Capítulo 7: Dos mundos

Lo pensó todo el día, no estaba seguro si debía creer aunque sabía perfectamente que las pruebas estaban justo frente a él pero que te digan de la noche a la mañana que eres un personaje ficticio, es algo que no muchos creerían. Ya hace varias horas alertaron a toda la prisión sobre la supuesta fuga de la presa Aome Higurashi pero por lo visto no podían hallar ningún rastro de la azabache.

-¿A qué se debe tu llamada Inuyasha?

-Jamás vamos a encontrar al asesino Totosai.

-¿Qué? ¿Y eso por qué?

-Solo son sospechas pero hay una chica que apareció y puso mi vida de cabeza. Dime ¿Cómo reaccionarías si alguien te dijera que vives en un mundo ficticio? ¡Maldición, algo extraño está pasando aquí!

-Espera Inuyasha, primero cálmate que no comprendo nada de lo que dices.

-¡Maldita sea! ¡En éstos momentos no se si pensar que ella está loca o si yo me volví loco!

-¿De qué hablas Inuyasha? Por como hablas puedo entender que descubriste algo que no te gustó para nada ¿Verdad?

-Si, necesito que investigues si mi atacante dejó alguna pista en la terraza...- pide pero no hubo respuesta- ¿Sigues ahí Totosai?- pregunta pero ya nadie contestaba, pensó que la llamada se cortó o algo parecido y sin más cuelga dispuesto a ir el mismo a investigar por sus propios medios.- andando Miroku...

Iba a continuar caminando pero al regresar a ver nota que su mejor amigo no se había movido ni un centímetro de su lugar, se acercó a él y lo movió pero éste seguía paralizado sin hacer movimiento alguno ¿¡Qué demonios estaba pasando?! Miró a su alrededor y cayó en cuenta de que todas las personas del sitio estaban prácticamente congeladas, nadie se movía con excepción de él.

-¿Pero qué carajos...?- buscó y buscó gente que se moviera pero nada, todos estaban igual, si las cosas seguían así enloquecería ¿Cómo es posible algo así ocurrieran? Miedo era en lo último que podía pensar pero solo fue cuestión de minutos para que la desesperación se apoderara del peliplateado.

Se sentó en el piso de las instalaciones luchando por mantener la calma, quería creer que todo era un sueño solamente y que pronto despertaría pero ya se había pellizcado más de diez veces y aún así todo seguía igual. Nunca, en toda su vida se había preparado para enfrentar sucesos como éstos y las palabras de Aome una y otra vez se repetían en su mente. Ahora todo comenzaba cobrar sentido en su cabeza.

De repente un resplandor se hace presente en frente suyo, cuando alzó la cabeza se paralizó al ver como un especie de portal pixeleado crearse justo ante él. Inmediatamente se levantó y sus manos extrañamente comenzaron a temblar. Dio un paso atrás, miró a sus costados y notó que uno de los policías del lugar tenía una pistola, Inuyasha la tomó velozmente sintiéndose más seguro para ingresar por el portal.

Y así lo hizo, tomó aire y entró atravesándolo al instante con la pistola en su mano derecha en caso de que algo saliera mal y necesitara defenderse. Lo que vio al salir lo impactó más de lo que ya estaba, en el momento que salió por lo visto se encontraba en una terraza y a su alrededor un lugar completamente distinto a donde estaba hace unos instantes.

-Aome decía la verdad...- frunce el ceño mirando a detalle todo el sitio y sin que se diera cuenta, el portal ya se había cerrado dejando ver una tableta rota sobre una gran pila de basura y al parecer abandonada en el lugar donde estuvo el vórtice.

~o~

Abrió los ojos como platos mirando casi con lágrimas en los ojos a su alrededor ¡Estaba en casa! Revisó con preocupación su reloj y como lo sospechó, a penas había transcurrido media hora, era de noche, supo que debía ir primero a hablar con su padre sobre lo ocurrido para así ambos buscar la manera de parar todo ésto sin usar la violencia.

Bajó nuevamente las gradas, recordó que iba a casa de su madre pero lo primero es lo primero, debía obtener respuestas. Corrió a tomar el primer autobús que pasó por la parada, debía llegar cuanto antes. En todo el camino no podía quitarse de la cabeza las últimas palabras que le dijo a Inuyasha y presentía que algo malo pasaría.

Salió del autobús e inmediatamente entró chocando en el camino con Akitoki, quién se veía más preocupado de lo normal.

-Aome ¿De casualidad has visto al jefe Onigumo?- pregunta con angustia.

-Es por eso que vengo ¿No está?- interroga sabiendo ya la respuesta.

-No, salió hace un par de horas después de que subió los últimos dos capítulos de W, pero pude ver que algo le pasaba. Él está actuando de forma extraña...- le hace saber comenzando a contarle el más reciente incidente de hace solo unas horas.

Estaba de noche, Onigumo acaba de hablar recientemente con Aome y justo cuando estaba dispuesto a continuar con la escena donde la enfermera le inyectaba potacio a Inuyasha fue cuando la tableta comenzó a dibujar sola. Nuevamente ya no tenía el control sobre la historia.

-Jefe Onigumo, aquí está el té que me pidió- entra cuidadosamente pero su jefe no le responde- ¿Jefe...?

De pronto Onigumo avienta la tableta gráfica golpeándola fuertemente contra la pared provocando que la pantalla se rompa dejándola prácticamente inservible o eso parecía.

-Saca esa cosa de aquí, debes deshacerte de esa tableta Akitoki- ordena con desesperación.

-Pero jefe Onigumo...- dice no muy seguro de hacerlo, después de todo costó mucho dinero comprar ese aparato.

-¡Ahora!- exclama y Akitoki asiente tomando la tableta, como el camión de la basura se había ido prefirió ir y dejarla en la terraza de su departamento con la demás basura que botaría pronto.

-Ya veo...- se queda pensando.- cosas extrañas están comenzando a pasar...

-¿De qué hablas?- pregunta.

-Escucha Akitoki, la verdad no se si me creas pero...- respira hondo- entré al cómic.

-¿¡Qué?! No puedes estar hablando enserio Aome- le mira casi como si estuviera loca.

-Lo sé, si estuviera en tu lugar tampoco lo creería pero la verdad, conocí a Inuyasha en persona y conviví con él. El personaje de la doctora que dices que es idéntica a mi ¡Soy yo!- dice esperando que él le crea.

-¿Cómo puede ser posible?- abre los ojos como platos.

-Yo fui quién salvó a Inuyasha de la muerte ya dos veces, yo estuve ahí e incluso hasta terminé en prisión por protegerlo y ahora que lo pienso si no estoy ahí no podré ayudarlo para cuando mi padre intente otra cosa ¿Qué más me puede pasar?- toma asiento en una de las sillas de comedor tratando de calmarse.

-Oye Aome, si te hace sentir mejor te creo pero ¿Te puedo hacer una pregunta...?- pide.

-¿De qué se trata?- le regresa a ver.

-¿En verdad se besaron? Porque por lo que vi en el cómic ambos se ven muy cercanos ¿Son novios o algo así?- interroga.

La azabache se sonroja levemente.

-Etto ¡No! Supongo que no, para nada- niega moviendo los brazos a los lados.

-Ya veo y esta bien Aome, te creo por más imposible que parezca- sonríe y de pronto un teléfono comienza a sonar.- toma, dejaste tu teléfono aquí la otra vez.

-Gracias...- lo toma.- ¿Diga?

-¿Usted es la señorita Higurashi Aome?

-Si ¿Pasó algo?

-Le habló desde la recepción del hospital donde trabaja, alguien al parecer la busca con mucha urgencia.

-Enserio ¿Quién?

-Dice llamarse Inuyasha Taisho.

-¿¡Qué dijo?!

En su mente solo podía pensar en algo en ese momento ¿Será posible que se trate del mismo Inuyasha?

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Inuyasha atravesó un especie de portal llegando así a otra lugar, Aome regresó a casa y recibió la llamada de aviso por parte de la recepcionista del Hospital diciendo que alguien llamado Inuyasha Taisho la buscaba ¿Será el mismo Inuyasha o simplemente es una coincidencia?

¿Aome irá al hospital?

¿Dónde está Onigumo?

¿Por qué destruyó la tableta?

Esto y más en "Inuyasha y Aome: W - Dos mundos" 😁😁😁