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~17~

Al fin Namjoon pudo decirle a Yoongi lo que tenía pendiente: en Seúl se iba a celebrar una reunión de líderes para sentar las bases de su futuro liderazgo sobre Busan y una probable fusión con Daegu. El pelinegro no quería irse y dejar a Jimin, aunque la seguridad sería definitivamente cuadriplicada, pero tampoco podía llevar al menor con él pues a esas reuniones de Alfas no iban Omegas, por obvias razones.

En todo caso, Hoseok iría con él por ser su segundo al mando. Bajo otras circunstancias, su cuñado también les acompañaría pero era más importante que se quedara cerca de Jin, y además, Yoongi estaba seguro de que Namjoon, Tae y Kook protegerían a Jimin con su vida.

Esta reunión estaba prevista para que durara dos días y al tercero podrían regresar, por tanto, el líder en verdad no tenía argumentos sólidos para declinar ya que pensó no sería tan terrible separarse del rubito por ese límite de tiempo. Era obvio que como almas gemelas iban a sentir la distancia, pero no sería demasiado. Yoongi compensaría al menor con una cita si era posible.

Decidió también dejarle a Jimin un teléfono móvil para que lo llamara. Sin embargo, el primer día Yoongi solo conversó con su hermano, quien le dijo que todo estaba bajo control. Le confesó que el pequeño había tenido una pesadilla la noche anterior pero todo se había resuelto con usar el pijama del Alfa y abrazar su almohada para que su olor lo calmara. El corazón del pelinegro se estrujó un poco al saber que su pequeño había tenido un mal sueño y él no había estado ahí para consolarlo o evitar que pasara.

Al segundo día decidió llamar al Alfa pelimorado. Todo estaba bien con Jimin, se habían pasado el día viendo películas y comiendo helado. Si era sincero, Yoongi se sentía un poco mal porque el Omega no lo había llamado en esos dos días ni había preguntado por él. Lo extrañaba, y mucho, pero no quería ser posesivo e histérico; era mejor darle el tiempo y el espacio que necesitaba. Y de todas formas a la mañana siguiente partirían de regreso a Daegu.

Sin embargo, en medio del camino la van negra en la que viajaban presentó problemas y no lograron arreglarla. El líder y su primo se vieron obligados a pasar la noche en un hotel con el resto de la escolta; ya pedirían ayuda en la mañana.

Por fortuna, y Yoongi le agradeció a la Diosa Luna mil veces, esa noche finalmente recibió la tan añorada llamada del menor. Acababa de salir de la ducha, por lo que se acostó en su amplia cama de hotel y se deleitó con la dulce voz de su Omega.

—¿Y-Yoongi Hyung…?

—¡¡Cachorro!! ¡¡Pensé que no querrías hablar conmigo nunca!! —se quejó el Alfa.

—L-Lo siento, Hyung… Es que no sabía cómo usar el teléfono… Tuve que pedirle ayuda a Namjoon Hyung… y casi rompe el móvil mientras me enseñaba a usarlo…

Yoongi rió con ganas, ah, cuánto extrañaba al pequeño, podía casi verlo haciendo pucheros.

—La próxima vez pídeselo a Jin Hyung, ¿mhm?

—¿Cuándo regresas, Hyung? —dijo con voz apagada el rubito, pues le daba mucha pena preguntar.

—Pronto, mañana en la mañana arreglarán nuestra van y en la tarde llegaremos a Daegu… Tengo muchas ganas de verte, Jiminie, más de lo que creí.

—Y-Yo también…

—Nunca pensé que sería tan difícil estar lejos de ti. Ugh, tenía que haberte traído conmigo —dijo el mayor con un puchero también, pero solo porque no había nadie mirando.

Jimin no pudo ocultar una sonrisa de la que Yoongi nunca supo.

—No la he pasado tan mal, los chicos han tratado de mantenerme ocupado o distraído.

—Que bien, yo solo tengo a Hoseok…—se quejó el pelinegro.

Jimin rio divertido y así hablaron un rato más hasta que el pequeño bostezó; ya era hora de despedirse.

»Nos veremos muy pronto, cachorro. Que duermas bien.

—Gracias, Hyung, tú igual.

En la mañana, en lo que un equipo de la compañía local arreglaba el desperfecto de la van, el líder comenzó a sentirse algo inquieto y un poco melancólico. Supuso que eran las ganas que tenía de estar en casa junto a Jimin pues ya llevaba cuatro días sin verlo. Unos minutos después recibió una llamada de su hermano Seokjin.

—Yoongi, trae tu trasero de Alfa acá en este instante. —El Omega mayor ni le dejó hablar en cuanto contestó la llamada.

—¿Qué sucede, Jin Hyung?

—Es Jimin…

El corazón de Yoongi comenzó a latir desesperado, la angustia llegando a él más rápido que el aire a sus pulmones.

»Ha hecho un nido y no me ha dejado entrar a la habitación. Creo que está llorando… —explicó Jin.

Ahora el pelinegro entendía que lo que sentía era lo que le estaba transmitiendo su Omega a través del lazo. Y se enojó, se enojó consigo mismo por haber puesto una estúpida reunión de líderes por encima de su cachorro. Nunca debió haberse ido, el pequeño iba a odiarlo por dejarlo solo.

—Vigílalo, Jin, por favor —pidió—. En cuanto arreglen nuestra van saldremos inmediatamente para allá. —Y cortó la llamada.

—¿Pasó algo? —preguntó el de cabellos rojizos, quien se había acercado al ver la cara de preocupación que traía su primo.

—Págales el doble si terminan en menos de dos horas —dijo con gesto ensombrecido—. Jimin me necesita, Hoseok.

—De acuerdo, Hyung, les diré que se apresuren. No te preocupes, todo estará bien.

Sin embargo, el pelinegro no halló consuelo durante las siguientes horas, las que habían tardado en arreglar la van y llegar a casa.

Bajó del auto y subió corriendo las escaleras, pensó que si tuviesen elevador en la mansión de todas maneras habría tomado las escaleras.

Por mucho que corrió, aun así se detuvo frente a la puerta de su habitación tratando de recuperar el aliento. ¿Y si Jimin no lo dejaba entrar a su nido? Era sabido que los Omegas eran muy recelosos y ariscos cuando alguien interrumpía la privacidad de sus nidos. Tal vez el chico no querría verlo, o estaría molesto por tardarse tanto. ¡¡Aisshh!! ¿Por qué pensaba tanto las cosas una y otra vez?

Con delicadeza llamó a la puerta, pero no obtuvo respuesta. Entonces, con un último suspiro, decidió entrar. La habitación estaba en penumbras y solo distinguía un bulto sobre la cama, por lo que llamó antes de acercarse más.

—¿Jiminie?

Primero hubo silencio, pero el bulto en la cama se removió.

—¿Hy-Hyung? —La voz le falló, tal vez por el llanto.

—Cachorro…

Jimin se sentó en la cama con los ojitos hinchados y el rostro colorado, y sorbió un poco por la nariz.

El pelinegro no resistió más y se acercó a grandes zancadas. El rubito llevaba puesta una de sus sudaderas, que le tapaba hasta los muslos. La cama estaba echa un remolino de ropas del Alfa, algunas del cachorro, mantas y almohadas.

—¡Yoongi Hyung! —chilló Jimin—. Hyung… —gimoteó otra vez.

Cuando el mayor llegó hasta él, el Omega enseguida se le subió encima y era casi como un pequeño koala que no te suelta nunca; manos alrededor del cuello del Alfa y piernas apretando su cintura. Yoongi, por supuesto, perdió el equilibrio al llevar el peso del rubio y sin poder evitarlo cayó sobre la cama. Amortiguó la caída con sus brazos y trató de no aplastarlo.

—Jiminie... c-cachorro —dijo a duras penas—. No puedo... respirar...

Jimin lo liberó un poco de su mortal abrazo y Yoongi aprovechó para salir de entre sus piernas y colocarse a su lado, aunque manteniendo la cercanía; no era momento para caer en tentación estando en esa posición tan comprometedora.

Por un rato se quedaron así abrazados y en silencio, solo disfrutando de sus aromas y el contacto entre sus cuerpos. Se habían necesitado tanto, mucho más de lo que estaban dispuestos a admitir.

—Hyung... lo siento... —murmuró Jimin contra el cuello del pelinegro—. Debí haber sido más fuerte, pero...

—Está bien, pequeño, ya te he dicho que no tienes que disculparte nunca por cosas que están fuera de tu alcance... Yo también fui débil... No creí que me afectaría tanto estar separado de ti…

—Yo... t-te extrañé, Yoongi Hyung...

El mayor suspiró complacido y conmovido. Levantó su cabeza para mirarlo, tan sonrojado como nervioso ante la profunda mirada del Alfa. Y en un impulso, aunque de manera delicada, este se inclinó y besó la frente del Omega.

—También te extrañé, cachorro... demasiado…

Jimin sonrió tímidamente pero no rompió el contacto visual.

—N-No te irás de nuevo... ¿verdad, Hyung?

Yoongi negó con la cabeza.

»¿Lo prometes? —inquirió el rubito con un mohín que el mayor encontró precioso.

—Emm... —El Alfa dudó, como si considerara las posibilidades—. Solo si me das algo a cambio...

—¿Algo a-a cambio? —Y el Omega tragó en seco, nervioso.

—Mhhm... —confirmó el pelinegro—. Un beso...

Inconscientemente, Jimin se mordió el labio inferior.

—¿E-En la boca? —preguntó muy bajito después de unos segundos y esta vez sí desvió la mirada.

Ya se habían besado antes, sin embargo, el Omega nunca había intentado besar al mayor por su cuenta, solo aquella primera vez bajo la lluvia.

—Donde tú quieras, pero tiene que ser un beso —explicó Yoongi y adoró el sonrojo del Omega, era tan tierno e inocente.

Yoongi solo quería molestarlo un poquito, sabía que el rubio era muy tímido y que probablemente le diría que no, por lo que le sorprendió su respuesta.

—Está bien, Hyung... pero solo uno.

Y no era que Jimin no quisiera hacerlo, solo la Diosa Luna sabía cuánto había extrañado los labios del mayor sobre los suyos, pero le daba demasiada vergüenza.

»Ci-Cierra los ojos... —musitó evitando mirarlo.

Al pelinegro en realidad solo le importaba que los carnosos y suaves labios del Omega se posaran sobre él; así que cerró los ojos y esperó.

Sintió a Jimin suspirar profundo y luego, como si el tiempo se detuviera y Yoongi no fuera consciente de más nada, el Omega lo besó, en los labios. El Alfa no supo con certeza si duró un segundo o un minuto, pero la sensación fue maravillosa y hormigueante como la primera vez. Cuando abrió los ojos, el menor mantenía los suyos cerrados y las mejillas encendidas.

—Prometo que nunca más me iré de tu lado, Jiminie —expresó mientras los ojos del chico se abrían de golpe y se encontraban con los suyos—. Nunca me iré...

Y con la misma delicadeza con la que Yoongi había besado su frente, besó una de sus coloradas mejillas.

»Gracias por besarme... —le susurró con una sonrisa.

Y Jimin ignoró su vergüenza y lo volvió a abrazar fuerte para enterrar su nariz en el cuello del Alfa, su Alfa.


Editado: 26.09.21




*Nota*
Espero les guste este capítulo.

Está cortico pero lleno de fluff entre estos dos y me encanta.

Abracito para que no olviden dejar su estrellita, comentar o hacer preguntas si lo desean.

❤ heartu for you

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