Capítulo 41: Un trato

Escupió sangre, su cabeza le daba vueltas, Takemaru estuvo a punto de seguir golpeándolo, pero su teléfono comenzó a vibrar y dejó a un lado el palo, se trataba de su jefe. Contestó que estuvo ocupado y un par de cosas sin importancia más, luego le colgó.

-Eres bueno para cerrar la boca ¿No, Inuyasha?- frunció el ceño, a pesar de todo el mencionado no había dicho ni una sola palabra y ya comenzaba desesperarse, necesitaba respuestas ¡Ya!- pero ésta vez no lo harás ¿Sabes que hay dentro de éste aparato? Será mejor que te prepares.

-U-Un ho-hospital...- susurra débilmente, luchando por no desmayarse y su secuestrador lo alcanzó a escuchar, por lo que se acercó para oírlo mejor.- hos-hospital, debes lle-llevar la t-tableta a u-un h-hospital.

-¿Por qué?- cuestiona.

-De-Debo salvar a-a al-alguien, mi-mi esposa...- contesta, comenzando contar todo y atrayendo cada vez más la atención de su acompañante.

-Lo que me estás diciendo, es que ¿La mujer que desapareció en el tiroteo, Higurashi Kagome, recibió un disparo y la llevaste a tu apartamento donde murió hace poco?- el secuestrado asiente- ¿Y eso qué?

-Co-Con eso podría sa-salvarla, la ta-tableta, ya-ya has visto lo-lo que puede h-hacer. Por e-eso vine a b-buscarla- añadió.

-¿Para revivirla? ¿Si oprimes la tecla enter, puedes resucitar a alguien?- interroga.

El peliplateado ríe suavemente.

-D-Dibujando- corrigió- el dueño debe dibujar, por eso debo llevarla al hospital, esa persona está internada ahí.

-¡Maldito demente!- lo sujeta de las ropas con brusquedad, obligándolo a incorporarse.- ¿¡Hablas de un personaje de cómic?! ¿¡Un dibujo puede revivir a alguien, eh?!

-¿Cómo explicas lo que has visto?- alza la ceja.

El candidato a presidente guarda silencio, procesando en su mente lo que acabó de escuchar y finalmente lo soltó.

-¿En serio piensas que voy a tragarme eso?- le mira incrédulo.

-Es la verdad- afirma.

Takemaru caminó en círculos por el lugar, no podía quedarse con la duda y supo que no tenía otra opción más que averiguarlo todo, no descansará hasta descubrir los secretos que guarda ése aparato de dibujo. Primero, tenía que cerciorarse de que la tal Kagome en verdad estuviera muerta y con o sin la autorización del protagonista, fue a su departamento, llevando consigo la dichosa tableta.

Sus subordinados avanzaron, llegando al octavo piso, pero los detuvo el guardaespaldas del secuestrado, Miroku, y les prohibió pasar, por lo que tuvieron que hacer una llamada. Inuyasha contestó, con la respiración entrecortada desde el otro lado de línea y ordenó que se les permitiera ingresar a corroborar la información.

<<Así que en verdad está muerta...>> piensa Takemaru, entonces lo siguiente que debía hacer es llevar la tableta con su dueño y comprobar que en verdad se podía resucitar a una persona con sólo un dibujo y si resultaba ser un engaño, su rehén lo pagará caro.

Entró al Hospital Fujimoto y se encaminó a la habitación indicada, tenía tantos deseos por conocer a la persona dueña de éste maravilloso y prodigioso aparato electrónico, pero se llevó una gran desilusión cuando la enfermera que estaba en la habitación, negó que ese cuarto pertenecía a Onigumo Higurashi.

<<¡Ese idiota me engaño! Ya verá, lo haré arrepentirse>> frunció el ceño, aproximándose con lentitud a la puerta.

~o~

El héroe de W era bien vigilado por dos de los secuaces de su secuestrador, su plan estaba saliendo tal como imaginó, ahora le importaba poco la gravedad de sus heridas, sólo quería que ésto funcionara.

-Akitoki, el aparato va para allá, asegúralo- pronunció y en una esquina del oscuro sitio, la famosa palabra CONTINUARÁ no tardó en hacer acto de presencia y luego, él simplemente se desvaneció del sitio, apareciendo en una solitaria e iluminada bodega de un supermercado.

<<Tercera hipótesis: Dado que yo estoy en el mundo real, puedo llamar a personajes de la historieta a venir al mundo real>> concluyó, sabía que probablemente el congresista ya había llegado al hospital, era el momento.

-Convocó a Setsuna No Takemaru, a ir al mundo real- fue lo último que dijo antes de caer al suelo, perdiendo el conocimiento, ya no le quedaban fuerzas.

~o~

Estuvo a punto de salir, pero justo antes de siquiera tocar la perilla sintió todo desvanecerse de la nada y en segundos apareció en una habitación iluminada ¿Qué había sido todo eso?

-¿La tableta? ¿Viene para acá?- hablaba un chico de cabello castaño y Takemaru rápidamente se giró ¿Qué es ésto? ¿Cómo había llegado aquí? Los dos hombres que estaban en el cuarto también se voltearon y abrieron los ojos como platos, parecían incluso asustados.

-¿Es usted Onigumo Higurashi?- pregunta el congresista y el mencionado asintió con nerviosismo, pero había algo que no le gustaba, ese sujeto tenía un gran parecido físico con...- espere, yo lo conozco ¡Es Naraku Yomotsu! ¿Cómo? ¿¡Cómo lo hizo?! ¿¡Creí que estaba muerto?! ¡Yo vi su cadáver!

Antes de que las cosas se salieran de control, Akitoki se armó de valor y arremetió contra el recién llegado, quitándole la tableta, pero fue tomado del cuello y empujado contra la pared con gran fuerza.

-¡Jefe! ¡Hágalo ahora!- exclamó mientras era estrangulado.

El señor Higurashi no tardó en reaccionar y tomó un bastón de metal que encontró cerca, velozmente se acercó al candidato a presidente y lo golpeó con todas sus fuerzas en la cabeza varias veces, hasta dejarlo inconsciente.

-¿Cómo fue que Takemaru la trajo hasta aquí?- cuestionaba Akitoki, asustado completamente y se impactó aún más al ver al villano desaparecer unos pocos segundos después.

-Eso ya no importa, ahora debo salvar a mi hija- se lleva la tableta hasta un escritorio y comenzó a conectarla, una vez que logró encenderla, tomó el lápiz gráfico y para su sorpresa, su brazo se desvaneció por un breve instante, comprendió lo que eso significaba, pero no le importó, continuó dibujando.

~o~

Su cuerpo ya no se sentía pesado y frío como hace poco, abrió los ojos con lentitud, podía escuchar la voz de alguien más aquí ¿Dónde estaba? Oh, claro, podría reconocer éste cuarto, estaba en el departamento de Inuyasha ¿Pero dónde estaba él?

-Inuyasha está en peligro- pronunció con preocupación esa misma voz masculina, hablando por teléfono con alguien, era Miroku, éste último regresó a verla y tiró el celular al suelo del susto, como si hubiera visto un fantasma.- ¿Señorita Kagome? ¿Ésta viva? Enfermera ¡Enfermera!

Salió corriendo de ahí ¿Estar viva? Claro, obviamente ¿Por qué no iba a estarlo? Estaba muy confundida y preocupada a la vez, necesitaba volver a su mundo para descubrir que había pasado.

Entonces vio la palabra CONTINUARÁ aparecer ¿Qué estaba pasando aquí?

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Inuyasha le tendió una trampa a Takemaru y la tableta ya está con su dueño respectivo y Kagome volvió a la vida ¿Qué pasará ahora?

¿Qué hará Takemaru?

¿Por qué la mano de Onigumo se desvaneció?

¿Qué pasará con Inuyasha ahora?

¿Sobrevivirá a esas heridas?

Esto y más en "Inuyasha y Kagome: W - Dos mundos" 😜😜

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