Saben como estar dentro un hospital, no como paciente sino como doctor y encargado de salvar vidas. Es un trabajo muy duro en el cual tienes que dar todo de ti, no solo profesionalmente sino como ser humano que siente y sabe el valor de la vida sin importarle lo demás.

Era una mañana muy ajetreada para nuestro chico rubio, doctores corrían de un lado a otro cambiando de turnos y otros simplemente para atender a algún paciente en peligro o que realmente necesite ayuda. Jimin tenía su última consulta del día antes de salir y relajarse en la comodidad de aquel departamento que compartía con su lindo novio, ya era su rutina diaria no tener tanto tiempo libre pero lo único que lo mantenía feliz y relajado eran aquellos pequeños momentos en los que podía admirar y resaltar estar con la persona que amaba.

—Entonces no es necesario volver la semana que sigue —preguntó la mujer mayor que estaba siendo atendida por el doctor Park— No creo que sea necesario señora Choi, además su salud esta en perfecto estado, solo necesita dejar de pensar en los problemas externos y las preocupaciones.

—Eso es imposible hijo, todos tenemos preocupaciones y problemas —soltó la mujer acompañado de una pequeña risa.

—Lo se, pero al menos debemos disminuir eso y tratar de ser felices sin lo que nos pueda hacer daño —la tomó de la mano y continuó— Pienso que debe ser feliz a partir de ahora sin que las preocupaciones y todo lo que pueda venir la afecten.

—Es usted muy bueno doctor Park —sonrío la mujer— Debería decirle a mi hija que se casé con usted.

—No creo que pueda corresponderle Omoni —sonrío mientras firmaba los últimos papeles para dar de alta a su paciente— Mi corazón y mi vida ya tienen a alguien dentro.

—Oh! Vaya espero que esa persona sea tan afortunada porque se lleva a una gran persona.

—Créame que esa persona es mucho mejor que yo —finalizó la conversación, acto siguiente procedió a despedir a la mayor dándose un pequeño suspiro por ya no tener tanto trabajo por hoy como sus demás colegas.

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Media hora después se encontraba caminando en busca de tomar el metro e ir a su hogar, pero vaya que las interrupciones no son discretas. Unas pequeñas gotas cayeron y mojaron su rostro, una gran tormenta vendría y él sin estar en la comodidad de su cama al menos con una taza de chocolate. Y como si algo malo hubiera hecho sentía como unas pisadas se acercaban por atrás justo hacia la misma dirección en la que iba el rubio.

Jimin se sentía un poco nervioso y sin duda empezó a correr, y cuando estuvo a punto de doblar en una esquina un auto a toda velocidad paso justo en un charco de agua y lo mojó por completo, algunas personas lo miraban y otras reían por lo que acababa de pasar como si se tratase de un chiste.

Estaba quieto en su lugar cuando escucho una bocina de auto que timbraba y timbraba. Era a él, tal vez uno de sus amigos lo había visto y quería recogerlo. Sin pensarlo dos veces camino hasta el auto y cuando estuvo cerca vio a la persona que yacía dentro, su corazón no pudo evitar acelerarse. ¡Él había vuelto! Y lo peor de todo es que no sabía como enfrentarlo.

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—Te ves como un triste e indefenso cachorro Park —se burlo un poco de sus situación— Sabes, traté de llamarte hace unos minutos pero saliste corriendo que no tuve otra opción que alcanzarte con mi auto —confesó haciendo sorprender a Jimin, porque había pensado que le irían a hacer daño hace algunos minutos— Sigo recto o debo dar alguna vuelta —preguntó sin quitar la vista del frente.

—No debí aceptar que me llevaras Kim —soltó de repente— Esto es un poco incomodo luego de tantos años sin vernos.

—No creas que para mí no lo es Park —confesó— Pero déjame decirte que nuestro encuentro es menos impactante que el gran encuentro que tuve con Jungkook —dijo con desdén llamando así la atención del rubio.

—Viste a Jungkook —cuestionó— ¿Cuándo fue?, ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué fue lo que le dijiste? —lo inundó con preguntas y molestó un poco al castaño.

—Si que quieres saber muchas cosas mi viejo amigo —sonrío mirando hacia ambos lado en busca de un lugar para aparcar su coche.

Cuando lo hizo pudo sentir la tranquilidad que tendría para hablar con un viejo amigo que no había visto en años. No sabía si las cosas saldrían bien pero al menos intentarían hablarlo.

—No sabía que te habías vuelto doctor —preguntó mirándolo esta vez si podía hacerlo ya que no tenía impedimento alguno— Ahora se a donde ir cuando me sienta enfermo.

—Aún no soy doctor pero soy practicante —dijo serio— No sabía que habías vuelto a Corea —ahora fue él quien lanzo una pregunta.

—No sabía que tenía que darte explicaciones de mi vida —respondió sin perder aquella sonrisa cuadrada que lo caracterizaba— Sabes, sigues siendo enano como lo recuerdo —se burló.

—Kim no sigamos con estas niñerías y responde lo que te pregunté antes de que paráramos —preguntó seco y frío exigiendo saber una respuesta que su corazón mas le pedía— Donde viste a Jungkook.

—Trabajamos juntos, ahora es mi asistente personal en la empresa Choi —respondió— Es curioso que no te haya contado si estábamos juntos desde muy temprano hasta la misma hora en que salí del trabajo.

—Tu mismo lo dijiste, estaban trabajando, cuando ambos tenemos horarios de trabajo no solemos distraernos con algo más —soltó ahora sonriendo.

—Pelearemos ahora que ambos compartimos al mismo hombre —volteó a verlo y continuó— Sabes "Amigo", es bastante chistoso que diga esto pero no pienses que volví para quitarte algo que ahora parece que te pertenece —confesó— Acaso no lo notaste —alzó su mano dejando a la vista un brillante anillo de compromiso— Estoy casado y aunque no lo estuviera, nunca podré olvidar aquellas palabras que me dijiste cuando volví por primera vez a Corea —se desabrochó el cinturón de seguridad y procedió a salir del auto.

Poco a poco lo rodeaba hasta llegar al asiento de copiloto, abrió despacio la puerta para inclinarse hacia el rubio y desabrochar su cinturón. Acto siguiente lo jalo fuera del vehículo y le dio un leve empujón enfatizando su gran enojo.

—Es chistoso, al final...

¡Nunca fuimos mejores amigos!