que todos rieron, a excepción de la pelinegra.

Sin embaego, las carcajadas fueron en aumento cuando el Amethystos dejó todos los bultos en el suelo, cargó a la Ruber y salió corriendo con ella escaleras arriba...y claro que los gritos de Danielle no se hicieron esperar.

-¡Ya!¡Bájame, estúpido!¡Degenerado!¡Imbécil!¡Inútil!

Mas TaeHyung sólo la ignoró.

-Negativo, preciosa-sonrió-. Tú y yo vamos a tener una entretenida plática en la cama y te voy a quitar todo ese estrés de encima de buena manera.

La pelinegra se le quedó mirando con los ojos entrecerrados.

-¿Me harás un oral de esos deliciosos que me haces?

-Los que tú quieras, mi dama loca.

-Entonces sí-sólo entonces sonrió y hasta se balanceó en los brazos del chico, delatando su contentura.

El susodicho simplemente negó risueño con la cabeza.

-Jamás imaginé que fueras así de celosa.

-Pues ya ves-admitió con suficiencia-. No me gusta que pretendan quitarme lo que me pertenece.

-Y yo que pensaba que no te importaba.

Pero la Ruber sólo se quedó en silencio mientras recostaba su cabeza en el pecho ajeno, sabiendo que, de la sonrisita en su rosotro, sólo ella era consciente.

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