༄003༄
༄❦༄
༄❦༄
❗️Contenido altamente explícito.
Los cuerpos de los tres aún estaban algo alterados luego de ese instante de tensión en el agua. Trataron de seguir la tarde como si nada hubiera sucedido pese a lo que sentían.
Observaron el atardecer después de salir del lago y entraron a bañarse. La cena fue a gusto de lo que cada quien quisiera comer. Ahora se encontraban en los sillones de la sala, en total silencio.
La noche se había vuelto algo lluviosa, por lo que encendieron la chimenea con un poco de leña. Lo suficiente como para generar calor pero no ponerlos a sudar.
Kaylee terminaba su libro, uno de los varios que llevó. Ben leía el suyo, con Mal acostada entre sus piernas jugando con su celular.
Su granja virtual la aburrió después de un rato, al igual que los otros dos juegos a los que había entrado en esos minutos. Abrió la aplicación de notas del teléfono y tecleó algo con rapidez antes de enseñarselo a su amado.
El castaño alzó la mirada de la página que leía cuando ella le dio un toquecito en el brazo que la rodeaba.
"Creo que ya es hora de decirle" se observaba en la pantalla. Se quedaron mirando unos segundos antes de acordar quien llamaría su atención.
La princesa estaba ensimismada, leyendo y sin prestar atención a lo que le rodeaba. Su lectura había pasado de una escena romántica a algo subido de tono. Trató de acomodarse en el cómodo sillón, intentando que sus piernas no se rozaran entre sí. Pegó un brinco al sentir una presencia detrás suyo.
-Parece que la princesita de las nieves no es tan inocente como creíamos, Bennyboo- oyó la voz de Mal sobre su hombro.
Cerró con brusquedad el libro, llevándose una mano al pecho. Desde su cuello hasta sus orejas se habían enrojecido. No sabía qué era peor, haber estado leyendo eso con ellos a pocos metros o que la pelimorada hubiera logrado leer parte de la página por la que iba. Un fragmento bastante gráfico, para ser honesta.
-Me asustaste- le reclamó, echándose aire con la mano por el susto y el calor de su vergüenza.
Mal se rió.
-Kay, queremos hablar de algo contigo, si no te molesta- dijo.
La rubia cobriza captó en sus ojos un toque de nerviosismo a pesar de su semblante burlón. Se incorporó en el asiento.
-Em, claro. ¿Qué quieren decirme?
Colocó su libro en la mesa de centro. Ambos se sentaron de modo que ella pudiera sentarse al lado de la ojiverde. Ella hizo caso. Los notaba ansiosos.
-¿Recuerdas que te comentamos que queremos tener hijos pronto? - comenzó a hablar Ben.
Ella asintió.
-Sí- contestó dudosa, sin saber a qué quería llegar.
-Bueno, hay algo que queremos hacer antes de eso- siguió Mal. Notó como tenían sus manos entrelazadas, transmitiéndose apoyo- Es algo vergonzoso de admitir- agregó luego de unos segundos en silencio.
-No creo que sea tan penoso como lo que acabas de verme leyendo- la tranquilizó Kaylee.
El matrimonio se miró brevemente. Oh, ¿estaría entendiendo bien lo que empezaban a sugerirle?
-Verás, esto es algo que poca gente sabe - tomó aire- Soy bisexual- soltó la reina- Y jamás pero de verdad jamás he estado con otra mujer.
-Mal y yo solo hemos estado el uno con el otro- continuó Ben- No nos hemos acostado con nadie más. Ni siquiera dado besos con otras personas.
La mujer los miró, atónita. ¿O sea que si había estado captando sus intenciones desde el principio? ¿Sí habían estado coqueteándole?
-Queremos pedirte algo, solo si estás de acuerdo y cómoda con ello - se apresuró a agregar ella- Y si todo termina mal o quieres retractarte entenderemos si quieres alejarte de nosotros.
-Lo único que quiero agregar es que nos caes bien, demasiado. Y no quisiéramos perder la amistad que estamos formando contigo- concluyó él.
Se tomó unos segundos para ordenar sus pensamientos.
-¿Están diciendo que quieren tener sexo conmigo? ¿Los dos?- cuestionó sin rodeos.
La pareja real se puso completamente roja, al igual que ella. El aire comenzaba a sentirse caliente otra vez, acompañado de una tensión más palpable aún que cuando estaban en el lago.
-Pues sí- Mal relajó sus hombros al haber hecho esa confesión- No quisiera que pienses que solo te buscamos por eso. De verdad queremos conocerte y nos transmitiste toda la confianza como para invitarte a esta casa.
-¿Por qué yo? ¿Por qué de entre tantas mujeres pensaron en mí?- quiso saber.
Su rodilla rozó accidentalmente la de Mal. Las dos se miraron, sintiendo escalofríos por el roce.
-¿Y por qué no lo haríamos, Kaylee?- escuchó la voz de Ben. Lo miró- Eres agradable, divertida y graciosa. Además de muy hermosa.
Mal tomó su mano con la que tenía libre.
-No te sientas presionada. Puedes decir que no o podemos darte tiempo para decidir si lo necesitas- le brindó una sonrisa cálida.
La princesa volvió a quedarse callada. ¿En serio sería capaz de rechazarlos? La verdad no creía que su cuerpo y su corazón pudieran permitirselo. Fantaseaba tontamente con ellos desde hace años.
-¿Cómo saben que soy lo que necesitan?- interrogó.
Aceptó las caricias que la mano de Mal le daban a suya. La de Ben se había posado sobre las de ambas.
-Sonará tonto, pero hace un tiempo tuve un sueño. Ben y yo estábamos con alguien más, alguien que nunca había visto en mi vida - comenzó a relatar, con las mejillas rosadas- Y la noche que te conocimos sentí la conexión que tuve en mi sueño. Eras tú.
La princesa se sintió halagada. Sobretodo porque había visto las entrevistas donde los dos contaban que sus primeros encuentros habían sido en sueños.
-Sería la primera vez que hago algo como esto- admitió.
-Sería una primera vez para todos- Ben intentó aligerar el ambiente.
La tensión sólo aumentaba mientras que conversaban.
-Acepto- les dijo decidida- Con dos condiciones.
-Ha...Haremos lo que tú quieras- acordó Mal, sorprendida porque no les pidiera al menos unas horas para considerarlo.
-Primero que nada, no le contaremos a nadie sobre esto. Segundo, no quiero que esto que hagamos les cause problemas en su relación. Los admiro como pareja, y no quiero interferir en los planes que tienen en sus vidas.
El rey apretó las manos de ambas.
-Esas eran cosas que los dos ya habíamos hablado, así que aceptamos no decirle a nadie- prometió- Y con respecto a nuestra relación, también te juramos que esto no será un problema.
Mal asintió sonriendo.
-¿Qui...Quieres subir ahora? - le preguntó, apartando algo de cabello de su cara.
A Kaylee le pareció tierno verlos así de nerviosos. Tampoco es que ella estuviera tan tranquila. Nunca había estado con más de una persona a la vez.
-Sí.
Ben se puso de pie. Apagó la chimenea y las luces. Mal entrelazó sus dedos con los de ella y la guió a las escaleras. Los corazones de los tres latían con fuerza. Se sentía natural tener su mano tomada a la de la pelimorada.
Al entrar al cuarto no se molestaron en cerrar la puerta, después de todo eran los únicos en la casa y no había nadie hasta unos dos kilómetros más allá. Nadie los molestaría.
Kaylee detalló un poco más la habitación, dándose cuenta de que la cama era muy grande, por lo que los tres cabían perfectamente. Sus ojos se posaron en los reyes, quienes estaban sentados al borde del colchón.
Ben tomó la mejilla de su esposa para besarla. Mal se relajó ante su toque. Movían sus labios con suavidad. Hasta que perdieron el control. Los brazos de ella rodearon su cuello y los de él su cintura.
Kaylee los miraba, sudando ante lo que veía. Quería dejarlos darse esa confianza y esa tranquilidad antes de sumarse. Pero comenzaba a excitarse por los sonidos húmedos de sus bocas chocando. Oyó un par de gemidos saliendo de sus gargantas cuando se separaron.
De pronto el castaño se levantó y se fue hacia ella. La tomó con suavidad del brazo y la llevó a la cama. Quedó sentada en medio de los dos.
-¿Puedo?- preguntó Mal con timidez.
La chica de Arendelle la animó, posando una mano en su nuca y otra en su cintura. La reina le dio una última mirada a su esposo antes de acercarse al rostro de la mujer a su lado.
Al unir sus bocas se sintió muy diferente a cuando besa a Ben, pero no era algo que le importara. La princesa la besaba con calma, dejándola experimentar eso por primera vez. Sus labios eran suaves y sabían a labial de cerezas.
La rubia se derritió ante su delicadeza. No tenía idea de cómo eran ellos en la cama, pero no tenía duda de que eran buenos. El beso que le daba la princesa del Inframundo se lo demostró. Se retiraron cuando el aire no las dejó continuar.
Notó que Ben jugaba con la piel del abdomen de su esposa por debajo de su camisa. Mal se echó un poco hacia atrás para darles espacio. Veía al hombre como alguien muy dulce y delicado, pero le sorprendió la firmeza con la que la acercó hacia su cuerpo y juntó sus labios.
La ojiverde los veía, fascinada por ver esa faceta de su marido. En cierto punto Kaylee la tomó por los hombros y la acercó a ellos.
-Si vamos a hacer esto por primera vez, me gustaría que sean varias primeras cosas para los tres- les dijo.
Mal y Ben se miraron con complicidad. Los tres se unieron en un punto medio. Sus bocas tomaban lo que podían de los labios de los otros. El cuarto se llenó de jadeos. Sus manos no se quedaban en un sólo lugar.
La pelirroja tomó con cuidado el borde de la camisa verde de la monarca. Mal estiró los brazos para que ella le quitara su camisa y alzó las caderas para que Ben le quitara los shorts de su pijama.
Se puso de pie, jalando a Kaylee de la cintura hacia ella. Juntó sus labios con pasión, tomándola por la parte de atrás de su cabello para que no se apartara. Sintió el cuerpo de Ben posarse a sus espaldas. Las manos de la mujer subieron el vestido de su pijama hasta sus caderas y su esposo se la terminó de quitar.
La rubia se dio la vuelta, sintiendo como la reina atacaba su cuello con su boca. Apoyó su cabeza en su hombro. Metió las manos por debajo de la camiseta de Ben, tocando su marcado y tenso abdomen.
-Creo que ya entiendes por qué ninguno ha estado con alguien más- le susurró la reina al oído con descaro.
Kaylee movió su cabeza, dándole la razón. Le quitó al rey su camisa y él mismo bajó sus pantalones. Gimió con fuerza cuando ambos le prestaron atención a su cuerpo. La pelimorada apretaba sus senos sobre su sostén y el castaño la besaba mientras que acariciaba sus piernas.
Agarró los brazos de Mal y la llevó de regreso a la cama. La besó, rozando sus cuerpos que sólo vestían su ropa interior. Kaylee apretó su trasero, haciéndola soltar suspiros.
Al estar de lado, ambas vieron como el castaño se paraba enfrente de la cama, tocándose sobre sus bóxers. Mal lo jaló hacia ellas, tumbándolo en el colchón. Ben besaba su cuello y espalda mientras que Kaylee mordisqueaba su clavícula y lo que el sostén permitía de su pecho.
El rey le quitó su sostén, mientras que la princesa bajó sus besos lentamente hasta sus caderas. Retiró lentamente sus panties.
-De por sí me parecías atractiva Mal, pero esto superó todas mis expectativas- la miró de arriba a abajo.
La mencionada sintió sus mejillas calentarse. Ben besó su sien. Se sentó, recostando su espalda en el cabecero de la cama. Mal se apoyó contra su pecho, mientras que Kaylee se metió entre sus piernas.
-Veo que Ben te hará de apoyo, así que relájate. Sé que es algo nuevo para ti, pero quiero que lo disfrutes al máximo- sobó sus muslos.
-Está bien- dijo la ojiverde, con el aire fallándole por la anticipación.
La ojimiel besó dulcemente sus labios antes de atacar sus senos. La reina rodó los ojos hacia atrás por el placer. Sentía la erección de Ben contra su trasero y la boca de Kaylee aferrada a sus pezones. El rey sustituyó las manos de la princesa para apretar sus pechos. Kaylee pasó sus dedos por su intimidad, haciéndola gemir.
Introdujo con lentitud sus dedos en su entrada, haciendo que arqueara la espalda. Pegó su boca a su clitoris, lamiendolo con su lengua y chupandolo.
Mal apenas podía mantener los ojos abiertos. Jaló el cabello de Kaylee y la acercó más a su cuerpo. Ben besaba su cuello, por lo que oía su respiración pesada. Los dos tenían la vista fija en lo que le hacía la ojimiel.
-Amor- le susurró a él, sintiendo como un nudo se apretaba en su vientre.
El rey quitó el cabello sudado de su cuello.
-Kay, haz que mi esposa se corra todo lo posible - declaró Ben, con la voz extremadamente ronca.
Su voz, sumada a la mirada caliente de la princesa en medio de sus piernas, como él le apretaba los senos y las penetraciones y lamidas de ella la llevaron a un orgasmo que le hizo temblar las piernas.
Kaylee se apartó, con los labios brillosos por sus jugos y una sonrisa orgullosa. Mal hizo que ambos quedaran a sus costados. Le quitó los bóxers a Ben y metió su mano en las panties de la princesa de Arendelle. Esta soltó un gemido agudo.
-Veo que darme ese orgasmo te excitó mucho, ¿o no, princesa? - le preguntó, su voz sonando dominante.
La mujer solo pudo asentir. Sus panties estaban empapadas. La pelimorada le quitó sus panties y soltó los ganchos de su sostén. Los gemidos de su esposo y la futura reina llenaron sus oídos cuando comenzó a masturbarlos. Su mano subía y bajaba sobre el miembro de Ben, mientras que sus otros dedos penetraban los pliegues de Kaylee.
Los tres tomaban turnos para besarse en medio de los gemidos que soltaban. Los dos estaban muy excitados por todo el juego previo y haberla atendido, por lo que en menos de cinco minutos se corrieron en sus manos y parte de su cintura.
Mal soltó el pezón del seno izquierdo de Kaylee, mirándola con las pupilas dilatadas. Esta le dio un beso cálido al recuperar su respiración habitual.
Ben besó las frentes de ambas.
-Kay, ¿quieres que él esté contigo? - consultó con ella.
Los nombrados se vieron unos segundos antes de asentir. La reina abrió el cajón más cercano y sacó un condón. Ben se lo colocó.
-No tendré que usarlos con ella, pero contigo sí- le dijo él.
Era algo lógico. Al fin y al cabo Mal era su esposa. No querían que esta situación se fuera más allá de esa semana.
-No hay problema.
Apoyó su cabello en las almohadas. Mal se quedó a su lado. Ben se posó sobre ella. Ahí fue cuando por fin se fijó en el tamaño de su miembro. Los dos se rieron al ver su expresión de asombro.
-Veo que el trasero de Auradon tiene más para ofrecer que eso- les dijo.
Soltaron una carcajada. La pelimorada besó su cuello al tiempo que el castaño la acercaba hacia él. Rodeó sus caderas, gimiendo con fuerza al sentirlo en su interior. Comenzó con embestidas firmes pero suaves, esperando a que se acostumbrara a la sensación. Apretó la mano que Mal le había tomado.
-Cielo, creo que ya está lista para que vayas más rápido- le ordenó a su esposo.
La princesa se aferró a su mano y a las sábanas cuando él rey se movió con más fuerza y precisión. Llevó sus dedos de nuevo hacia los pliegues de Mal, haciéndola gemir. Unieron sus labios.
Ben sentía como se ponía más duro de tan sólo ver los gestos de placer en ambas. Aferró sus manos a las caderas de Kaylee, levantandola un poco para llegar justo al punto que la hizo gritar. Era todo un espectáculo el que tenían montado.
Él penetrándola, ellas besándose. Los senos de las dos rebotando ante sus movimientos y las manos de la heredera al trono complaciendo a su esposa. Un coro de gemidos inundó la habitación cuando Kaylee se corrió, seguido de Mal y luego él.
Vio como un hilo de saliva quedaba en medio de las bocas de ellas al separarse. Mal le sonrió, con las mejillas y el cuerpo rojo por su reciente orgasmo. Se acercó a su cara, tomando con suavidad su mentón y besándola.
Los labios de los dos estaban hinchados. Salió del interior de la rubia y se quitó el condón. La princesa se secó algo del sudor que recorría su frente y cuello. No podía entender como luego de haberse corrido dos veces esa imagen de ellos besándose la hizo mojarse más de lo que ya estaba.
La reina se apegó más a él cuando besó sus senos. Sabía cómo hacerla enloquecer en cuestión de segundos. Eran años de práctica y de conocer sus cuerpos.
Mal apoyó sus piernas sobre los hombros de Ben, y él se acercó a su entrada. Los tres gimieron cuando él la penetró. Ellos por el placer y ella por ver semejante escena.
El castaño tomó los tobillos de su amada para estabilizarse y poder seguir con sus movimientos. Hundió su rostro en su cuello, llenándolo de besos. Kaylee miró a Mal. Esta le permitió que se acercara. La ojimarrón se atrevió a hacer algo más.
Con cuidado de no lastimarla posó su entrepierna sobre su rostro. Se aseguró de que ella estuviera de acuerdo antes de poner sus piernas a los costados de sus hombros. La ojiverde la tomó de las caderas, acercándola.
Su espalda había quedado hacia el lado de la pared, de modo que tuvo que morder su labio inferior para no gritar cuando la reina introdujo su lengua entre sus paredes mientras que el rey las veía. Este aumentó la velocidad de sus movimientos.
Mal gimió por la sensación del miembro de su esposo golpeando justo el lugar adecuado para enloquecerla. Kaylee arqueó la espalda al sentir las vibraciones de ese ruido en su interior. Se tomó el atrevimiento de tomar al rey del cuello y acercarlo a su boca. Él aceptó sin problemas su beso.
Sentía sus paredes húmedas debido al placer que le brindaba la lengua de la pelimorada. Ben, quien no la había tocado allá con sus manos, acercó sus dedos a su clitoris, mientras que con su otra mano tocaba el de su mujer.
Las dos mujeres soltaron gemidos ahogados. Era muy abrumador estar recibiendo atención desde tantos lugares a la vez. Kaylee movió sus caderas sobre la cara de la gobernante de Auradon al ritmo de las embestidas que esta recibía de su esposo.
Sus orgasmos los alcanzaron nuevamente. El matrimonio se corrió al mismo tiempo mientras que ella lo hacía segundos después. Los tres se desplomaron sobre la cama.
Querían hablar, solo que estaban agotados. Cada uno tomó turnos para ir al baño. Kaylee iba a recoger sus cosas e irse a su habitación, pero las manos de ambos en su brazo la detuvieron.
-Si quieres puedes quedarte - le dijo Mal, adormilada.
Ben se movió un poco en su lado de la cama para que su esposa quedara en medio. Kaylee se recostó a su lado. La pareja se abrazó y el rey subió las sábanas sobre todos. Sonrió, casi dormida cuando tomaron una de sus manos entre sueños.
༄❦༄
----------------------------------------------------
😳😳😳😳
Mejor no digo nada, porque yo me sorprendí editando este y el que sigue.
Y, como Wattpad anda todo loco me ha costado subirlas los capítulos.
Aparte de que arranqué mi quinto semestre el lunes y mañana me sacarán las muelas del juicio. Pretendo intentar dejar el capítulo 4 listo hoy para publicarlo mañana.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor,su escritora💕
Publicado el 20/09/2024.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro