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~14~

El pelinegro despertó primero con los tenues rayos de sol que se colaban por entre las oscuras cortinas. Sin abrir los ojos aún se deleitó con la presencia del Omega a su lado, quien tenía un brazo y una pierna cruzando por encima del cuerpo del mayor y la rubia cabellera descansando sobre su firme pecho.

Si Yoongi dijera que ya estaba aburrido del pequeño show del menor con las almohadas, estaría mintiendo. Le encantaba ver al cachorro concentrado en dividir la gran cama en dos partes iguales a la hora de dormir, para luego sentirlo quejarse en sueños y luchar con las almohadas que obviamente estorbaban desde un principio, y una vez fuera de su camino, abrazarse al Alfa como si su vida dependiera de ello. Y anoche no había sido la excepción.

Hizo ademán de moverse para levantarse pero el Omega se quejó bajito e hizo al mayor sonreír contento. Nunca imaginó que la convivencia con Jimin sería así, pero tampoco se estaba quejando. El una vez arisco y reacio cachorro estaba cediendo ante su Alfa cada vez más y el pelinegro quería atesorar cada momento junto a él, por más sencillo que fuera.

Con mucha delicadeza intentó una vez más separar sus cuerpos, aunque su lobo le pedía más contacto. Pero el mayor tenía algo en mente y ni todas las responsabilidades y tareas que le esperaban en su oficina lo harían cambiar de opinión. Pasaría la mañana con Jimin. Al diablo sus deberes como líder.

Fue al baño para darse una ducha rápida y luego se vistió con ropa sencilla; jeans negros y camisa gris arremangada hasta los codos, tenis negros también. Cuando tuvo todo listo, se acercó al cachorro dormido para despertarlo con una caricia en el cachete que tenía visible, pues el otro yacía aplastado contra la almohada del Alfa, cosa que le hizo sonreír con ternura.

Un nuevo quejido salió de la boca del rubio cuando sintió que querían arrebatarlo de los brazos de Morfeo.

—Jiminie... despierta, pequeño...

El chico abrió un ojito con pereza y vio a su Hyung inclinado sobre él en la cama, mas solo tocaba su mejilla con sus largos dedos y era un toque que Jimin ya no rechazaba como al principio. Pero eso no significaba que no le causara un ligero sonrojo.

—Hyung... buenos días... —dijo con voz ronca por el sueño, lo que causó que un escalofrío recorriera la columna de Yoongi y culminara con un cosquilleo en su entrepierna.

Se preguntaba si Jimin tendría ese tono de voz cuando él estuviera entre sus piernas y...

El Alfa interrumpió el rumbo que tomaban sus pensamientos casi de inmediato, quejándose internamente porque su reciente celo todavía le hacía anhelar al Omega. Sin embargo, ahora sí tenía más dominio propio sobre su lobo.

»¿T-Te sientes bien, Hyung? —inquirió Jimin mientras se incorporaba en la cama, adivinando tal vez el malestar del pelinegro a través del lazo.

—S-Sí… t-todo bien…

Oh no, el mayor tartamudeaba y se sonrojaba cual adolescente que había sido descubierto haciendo algo morboso. Sacudió la cabeza para deshacerse de esas ideas y le sonrió al menor.

»Vístete, cachorro; pasaremos la mañana juntos en un lugar al que quiero llevarte.

El pequeño rio bajito y enseguida se levantó para asearse y ponerse ropa adecuada para salir. Sin embargo, le asaltó una duda.

—¿Hyung? —llamó desde el gran closet—. ¿A dónde vamos? ¿Qué debería ponerme?

—Ponte algo cómodo y casual, unos jeans o algo, no creo que haga frío —gritó el Alfa desde el baño—. Aunque deberías llevar un suéter por si acaso.

Jimin optó por unos jeans con huecos en las rodillas, una camiseta blanca, una chaqueta de mezclilla y unos converse azul claro. Se dirigió al baño con todo lo necesario.

»Nos haré un desayuno ligero —dijo el Alfa ya casi saliendo de la habitación—. Te espero abajo, cachorro.

Jimin se apuró con todo para no hacer esperar al mayor. Y en realidad, aunque no quería exagerar, estaba demasiado emocionado. Todas las «citas» con el Alfa, hasta ahora, habían sido memorables. Sobre todo aquella bajo la lluvia, que todavía le ponía los cachetes colorados solo de recordarlo.

Y es que el menor estaba cada vez más acostumbrado a pasar tiempo con el pelinegro y le era bastante difícil resistirse a sus encantos de Alfa. Rio por lo tonto que sonaba eso. Min Yoongi no era un hombre de encantos precisamente, pero al ser su Alfa destinado, su Omega no podía hacer más que derretirse un poquito más cada día.

Salió de la habitación bañado y perfumado para la ocasión y aunque no sabía a dónde iban, sí sabía que sería especial.

Se unió a Yoongi en la cocina y cuando terminaron con su desayuno que en su mayoría consistió en frutas, tostadas y jugo, el mayor tomó una cesta que al parecer había preparado ya. Luego entrelazó su mano libre con la del rubio, quien se sonrojó con rapidez pero no la retiró; juntos se dirigieron al garaje de la mansión. Esta vez Yoongi optó por una camioneta blanca y sin guardaespaldas a la vista, quería disfrutar con Jimin a solas.

Todo el tiempo que duró el recorrido, el Alfa sostuvo la mano de Jimin, maniobrando con la otra el volante de la camioneta sin problema alguno. Las ligeras caricias relajaron al Omega y le hicieron dormitar un rato más antes de llegar a su destino. Yoongi no hacía más que mirarlo cada vez que podía o el tráfico se lo permitía, y siempre terminaba sonriendo como un tonto.

Cuando el Omega despertó, se sorprendió de ver la camioneta a un lado del camino en una carretera desierta. Se asustó un poco a pesar de sentir la presencia del Alfa cerca, así que lo buscó con ojos ansiosos. Se bajó del auto y al mirar atrás su corazón dio un vuelco emocionado. Aquel lugar era lo más hermoso que Jimin había visto en su vida, nada le haría justicia.

Cientos de árboles de cerezo vestían el paisaje de un tierno rosa pálido y el suave verdor del campo estaba salpicado por florecillas doradas. Una brisa suave movía los pétalos de los cerezos en flor y traía consigo su tenue pero delicioso aroma. Para Jimin, era como a lila y rosa, acentuado con vainilla y algo de almendra quizás; y si a todo eso le añadías la esencia de cierto Alfa, era el mismísimo cielo.

Jimin sabía que Yoongi siempre lo traía a lugares hermosos, pero esto era demasiado para su pobre corazón y sus ojos poco entrenados; de verdad no tenía palabras para describirlo. Y cuando pensó que no podía sorprenderse más, a unos metros de distancia estaba el Alfa acomodando la cesta sobre un mantel a rayas encima del césped. Cuidando, por supuesto, de no maltratar las flores y quedarse cerca de las ramas de un cerezo que caían cual cascada.

«¿Acaso estoy soñando? Estas cosas solo pasan en las películas…».

Con el corazón latiéndole a mil y un nudo en la garganta por los deseos de llorar, el rubito descendió por el camino de piedras que le llevaría al encuentro con el mayor. Y es que nunca nadie le había tratado así, era como si el Alfa estuviese cortejándolo como se hacía antaño. Y en realidad no tenía por qué hacerlo, después de todo eran destinados. Sin embargo, el mayor siempre terminaba conquistándolo una y otra vez.

—Yoongi Hyung… —llamó la atención del Alfa, quien se giró desde su posición.

—Jiminie, estaba a punto de ir a buscarte. —Y le dedicó la sonrisa más linda que el cachorro había visto hasta ahora—. ¿Huh? ¿Sucede algo? —La sonrisa le falló al instante.

El Omega se limpió un par de lágrimas que resbalaron por sus cachetes y Yoongi se le acercó preocupado.

»Cachorro, ¿te sientes mal? —dijo mientras acunaba su rostro con ambas manos.

El menor negó frenéticamente y luego rio porque se sintió como un bobo.

—Estoy bien, Hyung… Es que… esto es demasiado… —susurró—. Gracias por traerme siempre a lugares hermosos y especiales que… que nunca antes pensé ver...

—Alguien hermoso y especial se merece que lo traigan a lugares así… —El pelinegro le pellizcó la naricita, que se había puesto roja por el llanto—. Ven, ayúdame con esto.

Juntos terminaron de estirar el mantel y abrieron la cesta para sacar los dosiraks* preparados por Yoongi con anterioridad. El Omega ya no sabía si estaba sorprendido o extasiado, las cajitas estaban surtidas con arroz frito, bibimbap, huevos enrollados, kimchi, vegetales encurtidos, bulgogi, sushi; todo en pequeñas cantidades y muy bien organizado y distribuido. Se le hizo agua la boca.

—Hyung, ¿preparaste todo esto?

—Bueno, no todo —explicó el mayor mientras sacaba refrescos fríos de una de las secciones de la cesta—. Hay muchas cosas que son de la fiesta y que Jin Hyung tenía bien guardados y catalogados, pero se los robé.

Jimin rio cómplice del Alfa.

»Otras cosas sí las preparé yo. Soy un cocinero decente, cachorro —comentó divertido el pelinegro mientras le entregaba al menor unos palillos de comer desechables—. No es mucho, pero…

—Es perfecto, Hyung, en serio. —Le sonrió ampliamente hasta que sus ojitos se hicieron muy chiquitos.

La sonrisa del rubio era todo lo que Yoongi anhelaba. Y sin más, se dispusieron a devorar los alimentos, pues el viaje había sido bastante largo y el desayuno, ligero. Hablaron de cosas sencillas, como sus gustos en la comida y sus habilidades para la cocina; de su infancia, que era un tema seguro para ambos. Sin darse cuenta, terminaron hablando de los lobos y del momento en el que se habían visto por primera vez.

—Estaba tan asustado, Hyung. Todo se sentía tan diferente.

—Puedo imaginarlo, era tu primera vez transformándote y conectándote con tu parte más animal —coincidió Yoongi—. Para mí también fue bastante agobiante la primera vez.

—¿Cuántas veces te has transformado? —inquirió el cachorro con curiosidad mientras se limpiaba los brillantes labios con una servilleta—. ¿Puedes hacerlo a voluntad?

—Tres veces en total. Y no creo poder hacerlo a voluntad, eso era en la antigüedad —expresó el mayor al tiempo que terminaba su postre—. Los lobos modernos han perdido muchas habilidades y por ende, casi siempre hay un factor externo que desencadena esa reacción.

—Entiendo —murmuró Jimin—. Pero sería genial al menos volver a conectar con mi lobo. Es decir… —Se relamió un poco el labio inferior antes de continuar—: Siempre sentimos a nuestro lobo, pero internamente.

El Alfa pareció cavilar por unos segundos.

—Bueno, tal vez hay algo que podamos intentar, aunque no sé si funcione.

Terminaron de guardar todo en la cesta y se deshicieron de las sobras de la comida en bolsas destinadas para eso; cuando el mantel estuvo limpio se recostaron en él. Jimin estiró sus piernas hacia el lado izquierdo y Yoongi hacia el derecho, de manera que sus cabezas estaban más cerca pero sus cuerpos en sentido contrario.

»Bien, cachorro, relaja tu cuerpo y despeja tu mente todo lo que puedas. Concéntrate solo en mi voz.

El Alfa también hizo lo mismo, respiró profundo varias veces tratando de conectar con su lobo interior, cediéndole el control de sí mismo. Y en pocos segundos logró lo que quería; abrió sus ojos despacio y parpadeó ante la sensación, verlo todo a través de los ojos de un lobo era increíble y diferente por completo.

Sus pupilas estaban más dilatadas, sus iris totalmente rojos y brillantes. Si bien el rango de colores era distinto al humano, podía ver todo más vívido y con más intensidad. No había mutado a su forma animal, pero eso no significaba que su lobo no estuviera presente en ese momento, dos entidades fundidas en un mismo individuo y coexistiendo en paz.

Cuando el mayor se acostumbró a aquello, decidió sacar a flote su voz de mando, la cual no debía ser utilizada al azar y sin justificación alguna; pero haría una excepción.

»Omega… muéstrate…

Jimin, en la tranquilidad del momento y solo con el murmullo de una suave brisa entre los árboles, reaccionó de inmediato a la voz de mando de su Alfa. Y entonces ya no sintió a su lobo solo en su interior, sino como parte de él, junto a él. Sintió al pelinegro moverse a su lado, por lo que decidió abrir los ojos.

El mayor descansaba sus antebrazos a cada lado de los rubios cabellos del Omega y su rostro estaba a escasos centímetros del menor. Aunque mantuvo su postura al revés, Jimin quedó anonadado. Su Alfa era hermoso y sus ojos rojos le hacían ver más imponente y magnífico que nunca, provocando sumisión ante él.

—Alfa… —murmuró mientras tocaba su mejilla casi fascinado.

Respirando el mismo aire, escuchando sus corazones latir a la par, mirándose como si fuera la primera vez... sus lobos no solo se veían, ahora se reconocían como destinados.

Yoongi, quien se complacía grandemente ante la sumisión y adoración que demostraba el rubio, con sus ojos azul eléctrico brillando como dos trozos de cielo, no pudo hacer más que acortar la distancia entre sus labios y besarlo con delicadeza. Así, Alfa y Omega compartían su segundo beso, aunque las sensaciones que experimentaron eran muy distintas al anterior.


Las sonrisas y las manos entrelazadas no faltaron en el camino de regreso a casa, porque sí, Jimin consideraba aquella su casa, su hogar. Un lugar donde poco a poco había encontrado todo lo que no conocía pero que necesitaba demasiado, en especial, un Alfa como Min Yoongi. Y aunque sabía que los fantasmas de su pasado seguirían acechándole, estaba dispuesto a enfrentarlos por defender su futuro junto al mayor.

Dejaron la camioneta en el garaje de la mansión y se dirigieron a la puerta de servicio que daba acceso a la planta baja; tal vez estaban tan ensimismados que no se dieron cuenta de la presencia de otro Alfa demasiado cerca.

El pelinegro sintió como tiraron bruscamente de su brazo y la mano de Jimin se desprendió de la suya. Se volteó con rapidez y terminó tragando en seco ante lo que tenía delante, o mejor dicho, a quien.

—No te muevas, Min, o le corto el cuello a tu muñequito.

Editado: 25.09.21



*Nota*
Espero les guste este capítulo.

Dosirak es básicamente una caja de comida o lonchera donde se colocan los alimentos por separado en pequeñas divisiones. Fotico para que entiendan mejor.

Así imagino el pequeño bosque de cerezos en flor.

Esta es la posición en la que estaban acostados sobre el mantel, pero casi no se tocaban, o sea que técnicamente no tenían sus cabezas recostadas en el hombro del contrario, solo estaban uno al lado del otro. (Ya les había dado una pista en los fanarts anteriores UwU)

Y así fue como se besaron, por si no se entendió como lo describí. A veces me enredo mucho hehe. (Doblen su cabeza hacia la izquierda para una mejor referencia :D)


Dejen su estrellita, comenten y hagan preguntas si lo desean.

❤ heartu for you

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