•»Puedes confiar en tu hijo, puedes sonreír«•

Tal vez eran sólo la percepción de Hoseok, pero al despertar no pudo evitar notar lo cálido que había amanecido, se sentía animado pero tranquilo a la vez.

Haber arreglado las cosas con Jimin había causado que el color y felicidad volvieran a su día a día.

Al ir a la cocina se encontró con el chico ya allí, haciendo un desayuno que estaba fuera de su alcance visual, pero Hoseok antes de acercarse a echar un vistazo prefirió observar de lejos lo que hacía Jimin.

―Me haces sentir acechado ―se quejó sin siquiera girarse.

―Lo siento, estaba admirandote ―Hoseok hizo un puchero mientras se acercaba a Jimin para ver en qué ayudar.

― ¿Cómo a un cuadro?

―Cómo una obra de arte ―Hoseok sonrió al notar la reacción tímida de Jimin ante su comentario, pero recordó algo que tal vez arruinaría el ambiente ―. Hoy hablaré con mi madre.

Jimin paró de hacer lo que hacía y luego de un suspiro contestó;

―Tienes todo mi apoyo al igual que tu me lo diste cuando lo necesitaba.

De alguna forma las palabras de Jimin lo motivaron un poco más de lo que ya estaba y para no perder el tiempo había decidido ir a su antiguo hogar, la casa de su madre.

Luego de desayunar y arreglarse, condujo por unos treinta minutos hasta que ya estaba estacionando frente a la casa de su madre.

Poco a poco los latidos de su corazón fueron aumentando a causa de los nervios, cada paso que deba se sentía más pesado por lo que  antes de entrar tomó aire y trató de tranquilizarse.

―Hijo querido, bienvenido ―lo recibió la Sra. Jung apenas vio a su hijo entrar.

―Buenas tardes madre.

― ¿Cuál es la razón de tu visita? No sueles venir a verme, siempre soy yo quien te visita ―la Sra. Jung actuó desentendida pero la realidad es que sabía que Hoseok tenía algo que decirle.

―Es sobre Jimin y lo que haré con mi vida de ahora en más ―confiado, habló haciendo contacto visual con su madre ―. Creo que ya es hora de que dejes de tratar de guiarme según lo que crees que es lo mejor para mí, ya soy un adulto y aunque no lo haces con mala intención está perjudicando mi relación.

― ¿Relación? ―esta vez la mujer se mostró genuinamente curiosa, dejando de lado todo lo dicho y centrándose en la última palabra.

―Estoy...estoy saliendo con Jimin ―aunque no era el momento, las mejillas de Hoseok se colorearon al decir eso por primer vez. Pero su alegría interna se disipó al notar el silencio y expresión de su madre.

Tristeza.

―Esto iba a pasar tarde o temprano, ciertamente esperaba que no pasara nunca ―la Sra. Jung soltó una largo suspiro y tomó a su hijo de las manos ―. Como tu madre siempre supe que algo en ti era distinto, poco a poco le tomé el gusto de tener un hijo tan especial pero habían cosas que no me parecían adecuadas y te las negaba sin considerar si hacía bien o no... Ver como esa mujer que se hacía llamar madre trataba a Jimin por sus preferencia me asustó, pensar que te podrían tratar de esa forma a ti me causaba pánico pero irónicamente acabé comportando me igual de prejuiciosa e inconsciente ―en algún punto, lágrimas habían empezado a brotar de los ojos de la mujer ya entrada en años. Para Hoseok era la primera vez en años que veía a su madre llorar y aunque lo hacía sentir culpable saber que era por el, debía mantener su postura, aún así como hijo no pudo evitar abrazarla a modo de consuelo.

―Eres buena madre y agradezco tenerte mamá.

Thighs~