🌸6🌸
La fiesta había sido un total desastre, a excepción de que le había dado un beso a quien lo había salvado. Afortunadamente eso fue algo que quedó entre Jimin y Suga, ya que nadie lo había visto debido a la jaula de flores. Pero lo que sí habían visto, era el beso que Suga había dejado sobre su mano y justo de ese beso era del que hablaba toda la preparatoria.
Desde que Jimin había llegado comenzaron los murmuros y este se alarmó, ya que, pensó que los murmuros se debían a que tenía algún broche fuera de moda o alguna prenda que no era combinable. Pero nada de eso, su amigo JungKook se encargó de hacerle saber que todos hablaban de aquel beso.
—¿C-cual beso?—Titubeó, tapando su rostro con un libro, pues un leve sonrojo estaba adornando su carita.
—Pues el que te dió en la mano enfrente de todos, ¿Cuál más iba a ser?—Le respondió con obviedad.
—A-ah, ese…—Musitó para sí mismo, pero su amigo fue capaz de escucharlo.
—¿Mmm?—Preguntó extrañado, al tiempo que se cruzaba de brazos para intimidar a su amigo, aunque no lo haría por mucho tiempo, sino el pelirosa comenzaría a llorar.
—A-ah, nada…
—Jimin…—Le insistió, a lo que el mencionado mordió su labio inferior, pues no quería llorar enfrente de todos.
—Jimin…—Una tercera voz se hizo presente, llamando la atención de los amigos.
—S-suga…—El pelirosa titubeó, al mismo tiempo que limpiaba "discretamente" sus lágrimas.
—¿Estabas llorando?
—N-no…
—¿Quién te hizo llorar? ¿Este idiota?—Apuntó a JungKook, quien se indigno rápidamente.
—¿Idiota?—Miró rápidamente a Jimin, pero este alzó sus hombros, deslindandose.—¡Yo no soy un idiota! Soy el mejor amigo de Jimin y nunca lo haría llorar.
—Díselo a esta carit…
Agarró la cara del pelirosa entre sus manos, apretando sus mejillas, provocando que se formara un piquito en sus labios. Se supone que simplemente estaba mostrando sus ojos llorosos y su nariz roja, pero en realidad sólo era una mentira piadosa para tocar la cara del pelirosa.
—¡Ya sueltalo! Sólo buscas una excusa para querer tocarlo.—Exclamó el amigo de Jimin, quien intentaba quitarle a su amigo, pero este se apresuró a abrazarlo, dejándolo perplejo, al igual que Jimin, sólo que este se mostraba más sonrojado que perplejo.
—¿P-por que lo abrazas?—Preguntó sin poder creer que el pelinegro estaba abrazando a su amigo.
El hijo de Hades, el heredero del inframundo, abrazando al hijo de Afrodita, el chico más tierno y puro de corazón que pudiera existir. Algo extraño estaba sucediendo sin duda. Y no permitiría que su amigo sufriera las consecuencias.
—¿Por qué no? Jimin no parece molesto.—Jungkook miró a su amigo, esperando ver una semblante disgustada, pero en su lugar, Jimin le sonrió y eso quería decir que lo que decía el demonio era verdad.—Ahora, sí nos disculpas…—Soltó, invitándolo a retirarse, pero este se indignó y volteó a ver nuevamente al pelirosa, quien alzó sus hombros con una sonrisa.
—Nunca en mi vida me había sentido tan humillado, Jimin…—Poniendo una mano en su frente, fingiendo desmayarse.
—¿No recuerdas la vez que Taehyung le llamó primo a otro chico enfrente de ti y después saliste de ahí llorando? Dijiste que esa había sido la peor humillación que te habían hecho.—Al mencionar esto, JungKook se puso rojo al recordar tal cosa.
—S-sí, pero tú nunca me habías humillado de esta manera…—Se dió la vuelta, pues estaba avergonzado. Sin mencionar que quería golpear al pálido que estaba a punto de estallar a carcajadas.—Adiós, traidor…—Se fue de ahí, limpiando sus lágrimas falsas.
Jimin quería seguirlo para pedirle perdón, pero Suga aún lo abrazaba por detrás y no podía zafarse.
—Uff, pensé que nunca se iría…—Bufó el pelinegro una vez que se encontraron sólo ellos. Lo soltó y antes de que Jimin pudiera irse, lo acorraló en un casillero, donde sus rostros quedaron a centímetros.—Hola…
—H-hola…—Titubeó un poco al hablar debido a que sentía la cálida respiración del contrario golpear su rostro de una manera bastante agradable.
Pero no podía seguir cayendo ante los encantos de YoonGi, tenía que hacerle caso a su amigo por una vez en su vida.
Fingió que nada estaba sucediendo, que aquellas mariposas en su estómago no existían realmente y que aquellas palpitaciones en su pecho eran producto de haber ingerido mucha azúcar. Saludó, para después salir de aquel encierro y pasar liso al pelinegro, como si no fuera alguien importante.
—¿A dónde vas?—Suga tiró de su antebrazo antes de que se alejara lo suficiente como para comenzar a correr y terminó nuevamente frente a él.
—A-ah, tengo clases.
—Es receso, aún falta mucho tiempo para tu siguente clase.
—A-ahm, sí, pero me gusta llegar antes al salón.—Mintió ligeramente, pero Suga lo descubrió inmediatamente al ver como mordía su labio inferior.
—¿Estás evitandome? ¿Otra vez?
—No, no, para nada…—Respondió, algo bastante creíble por la forma en que lo dijo, pero seguía mordiendo su labio inferior.
—Ayer bese tu mano y no la de tu hermana. Te salvé de ser aplastado por un piano y hasta me diste un beso, ¿Y ahora me evitas?—Se cruzó de brazos.—Si que eres un malagradecido.
—Y-yo no s-soy un malagradecido…—Balbuceó, al mismo tiempo que continúaba mordiendo su labio inferior, pero esta vez para callar sus sollozos.
—¿Estás…llorando?—Suga se dió cuenta que había sido demasiado brusco con el pelirosa y es que así era él, pero aveces se le olvidaba que a Jimin tenían que tratarlo con tacto y delicadeza, sino te convertirás en un monstruo para él.—Oh, no…Jimin, por favor no llores. No fue mi intención…—Suplicó en medio de susurros, pues no quería que JungKook fuera a escuchar los sollozos de su amigo. Entonces se le ocurrió algo.—Perdón, yo sólo venía a invitarte a una cita y creo que lo arruiné todo…—Suspiró "frustrado", pero en realidad sonreía triunfalmente en su interior al ver que este dejaba de llorar y lo miraba con atención.
—¿Cita?
—¿Sabes lo que es?
—Sí, lo sé.—Respondió rápidamente.
—Lastima, porque te hice llorar y no creo que quieras tener una cita conmigo, no después de haberte hecho llorar…—Estaba por irse, pero el pelirosa lo tomó de su antebrazo, como lo había hecho con él y entonces se detuvo a verlo. El plan del pelinegro estaba resultando.
—Me…gustaría tener una cita contigo…
—¿Enserio?
—Sí, amh…¿En donde será?
—Es en un restaurante humano. Puedo pasar por ti después de clases.
—Mmm…—Pronunció algo inseguro, pues temía que su padre hechara a su cita, como lo había hecho con las anteriores. Pero entonces recordó que este se había ido a una guerra y no habría problema.—¡Está bien!
—De acuerdo.—Asintió, para después caminar por los pasillos, no sin antes voltearse a darle una última mirada al pelirosa.—Nos vemos en clases…—Y entonces se fue…Dejando a un pelirosa con una gran sonrojo.
Y es que Jimin siempre había sido un niño obediente, pero aunque quisiera, no podía obedecer a su amigo cuando este le decía que no se metiera con el hijo del inframundo, que no era de fiar. Pero Suga tampoco se la ponía fácil al tratarlo de esa manera, ya no era el chico gruñón que fue al momento de conocerse.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro