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~16~

Yoongi no se esperaba aquello.

—¿Qué? ¿Cómo que no existe? —inquirió con el ceño fruncido.

—Jimin nació en octubre y aunque hay varios bebés con su nombre registrados en ese mes en el distrito de Busan, incluidas un par de niñas, ninguno se llamaba Lee Jimin.

—¿Entonces? —El de cabellos rojizos estaba igualmente sorprendido y ataba cabos en su cabeza con rapidez.

—Hay documentos más confidenciales que me los envió Yuta desde Busan. Al parecer, la familia Lee tuvo un hijo Omega por esas fechas, pero el bebé murió casi al nacer y la madre se volvió como loca. Cayó enferma, sus órganos comenzaron a fallar y tuvo dos paros cardíacos. Todo esto fue, por supuesto, manejado con mucho tacto, pues eran muy respetados en el distrito y no querían que se revelara el drama familiar —contó el pelimorado.

—No estoy entendiendo nada. Si su bebé murió, ¿qué hizo el señor Lee? ¿Adoptar? —preguntó Yoongi mientras observaba una foto de Lee Jaewon y su fallecida esposa Yoona cargando un bebé y tomando la mano de un pequeño niño a su lado, Jooheon.

—No se sabe con certeza qué fue lo que sucedió. Ahora bien, te diré mi teoría cuando comencé a investigar más a fondo y me di cuenta de que una semana después la Omega de los Lee se había recuperado a la perfección y regresaban a casa con su cachorro. Entre todos los bebés registrados bajo el nombre de Jimin por esos días de octubre, había uno de apellido Park, Park Jimin.

—¿Y por qué aseguras que es ese bebé y no otro con apellido diferente? —inquirió Hoseok esta vez.

—Porque el matrimonio Park murió en un accidente automovilístico unos días después de que la Omega diera a luz y en realidad nunca se probó la causa del accidente ya que no fue un choque sino un mal funcionamiento de los frenos.

—¿Crees que fue asesinato? —El pelinegro ya no descartaba nada si se trataba de esa familia en particular.

—Bueno, si Lee Jaewon tenía suficientes contactos como para ocultar la muerte prematura de su cachorro en el hospital, también los tenía para encubrir la muerte de alguien con un accidente —dijo Namjoon haciendo unas comillas en el aire con sus dedos.

—Jimin es el cachorro robado a los Park y adoptado por los Lee… —murmuró Hoseok como si hablara consigo mismo—. La esposa de Lee debió haberse recuperado al tener a otro bebé con ella, no notando la diferencia, o ignorándola.

—Lee Jaewon siempre fue un hombre que maltrató a su Omega, pero la imagen lo era todo para él; no podía salir del hospital sin un cachorro y con su esposa muerta por el trauma de perder a su bebé. Supongo que deshacerse de los Park era la mejor opción para él —concluyó Namjoon.

—Park Jimin… —murmuró el mayor—. Ese es su verdadero nombre…

—Tal vez Jooheon no sabe esto… —comentó Namjoon muy bajito y cuando se ganó la mirada de los otros dos Alfas en la oficina, se explicó mejor—: Es decir… desde pequeño debió creer que él y Jimin eran hermanos de sangre y nunca se atrevió a… ya saben…

Yoongi comprendió de inmediato a lo que se refería su cuñado, pues en los videos que Jooheon había filmado durante los celos de Jimin él siempre era un espectador, nada más. Tal vez su instinto le pedía a gritos poseer al menor, pero no se atrevía porque creía que eran hermanos biológicos. Si hubiese sabido que no lo eran, nada le habría detenido de aprovecharse del pequeño y marcarlo como suyo. Un escalofrío le recorrió la espalda ante la sola idea de que aquello pudo haber pasado.

—Creo que Jooheon ahora sí lo sabe… —Esta vez las miradas cayeron sobre el segundo al mando, quien suspiró por un segundo antes de continuar—: Según me explicó Mark, Lee quería intentar quitarte a Jimin por la vía legal, pero desistió luego de un tiempo y recurrió a la opción del secuestro.

—Espera, espera —interrumpió el líder con obvia confusión—. ¿A qué te refieres con eso de por la vía legal? Jimin es mi pareja destinada, no pueden quitármelo.

—De hecho sí, Hyung… —murmuró Namjoon algo incómodo—. Si le hubieras marcado, las cosas serían diferentes… pero Jimin tiene familia. Si su padre, o en este caso su hermano que es su guardián deciden llevar el caso a la corte… podrían exigir la custodia legal de Jimin.

—¿Pero qué mierda es esa? —Ya Yoongi se estaba alterando—. ¡¿Se supone que fuerce a Jimin a llevar mi marca para poder mantenerlo a mi lado?! ¿Es eso lo que me están diciendo?

—Hyung, tranquilo —le calmó el pelimorado—. Solo te decimos lo que podría suceder desde el punto de vista legal. Ya las cosas no son como antes, la familia se ha impuesto por encima de las relaciones entre Alfas y Omegas, y si no hay una marca que pruebe que separarlos a ambos les causaría daño… pues es más difícil.

—Sin embargo, si lo que nos dice Namjoon es cierto y Jimin no es hijo legítimo de los Lee, no hay manera de que esto le funcione a Jooheon —aclaró Hoseok.

—Aun así, Hobi. ¿Cómo estás tan seguro de que Jooheon sabe que Jimin no es su verdadero hermano? —preguntó Namjoon.

Sin embargo, Yoongi lo dedujo más rápido.

—Porque para recurrir a la vía legal como dices, lo primero que debe haber buscado es el certificado de nacimiento de Jimin… —expresó derrotado.

—Oh, entonces…

—Debe haber investigado y llegado a la misma conclusión que nosotros —finalizó el segundo al mando.

Todos se quedaron pensativos un instante, no atreviéndose a decir lo que cruzó por sus mentes hasta que el pelinegro rompió el silencio.

—Pues si ha sido un cerdo con Jimin casi toda su vida, ahora más que nunca lo quiere para él, ahora sí puede… —El mayor se interrumpió abruptamente, el nudo en su garganta no le dejó continuar.

Se daba cuenta de la gravedad del asunto. Lee Jooheon no buscaba a su hermano menor por razones familiares, lo buscaba para hacerle lo que nunca pudo por temor a los lazos de sangre. Y le daba pánico pensar lo que ese degenerado podía llegar a hacerle a su cachorro.

—Hey, tranquilo, Hyung. —Namjoon se acercó a palmearle un poco la espalda—. Sea como sea, no dejaremos que se lleven a Jimin.

—Y mucho menos cuando tomes el mando de Busan —declaró su primo—. Lee Jooheon irá preso por todo lo que ha hecho y se pudrirá en la cárcel como su padre.

Yoongi trató de verle el lado bueno a la situación, pero había algo que no le gustaba en todo eso. Por ahora, solo podía poner más seguridad en la mansión, más guardaespaldas para Jimin y reducir sus citas a lo mínimo; por lo menos hasta que estuviera seguro de que habían atrapado a Jooheon.

Eran más de las seis cuando el pelinegro por fin decidió terminar su arduo día de trabajo. Estaba cansado de tantos documentos, firmas, reuniones y visitas a otros distritos para atender asuntos entre las manadas menores. Su primo había estado con él la mayor parte del tiempo, pero si no se dividían las tareas jamás terminarían.

Al llegar al segundo piso, siguiendo el olor de su cachorro para encontrarlo, pues lo había extrañado todo el día, se encontró con una escena que no le resultó muy agradable que digamos.

Los Alfas más jóvenes de su escolta, Jungkook y Taehyung, estaban jugando videojuegos sentados en cojines en el piso del salón de juegos, era algo bastante común ya que aquellos dos eran más infantiles que el resto. Sin embargo, lo que había de diferente esta vez era que Jimin estaba sentado en el sofá, con sus piernas cruzadas, mientras comía palomitas de un gran tazón que quizás había preparado Seokjin.

Yoongi se recostó en el umbral de la entrada al salón y se cruzó de brazos mientras observaba, con ojos entrecerrados, a los chicos interactuar; pero terminó frunciendo ceño demasiado rápido.

—¡Jiminie! —chilló Jungkook sin dejar de mirar la pantalla y apretar frenéticamente los botones del mando del juego—. ¡Palomitas!

Y muy obediente y con una amplia sonrisa que hacía de sus ojos dos pequeñísimas ranuras, el Omega cumplía su cometido y alimentaba al Alfa, introduciendo una gran cantidad de palomitas dentro de su boca.

—¡Yo también, Chim Chim! —exclamó el peliazul.

Y otra vez un risueño Jimin repitió la acción anterior, ahora con Taehyung.

—¡Yaaah! —gritó Yoongi—. ¡¿Cómo se atreven a usar a Jiminie para su propia diversión?!

Los tres chicos, con las bocas llenas de palomitas, desviaron sus miradas de la pantalla y observaron a un malhumorado Yoongi acercarse.


—Hyung... ¿de verdad estás molesto?

Yoongi no lo miró y se cruzó de brazos. Taehyung y Jungkook habían huido a la primera y ahora solo estaban él y el rubio sentados en el ancho sofá.

»¡¡Hyuuung!! —exclamó Jimin mientras lo zarandeaba un poco, pero el Alfa ni se inmutó.

El menor entonces se le acercó más y con un dedo comenzó a hacerle cosquillas. Yoongi se retorció un poco, pero siguió cruzado de brazos sin mirarlo, aunque una ligera sonrisa amenazaba con escapársele.

»¡Yoongi Hyung! —Esta vez el Omega lo atacó con ambas manos y Yoongi explotó en carcajadas mientras intentaba alejarse.

Logró detener a Jimin al sostenerlo por ambas muñecas y el chico sonrió en grande con gesto triunfante.

»Sabía que no estabas molesto...

—Tienes razón, cachorro... No estoy molesto... Estoy celoso —dijo el Alfa con voz ronca y profunda.

Con un rápido movimiento se impulsó hacia adelante y cayó sobre el cuerpo del Omega. Ahora Jimin estaba atrapado entre el sofá y Yoongi.

La oscura mirada del mayor se posó sobre el sonrojado rostro del rubio, quien se mordió el labio inferior con nerviosismo. Los ojos de Yoongi notaron esta acción pues se desviaron hasta la boca del menor.

»No hagas eso, cachorro...

—No fue a propósito... Solo estábamos jugando, Hyung... N-No estés celoso...

—No me refería a eso —dijo Yoongi—. Y además, aunque fuese solo un juego esos mocosos siguen siendo Alfas…

—¿Y a que te referías e-entonces? —murmuró Jimin para luego volver a morder su labio.

Yoongi se apoyó con el antebrazo en el sofá para no dejar caer todo su peso sobre el Omega y con los dedos de la otra mano hizo que Jimin dejara de morderse.

—A esto... No lo hagas...

Jimin tragó en seco pero se atrevió a preguntar.

—¿P-Por qué?

—Porque me dan deseos de hacer esto…

El Alfa se inclinó sobre su rostro y unió sus labios en un suave beso.

El corazón de Jimin comenzó a latir aceleradamente y por mucho que su cerebro trató de formular algo coherente, no lograba pensar con claridad.

Yoongi se separó un poco y observó su reacción, lo último que pretendía era asustarlo o hacerle pensar que iba a sobrepasarse. Pero sí había sentido celos y de alguna forma quería marcar su territorio. Lo mejor para eso sería lamer la curvatura entre el hombro y el cuello del Omega, donde iría su marca de enlace; pero eso sí sería rebasar el límite para el menor. Por ahora tendría que conformarse con sus labios.

—Jiminie... déjame besarte… —susurró el pelinegro con ansias.

—A-Acabas de hacerlo, Hyung… —pronunció el Omega a duras penas.

—Así no... Quiero besarte de verdad... —pidió otra vez.

Jimin sintió que el corazón se le saldría del pecho y que las mejillas le explotarían. Sin embargo, lo que estaba experimentando estaba lejos de hacerlo sentir mal o incómodo, por el contrario, no quería parar.

No fue enteramente consciente de cuándo asintió con la cabeza, pero en pocos segundos los suaves y finos labios del Alfa estaban sobre los suyos. Si solo ese toque le nublaba los sentidos, ¿cómo se sentiría si la sensación fuese más fuerte? ¿Más abrumadora?

El mayor no se quedaba atrás, su corazón desbocado le anunciaba lo emocionado y nervioso que estaba; no quería arruinar nada.

Inició con un ritmo lento y pausado, queriendo prolongar el momento y disfrutar más. Atrapó el labio superior del Omega y lo acarició con su lengua, luego hizo lo mismo con el inferior. Movió su cabeza despacio de un lado a otro mientras degustaba el leve sabor salado en los labios del menor; solo se apartaba un poco para que pudieran respirar, pero enseguida volvía a atacar con más deseo que antes.

Yoongi colocó su mano en la mejilla del Omega y con delicadeza mordisqueó su labio inferior, haciéndolo jadear ante esta nueva sensación, así aprovechó para introducir su cálida lengua en el espacio que se le abría paso.

Jimin gimió bajito al sentir sus lenguas rozarse y por instinto, quiso explorar con la suya también, imitando los movimientos del mayor; se sentía increíble. Se apretó más contra el firme cuerpo del Alfa y cerró sus puños alrededor de su ropa.

Luego de un rato, Yoongi consideró que debían detenerse pues no quería que el momento se volviera demasiado sexual. Ambos se apartaron mientras trataban de recuperar el aliento, aunque no mucho, puesto que Yoongi juntó sus frentes y rozó sus narices.

—Gracias, cachorro... —musitó unos segundos después.

Y Jimin sonrió poquito, sus ojitos brillando con intensidad.

—Yaah, Kim Namjoon, ¿en qué estabas pensando?

—Yo…

Namjoon se encontraba acorralado contra la pared por su propio Omega, quien lo había atrapado a punto de interrumpir al par sobre el sofá de la sala de juegos con un asunto importante que tenía que discutir con el líder. Este se rascó la nuca un poco avergonzado ya que no imaginaba verlos juntos en ese estado. En realidad, por un momento, entró en pánico pensando que el Alfa había vuelto a perder el control.

»Lo siento, no pensé que…

Seokjin emitió un sonido de disgusto al tiempo que tomaba la mano del pelimorado para alejarse del lugar. Fueron hasta la cocina y el Alfa se sentó en un taburete cercano mientras que el mayor continuaba preparando los últimos detalles de la cena.

—Pareces demasiado sorprendido… —comentó el gestante.

—Lo estoy. Si te soy sincero creí que Yoongi estaba, ya sabes, fuera de sí otra vez —confesó el menor de los dos, pero su preocupación ya había desaparecido.

—Están avanzando en su relación, eso es todo. También estuve a punto de interrumpirlos cuando sentí el pequeño escándalo que armó mi hermano por ver jugar a los chicos, pero me di cuenta del ambiente que se había creado y los dejé —explicó—. Y cuando te vi pasar de largo por la cocina y dirigirte a la sala de juegos…

Namjoon suspiró ante la sabiduría de su esposo.

—Gracias, Jinnie, me salvaste de un momento incómodo. —Y le regaló una amplia sonrisa con marcados hoyuelos.

—Hey, ahora que lo mencionas, Joonie… —El Omega se acercó para darle a probar un bocado del bulgogi que cocinaba—. ¡Jiminie me ha dado el nombre perfecto para nuestra bebita!

El menor acercó más al castaño para que se colara en el espacio entre sus piernas abiertas y le rodeó con sus largos brazos hasta enlazar sus manos en su espalda baja. Besó su vientre un par de veces con cariño, luego miró hacia arriba y encontró una amorosa sonrisa por parte de Jin.

—¿Y qué nombre es ese que te tiene tan emocionado? —inquirió, acostumbrado ya a que su Omega le cambiara el sexo al bebé a cada rato.

—Jennie —murmuró—. Kim Jennie… suena muy bonito, ¿no crees?

Namjoon pareció considerarlo un momento y luego sonrió cuando se dio cuenta de la rima.

—Jinnie…

—Joonie… —continuó el castaño.

—Jennie  —dijeron los dos a la vez.

Y el Omega se inclinó para dejar un cálido beso en los gruesos labios del menor.

Luego de la cena, en la que todos conversaron muy alegres como cualquier otro día, la limpieza le fue «asignada» a Jungkook y Taehyung por el mismísimo líder. Cuando los menores amagaron quejarse, Yoongi levantó una ceja y se cruzó de brazos; ese era el castigo por haber escapado cobardemente en la tarde ante la amenaza de un regaño.

—Joonie, ¿me ayudas con esto, por favor? —El Omega estaba tratando de recoger un par de medias que se le habían caído de la cesta del baño.

—Claro, amor.

La ayuda del Alfa fue agradecida con un suave beso en la mejilla y este sonrió como un tonto ante el gesto. Su hermoso Jin le enamoraba cada día, más ahora que esperaba a su cachorro. Con esa misma sonrisa Namjoon se sentó en la ancha cama matrimonial de su habitación y recostó su espalda desnuda a la cabecera de la mism. Solo llevaba puesto un pantalón de chándal y sus espejuelos para leer. Luego de que llevara solo cinco minutos concentrado en su libro, sintió como este era arrebatado con suavidad de sus manos y depositado en la mesita de noche.

*Nota*
🔥 Lemon/smut/sexo explícito/como se llame 🔥 si eres menor de edad por favor no continúes leyendo 🔥 quedas advertido 🔥

—¿Estás ocupado, Alfa? —preguntó el mayor en tono coqueto mientras recorría el pecho del menor con su palma abierta.

—Nunca estoy ocupado para mi príncipe… —contestó el pelimorado quitándose sus lentes y colocándolos encima del libro.

Jin sonrió encantado y con ayuda del otro logró sentarse en su regazo y rodearle el cuello con sus brazos, sus piernas desnudas a cada lado de los fuertes muslos del menor ya que solo llevaba una fina camisa azul claro, cortesía del propio Namjoon.

—¿Sabes? —murmuró al tiempo que besaba los labios del Alfa con lentitud, se separó solo un poquito para susurrarle—. No llevo nada debajo…

—Mhm… me di cuenta —dijo el otro con sus ojos cerrados, disfrutando la calidez de la boca contraria sobre la suya.

—¿Y vas a hacer algo al respecto?

—Mhm… seguro. —Esta vez fueron los labios del menor los que buscaron besar con ansias la marca de enlace en la curvatura del cuello del Omega.

Las grandes manos del Alfa recorrieron el cuerpo de su pareja con delicadeza, haciendo presión en los lugares conocidos que le ganaron unos cuantos suspiros y jadeos; su lengua y dientes se aventuraron más decididos sobre la piel marcada.

Namjoon llevó sus palmas hasta las redondas nalgas del mayor y con un movimiento certero presionó su creciente erección contra la del castaño, ambos gimieron ante la deliciosa descarga eléctrica que les recorrió el cuerpo.

—Alfa… —gimoteó el mayor.

—¿Quieres que nos quedemos en esta posición? —inquirió el otro mientras repetía el movimiento anterior.

Sabía que su Omega prefería estar arriba para evitar que su vientre fuera aplastado, una idea ridícula que se le había ocurrido cuando le creció más la panza; pero sus piernas no resistían mucho y terminaba adolorido.

—N-No… Solo… ten cuidado…

—Por supuesto, Jinnie —le aseguró.

Con suavidad alzó el cuerpo del castaño para tumbarlo a su lado y luego tenderse sobre él, sus brazos evitando que sus cuerpos chocaran en toda su extensión; pero sus piernas, oh sus piernas abrieron sin permiso las del Omega para exponerlo ante él. Tan hermoso, tan necesitado…

—Joonie… —El mayor entornó los ojos y buscó acariciar los músculos de los brazos de Namjoon.

Sin embargo, la oscura mirada del Alfa le anticipó lo que planeaba. Al principio lo besó fugazmente en los labios en forma de corazón y comenzó a desabotonarle la camisa despacio. Conocía a su Omega más que nadie y sabía que odiaba tanto como amaba aquella tortuosa pero deliciosa lentitud.

Besos húmedos dejaron huella en el pecho del mayor, quien desde el embarazo tenía los pezones más sensibles que nunca y gemía con solo una leve estimulación; su vientre también recibió suaves caricias de amor. Y antes de que el mayor se diera cuenta, su miembro estaba siendo engullido por la caliente boca de su Alfa, y oh, se sentía tan jodidamente bien.

El Omega era todo jadeos y suspiros placenteros, se arqueaba como podía y buscaba sostenerse de cualquier cosa: las sábanas, el cabello de Namjoon, la almohada. Justo cuando estaba a punto de correrse, el menor se detuvo y de improviso le penetró con un largo dedo. No sintió dolor alguno, pero la sorpresiva intromisión le hizo estremecerse. Pronto se escuchó rogando por más dedos y su Alfa le complació enseguida.

»Joonie… Alfa… —gimió con voz rota el mayor—. Ya es… suficiente…

Namjoon no tardó en sacar sus tres dedos del apretado agujero del Omega, para luego retirarse su única prenda y lanzarla al piso. Se masturbó un poco para lubricarse con el líquido pre-seminal y colocó la punta de su erección en la ansiada entrada.

»Despacio… el bebé…

—Tranquilo, amor. Confía en mí…

No era la primera vez que hacían el amor durante el embarazo, pero Jin era más cuidadoso con el paso del tiempo y el Alfa solo quería complacerle y cuidarle, hacerle sentir amado pero seguro en sus brazos.

Se adentró en la estrecha abertura poco a poco, gimiendo ronco ante la sensación de empujar dentro del Omega y ser recibido sin mucha resistencia. Amaba estar así, siendo uno con el hombre que más amaba en su vida y que seguiría amando si tuvieran otras.

—Jinnie… te amo —dijo mientras embestía suave, haciéndole el amor a su pareja.

El Omega estaba en el séptimo cielo, con la boca abierta y la respiración entrecortada; sus piernas enredadas en la cintura de su Alfa y sus manos arañándole un poco la espalda. Y gimió, gimió fuerte cuando el menor cambió el ángulo de sus caderas y le folló con más fuerza, tocando ese punto que le hacía ver estrellas. Una y otra vez, y otra vez.

Y Jin se rompió en mil pedazos mientras gritaba el nombre de su esposo, el orgasmo prolongándose cuando el otro empujó dentro de él un poco más, buscando su propio clímax y llenándolo con su esencia luego.

Sintió labios en los suyos y una cálida lengua pasar sobre su marca.

—También te amo, Joonie… —Y acarició los cabellos morados encima de la nuca del menor.

🔥🔥🔥

Editado: 25.09.21





*Nota*
Espero les guste este capítulo.

Aquí tienen algunos fanarts del Namjin, uno de mis ships favoritos, espero que les haya gustado el smut. 

¿Creen que Jimin y Yoongi van muy lento? 🤔

Dejen su estrellita, comenten y hagan preguntas si lo desean o si no entendieron algo.

❤ heartu for you

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