Taehyung contaba amenamente su historia, aquellos vagos recuerdos que alguna vez vivió y que lo llevaron a mejorar su vida en el pasado. El pelinegro por su parte tan solo escuchaba atentamente cada palabra que salía de la boca del castaño, no quería decir nada porque sabía que si lo interrumpiera el ambiente se pondría tenso de un momento a otro.

—Él me tomó por un secuestrador la primera vez que hablamos —comentó— Fue algo realmente chistoso que me sorprendí y me enojé a la misma vez pero el tonto no fue él sino fui yo...¡Por haberlo ayudado en aquel entonces! —se rascó un poco la nuca ante tal confesión.

—Como fue que llegaron a quererse tanto que hasta se casaron —quiso saber, la curiosidad lo mataba por dentro aunque quisiera disimularlo— Tan solo es una simple curiosidad —aclaró pero eso hizo que el castaño se riera.

—¿Quieres saber mi vida de casado? —le preguntó en forma de burla pero ante la negativa mirada del pelinegro se recompuso— Pues —estaba a punto de decir algo pero fue interrumpido gracias a la voz de su esposo.

Habían pasado este corto tiempo hablando y estando así tan juntos que no se percataron en que momento todos habían vuelto a sus puestos, pero sobre todo aquella mirada seria que le daba alguien frente a él. 

A Chang Wook no le gustaba para nada la situación en la que se encontraba su esposo, confiaba en él pero sabía que no todo estaba bien y muchos menos lo estaría, si Taehyung seguía permaneciendo tan cerca de Jungkook. Debía tomar cartas en asunto, no estaba dispuesto a perder a alguien mas por cosas del pasado, así que haría lo que sea por salvar su matrimonio y tener el amor de Taehyung para siempre.

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Por otra parte, una pareja de amigos yacían en aquel lugar favorito que era centro de muchas anécdotas y diversiones entre ambos chicos.

Min Yoongi había estado trabajando como profesor de música, no era tan experto pero soñaba con que algún día sus canciones fueran conocidas y el mundo pudiese ver en lo que tanto esmero había puesto. Por el momento el único que conocía aquellas hermosas melodías era su  amigo Park Jimin o como el solía llamarlo enano.

—Y ¿Qué tal te parecen? —le preguntó mientras esperaba una respuesta contundente de su amigo— No te gustó, es eso dijo triste.

—No seas tonto —se quejó mientras le daba un leve golpe en la cabeza— Tus canciones siempre son perfectas hyung —lo animó— Pero hay un detalle que aún no entiendo.

—¿Qué es? —quiso saber, le interesaba demasiado saber la opinión del rubio.

—No entiendo la razón por la que no sacas al aire tus canciones —confesó— Son magnificas, realmente tienes talento hyung.

—Siempre dices eso...Y siempre termino por confiar en ti —le sonrío— Siempre tienes algo bueno que decir de mí o de mis canciones.

Las palabras entre ambos chicos eran sinceras, las expresiones en sus rostros eran mas que claras, demostraban esa complicidad de amigos, de confidentes. Jimin quería mucho a Yoongi pero él mencionado lo quería de la misma manera o tal vez estaba reprimiendo lo que realmente sentía.

—Estoy seguro que cuando tomes la decisión de mostrar esto, será algo espectacular para todos —comentó, animándolo una vez mas para que así decidiera el gran futuro que tenía por delante— No te preocupes que Jungkook y yo estaremos en primera fila para apoyarte —mencionó a su pareja, algo que hizo sentir un poco incomodo al chico a su lado.

—Al final si vas a proponerle matrimonio —le preguntó— Lo digo porque hace tiempo mencionaste algo como eso.

—No —respondió de inmediato— Bueno, no ahora pero tal vez mas adelante —completó su respuesta.

Las cosas entre ellos estaban bien o eso creía el rubio pero no estaba tan seguro si debía dar ese paso tan importante justo ahora. Necesitaba pensarlo antes de proponer algo de lo que no había marcha atrás.

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Taehyung

La mirada intensa sobre mí no se quitaba para nada, Wook me miraba como si estuviera tratando de descifrarme o algo por el estilo. Realmente ya no entendía nada pero si sentía esa incomodidad y ese pequeño temor de que algo sospechaba, debía enfrentarlo aunque termináramos peleando.

—Si tienes algo que decirme, ¡Hazlo ahora! —le pedí ante aquella mirada seria que me dedicaba— Tienes algo que preguntarme cierto, es por eso que has estado así desde que salimos de la empresa.

—No estoy molesto si eso es lo que quieres saber —respondió— Solo me preguntaba si tu auto tiene algún tipo de problema como para empañarse por dentro y pensar que eran jadeos los que salían a flote —contestó con gracia.

Aquella confesión me había dejado mas que congelado, tal vez nos escuchó a mí y a Jungkook tener sexo, tal vez no vio y espero este momento preciso para soltarlo, o tal vez simplemente me estoy haciendo ideas tontas y alguien mas pudo habérselo dicho. No tenía respuestas a mis preguntas pero no podía callarlo, debía hacer algo o metería en problema a Jungkook y eso era lo que menos quería en este momento.

—Entonces Taehyung —tenía esa expresión serena en mí y me miraba con esa sonrisa divertida que no había mostrado en todo el día— ¿Tu auto ha estado bien? —volvió a preguntar y casi por impulso dije lo siguiente.

—Se lo preste a unos empleados de la empresa hoy por la mañana —soltó sin saber que decía— Querían arreglar sus cosas y no quise ser tan malo así que les ofrecí el auto como último recurso —mentí— No sabía que sería algo tan grave, ya sabes la pasión es lo último que se pierde.

—De acuerdo Tae...¡Voy a creerte! —sonrío tan feliz que mostraba sus dientes perfectos, pero algo me decía que no se había tragado aquel cuento que le solté.

No importaba si por ahora lo creí o no, al menos salí de este pequeño asunto para pensar en que diría mas tarde cuando se enterase de que Jungkook y yo arreglaríamos las cosas en algún momento. Si bien fui muy sincero con él en todo momento, no sabía si traicionar la confianza que me había dado desde hace unos cuantos años atrás. No quería pensar mas esto y quería concentrarme en la relación con Jungkook, tenía que volverlo a enamorar aunque eso me costará bastante...

¡Debía hacerlo o terminaría por perderlo para siempre!