₈. Eʟ ᴠᴇʀᴅᴀᴅᴇʀᴏ ᴇsᴄᴇɴᴀʀɪᴏ
Eran las diez de la mañana y un chico pelirrosa había entrado por la puerta de la oficina con su café en mano. Se dirigió a su escritorio rápidamente mientras saludaba a sus colegas.
Cuando por fin se sentó, comenzó a leer algunas cartas dirigidas a la revista. Estaban en su escritorio, esperando a ser leídas y siendo las que atormentaban a ese chico.
La mayoría de ellas eran de fanáticos del chico Jeon JungKook, los cuales insultaban a la revista por los comentarios hechos en el artículo. ¿Qué si se había enterado? ¡Por supuesto!
Todo el mundo dentro de la oficina se enteró del tremendo error que se había cometido al mezclar dos artículos diferentes. Por suerte para Park, el jefe Min aún no lo había llamado a su oficina. Entonces, por el momento estaba bien.
Otra pequeña parte de las cartas eran de apoyo a la opinión del periodista, opinaban que, en efecto, Jeon estaba destruyendo al rock y que una carrera como solista era un completo error.
Leía con mucha pereza todas las cartas, no importaba cual era el mensaje, o si era ofensivo o en apoyo, él leía carta tras carta con tremenda rapidez y desinterés.
Estaba apunto de llamar a su mejor amigo Kim TaeHyung para preguntarle acerca de su evidente retraso al trabajo, y también quería pedirle una cita para pedirle perdón por haberlo difamado. Sin embargo, un chico de cabellos azules le llamó la atención.
—Señor Park, el jefe Min quiere verlo en su oficina, ahora. —habló con algo de inseguridad, pues era su primer día de trabajo. Sí, YoonGi había despedido a HueningKai.
—Claro, gracias por avisarme. —sonrió el chico de ojos pequeños y abultados labios.
Comenzó a caminar hacia su muerte, bueno no, pero él así lo sentía. No quería ser despedido por el amor de su vida, en realidad no quería. Tocó la puerta y escuchó la floja voz de YoonGi indicándole que pasara.
Entró y lo vió ahí sentado, estaba escribiendo algo, ojalá que no fuera una carta de despido. Usaba una camisa azul marino y aquellos lentes que lo hacían ver mucho más hermoso.
—Toma asiento, JiMin. —el menor de los dos así lo hizo y se puso tenso al momento de ver que su jefe conectó sus miradas —. ¿Sabes por qué estás aquí?
—Sí. Es por el artículo de la semana pasada. Mire, yo la verdad es que jamás quise que ese artículo saliera a la luz, sólo lo escribí en base a lo que yo creía; sé que no fue profesional porque TaeHyung ya había hecho el suyo, sin embargo, quiero ofrecerle una gran disculpa por lo sucedido. —Park se levantó del asiento e hizo una reverencia a su jefe. YoonGi se levantó de su asiento también y lo obligó a sentarse.
—JiMin, no soy yo a quien le debes una disculpa. Sabes que yo dejé ese trabajo en sus manos, y supongo que tú artículo tenía argumentos. Pero le debes una disculpa a tu compañero Kim TaeHyung; lo difamaste y le creaste problemas a él. —habló mientras caminaba lentamente por la oficina, observaba que el lindo chico sentado sobre la silla se tensaba con cada palabra dicha.
—Soy un editor y soy tu jefe, pero tampoco tengo derecho a influir en lo que tú piensas acerca de un cantante. ¿Debiste ser más prudente? Por supuesto que sí; debiste de guárdatelo para ti mismo, porque como tú dijiste, ese trabajo era de TaeHyung.
—¿Me va a despedir? —preguntó con un hilo de voz, en realidad no quería perder el trabajo que tanto amaba.
—Sí —el corazón del periodista paró —, sí si no le pides una disculpa a tu compañero. El error fue de todos, no sólo de HueningKai, lo corrí porque no puso atención en la información que estaba manejando, punto. Pero TaeHyung también fue culpable por no darle la USB en la mano, y tú por no darte cuenta de que te faltaba una USB.
—Lo siento.
—No lo sientas. No te voy a correr de este trabajo, porque a pesar de lo que haya causado aquel artículo, debo de reconocer que tienes un criterio muy bueno y muchos argumentos. Tienes talento, Park. Y no pienso desperdiciarlo —el reconocido sonrió y miró al jefe con brillo en sus ojos —. No obstante, te daré una penalización: nada de artículos por un mes, y tendrás que leer todas las cartas de los fanáticos.
—Oh, ¿es por eso que las cartas estaban sobre mi escritorio? —preguntó con su atención fijada en el mayor, quien asintió y se encogió de hombros.
—Son muchas, ¿no? Más vale que continúes para que puedas irte a descansar antes de las once de la noche.
JiMin entrecerró los ojos y por un momento odio a su enamorado. Al final terminó sonriéndole falsamente y asintiendo con la cabeza. Se levantó de la silla y abrió la puerta.
—¡JiMin! —el nombrado lo miró con esperanza en sus ojos —. Por cierto, el viernes tuve que cancelar la cena porque... mi gatito Suga se perdió —soltó mirándolo a los ojos. Los ojitos de JiMin se hicieron más pequeños debido a la sonrisa que pintó su rostro, sentía ternura por YoonGi —. Y creo que va a seguir perdido...
La sonrisa desapareció, el mensaje fue captado con claridad. Min no quería una cita con él, entonces, a pesar del número de citas agendadas, siempre iba a haber una excusa para no asistir. Sé sintió decepcionado, pero al final, no podía obligar a su jefe a salir con él.
Se dió la media vuelta y salió de la oficina sin decir más. Tenía que seguir leyendo las cartas, en realidad quería llegar a dormir a su casa esa noche.
Kim se encontraba sentado frente a su computadora, se deleitaba con la dulce voz de su nuevo novio cantando y tocando la guitarra. Lo miró y estaba sentado sobre el sillón mientras mantenía los ojos cerrados y se perdía en cada nota que tocaba, ponía todo su ser en cada palabra pronunciada.
Entonces se sintió feliz, ver a ese chico haciendo lo que amaba lo llenaba por completo. Se sentía feliz de que pudo conocerlo y averiguar su pasado; se sentía eufórico de saber que ese chico azabache con el abdomen, el brazo y la mano tatuados lo amaba.
Su mente se iluminó y decidió comenzar a escribir. Su nuevo artículo se titularía: El verdadero escenario. Y comenzó a escribir.
『
Uη νєяɗαɗєяσ єѕcєηαяισ.
No llevo muchos años como periodista, pero sí ha sido la mayoría de mi adolescencia la que fue ocupada por una devoción enorme al rock and roll y sus mayores exponentes. Hoy en día, el rock and roll ha sido uno de los géneros con más demanda a nivel mundial, es una música que nos hace sentir vivos, que nos hace disfrutar de las letras y de la pasión con la que los ídolos las interpretan.
En todo este tiempo en el que he estado recolectando diferentes historias, nunca había escuchado una historia tan apócrifa como es la que conocemos de Jeon JungKook.
Sabemos muchísimas cosas de él, sabemos cómo es su comportamiento y todas las polémicas que se han generado en torno a él. Pero, ¿en realidad sabemos quién es este chico? ¿Conocemos la verdadera historia?
La verdadera historia es mucho peor, y estoy aquí para contárselas.
¿Qᴜɪᴇ́ɴ ᴄʀᴇᴇᴍᴏs ϙᴜᴇ ᴇs Jᴇᴏɴ JᴜɴɢKᴏᴏᴋ﹖
A lo largo de este último mes han hablado demasiadas críticas y especulaciones acerca de la persona que es en realidad este cantante. Se dicen bastantes cosas en realidad, y es obvio que todos y cada uno de nuestros lectores tienen su perspectiva; el cómo tú veas a Jeon es subjetivo, pero la persona que en realidad es, es objetivo.
Objetivamente, Jeon es un cantante de rock el cual acaba de separarse de su banda y realizó su debut en solitario. Subjetivamente, JungKook es un símbolo sexual que sólo se dedica a destruir la imagen del rock y todo lo que representa.
¿En realidad sabemos la verdad? No se preocupen, pues yo se las voy a contar.
Eʟ ᴘᴀsᴀᴅᴏ
Nos situaremos en un año antes de que el grupo "Klood" se presentara al mundo. Kim YugYeom y Lee DongMin eran chicos que compartían el mismo sueño; su sueño era ser parte de una banda de rock y conquistar al mundo con su música.
Sin embargo, les faltaba el cantante principal. Y aquí vamos a hablar un poco de estereotipos, pues necesitaban a un chico que cumpliera con los requisitos: físicamente atractivo, buena voz, actitud rebelde y presencia en el escenario. A pesar de esto, llegó un chico de grandes ojos, piel limpia (sin tatuajes o perforaciones), con inocencia y aires de grandeza. Ese chico era Jeon JungKook.
Y aunque cueste trabajo creerlo, el chico dió todo para poder convertirse en una estrella y cumplir con los estándares de lo que era un cantante de rock. Jeon estaba dispuesto a hacer lo posible por conseguir que su sueño se cumpliera.
Lᴀ ᴅᴇᴍᴀɴᴅᴀ
Un asunto del que no se habló lo suficiente en el momento, fue el hecho de que se presentara una demanda de parte de los integrantes de la banda Klood a su manager. En esos tiempos, el señor Choi SungJeon estaba a cargo de la banda y todo lo que tenía que ver con ella, cabe recalcar que ese señor era uno de los managers más valorados y exitosos de la época.
Sin embargo, cuando el integrante de la banda, Lee DongMin (baterista principal) presentó una demanda en contra del manager, acusándolo de obligar a los integrantes a tomar alcohol e ingerir drogas antes de los conciertos, además de exigir que cada integrante usara cada vez menos ropa por petición del público, el señor Choi lo perdió todo.
Jeon menciona que DongMin fue quien se dió cuenta de todo el mal que les estaba causando a los integrantes y quien decidió alzar la voz.
Exɪɢᴇɴᴄɪᴀs
JungKook también habló de que muchas veces es tu mismo público el que te exige hacer cosas que no quieres, todo esto a cambio de su lealtad y apoyo.
Es una realidad que muchas veces los fanáticos les piden a sus artistas muchas más cosas, que por mínimas que sean o parezcan inocentes, terminan destruyendo a los artistas. Incluso indirectamente, la gente pide que los conciertos sean mucho más energéticos, que los artistas se comporten mucho más exagerados, y... para un chico que sólo quería cumplir su sueño, puede llegar a ser destructor.
Los artistas a menudo se esfuerzan por hacer buena música, se esfuerzan por hacer las letras que nos llegan al corazón y nos hacen sentirnos vivos. Hay una historia detrás de cada canción, sin embargo, esas historias se quedan en el olvido cuando los artistas son obligados a comportarse de cierta manera enfrente de sus fanáticos o sobre el escenario.
Las exigencias que se hacen a menudo en la industria de la música son muchas veces ridículas. Queremos que nuestros cantantes favoritos sean de cierta manera; ya sea que se conviertan en símbolos sexuales o que se comporten extrovertidamente.
En el caso de Jeon, se convirtió en un símbolo sexual que en lugar de buena música, terminó vendiendo sexo. La imagen que el público decidió que tuviera se quedó durante años; con los atuendos que se colocaba al subir al escenario o las fotos que se comercializaban de él.
Uno se preguntaría a sí mismo, ¿si no está cómodo con ese estilo, por qué sigue sobre el escenario? Y la respuesta es sencilla, Jeon se obligaba a comportarse así porque no dejaría que su sueño se le escapara de las manos.
¡Y, vamos! JungKook perseveró, se sometió a tantas cosas para lograr ser quien es ahora y, sólo echen un vistazo a las listas de popularidad. Primeros lugares en las listas de música a nivel mundial, el cantante es una estrella por su determinación.
Uɴ sᴜᴇɴ̃ᴏ
Sin duda los sueños son lo más preciado que tenemos, pero... ¿cuántas personas en realidad están dispuestas a hacer lo que Jeon hizo por cumplir el suyo?
No todas las personas tienen la determinación y la valentía de cambiar por completo todo su ser, desde la imagen hasta el comportamiento, para lograr alcanzar un sueño.
JungKook mencionó también que la única razón por la que seguía vivo muchas veces era por la música, nos dijo que era lo único que le daba las fuerzas para seguir con su vida.
A menudo todos hablamos de nuestros sueños, que por más pequeños que estos parezcan, son importantes. El cantante también mencionó que cuando los miembros de su banda estaban a punto de renunciar, sólo recordaban que la música valía la pena.
Sin embargo, el baterista y el guitarrista decidieron acabar con todo esto, decidieron parar por su bienestar. Y a pesar de que se diga que Jeon JungKook tuvo la culpa de la disolución de la banda, la verdad es que los otros dos chicos se rindieron de seguir pretendiendo ser algo que no eran.
JungKook siguió en este mundo porque jamás se dio por vencido. Porque a pesar de todos los incidentes que se presentaron, él no podía rendirse. Incluso cuando se presentaron abusos de parte del público hacia él, tenía la música como pretexto para seguir.
Los chicos se perdieron a ellos mismos, olvidaron cual era su verdadera razón para aguantar todas las exigencias y necesidades de la gente. Se puede decir que todos tenían un vacío dentro; el público los estaba destruyendo.
Todo por un sueño en común.
Uɴ ᴠᴇʀᴅᴀᴅᴇʀᴏ ᴇsᴄᴇɴᴀʀɪᴏ
Muchas veces pedimos, y pedimos cosas de parte de nuestros ídolos. En caso de esta banda, el público olvidó que el verdadero negocio era la música. Lo que en realidad importaba, en cada álbum, en cada presentación, artículo o concierto, era la música.
No debería de importar cómo se viste un cantante, ni la cantidad de delineador que usa en sus ojos, tampoco el largo del cabello. Recordemos que la música es la verdadera razón por la que deberíamos seguirlos e idolatrarlos.
Las estrellas a menudo sufren demasiado, la vida dentro del espectáculo es un escenario; a todas horas es un escenario. Uno en donde tienes que fingir ser alguien que no eres para que miles de personas compren tus álbumes o llenen los conciertos.
Nosotros no podemos saber si nuestro cantante favorito se siente mal, si se siente bien... no podemos saberlo. ¿Por qué? Porque sólo nos fijamos en cómo se ve sobre el escenario o en las fotos. Se vive un completo melodrama falso en el que ellos tienen que adaptarse para sobrevivir en el mercado.
A menudo no nos interesa lo que nuestro artista está pensado, o el porqué de sus letras y las melodías tan melancólicas que nos hacen llorar. Si es así, entonces las canciones cumplen su cometido, transmitir las emociones que el creador experimenta.
Así que, con esto, les digo que nos preocupemos por no exigirle cosas sin sentido a nuestros ídolos. Ellos harán lo posible por conseguir su sueño; o por otro lado, se rendirán porque no están dispuestos a seguir fingiendo para nosotros.
Jeon JungKook, sin duda, es el mejor y más dedicado cantante de rock que pueda existir en el mundo. Él es una persona dispuesto a hacer lo que esté a su alcance por cumplir sus sueños.
El verdadero escenario es el que vive JungKook día tras día. Respetemos a nuestros artistas, disfrutemos de la música, que es lo verdaderamente real e importante.
Un verdadero escenario lo hace la música, el cantante la interpreta, pero al final del día, lo que nos mantiene unidos a todos, es la música.
-𝙴𝚜𝚌𝚛𝚒𝚝𝚘 𝚙𝚘𝚛: 𝙺𝚒𝚖 𝚃𝚊𝚎𝙷𝚢𝚞𝚗𝚐.
』
Por fin se sentía cálido en mucho tiempo, se sentía feliz. Tenía a un lindo rubio sentado sobre él mientras le daba la espalda y Jeon abrazaba su pequeña cintura.
TaeHyung había terminado el artículo en la madrugada, sin embargo, ninguno de los dos tenía sueño. Querían seguir juntos, no podían separarse uno del otro; y es que JungKook no quería soltar al chico que, además de salvarlo emocionalmente, iba a salvar su carrera como cantante. Después de todo, su sueño aún no culminaba.
—Kook... —habló el rubio con los ojos cerrados mientras sentía el cálido cuerpo del azabache junto al suyo.
—¿Qué pasa, Tae? —comenzó a acariciar su cabello con delicadeza, aquella rubia cabellera era un más suave que las sábanas de algodón egipcio de su cama. Además, adoraba su olor; se sentía completamente a los pies de aquel reportero que entró a su camerino a gritarle.
—¿Estás feliz? —se levantó ligeramente y trató de mirar a su pareja a los ojos. Eran los ojos negros más hermosos que alguna vez había visto; si les ponías atención, decían demasiadas cosas profundas y intrigantes.
Jeon estiró sus labios en una pequeña sonrisa, por supuesto que se sentía feliz. Pero también tenía miedo de que los críticos no lo aceptaran aún con el nuevo artículo. Por otro lado, también estaba asustado de que todo el asunto de TaeHyung fuera irreal, un vívido sueño del que pronto tendría que despertar, y que cuando lo hiciera, volvería a estar rodeado de polémicas y gente criticándolo, haciéndolo sentirse como mierda.
—Sí, bebé. Estoy feliz porque tú estás junto a mí. Pero...
—¿Qué? —preguntó de inmediato el rubio. Lo miró en espera de una respuesta.
—Quiero que me enseñes día a día lo que es el verdadero amor. Sé que puedes enseñarme...
Un poderoso sonrojo pintó las mejillas del menor, bajó la mirada y el azabache lo tomó del mentón para conectar sus ojos con los cafés. TaeHyung era simplemente precioso, sus labios eran lo que Jeon más deseaba, y se sentía conmovido por los hermosos lunares repartidos en el rostro de este pequeño chico.
—Te amo, JungKookie...
El artículo ya había sido publicado, sin embargo, la estrella no había recibido ni una llamada de su manager. Y eso lo preocupaba en demasía, ¿cómo habría reaccionado el público?
Cuando TaeHyung salió de su apartamento para ir a trabajar, Jeon tomó su limusina con rumbo a la oficina de NamJoon. Había pasado ya dos días sin ingerir una gota de alcohol y se sentía completamente extraño.
Y aunque estuviera "mejorando", no podía resistirse a tomar una botella del minibar de la limusina y comenzar a tomar. En realidad no quería hacerlo pero su cuerpo se lo estaba exigiendo de una manera exagerada.
Es que en casa de su nuevo novio no había ni una gota de alcohol, y había pasado ahí dos días enteros; se sentía desmayar pero no le mencionó nada al rubio.
Los dos habían platicado acerca de sus adicciones y llegaron al acuerdo de que intentarían superarlos juntos; pero como en todo, llevaría su tiempo deshacerse de esos malos hábitos. Pero por lo menos lo iban a intentar.
La limusina blanca se estacionó frente al edificio y miles de reporteros con cámaras y micrófonos se acercaron al vehículo, Jeon se sentía atosigado; sin embargo, ya estaba acostumbrado a eso.
Se bajó de la limusina con ayuda de su chofer y no pudo soltar la botella. Su cabeza comenzó a dolerle y trató de huir cuando escuchó las voces de todos los reporteros.
—JungKook, ¡por aquí!
—¿El artículo es verídico?
—Señor Jeon, usted es una verdadera estrella.
Escuchó entre todo el bullicio antes de entrar a la oficina y encontrarse con SooBin al teléfono. Este anotaba cosas rápidamente en su libreta y contestaba amablemente a lo que sea que le estuvieran diciendo.
El azabache retiró los lentes oscuros de sus ojos y miró al asistente con curiosidad. Se acercó lentamente a él y el asistente sonrió al verlo.
—Sí, yo le devuelvo la llamada en cinco minutos. —dijo en un teléfono y agarró otro —. Señor Kang, ya lo tengo anotado, le pasaré su mensaje al señor NamJoon. —tomó el último teléfono y antes de contestar, respiró profundo —. Ahí estará JungKook, cuente con nosotros.
El azabache se sorprendió por la manera en la que el asistente menor ordenaba las llamadas y escribía todos los mensajes.
—Señor JungKook, me alegra verlo aquí. —saludó por fin SooBin —. El señor Kim está por llegar; me dijo que quería que lo llamara a su oficina pero creo que me ahorró una llamada.
Jeon asintió lentamente y dejó la botella de alcohol sobre el mostrador de la recepción. Su delineador negro era abundante como siempre, pero esta vez, estaba usando una camisa cerrada.
—¿Qué demonios está pasando aquí? ¿Por qué hay reporteros allá afuera? Además, ¿por qué tantas llamadas?
—Señor, sí leyó su artículo, ¿no? —el cantante asintió —. Pues los críticos y dueños de clubes y estadios han estado llamando toda la mañana para conseguir entrevistas con usted y presentaciones exclusivas. El señor Kim estaba muy orgulloso, seguro viene en camino.
Una enorme y sincera sonrisa se colocó en el rostro del nuevo artista favorito de todo Corea del Sur.
Por otro lado, en la oficina de la revista más famosa a nivel mundial, se encontraba TaeHyung, recibiendo aplausos por parte de todos sus compañeros y siendo abrazado por su mejor amigo, quien le había pedido perdón por haberlo difamado. YoonGi sonreía desde su oficina, pues la nueva edición de su revista había sido la más vendida en las primeras cinco horas.
Incluso se presentó una nueva propuesta de parte del jefe Min hacia el periodista rubio; le ofreció ser su mano derecha como editor junior de la revista. No obstante, Tae rechazó la oferta porque él quería seguir siendo un periodista y conocer muchas más historias maravillosas como la de su pareja.
—El artículo me hizo derramar algunas lágrimas, Jeon. —habló el manager mientras colocaba la revista sobre el escritorio —. Pero estoy orgulloso de que por fin te hayas atrevido a hablar de todo lo sucedido.
JungKook sonrió y se acercó a su manager, invadiendo, como ya le era costumbre, su espacio personal.
—Gracias por sentirte orgulloso de mí, NamJoon. ¿Ves? Es justo lo que le dije a SeokJin la noche de mi debut. Nosotros somos sobrevivientes. —habló el cantante muy cerca de su mejor amigo. NamJoon le sonrió y rompió la cercanía.
—Te dará mucho gusto saber que los álbumes nuevos se han agotado en cada tienda; Min YoonGi me llamó diciendo que habían llegado miles de cartas de personas ofreciendo disculpas, con reflexiones e incluso muchas que comparten tu situación. Dijo que las enviaría aquí por la tarde. Además, muchos críticos esperan tu regreso y el nuevo álbum. Y SooBin me acaba de informar que tienes cinco presentaciones la semana próxima.
Era demasiado para asimilar. Jeon peinó su cabello hacia atrás y mostró una gran sonrisa. Por fin estaba cumpliendo su sueño, y estaba listo para crear nuevas canciones e incendiar nuevos escenarios.
—NamJoon... muchas gracias.
—JungKook, felicidades; gracias a ti y nadie más estás aquí ahora, en este momento tan especial de tu carrera y tu sueño se ha cumplido. Jeon...
—Dime.
—Bienvenido a tu sueño, estamos de vuelta en el juego.
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