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"W" Cαρíтυℓσ 30

Capítulo 30: Una cita

Se quedó pensativa por unos minutos, pero entonces escuchó el timbre de la casa sonar, aún en bata de baño, se encaminó a la puerta principal y abrió de par a par los ojos al reconocer de inmediato a la persona que tenía frente suyo.

-¿Inuyasha?- le mira con sorpresa ¿No se suponía que él vendría dentro de una hora? Vaya que es impaciente- ¿Cómo llegaste tan pronto? Creí que me llamarías.

-Quise venir a ver cómo vives aquí, Akitoki también me dio tu dirección y me prestó su automóvil ¿Puedo entrar?- sin esperar una contestación ingresa, mirando detenidamente el lugar- ¿Así que aquí vives? Es la primera vez que conozco a alguien que vive en un templo, me gusta.

-Lo sé, no es muy común que digamos- ríe levemente.- etto, como llegaste muy temprano aún no termino de arreglarme. No tardaré, si quieres beber algo, toma lo que está en refrigerador.

-Gracias- la ve ingresar a una pequeña habitación y tomar una toalla, para después dirigirse al baño, pero entonces la detuvo.- un momento ¿Crees que... Podrías quitarte esa bata?

Kagome se sonroja fuertemente y le mira incrédula.

-¿Cómo dices?- a decir verdad, no se lo había esperado y sin querer recordó aquella vez que se mostró en ropa interior frente al protagonista, con la intención de sorprenderlo y así volver al mundo real.

-Es que... Tú me recuerdas, pero, yo estoy frustrado porque no te recuerdo ¿No sería lógico hacer lo hicimos en el libro? Debo verte desnuda y besarte como cinco veces.- le queda viendo fijamente- hay una brecha entre nosotros, tengo curiosidad. Me gustaría saber que estaba sintiendo el Inuyasha del cómic.

-Estás bromeando ¿No?- su acompañante niega con la cabeza.- si, claro. Que buen chiste.

Se da la vuelta y corre a toda velocidad al interior del baño, sentía como si su corazón fuera a salir volando de su pecho, no sabía si él lo había dicho de verdad o solo le jugó una mala pasada. Bueno, sea como sea, su cara estaba más roja que un tomate.

Inuyasha decidió dar un paseo por la amplia vivienda para hacer tiempo, pudo ver varias fotos familiares por el pasillo y otra de gran tamaño en el segundo piso, sin querer terminó en la desordenada habitación de la futura doctora. Observó todo a detalle y en la ventana vio algo que captó totalmente su atención.

Recortes sacados obviamente del cómic, estaban pegados y dispersos por todo el ventanal, como un collage, ahí se podía apreciar varios momentos que compartieron juntos en el pasado, todo lo que había olvidado inevitablemente.

Discretamente Kagome ingresó al sitio, vistiendo una blusa blanca, jeans azules y zapatos de muñeca negros, observándolo en silencio. Permanecieron así unos segundos más, hasta que el protagonista se volteó por completo, tras haber notado su presencia y le sonrió levemente.

-Muchas gracias- pronunció, con un brillo especial dibujado en sus resplandecientes ojos dorados y la chica de ojos chocolates sintió su corazón dar un brinco.

-¿P-Por qué?- le mira confundida.

-Por no olvidarte de mí- respondió y la azabache esbozó una sonrisa también, sintiéndose aliviada de que ésto no fuera un sueño, era real.

Y ahora si no olvidaría tomarse muchas fotos con su amado, quería recordar por siempre cada minuto a su lado y aprovechar al máximo ésta nueva oportunidad. Desvío un poco su mirada y cayó en cuenta de lo desordenada que estaba su habitación, por lo que no tardó en correr a toda prisa a acomodar sus cosas lo mejor que podía.

-¿Sabes? Si alguien viera lo desordenada que eres, lo abría pensado dos veces antes de casarse contigo- alza la ceja.- tu esposo suele ser muy ordenado normalmente, le sorprendería ver todo ésto ¿No crees?

-¿Y de quién es la culpa? Estuve muy preocupada por ti y no me dio tiempo de arreglar nada- objeta.

Y así el día de la primera cita de ambos continuó, unos minutos después subieron al auto, la azabache en el puesto de copiloto y el peliplateado al volante. Mentiría si dijera que no estaba nerviosa y ansiosa, nunca estuvo en una cita similar con el protagonista en el pasado.

-Ahora que terminé de leer los libros, mi opinión es que, Inuyasha y Kagome se casaron muy rápido, a pesar de todo es cierto. Así que, tengamos algunas citas, como cualquier pareja ¿Qué dices?- propuso, regresándole a ver por unos instantes.

-Muy bien- sonríe ampliamente.

"Como cualquier pareja..."

Bueno, en realidad ella no sabía si algún día podrían vivir como una pareja normal, lejos de peligros, batallas y pistolas, pero se emocionaba de sólo pesar en esa pequeña posibilidad.

Ver a su amado libre del cómic y sin el riesgo de desaparecer.

Estuvo tan metida en sus pensamientos, que ni cuenta se dio cuando llegaron a un extenso, más o menos costoso y muy bien decorado restaurante, por lo que se sorprendió, se ve que Akitoki le prestó mucho dinero a su acompañante.

-Oye Kagome ¿Y cuándo obtendré mis cinco besos?- se voltea, mirándola de esa forma otra vez y la mencionada igualmente le regresó a ver con un evidente sonrojo.- ¿Qué tal uno ahora? No hay nadie por aquí.

-¿Qui-Quieres olvidar eso ya?- no tenía idea de cómo reaccionar ante ésta situación ¿Por qué Inuyasha no paraba de bromear con ella? Si tan solo supiera que su corazón estaba a poco tiempo de estallar.

-Estoy siendo sincero, el verte desnuda solo era un chiste. Ésto es en serio ¿No quieres? Quizá después quieras...- iba a salir del auto, pero la joven lo detiene, sujetándolo con suavidad del brazo.

-E-Está bien, no es algo raro ¿Por qué tendría que serlo?- afirma.

-Entonces ¿Puedo?- sus miradas anhelantes se conectaron en ese preciso momento y sin darse cuenta ya comenzaban a acercarse de a poco, el uno al otro.

-Puedes- susurra y él la alcanza a escuchar, tomándola con delicadeza de la barbilla, para acercarla a su rostro y así finalmente acabando con la distancia que los separaba, en un lento pero apacionado beso.

Por cuánto tiempo estuvieron así, ni idea, no lo sabían con exactitud, en aquel pequeño instante solo eran ellos dos y su alrededor se había desvanecido, no hay duda de que fue una sensación única.

La pareja se alejó unos pocos milímetros entre sí, observando con detenimiento sus rostros, como si quisieran guardar ese momento por siempre en sus recuerdos. Inuyasha fue el primero en salir del trance en el que se encontraban y giró de inmediato su sonrojado rostro hacia el otro lado.

-Así se siente...- fue lo primero que pudo articular.- es ésto. Ahora entiendo.

-¿E-Entender q-qué?- le mira interrogante y al mismo tiempo, a la expectativa.- dime ¿Qué sentiste, Inuyasha?

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Inuyasha y Kagome salieron a una cita y compartieron un lindo beso ¿Qué responderá Inuyasha ante la pregunta de Kag?

¿Qué pasará ahora?

¿Qué ocurrirá con respecto al asunto de que Inuyasha comienza a desaparecer?

¿Qué hará hasta entonces Naraku?

¿Habrá alguna solución?

Esto y más en "Inuyasha y Kagome: W - Dos mundos" 😱😱😱😱😳😳😳

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