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*Nota inicial*
Bueno, chic@s, todas sabíamos que este momento iba a llegar y honestamente estuve en un debate varios días con amigas de WhatsApp que me aconsejaron muchísimo, a todas gracias.
Les confieso que escribir este capítulo no fue nada fácil, tratar un tema tan delicado como la violación y el abuso no es nada sencillo y no quería faltarle el respeto a nadie ni incomodarles, pero así va la trama de la historia. Sería un cuento de hadas que Yoongi llegara en el momento justo y salvara a Jimin, pero esto es un Omegaverse con ápices de la cruda realidad.
Si este tema es muy sensible para ti, solo lee hasta la primera advertencia, y luego solo los últimos párrafos después de los emojis de advertencia. Habrá un resumen muy muy resumido de lo sucedido en la nota final.
—Ahí es donde vive tu hermano —dijo con lentitud el de cabellos rojizos—. Yoonkwan vive en ese distrito.
El pelinegro tragó en seco, su cerebro a mil mientras analizaba la información.
Yoonkwan.
Y solo le tomó dos segundos tomar la decisión más importante de su vida al tiempo que sacaba su móvil del bolsillo del pantalón. Luego de dos timbres la voz de su hermano mayor le contestó.
—¿Qué estrella se va a caer, hermanito?
La ironía en su comentario no pasó desapercibida, pero Yoongi la ignoró.
—Necesito tu ayuda con urgencia. Es con respecto a mi Omega.
Una vez dentro de la cabaña, el Omega se dirigió cabizbajo hacia la habitación en la cual Jooheon lo había encerrado desde un inicio. Allí esperaría hasta que llegara su momento de tormento.
—¿A dónde crees que vas? —La voz grave del Alfa le hizo detener sus pasos.
—No volveré a escapar, Jooheon —masculló el rubito—. Lección aprendida.
—Aun así no pienso arriesgarme, mi amor.
El menor giró despacio para encarar al peliplateado, su expresión rozando el pánico.
—¿Q-Qué?
—Lo que escuchaste, Mochi —contestó el otro mientras se quitaba la chaqueta con toda calma—. Obviamente no puedo confiar en ti, no sé qué más vas a intentar. Así que haré lo que tenía que haber hecho desde el principio. De todas formas ibas a ser mío tarde o temprano, ¿qué más da un par de horas menos?
—P-Pero… mi celo… —musitó el Omega con voz ahogada mientras retrocedía poquito—. Dijiste q-que esperarías…
—Ya me cansé de esperar, Jimin —diciendo esto se deshizo de la camiseta que traía sacándosela por encima de los hombros.
—Aaahh, ¿el rubito que llamas tu destinado? —inquirió el mayor con poco interés.
—El mismo —acató el pelinegro—. Es cuestión de vida o muerte, Yoonkwan, por favor.
El silencio reinó del otro lado de la línea y luego se escuchó un ligero suspiro.
—¿Qué necesitas?
—Jimin ha sido secuestrado —explicó Yoongi entre dientes, pues todavía no asimilaba todo aquello—. Tengo información de su posible ubicación y es en tu distrito en la Ciudad de Jinju. Yo… no llegaré a tiempo —dijo bajito—. Necesito que lo encuentres… Necesito que impidas que…
Y ya no pudo seguir hablando, su garganta trancada como si alguien le estuviese apretando el cuello.
—¿Tan grave es? —Quiso saber Yoonkwan—. Supongo que no se trata de un rescate entonces. Y parece que quieres que me meta en una situación bastante peligrosa, hermanito.
—Haré lo que quieras… —soltó el pelinegro de pronto, casi desesperado—. Te daré lo que pidas…
—¿Es así? ¿Estás seguro?
Yoongi le dio una última mirada a su primo y a su hermano, quienes le observaban consternados, luego bajó su cabeza otra vez. No tenía otra opción, tenía que ceder. A estas alturas haría lo que fuera, incluso si significaba humillarse y rogar.
—Sí.
—Envíame la ubicación —pidió su hermano antes de colgar la llamada.
—No hagas esto, Jooheon… p-por favor… —susurró el menor casi sin aliento.
El miedo le había paralizado por completo contra la puerta de la pequeña habitación a la que se dirigía hacía un par de segundos. Solo podía observar con horror como el Alfa delante de él, su «hermano», se relamía los labios y sonreía de medio lado.
—No sabes cuánto esperé por esto… Y no te preocupes, te prepararé bien y no te dolerá —le prometió—. Aunque la mordida es inevitable, pero seré cuidadoso. Ven.
Jimin jadeaba poquito, inmóvil y sudando frío. Solo atinó a negar con la cabeza desesperado.
—Mochi, no me hagas repetírtelo… Ven aquí —ordenó el mayor—. Será peor si me desobedeces.
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Contenido sensible y probablemente desagradable a continuación
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Lee bajo tu propia responsabilidad ⚠⚠
Quedas advertido.
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Y cuando el peliplateado amagó acercarse, el Omega echó a correr. No sabía a dónde iba porque no había visto nada más de la cabaña, pero estaba convencido de que no se la pondría fácil al maldito de su hermano, por lo menos podía esconderse. De igual forma retrasaría lo inevitable tanto como le fuera posible. Y aunque faltaba alrededor de una hora y media para que su celo regresara, prefería mil veces estar medio inconsciente y cegado por el deseo que en todos sus sentidos cuando él lo tocara.
Solo pensarlo le hacía revolver el estómago, pero corrió más rápido. Terminó metido en la cocina, agachándose para ocultarse debajo de la mesa de madera clara. Y tuvo que cubrirse la boca pues su respiración entrecortada interrumpía el silencio del lugar. Apretó sus ojos con fuerza, borrosos por las lágrimas acumuladas que acto seguido cayeron por sus mejillas.
Nunca había sentido tanto miedo y repulsión en toda su vida. ¿Ya no había sufrido lo suficiente? ¿O acaso todavía estaba siendo castigado por la muerte de sus inocentes padres? Porque no creía que alguien mereciera pasar por lo que él estaba a punto de pasar. Su hermano, su propio hermano…
Un jadeo escapó de su boca cuando sintió una fría mano agarrarlo del tobillo y arrastrarlo fuera de su escondite.
—¡Déjame! —gritó con todas sus fuerzas—. ¡No quiero que me toques!
El cuerpo fornido de su captor se apretó contra él y lo aplastó contra el suelo de madera. Y sin previo aviso sus gruesos labios se posaron sobre los suyos. Jimin intentó zafarse del agarre al tiempo que giraba el rostro, pero al peliplateado no le importó y continuó su faena contra el blanco cuello del Omega. Lo besó ahí, lo saboreó con su lengua y también mordisqueó la zona sin contemplación.
El rubito solo podía gritar a todo pulmón, pataleaba y forcejeaba sin descanso mientras arañaba los fuertes brazos que lo apresaban. Sintió asco de aquello, todavía más cuando el miembro semierecto del Alfa presionó contra su bajo vientre por encima de la ropa.
¡No, por la Diosa, no! No quería esto. No lo aguantaría. Sería violado allí en ese instante y no había nada que pudiera hacer. Y más que aterrado y asqueado, sentía que estaba traicionando a su pareja destinada; sentía que a pesar de su promesa, su Alfa no querría verlo más después de aquello. Entonces, ¿qué sentido tenía seguir luchando? No le esperaba un futuro mejor.
Volvió a cerrar sus ojos y dejó caer sus manos a los lados. Jooheon pareció sumamente complacido con esto pues emitió un gruñido de satisfacción contra su cuello, mientras sus manos se dedicaban a desabotonar la camisa del rubito. La dejó entreabierta para poder pasar sus palmas abiertas por el tierno vientre y acariciar los pezones con algo de brusquedad. Jimin gimió de dolor, si esa era la idea del otro de prepararlo no podría ni lubricar un poquito. Lo único que sentía era asco. De pronto, las manos contrarias bajaron un poco más y se dirigieron a su entrepierna, sobando con lentitud el miembro del Omega.
El rubio seguía derramando lágrimas sin parar, rogando porque aquella tortura terminara pronto, o al menos porque su celo llegara antes. Sintió como el botón de su pantalón cedió y la cremallera era bajada despacio por los ágiles dedos del peliplateado. Y se atrevió a voltear su rostro para ver al Alfa, su expresión siendo muestra inequívoca de su deseo enfermizo por poseerle. Su cabello le cubría parte del rostro, volviéndolo más oscuro; mantenía apretado su labio inferior entre sus dientes, aunque en ocasiones se lo relamía gustoso.
En serio el menor no podía sentir más repugnancia de la que lo invadía en ese momento. Sin embargo, la gota que colmó el vaso fue sentir como la fría mano de Jooheon atrapaba su flácido miembro para intentar despertarlo. Dolía, porque no estaba excitado, porque sabía que no iba a estarlo por más que fuera estimulado en los lugares correctos; pero el mayor escupió en su mano y siguió moviéndola lentamente.
—¿Te gusta, Mochi? —preguntó extasiado el Alfa, creyendo que todo estaba marchando a la perfección.
Y entonces Jimin, sacando fuerzas de donde no tenía y aprovechando que el otro se había confiado, empujó con todo su cuerpo y logró quitarse al mayor de encima. Se levantó con rapidez y rodeó la isla de la cocina, pero al parecer no fue tan ágil y su pantalón medio caído le jugó una mala pasada. Pronto sintió de nuevo el cuerpo del Alfa presionando contra él desde atrás, apretándolo contra la meseta del fregadero y frotándose descaradamente contra su trasero.
»Mochi, Mochi —masculló contra su cuello—. No te rindes, ¿verdad? No sé ni para que lo intentas…
Porque si no lo hacía por Yoongi, lo haría por él mismo, o al menos lo intentaría. Un Omega no podía depender siempre de un Alfa y Jimin tenía que darse el valor que merecía alguna vez en su vida. Lástima que se daba cuenta de eso ahora. Todo hubiese sido tan diferente entre él y el pelinegro si tan solo el Omega se hubiese aceptado, si se hubiese amado a sí mismo. Ahora era tarde, pero no se rendiría. Ya no más.
Mientras tanto, el Alfa seguía moviéndose contra él buscando más fricción y más placer. Una mano en la cadera del rubito apretaba como un hierro candente y lo mantenía en su lugar, pero la otra se dirigió ahora al pantalón del propio Jooheon, quien pronto liberó su duro y necesitado pene. El menor solo pudo quejarse e intentar apartarlo, sin éxito, pues la cabeza del miembro del Alfa amenazaba con entrar en su estrecha y para nada lubricada abertura.
Con un movimiento algo brusco, el peliplateado tras él lo tomó por el cuello con una mano para apretar solo un poco y hacer que estuviera quieto. Y cuando Jimin hizo ademán de moverse para liberarse de la ligera asfixia, su collar de lobo terminó desprendiéndose y chocando contra el metal del lavabo frente a él. El ruido sordo hizo eco en la estancia.
El solo hecho de ver el collar lejos de él, despertó algo en el Omega que hasta ahora no había salido a flote: el verdadero instinto de supervivencia de un lobo.
Y Jimin pareció desconectado de la realidad cuando sus ojos azul eléctrico divisaron un porta cuchillos de madera a un lado del fregadero. Y al tiempo que sentía un dolor intenso en su ano, alcanzó el cuchillo más grande que pudo para enterrarlo en el costado del Alfa, justo debajo de sus costillas.
Un grito desgarrador salió de la boca de Jooheon, y luego unas cuantas maldiciones. Jimin se estremeció cuando sintió el glande del miembro contrario retirarse con rapidez de su entrada, pero se quedó inmóvil contra el fregadero, sus ojos todavía brillando en azul. El sonido del cuchillo rebotando contra el suelo fue lo que lo hizo volver en sí. Sus ojos, ahora de su color natural, se abrieron de par en par cuando la magnitud de lo sucedido lo golpeó.
No quería voltearse, no quería. ¡Por la Diosa, ¿qué acababa de hacer?!
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Yoonkwan giró el auto hacia la izquierda al ver que la señalización del camino contenía la información que le había dado su hermano menor. Condujo por un pedregoso camino iluminado por la cercanía del alba, aunque todo estaba en penumbras todavía. Supo que estaba en el lugar correcto cuando vio un auto aparcado junto a la cabaña y humo saliendo de la chimenea.
El Alfa respiró hondo y se preparó mentalmente para… bueno, en realidad no sabía a qué atenerse por lo que acomodó su arma en la parte trasera de su pantalón, bien cubierta por su chaqueta.
La puerta del frente estaba abierta pero no escuchó ningún ruido o voces venir del interior de la estancia. Caminó lentamente por la pequeña sala sin notar nada fuera de lugar, solo el fuego del hogar que crepitaba. Sin embargo, un fuerte aroma proveniente de la cocina llamó su atención de inmediato. Y es que un aroma así era inconfundible, olía a Omega en celo.
Editado: 29.09.21
*Nota*
¿Espero les guste este capítulo? No me asesinen por favor.
Bueno, para quienes se saltaron la parte mala, un resumen. Jooheon trata de forzar a Jimin, y cuando estaba en plena cuestión, pues el lobo del Omega tomó el control para defenderse y terminó enterrándole un cuchillo al contrario. Y como pudieron ver, el hermano de Yoongi apareció justo cuando el celo de Jimin regresaba 😱😱😱
Peeero....
¡¡Spoiler Alert!! Ya todo lo malo pasó, lo prometo.
¿Ya fueron a leer My Soulmates y Kiss Cam? Vayan corriendo y denle el mismo amor que le han dado a este fic.
😘🤗Besitos y abracitos.
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