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-Sé que puede sonar cansino que sea la decimoquinta vez que pregunto, pero en serio ¿era necesario armar toda esta mierda?
-¡Ese vocabulario, William Kim Buck!-lo reprendió Margaret.
-¿No ves que hay niños presentes?-continuó Sabrine.
Pero el chico de ahora veinticinco años no hizo más que rodar los ojos.
Así es, el tiempo había pasado para aquella familia, y claro está que habían crecido en número.
Luego de acostumbrarse a la presencia de William por cinco años, Danielle y TaeHyung le dieron la bienvenida a las mellizas Ruber Stephanie y Tiffany, quienes contaban con veinte años ya; dos años más tarde llegó Karla, de dieciocho años, otra Ruber, y siete años más tarde llegó Mark, un Smaragdus, quien recién cumplía sus once.
Por su parte, siete años después de la llegada de Lean, Margaret y JungKook le dieron vida Giana, la cual contaba con dieciocho años; otra Smaragdus. Ocho años más tarde llegó el pequeño Ruber Hyun, de diez años, y al paso de otros cuatro años nació Mina, una pequeña Smaragdus, de apenas seis años.
Por su parte, YoonGi y Sabrine tuvieron a Emily, una Ruber que ya estaba en sus veintiuno.
Y JiMin y Sophie habían tenido a Max, un travieso Smaragdus onceañero y más tarde llegó Thomas, un Ruber que recíen cumplía sus dos años.
Aquel día todos estaban vestidos de gala, reunidos en el gran patio de la mansión.
También habían asistido NamJoon, SoRa, SeokJin, HoSeok, SunMi, Nicole y Jean.
Bueno...en realidad era por SoRa que se había armado todo aquel alboroto.
Como NamJoon debía pasar de dos a tres años en el Infierno para volver al mundo humano y pasar la misma cantidad de tiempo, SoRa estaba cansada de eso así que decidió irse con su amado de una vez por todas al Inframundo.
Pero, no quería irse sin antes ver a su hijo casado.
Danielle y TaeHyung quisieron resistirse, pero terminaron siendo convencidos.
Se podía ver a TaeHyung en el altar, frente a las filas de invitados (que eran pocas pues realmente amigos no tenían muchos ninguno de los dos novios), mirando su reloj con impaciencia.
Y es que realmente se sentía ansioso...aunque no presisamente por los nervios.
¡Es que no tenía ningún nervio!
Él sabía que Danielle no se echaría para atrás y la ceremonia saldría perfecta. El detalle que lo tenía inquieto era que su novia se estaba demorando mucho más de lo acordado.
Aquello despertaba la chispa de su molestia pues, la noche anterior, la Ruber, con una sonrisa maliciosa en el rostro, le había dicho que se retrasaría a propósito sólo para molestarlo.
Y...lo estaba logrando.
-A papá está a punto de explotarle una vena-rió Stephanie.
-¿Quién se sacrifica para ir a calmarlo?-preguntó Karla.
Los cinco Kim Buck se miraron entre sí y negaron con la cabeza. Conociendo a su progenitor, debían mantener la calma a su lado...calma que ninguno de ellos poseía.
-A ver. Apártense, que voy yo-Emily caminó por entre los cinco hermanos y se acercó a su tío.
Los Kim Buck, conjuntamente con los Jeon Monticci, se quedaron viendo la graciosa escena.
Emily bebía de su copa de vino tranquilamente mientras TaeHyung le explicaba en alteradísimos susurros su situación.
Y los otros. Esos sólo reían.
-No se burlen de la frustración de Tae, niños-con una ladina sonrisa, JiMin llegó al grupo junto a Max y JungKook. Mina, apenas vió a su padre, pidió ser cargada por él, sonriendo cuando consiguió posar sus manitas en las mejillas del mayor.
-¿Creen que Em lo calme a tiempo?-preguntó aludido, dejando que la menor de sus hijos jugara con sus cabellos-. Digo, Danielle ya está por salir y si lo ve de ese modo, le va arrancar la cabeza.
-Meh. Ellos se entienden...a su manera, pero lo hacen-Tiffany le restó importancia al asunto-. Aunque admito que me voy a divertir mucho en esta boda. Si bien papá y mamá saben que son pareja definitiva, el ritual de unión entre dos vampiros los ata para toda la vida de manera oficial. Literalmente no podrán estar mucho tiempo lejos el uno del otro porque comienzan a debilitarse y así hasta la muerte.
-Y ellos que no se soportan...-murmuró Mark y sus contrarios rieron.
-Ya lo he dicho millones de veces-saltó William-, y no me importa si hay niños presentes o no. Esto es una mierda total. Ya verán como no pasan ni cinco minutos y ya esos dos están peleando y declarándose la muerte.
-Calma, fiera-saltó Lean, abrazándolo por los hombros-. Yo sé que estás loco por salir de aquí para encontrarte con la Amethystos bonita esa que conociste hace unos días en la universidad, pero se trata de tus padres y debes estar aquí para ellos.
-Ya, claro-bufó-. Como tus primeras palabras no fueron "idiota" e "inútil", tú no tienes problemas, cerebrito.
-¡Ya está!-SoRa llegaba al grupo, asustándolos con su exclamación. NamJoon venía detrás de ella muy tranquilo. Se había acostumbrado a que su mujer, hijo y nuera fueran un escándalo andante-. No más protestas. Esto se hace porque así lo quise y punto. Tú-señaló a William-, te aguantas. Ya tendrás tiempo de meterla después, y ustedes-señaló al resto de sus nietos-, si Will y TaeHyung se ponen caprichosos, su deber es calmarlos, aunque les tengan que golpear esa cabeza dura que tienen miles de veces.
-Pero abuela...¿sabes lo mucho que cuesta calmar a un Kim?¡Más un Kim Buck!-gruñó Karla.
-Me parece haber sido muy clara-gruñó la mujer, y sus nietos se encogieron en su lugar. Los Jeon Monticci, junto a Max, JiMin y JungKook sólo aguantaban la risa. Aunque a todos le sorprendió ver el repentino cambio de molesta a sonriente de SoRa-. Ahora que todo está aclarado, uno de ustedes debe ir con Danielle para llevarla al altar. No se demoren en elegir si no quieren que vuelva con ustedes.
Y como si nada, comenzó a caminar junto a NamJoon, quien sólo se mostraba divertido ante todo.
-¿Quién de ustedes va?-preguntó Giana.
Mark, Karla, Tiffany y Stephanie señalaron a su hermano mayor, quien los miró con su mejor mueca de desacuerdo.
-¿Por qué tengo que hacerlo yo?-lloriqueó.
-Porque eres el mayor-la lógica de Mark era muy aceptada por todos.
-¿Lean no la puede llevar?
-¡Hey! Que son tus padres, no los míos-se quejó el aludido, pero, lejos de estar molesto, sólo reía.
-Will, mi hermano no puede ayudarte siempre. Hay cosas que tienes que resolver tú solo-habló Hyun. Para nada les asombraba a sus familiares su fija seriedad y gran vocabulario para su edad. Se habían acostumbrado.
-Si dejo que vayas a una cita con Tiff ¿me harías el favor?-de nueva vuelta William se dirigía a Lean.
-¿Y para qué querría Lean una cita con Tiffany?-JiMin frunció su ceño, al igual que la chica recién mencionada.
-Es que le gusta desde los doce-respondió JungKook.
-¡Papá!-reprochó el hijo mayor al Amethystos y este le regaló una sonrisa de disculpa.
Después de todo, lo había delatado.
-A ver, William Kim Buck, que me tienes la sangre hirviendo-Lean miró con seriedad a su amigo y este ya sabía que no podía convencer al Jeon Monticci de que lo ayudara-. La tía Danielle es tu madre, que se va a casar con tu padre, el tío TaeHyung, a petición de tu abuela, la tía SoRa ¿Captas la diferencia entre tú y yo?
-¡Pero no quiero ir!-refunfuñó nuevamente William.
-Tengo un plan-Giana dió una palmada-. Vayan los cinco-sonrió-. Las gemelas a un lado de la tía, Karla al frente y William y Mark cargando la cola del vestido atrás.
-Pero el vestido de la tía no tiene cola-por primera vez Max participaba en la conversación.
-¡Entonces van detrás solamente y ya!-bufó Hyun-. Es la mejor solución. Van los cinco, aparentando ser los buenos hijos que no son, y listo.
Los Kim Buck lo miraron ofendidos, pero terminaron resigándose a la idea y fueron dentro de la casa, donde estaba su madre y el resto se encaminó a sus respectivos asientos, donde estaban Sabrine y YoonGi.
Emily seguía con TaeHyung y Margaret estaba acomodando todo lo necesario para la ceremonia pues sería ella quien se encargaría de ello.
La ceremonia de unión entre dos vampiros, mal llamada boda por los humanos, no consistía de más que un vampiro que escuchara los votos de la pareja, mezclara sus sangres y se las hiciera beber para luego recitar un hechizo. Como muestra de que el ritual había sido efectivo, en el dedo anular de los vampiros unidos aparecía una marca (en cada caso era diferente) y a partir de ese entonces ya nada ni nadie podría separarlos, y la consecuencia de ello, era el debilitamiento hasta la muerte.
Al SoRa dar la señal, todos se ubicaron en sus asientos, y en el caso de Margaret y TaeHyung, la una se colocó tras el altar y el otro suspiró de alivio.
¡Hasta que se digna a salir!, se decía a sí mismo.
Sin embargo, ni siquiera su molestia pudo con la impresión de ver llegar a Danielle.
Como lo había propuesto Giana, sus cinco hijos la escoltaban, pero ella venía muy sonriente, meneando sus caderas, burlándose en susurros de su pareja junto a las mellizas.
Su cabello lacio y azabache caía suelto hasta las caderas, movíendose libremente. Sus ojos estaban delineados y eran marcados con una ligera sombra oscura. A juego con sus orbes, sus labios estaban tintados de rojo, al igual que su vestido, el cual se cernía a su figura, marcando cada curva y dejando al descubierto ambos de sus muslos debido al corte de la prenda; la parte superior se ajustaba a su cuello, por lo que no vió necesidad de usar colgante, sino un par de pendientes dorados que le llegaban a casi la mitad del cuello e iban a juego con sus finos tacones.
-Cierra la boca que babeas, papá-se burló Karla, siendo la primera en llegar al altar.
Dejando a sus padres solos, los Kim Buck se dispusieron a tomar asiento.
Margaret reprimió una risa al ver de la forma en que se miraban sus amigos.
Danielle y TaeHyung parecían odiarse...pero aquellas sonrisas que se daban...decían todo lo contrario.
La Ruber fue la primera en despertar de su corto trance y se dirigió a su amiga.
-Termina con esto de una vez, que oí decir a mi suegra que la Luna de Miel sería en Hawaii y estoy loca por tocar el ukelele.
Fue escuchada por todos, así que las risas inundaron el lugar en lo que ella y TaeHyung sólo rodaban los ojos.
-Deben decir sus votos-habló la rizada con una mirada expectante. De ese par podía salir cualquier disparate.
-Bueno, los niños me obligaron a escribir un discurso donde no te insultara, pero da la casual casualidad de que perdí el papel, así que seré yo la primera-Danielle carraspeó y tomó las manos del castaño-. Eres el idiota más inútil que he conocido en mi vida, además de eso eres cabezadura y rebelde, sin contar que vivo constantemente con ganas de degollarte, pero ya estamos a este punto y supongo que es por algo, ya que, aunque forzaste el nacimiento de Willie, tenemos hijos juntos y estoy segura de que debía ser contigo con quien viviera todas esas cosas. Sé que ambos estamos algo molestos porque no sabemos cómo aguantaremos sin matarnos luego de esta ceremonia, y también sé que no te lo digo seguido, pero quiero que sepas que, después de todo, te amo muchísimo.
Evidentemente, el único conmovido al punto de tener los ojos cristalizados había sido TaeHyung, porque el resto ¡Hasta sus propios hijos!, se hallaban frunciendo el ceño.
Y es que...aquella no era una común declaración de amor.
TaeHyung apretó el agarre de ambos pares de manos y sonrió, aún con sus ojos cristalinos.
-Desde que nos conocimos odié tu actitud soberbia de mierda. Siempre queríendome dar órdenes y molestándome con comentarios tontos. Sin embargo, tus ojos, por encima de toda aquella fiereza, mostraban a una chica increíble que me place presumir sólo yo he conocido con profundidad. Adoro robarte besos, hacerte el amor, abrazarte, verte dormir, morderte, joderte la existencia...Aunque a veces yo también quisiera ahorcarte con mis propias manos, no puedo imaginarme otra vida que no sea junto a tí. Tú me das aventura y amor y eso es suficiente para mí...Yo también te amo muchísimo, aunque luego me arrepienta de admitirlo porque apostamos a que ninguno de los dos se pondría cursi...pero bueno, acabo de perder, ni modo.
Danielle simplemente soltó una risita y sus ajenos suspiraron.
Al menos, después de eso, sabían que la ceremonia continuaría en paz.
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Los invitados estaban esparcidos por todo el lugar, pero sólo TaeHyung y Danielle estaban aparte de la zona.
Estaban recostados a un muro de la casa donde Sophie había dejado crecer una enredadera de rosas rojas. Se habían ubicado en la zona libre de espinas y se mantenían abrazados.
Con Danielle siendo quien tenía su espalda pegada directamente a la pared, TaeHyung estaba de espaldas, acariciando con delicadeza los brazos que rodeaban su pecho, deteniéndose a ver las dos marcas en forma de llamas en ambos dedos anulares izquierdos.
La pelinegra recostó su mentón en el hombro del castaño y depositó un beso en su mejilla.
-Oye, inútil.
-¿Hum?
-Ya te lo dije antes, pero lo vuelvo a decir para que no te vayas a creer que es mentira, eh.
El Amethystos se dió la vuelta y terminó acorralando a la Ruber, quien tomó en sus manos el rostro ajeno, antes de acercarlo al suyo para fundir ambos pares de labios en un dulce beso.
-Te amo, idiota.
TaeHyung sonrió y acarició la mejilla de su ahora esposa.
-Yo también te amo, mi dama loca.
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