
~12~
La mansión del líder Min relucía con decoraciones y combinaciones de luces y colores, se celebraba la Fiesta de la Octava Luna Llena, algo tradicional en la gran manada de Daegu pues era el día en el que el Líder había asumido su responsabilidad. Todos los Alfas cercanos a la residencia del Líder podían asistir junto a los miembros de sus manadas, los demás celebrarían en otros lugares de la ciudad.
El pequeño Omega se había arreglado junto a Jin en su habitación. El mayor le calmó bastante con respecto a salir y ver a tanta gente, puesto que el rubito se sentía un poco intimidado. Jin le dijo que no se iba a apartar de él en toda la noche, a menos que estuviera con Yoongi, pero el pelinegro iba a estar seguro ocupado.
En secreto, Jimin se sentía mucho más avergonzado y presionado, probablemente todos esos invitados sabrían de una manera u otra que él era la pareja del Alfa Líder; estaba asustado y no quería avergonzar al mayor. Sin embargo, respiró hondo un par de veces y se convenció de que no sería tan malo. Después de todo, esas personas no conocían nada de él y no le mirarían con malos ojos. Además, había aceptado al Alfa, quien con mucha paciencia le estaba dando todo el tiempo del mundo.
Jimin sonrió delante del espejo al recordar los momentos tiernos y delicados que había experimentado junto al pelinegro. ¿Quién diría que el Alfa Líder gruñón tenía un lado suave para su Omega? Tomó una bocanada de aire una vez más y salió del cuarto de baño de Jin, quien le esperaba sentado en la cama tratando de abrochar su camisa.
—¡Chim Chim! ¡Ayúdame! —pidió el Omega mayor, pero al levantar la vista y verlo emitió un jadeo de sorpresa—. ¡Vaya! ¡¡Jiminie!! ¡Te ves espectacular!
—No exageres, Jin Hyung —puchereó el otro—. Este atuendo lo escogiste tú.
—Cierto, pero no sabía que te quedaría tan bien.
La sonrisa cálida y honesta de Jin hizo que Jimin se relajara y aceptara el cumplido. Pronto ayudó al mayor a abrocharse los botones de la camisa que se ajustaba a su panza y como era para el embarazo, le quedaba perfecta.
Ambos salieron y bajaron al primer piso, justo cuando los primeros invitados comenzaban a llegar y a llenar el gran salón. Jimin vio al pelinegro de lejos, le daba la bienvenida a todos y charlaba un poco con quienes le preguntaban o comentaban algo. Se veía muy apuesto con su traje de corte tradicional pero elegante, que alternaba colores oscuros como el azul y el gris. Y cuando el rubito menos lo esperaba, pues sin darse cuenta había pasado varios minutos admirando la figura del Alfa, este encontró con su mirada y se sonrojó sobremanera.
Yoongi quiso morir y renacer otra vez allí mismo. ¿Cómo una simple camisa y el cabello arreglado así podían hacer que Jimin se viera más hermoso y, bueno, apetecible?
El Alfa observó al menor, quien llevaba el cabello peinado con un estilo diferente que dejaba ver parte de su frente, se veía más maduro así. Un suave maquillaje realzaba sus hermosos ojos rasgados y sus gruesos labios. Una camisa malva de mangas largas por dentro de un ajustado pantalón negro que apretaba su cintura deliciosamente y además hacía resaltar su abultado trasero. Pero no, Yoongi no estaba teniendo pensamientos morbosos.
—Jimin —llamó el pelinegro cuando llegó hasta el Omega luego de unos veinte minutos en los que terminaba de saludar por lo menos a los Alfas de las manadas más importantes.
—Hyung...
—Te ves increíble, cachorro.
Una sonrisa tímida que llegó hasta sus ojitos hizo que el Alfa se derritiera por dentro.
—Gracias, Hyung... —Quiso devolver el cumplido pero moría de la vergüenza.
El resto de la velada estuvo tranquila. Jimin permaneció junto a Yoongi y los demás en una gran mesa que había sido ubicada en el centro del salón. Algunos invitados bailaban, otros comían y bebían, y otros venían hasta la mesa a charlar más con el Líder Min y tal vez a curiosear acerca del pequeño y lindo Omega que no se despegaba de su lado.
El pelinegro no lo presentó como su pareja, no porque no quisiera, sino porque quería evitar que Jimin se sintiera incómodo. Sin embargo, Yoongi sabía que no le debía explicaciones a nadie y la gente podía asumir lo que quisieran de su relación, lo único importante era que Jimin le aceptara.
Hoseok y Namjoon tomaron turnos para vigilar las cámaras recientemente instaladas en secreto, no podían bajar la guardia ni tampoco dejar que otros de la escolta lo supieran. Por fortuna, no vieron nada fuera de lo común. Los demás lobos de la manada mantenían estricta vigilancia en los alrededores, esa tarea nunca era descuidada.
—¡Hyung! —chilló un emocionado Jungkook mientras se acercaba a Taehyung—. ¿La viste? ¿La viste?
El peliazul rodó los ojos un poco ante la expresión de alegría y según él, pérdida total de cordura, del maknae.
—Sí, Kookie, ya la vi. ¿Quieres calmarte? —replicó—. Vas a empezar a liberar feromonas y llamarás la atención.
—Me dijo que si venía esta noche significaba que podíamos ir a su departamento luego —comentó Jungkook con una sonrisa de oreja a oreja que le arrugaba la comisura de los ojos—. Así que esta noche será.
Taehyung suspiró derrotado, su mejor amigo llevaba toda la semana desesperado porque llegara la noche de la fiesta y ver si Ji Eun Noona aparecía. Al parecer la chica le había explicado que tenía a sus padres de visita en casa y que si no se iban no podría ir a la fiesta, pero que si todo marchaba bien ellos se marcharían el día antes. Y esa era la señal, si la chica aparecía, era luz verde para los Alfas; sin mencionar que ella le había preguntado a Jungkook incontables veces si el peliazul iría al encuentro, sin él no pasaría nada de nada. Por eso el mayor estaba nervioso. La chica se veía en verdad bella esa noche, pero de ahí a marcharse a su departamento y practicar sexo los tres... era una locura.
No tuvo mucho tiempo para considerar sus opciones o siquiera de inventar una excusa. La fiesta ya se iba apagando y muchos ya se habían retirado. Entonces Jungkook haló su brazo y atravesaron el salón hacia la puerta de salida, usarían el auto de Taehyung.
—¿Se puede saber a dónde van, mocosos?
La voz tan conocida de su Hyung los congeló en el acto y les hizo tragar en seco, ambos se voltearon con sonrisas un poco rígidas. ¿Acaso los vigilaba o tenía un sexto sentido que le avisaba cuando estaban a punto de divertirse?
—¡Hobi Hyung! —exclamó Jungkook algo nervioso—. Ya nos íbamos. Unos amigos nos invitaron a beber algo en un bar cercano.
El peliazul permaneció en silencio bajo el escrutinio del segundo al mando, temía decir algo y echarlo todo a perder.
—Escúchenme bien los dos. Si están planeando...
—¿Hoseokie Oppa? —Se escuchó una voz detrás del de cabellos rojizos.
—¿Rosé?
La Beta sonrió con dulzura y sus mejillas se tiñeron de rojo.
—Pensé encontrarte en la fiesta, pero cada vez que iba a saludar desaparecías... —continuó la chica mientras se acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja.
—¿Cómo es que estás de vuelta? Creí que estabas en América —murmuró Hoseok.
—¿Quieres ir a tomar algo y así nos ponemos al día, Oppa?
—Yo... e-estoy ocupado...
—Yaaah, Hobi Hyung —cortó Jungkook con una sonrisa—. ¿Por qué no vas y disfrutas un poco? Has estado trabajando casi todo el tiempo que duró la fiesta.
Con disimulo, el maknae codeó a Taehyung para que este apoyara la causa.
—E-Es cierto, Hyung —dijo Tae al fin—. Además, nunca se le debe negar la invitación de una chica tan bonita.
Hoseok se debatía entre si aceptar irse con Rosé, su antigua novia cuando estaba en el instituto, o averiguar si aquellos dos andaban en algo raro. Sin embargo, una dulce sonrisa de Rosé y un sugerente movimiento para que se viera su escote hicieron que optara por la primera opción. Sabía la Diosa Luna cuándo volvería a ver a Rosé, y a los mocosos siempre podía regañarlos después.
Taehyung y Jungkook exhalaron el aire contenido en sus pulmones cuando vieron a Hoseok marcharse con la rubia.
—Menos mal que apareció esa chica, si no estaríamos completamente jodidos —comentó Jungkook cuando salían del salón.
—Me pregunto quién será...
—Bueno, siempre podemos molestar a Hyung cuando lo volvamos a ver —sugirió el menor.
—Hoseokie Oppa —imitó el peliazul en tono burlón y ambos se echaron a reír.
Yoongi se había comenzado a sentir algo raro a medida que la noche avanzaba, el traje le incomodaba, sentía calor a pesar de que la temperatura era fresca y casi que gruñía cada vez que algún Alfa se acercaba demasiado a Jimin cuando estaban conversando con él. El pelinegro supuso que como el Omega se veía tan atractivo y nunca había estado en presencia de tanta gente como ahora en la fiesta, estaba más sobreprotector que nunca.
Aun así, cuando terminó de despedir a los últimos invitados y los sirvientes recogían y arreglaban todo, tuvo la necesidad de buscar al cachorro; quien hacía solo unos minutos se había retirado con Jin para quitarse el maquillaje y la ropa.
Mientras subía las escaleras y se deleitaba con el delicioso aroma a almendras, vainilla y suave canela su vista se nubló y su lobo gruñó un poco desesperado. De pronto se sintió desorientado y con ansias de ver a Jimin, solo pensaba en Jimin; en su cuerpo desnudo, en su piel perlada, su trasero abultado. Se preguntaba cómo se sentiría enterrarse en él y que el Omega lo recibiera en su calidez.
—Jimin... —Casi gimió y terminó de subir las escaleras más rápido, sin darse cuenta del bulto en sus pantalones.
Ji Eun abrió la puerta de su departamento para dejar pasar a un inquieto Jungkook y un callado Taehyung.
—Hola, chicos, adelante. —Les recibió ella—. ¿Quieren algo para tomar?
Los Alfas se sentaron en cómodos muebles en la sala y aceptaron tomar soju. Intentaron charlar sobre temas sin importancia pero luego de unos cuantos sorbos a sus bebidas y varios intervalos de silencio incómodo, Ji Eun habló.
»Bueno, creo que es mejor si terminamos nuestros tragos en mi habitación.
Y sin esperar respuesta se levantó y los dejó solos.
Jungkook se quedó embobado ante las palabras de la chica. Ella siempre había sido muy directa pero nunca creyó que a tal punto. El menor se levantó y se aflojó la corbata, pero se dio cuenta de que Taehyung permanecía sentado.
—Hyung, ¿qué haces? Muévete.
—Jungkookie... no creo que esta sea una buena idea...
—¡¿Qué?! —gritó en forma de susurro el maknae.
—Es que... es algo incómodo, ¿no te parece?
—Taehyung, está claro que ella lo quiere. Y estoy seguro de que tú también —replicó Jungkook—. Llevo toda la maldita semana esperando por esto y ¿ahora te vas a echar para atrás porque te sientes incómodo?
—Sigo pensando que esto es muy extraño, Kook. ¿Acaso no vas a sentirte incómodo tú también? —Tae se levantó de su asiento y comenzó a gesticular nervioso—. ¿No te molesta que la bese o que la toque? ¿O el hecho de que ella te pidió que yo participara en esto?
Jungkook suspiró con pesadez y se acercó al peliazul para no tener que hablar tan alto.
—Tae Tae, ya te lo dije. Eres mi mejor amigo —susurró mientras ponía ambas manos en las mejillas del otro—. Incluso si ella fuera mi destinada, que no lo es, no me molestaría compartirla contigo. Además, es solo sexo, no me importa de qué manera suceda.
Taehyung frunció los labios y desvió la mirada, pero no se apartó del agarre del menor.
—¡Chicos, ¿vienen o qué?!
La voz de Ji Eun interrumpió su momento de tensión.
—Ni siquiera nos lo está poniendo difícil, Tae —comentó Jungkook con obviedad y alzando las cejas.
Taehyung pareció considerarlo un poco más, pero luego se bebió lo que quedaba de soju y se levantó con determinación.
—Hyung... me lastimas... —gimoteó el rubito.
Yoongi lo sujetaba por la muñeca, mientras que con una mano en su cadera lo presionaba contra la pared. La nariz del pelinegro hurgaba con ansias en el blando cuello del menor, aspirando aquel aroma que le atraía más que nunca.
—Mío... —gruñó bajito el Alfa—. Eres mío, Omega.
*Nota*
🔥 Lemon/smut/sexo explícito/como se llame 🔥 si eres menor de edad por favor no continúes leyendo 🔥 quedas advertido 🔥
Jungkook fue el primero en empujar con suavidad la puerta entreabierta de la habitación de la Omega, muy fácil seguir su olor hasta allí. Ji Eun estaba solo en su ropa interior, de encaje rojo vino y acostada en el centro de la gran cama.
—¿Por qué tardaron tanto? —expresó la chica con un exagerado puchero.
Al ver que no contestaban, palmeó a su lado con ambas manos como indicándoles que se acercaran. Jungkook y Taehyung intercambiaron miradas por unos segundos y luego se acercaron por ambos lados a la cama, acostándose al lado de la chica.
»Uh-oh... demasiada ropa... —se quejó la Omega.
Acto seguido, ambos Alfas se pusieron de pie y comenzaron a quitarse sus prendas hasta quedar solo en boxers. Si bien era cierto que se habían visto desnudos en muchas ocasiones, era la primera vez que Taehyung se sentía un poco avergonzado de su físico, pues no tenía el abdomen tan trabajado como su mejor amigo. Por suerte, a Ji Eun parecía no importarle, por lo que nuevamente se posicionaron a su lado.
»Mucho mejor. —Sonrió ella complacida.
La Omega enseguida usó sus manos para recorrer el cuerpo de los chicos, pero no pudo evitar cruzar su mirada con la del peliazul y acariciar una de sus mejillas con lentitud.
Taehyung estaba nervioso, aunque tampoco era su primera vez con una chica y si Jungkook le había dado permiso pues no había nada más que pensar. Se movió un poco para estar más cerca de su cuerpo y enseguida posó sus labios en el cuello de la hermosa chica. Estaba dispuesto a llegar hasta el final, pero tampoco iba a besarla primero, ese privilegio sería para el menor.
Jungkook no esperó mucho y pronto estaba saboreando los labios y la lengua de la Omega, mientras que sus grandes y cálidas manos dibujaban ligeros patrones en su vientre y senos. El peliazul también exploró un poco con sus manos, al tiempo que mordisqueaba la susceptible zona debajo de la oreja de la chica.
En pocos minutos Jungkook decidió dejar de disfrutar de la boca femenina para dedicarse a desabrochar su sujetador y pasar su lengua por el erecto pezón de la Omega, quien gimió con más fuerza; esta vez los gemidos fueron apagados por los labios de Taehyung.
El menor succionó con delicadeza los sensibles botones de la chica y cuando ya los había maltratado bastante, en el mejor sentido de la palabra, siguió bajando hasta saborear su vientre plano y depositar suaves besos alrededor de su ombligo, por sus caderas, por la parte interior de sus muslos; ella se retorcía de placer. Y sin previo aviso, besó también el centro de su feminidad y a pesar de que aún tenía puesta sus bragas, pudo notar que estaba mojada. Aunque la Omega no estaba en celo, sería capaz de lubricar bastante bien debido a la excitación.
Las feromonas de los tres llenaban la habitación, cada uno dejaba que sus instintos lobunos les controlaran. Sus olores se mezclaban poco a poco; deliciosa miel y cerezas de la Omega, chocolate amargo y caoba de Taehyung, y brisa marina y cítricos del maknae.
El peliazul mordió con delicadeza el labio inferior de la chica para luego separarse y colocarse junto a Jungkook. Ambos besaban, chupaban y delineaban con sus lenguas todas las zonas erógenas de la Omega; hasta que Jungkook retiró sus bragas con lentitud y con su lengua caliente acarició su clítoris.
Ji Eun liberaba gran cantidad de lubricante y se removía bajo el toque de los Alfas. Mientras el menor movía con rapidez su lengua y entraba y salía de ella sin descanso, el peliazul usaba sus dedos para dilatar su ano poco a poco. El primer orgasmo de la Omega no se hizo esperar.
Aun con la respiración entrecortada, la chica se sentó en el borde de la cama y los hizo colocarse de pie delante de ella; mirando a ambos a los ojos comenzó a acariciar sus visibles erecciones por encima de sus boxers, que pronto terminaron en el suelo. La Omega se pasó la lengua por los labios, anticipando el sabor y la calidez de ambos miembros, que no la decepcionaron.
Taehyung era ligeramente más grande que Jungkook, pero el pene del menor era más grueso y venoso; de igual manera, las puntas rosadas invitaban a probarlas al liberar tanto líquido pre-seminal. Y Taehyung fue el primer afortunado en recibir un largo lengüetazo por toda su extensión, mientras Jungkook era bombeado por la mano de la chica. Luego fue el turno del menor, quien fue engullido con lentitud. Ella alternaba de vez en cuando, tratando de meterse todo lo que podía en su pequeña boca al tiempo que masajeaba el otro miembro. Quienes gemían ahora eran los chicos.
La Omega se detuvo antes de que se vinieran, pues eso sería más adelante.
—Taehyung, acuéstate sobre las almohadas —pidió la chica—. Te quiero en mi trasero.
El peliazul acató la orden y se colocó boca arriba en la cama; estaba tan excitado que solo pensaba en su liberación. Ji Eun también se colocó boca arriba encima de Taehyung y con un poco de trabajo y algunos intentos fallidos y algo dolorosos, logró enterrarse el gran miembro del chico en su apretado trasero. Ambos gimieron al mismo tiempo.
El maknae no estaba para nada molesto o celoso, sino más caliente aún. Era como ver una película porno en vivo de la chica que te encanta siendo empalada completamente; podía venirse con solo verlos.
»Jungkook, ven —susurró la Omega cuando se acostumbró un poco a la invasión anal.
El chico se colocó entre las piernas de Ji Eun, su pene chorreando y tan duro como una roca.
»Hazlo despacio.
El menor dirigió su miembro a la entrada de la chica, frotándolo un poco por su clítoris y labios, ganándose unos placenteros gemidos. Poco a poco fue penetrándola, hasta que todo él estuvo dentro, no sin antes obtener un poco de resistencia puesto que el pene de Tae estaba del otro lado.
Esperaron un minuto para que la Omega se acostumbrara a tener a ambos dentro, tiempo que Taehyung utilizó para acariciar las caderas de la chica y mordisquear su cuello, y Jungkook para chupar y pellizcar un poco más sus pezones. Al fin comenzaron a moverse.
Los gemidos y el sonido de su piel chocando una y otra vez de manera lasciva y sin descanso inundaron rápidamente la habitación. Los Alfas gruñían excitados, tratando de retener el clímax tanto como podían, pero estaba tan apretado y tan caliente que se sentían a punto de correrse después de solo unos minutos.
Taehyung y Jungkook conectaron sus miradas, la chica entre ellos era un desastre de gimoteos de placer pidiendo cada vez más; y como si sus animales se comunicasen, ambos decidieron ralentizar el paso. El peliazul entraba cuando el otro se retiraba y el menor hacía lo mismo. Sus estocadas eran suaves pero certeras y profundas.
Taehyung llevó sus manos hasta los duros pezones de la Omega y comenzó a estirarlos y moldearlos entre sus dedos, mientras que Jungkook acercó su dedo pulgar a su hinchado clítoris y masajeó con algo de presión. Esto les ganó más gemidos de la chica.
»¡¡Oh, mi Diosa!! ¡¡Voy a correrm...!!
Y Ji Eun casi no pudo terminar su frase pues un aplastante orgasmo azotó su caliente cuerpo y provocó que sus paredes se contrajeran de placer; a los Alfas les llegó de inmediato el tan deseado clímax.
El menor hizo ademán de retirarse pero la chica lo abrazó contra sí, y con la voz aun temblando le dijo:
»Lo quiero adentro...
Entre gruñidos y gemidos graves, ambos se corrieron dentro de la chica, llenándola con su blanca esencia.
🔥🔥🔥
Editado: 24.09.21
*Nota*
Espero les guste este capítulo.
¿Pensaron que el smut iba a ser Yoonmin?? Siento decepcionarles.
Sé que me demoré pero aquí les regalo bonitos fanarts para que me perdonen.
❤ heartu for you
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