🌸9🌸
Después de haber visitado el inframundo, se dirigieron hacia el lugar donde tenían planeado su cita en primer lugar.
El restaurante de humanos del que le había hablado Suga era más bonito de lo que había pensado. Estaba iluminado por unas cuantas luces, el ambiente era agradable pues se encontraban en una mesa aislada de los demás y nadie se acercaba a su mesa a excepción de los meseros.
Cuando el segundo mesero se acercó hasta ellos para hacer el pedido, Jimin titubeó, pues no tenía experiencia con la comida humana, mas que con la que daban en el instituto. Al final Suga terminó pidiendo una pizza para ambos; Jimin no supo ni que fue lo que pidió, pero se encontró feliz de que Suga lo estuviera ayudando en ese mundo nuevo para él.
—¿Habías visitado el mundo humano antes del decreto de Zeus?—Preguntó el pelirosa con curiosidad, pues se notaba que el chico frente a él conocía mucho y dudaba que todo aquello que sabía lo hubiera sacado de un libro.
—Sí, muchas veces.
—¿En serio? Y, ¿qué tal?
—En realidad los humanos son más divertidos que los dioses.
—¿Acaso hacen el doble de fiestas?
—No, en realidad no. No son divertidos por hacer fiestas o por estar bebiendo todo el tiempo. En realidad los humanos no necesitan de alcohol para ser felices, bueno, como en todo hay excepciones.
—Y entonces, ¿qué es lo que hacen para divertirse?
—Bueno, todo depende de la persona. Sí hacen fiestas, pero no es el único medio para divertirse; muchos se divierten leyendo, socializando, viendo películas, comiendo, escuchando música, entre otras cosas más.
—¿Es divertido comer?
—Ja, ja, no como tal, pero la diversión siempre busca la felicidad y para muchas personas el comer es felicidad.
—Oh…Entonces, si las personas tienen todo para ser felices, ¿por qué aún existe la maldad?
—La maldad siempre va a existir, ya que es un equilibrio entre el bien y el mal, no puede existir el bien si no existe el mal. Además de que no toda la gente es capaz de ser feliz del todo, porque la felicidad es momentánea, es algo pasajero y mucha gente quiere que sea entera. Es como si quisieran encerrarla en un frasco y retenerla ahí por mucho tiempo, conservarla para cuando la necesiten, pero lamentablemente no es así. Por eso es tan hermosa, por eso el amor es tan perfecto, porque no puede quedarse por la eternidad…—Al terminar, se dio cuenta que Jimin se encontraba totalmente atento, pues tenía su rostro acunado sobre sus manos y eso lo sonrojo un poco.
—Wuau, son las palabras más sabias que he escuchado.
—¿A-ah si? Bueno, ¿acaso me creías un tonto?
—Ja, ja, no, para nada, tal vez un flojo sí porque te la pasas dormido en la clase.
—Ja, ja, ja, me es aburrido escuchar algo que sé de memoria.
—¿A que te refieres?
—A que ya he tomado esa clase.
—Wuau, ¿en que momento si el decreto de Zeus fue hace poco?
—Llevo mucho tiempo en el mundo humano, tanto que ya he aprendido mucho de los humanos, con decirte los dioses tienen mucho en común con los humanos.
—¿Qué pueden tener en común?—Frunció su ceño con curiosidad, convirtiéndose en una mueca tierna que Suga no pudo pasar por alto.
—En que no piensan en las consecuencias. Los dioses del Olimpo al igual que los humanos actúan por impulso, no piensan en sus acciones ni en las consecuencias. Es como tu madre, no pensó en que al momento de tener hijos tal vez no se llevaran bien porque son de diferente padre, o mi padre, qué no pensó en las consecuencias psicológicas que desencadenaría el robarse a mi madre. O, ¿qué hay de Apolo?, que no pensó en las consecuencias de retar a tu hermano Eros y estuvo condenado a una mortal obsesión por Dafne. En realidad nunca terminaría con los ejemplos. Puede que los dioses tengan un poder sobrehumano, pero actúan bajo sus impulsos y eso los convierte en esclavos de sus obsesiones y ambiciones.
—Oh… en realidad… nunca lo había visto de esa manera, pero… es real, no es como si nuestros padres fueran mejores que los humanos y al parecer lo único que los diferencia es que ellos tienen poderes y viven en el Olimpo y los humanos no.
—Exactamente.
—Wuaaa…—Pronunció, al mismo tiempo que se dejaba caer sobre su respaldo.
No podía creer que no había sido capaz de ver muchas cosas que habían estado frente a sus narices por mucho tiempo. Toda su vida admirando a Apolo, Ares, Zeus, Artemisa, Atenea, Hermes, Hera, entre otros… cuando en realidad no tienen nada de especiales ni de ejemplos a seguir, ellos eran la viva imagen de vivir por impulso y dañar a los demás en el proceso.
—En fin, creo que aveces el impulso es bueno siempre y cuando no dañe a los demás.
—Tú… ¿Alguna vez has actuado por impulso y dañado a alguien?— Preguntó inseguro el pelirosa,
—Por impulso sí, mas sin embargo, nunca he dañado a alguien, al contrario, es una especie de impulso para ayudar…
—¿En serio?
—Sí, he actuado por impulso al momento de rescatar a alguien en un edificio en llamas o a alguien que se está ahogando, inclusive cuando te salve de ese infeliz, no lo pensé, no pensé en las consecuencias, no pensé en si llegaba a salir herido o si mi plan iba a fracasar, solamente actué por impulso para tu bienestar.
—Yo… gracias.—La pequeña manita de Jimin buscó la del pálido, quien era todo lo contrario a la suya y al momento de percatarse en aquella gran diferencia no pudo evitar esbozar una gran sonrisa.
—No tienes nada que agradecer, en realidad fue mi culpa, yo te metí en problemas y saliste de la institución, sí, te seguí, pero hubiera evitado todo eso si tan sólo te hubiera llevado conmigo, pero entiéndeme muñequito, estaba en un conflicto mental, estaba aterrado por las cosas que estabas causando en mí.
—¿Acaso me acabas de llamar muñequito?
—Ja, ja, ja. —Carcajeó, pues había dejado de lado todo su orgullo para decirle que desde un comienzo había despertado sentimientos en él, pero al parecer este no lo había captado.—Sí, eres un muñequito.
—No es verdad.—Se cruzó de brazos junto a un puchero.
—Ja, ja, te apuesto a tu closet debe estar lleno de ropa y accesorios.—Jimin infló sus cachetes, con un sonrojo en estos, pues era verdad, su closet estaba lleno de ropa y accesorios, era un muñequito.
—Bien, pero si entonces yo soy un muñequito tú eres… ¡un gatito!
—Ja, ja, ¿un gato? No me parezco nada a un gato, los gatos son perezosos y chiflados y-…
—Y nada, eres un gatito y punto…—Lo interrumpió y entonces a Suga no le quedó más opción que asentir.—Volviendo al tema de impulsos, yo también he actuado por impulso, pero ha sido para bien…
—¿A si? ¿Qué tipo de impulso?
—Cuando… te bese.
—El mejor de los impulsos.—Sonrió coqueto y Jimin se sonrojó el doble pero Suga quería que fuera el triple.—Espero más de esos impulsos de tu parte.
—¡Suga!—Chilló, no podía sentirse más sonrojado.
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