Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌸5🌸

El pelirosa se mantenía en su mundo, admirando con gran detalle el anillo negro que adornaba su mano, y a pesar de que ese iba a ser para el pelinegro, era como si realmente se lo hubiera dado el chico gruñón de labios bonitos.

Su mejor amigo, JungKook, se mantenía a su lado, mirándolo con cierta preocupación, ya que su amigo había suspirado al rededor de cinco veces y supuso que tal vez le hacía falta algo de oxígeno.

—Oye Minnie…¿Seguro que estás bien?

—¿Por qué la pregunta?—Respondió, sin quitar su mirada del anillo.

—No sé, estás muy raro…Es como si estuvieras enfermo…

—No estoy enfermo…

—Entonces ¿Qué es lo que te tiene así? No has dejado de ver a ese anillo feo en todo el día.

Como si sus palabras tuvieran magia, Jimin reaccionó y lo miró indignado.

—¡No es feo! Es muy lindo…

—Si tú lo dices…—Encogiendose de hombros, extrañandole la actitud de su mejor amigo.—¿Ya sabes que vas a ponerte?

—Nop, no tengo nada que ponerme…—Formando un puchero en sus labios.

La fiesta que su madre había organizado estaba a nada de comenzar
El sol comenzaba a esconderse en el mundo humano y Jimin cada vez tenía menos tiempo para elegir su atuendo.

—¿Tú ya sabes que ponerte?

—Sip, me pondré mi toga lila, con toques dorados. Taehyung no podrá evitar notarme.—Jimin lo miró extrañado, ya que no entendía porque su mejor amigo tenía ese afán de que su primo lo notará.—Necesito recuperar la atención de Taehyung, es mi primo favorito.—Se excusó, a lo que Jimin solamente asintió, pero aún teniendo dudas.

—Pues me pondré lo que sea.—Mencionó el pelirosa, rindiéndose.

—Pues sí, total, es sólo una de las muchas fiestas que e hacen aquí.—Bufó su amigo, dándole la razón.

__________________

La hora había llegado y Jimin ya se encontraba listo.

Había optado por un conjunto casual, una playera blanca con rayas azules y un suéter peludo color blanco, junto con unos jeans de cuero. Al mirarse en el espejo se sonrojó, ya que sus muslos y glúteos se marcaban con sus pantalones de cuero y entonces recordó lo que el pelinegro le había dicho, era cierto, su trasero era enorme y no pudo evitar cubrir su rostro con vergüenza al recordar como este lo había notado y hasta le había dado una nalgada.

—El tío Hades no es tan sinvergüenza como él…

Estaba mal vestido para la fiesta, ya que todos irían con sus togas o trajes tradicionales, pero su madre se mantendría muy ocupada presumiendo su nuevo vestido y no se daría cuenta de su outfit.

Salió de sus pensamientos en cuanto tocaron la puerta de su habitación. Inmediatamente se dirigió hasta esta, para abrirla y encontrarse con su ninfa favorita, una ninfa anciana que siempre lo veía con gran cariño.

—¡Hola!

—¿Que tal?, Joven Jimin.—Le sonrió tiernamente, para después hacer una reverencia.—Su madre lo solicita en su templo principal.

—¡En seguida voy!—Asintió rápidamente, para después cerrar la puerta y dar los últimos toques a su atuendo.—Espero que no venga…—Mordió su labio levemente, esperando que el pelinegro no estuviera presente en la fiesta, ya que su vestuario no era el más apto para la ocasión.

________________

Las fiestas en el Olimpo eran las mejores del universo.

Pero gracias a que eran muy seguidas, a Jimin ya no le parecían tan emocionantes como antes y se la pasaba en algún rincón, suspirando de aburrimiento.

Esta vez era el turno de que su madre organizara la fiesta, donde todos los dioses y semidioses estaban invitados. Todos incluido Hefesto, el verdadero esposo de su madre, pero había una especie de acuerdo entre ellos que Jimin aún no comprendía. Sólo esperaba que su padre y su padrastro no fueran a organizar otra pelea…

Inmediatamente salió de su habitación, para después dirigirse hacia donde su dama le había dicho, donde la fiesta estaba comenzando y los invitados estaban entrando.

Se alineó junto a sus hermanos, los cuales ya estaban listos. En la fila solamente se encontraban sus hermanos por parte de su madre, ya que los hijos de su padre, Ares, eran muchos que ni siquiera su padre sabía de su existencia.

Eran seis los que estaban alineados, incluyéndolo a él. Anteros, Deimos, Fobos, Eros, y Harmonía eran sus hermanos mayores, por lo tanto él era el menor y tenía que ir hasta el final.

—Hace mucho que no te veía cabeza de algodón.

Una voz lo sacó de sus pensamientos y cuando se volteó para ver de quien se trataba, se dió con la gran sorpresa de que su hermano favorito, SeokJin, se encontraba ahí.

—¡Hola! No te había visto, pensé que aún seguías de viaje.—Respondió emocionado de ver a su hermano pelimorado.

—En realidad no iba a venir…—Hizo una mueca de aburrimiento y el pelirosa lo miró comprendiendolo.— pero recordé que tengo un hermano menor que necesita de mis sabios consejos…—Cruzando sus brazos con una sonrisa satisfecha.

—¡Qué bueno que viniste! Ya me hacía falta un hermano que no se burlara de mí…—Le susurró, para después apuntar al resto de sus hermanos.

—Pff, son unos tarados, no les hagas caso. Sólo están celosos de lo lindo que te estás poniendo…

—Gracias…—Le sonrió de oreja a oreja ante el cumplido, pero su la vista curiosa de su hermano fue a parar hasta su mano, donde una anillo negro en forma de flor yacía.

—¿Quién te dio ese anillo?

—A-ah, ¿Este? Nadie, me lo encontré en el mundo humano.

—Mmm…—Pronunció sin creerle del todo.—Espero que no estés robando, hermanito…—Fue lo último que dijo, para después remover con cariño la cabellera rosa de su hermano menor.

Después de eso pudo volver a respirar con normalidad. Se encontraba contento con la presencia de su hermano y aún más con la de su mejor amigo, el cual entró junto a su madre Artemisa y al verlo le saludó con un movimiento de su mano, como solían hacer los humanos.

Cada que llegaban invitados, tenían que presentarse ante los anfitriones, no era una obligación, pero se verían como unos maleducados si no lo hacían. De todos modos Afrodita presumiría su vestido a la hora del banquete.

De un momento a otro, todos se pararon en seco al notar como ingresaba Hades, seguido por su esposa y su hijo menor YoonGi.

El pelirosa mentiría si dijera que los nervios no comenzaron a invadirle. Se vió de arriba para abajo, viendo su outfit casual, lo cual lo avergonzó. Miró a sus hermanos y notó que todos estos tenían sus respectivas togas, hasta su hermano SeokJin.

Al levantar su vista, la familia de Hades ya se encontraba saludando a sus padres y fue en ese momento cuando cruzó su mirada con la del pelinegro, él cual al notarlo le sonrió ladinamente. Jimin bajó su mirada sonrojado. Y es que su atuendo no era el mejor, pero la mirada fija del pelinegro le hacía sentirse como si fuera el mejor vestido de la fiesta.

Al mismo tiempo que caminaban, la familia Hades hacían reverencias a sus hermanos, incluido YoonGi, el cual lo hacía de mala gana, juzgando por su rostro irritado.

Llegó el turno de hacer una reverencia a su hermana, Harmonía, la cual estaba a lado izquierdo de SeokJin. Jimin estaba nervioso porque ya casi seguía su turno, pero trato de mantenerse sereno. Observó como su hermana, Harmonía, extendía su mano hacia el pelinegro, comprometiéndolo a tomar su mano para besarla. Pero este la ignoró por completo y la paso de largo, indignandola por completo.

Cuando fue el momento de hacer reverencia a SeokJin, YoonGi se mantuvo quieto y no hizo reverencia, solamente lo miró fríamente y el pelimorado le devolvió la mirada.

Y entonces, llegó el turno de Jimin. Este estaba muy nervioso que sintió que sus manos estaban sudándole, pero agradeció que solamente se trataba de una simple revencia, la cual no pudo ni hacer cuando el pelinegro tomó su mano y la llevó cuidadosamente hasta sus labios para besarla. Los presentes reaccionaron con sorpresa, incluidos los padres del pelinegro. Harmonía estaba indignada y llena de celos de su hermano menor, mientras que este tenía sus bonitas y rechonchas mejillas coloradas.

—H-hola…—Saludó con timidez el sonrojado.

—Hola…—Le correspondió el saludó con aquella característica voz gruesa que a Jimin le gustaba tanto, para después dejar libre su mano y caminar, seguido de sus padres, los cuales aún se mostraban sorprendidos por el comportamiento de su hijo menor.

Una vez que la familia dark se alejó de la familia anfitriona, todos los presentes dejaron de prestar atención en ellos y se enfocaron en sus asuntos, pero lo único que no cambió fue el sonrojo sobre las mejillas del pelirosa.

__________________

Jimin y sus hermanos se tuvieron que mantener alineados por mucho tiempo, ya que no paraban de llegar invitados a la fiesta.

SeokJin se la pasaba bufando el que ya no aguantaba sus piernas y que necesitaba ir cuanto antes a coquetearle a un chico de tez morena, el cual era demasiado sexy. Jimin sólo reía bajito ante las ocurrencias de su hermano.

Por fin llegó el tiempo de ir a disfrutar la fiesta. Se fue a sentar a una fuente que curiosamente nadie le prestaba atención, y ahí pudo descansar sus pies, los cuales le dolía por estar tanto tiempo de pie. Su hermano SeokJin se dirigió inmediatamente hacia su nueva conquista y el resto de sus hermanos simplemente se mezclaron entre los invitados.

Suspiró profundamente al verse en esa situación…¡Suga había rechazado a su hermana para luego besar su mano!
Y con tan sólo recordarlo, le hacía querer correr de emoción.

Había pensado que el pelinegro ni siquiera se presentaría en la fiesta y si eso llegaba a suceder, este actuaría como si no nunca lo hubiera visto. Pero no, en lugar de eso, había besado su mano, la misma mano que era adornada por el anillo que compartía con el gato gruñón.

—¿Qué ves?

De un momento a otro, una voz le sacó de sus pensamientos, una voz ronca y firme, que de inmediato supo de quien se trataba.

—H-hola…

—¿Ahora tartamudeas?

—A-ah, no, pero no te había visto…

—¿Otra vez ignorandome?—Preguntó divertido con una ceja arqueada.

—No, no, solamente no esperaba verte aquí…

—Oh, entonces quiere decir que no estoy invitando…—Cruzó sus brazos, fingiendo indignarse.

—N-no, no, no es eso, es sólo que…—Desviando su mirada, sintiendo que estaba arruinando una buena charla con el pelinegro.—No pensé que fueras a venir, sino me hubiera esforzado en mi vestuario…—Suspiró, al mismo tiempo que se sentía avergonzado de su atuendo.

El pelinegro lo miró con su ceño fruncido, para después poner su mano sobre la del pelirosa.

—Ante mis ojos eres el mejor vestido de todos…

Aquellas palabras no evitaron que Jimin se sonrojara intensamente y conectara su mirada con la de Suga.

Al mirarse, sus ojos se perdieron en la galaxia del otro, en una galaxia llena de brillos y estrellas de la cual no podían salir…

Si no hubiera sido por el escándalo que se estaba formando en el jardín principal, hubieran seguido viéndose fijamente. El padre de Jimin, Ares, se encontraba luchando contra Hefesto, quien había sido provocado y ahora le había declarado la guerra a Ares. Mientras que Afrodita, ella solamente los veía con aburrimiento, ya que no era algo nuevo que esos dos se declararan la guerra por su mano.

Ares atacaba a Hefesto con fuerza y brutalidad, mientras que Hefesto se defendía valientemente con sus armas hechas por el mismo.

Los presentes los observaban con emoción, apostando entre ellos… Muchos apostaban por Ares, ya que era especialista en las guerras y Hefesto no tenía la suficiente condición para luchar. Otros apostaban por Hefesto, porque sabían que Ares podía ser fuerte y brutal, pero era un idiota cuando se trataba de planificar ataques, por eso mismo siempre recurría a su hermana Atenea, quien era la que le salvaba el pellejo.

La guerra se intensificó hasta el punto en que los ataques salieron del área de batalla y fueron a dar hacia el resto del lugar.

Gracias a esto, muchas cosas se rompieron y salieron volando, los invitados tuvieron que alejarse cada vez que estos avanzaban. Apolo tuvo que retirarse del piano que se encontraba tocando, ya que este salió volando. Ares se percató de esto y cuando miró que el piano iba en dirección hacia su hijo menor era demasiado tarde para que él pudiera hacer algo.

Ni siquiera un inmortal sobreviviría a un impacto como ese, un lanzamiento que había hecho un dios con toda su fuerza, definitivamente nadie  hubiera podido sobrevivir.

En un abrir y cerrar de ojos, una jaula de flores y espinas negras rodeó tanto al pelirosa como al pelinegro. Y cuando Jimin abrió sus ojitos, el piano que vió que se dirigía hacia él, ya no estaba, sólo estaba una pared de espinas y rosas negras.

—A-ah…—Quedó sin habla al percatarse que había estado a punto de morir, sino hubiera sido por…

—¿Estás bien?—Una voz habló a sus espaldas, la cual hizo que se girara de inmediato.

—S-sí…—Asintió rápidamente, sin poder procesar lo que acababa de pasar.

El pelinegro extendió sus brazos, a lo que Jimin sin pensarlo corrió hacia el y se dejó envolver por sus brazos.

—Gracias otra vez…—Musitó en sus brazos. A lo que Suga no pudo evitar esbozar una sonrisa en sus labios, tener al pelirosa en sus brazos le hacía sentir como un superhéroe.

—Mmm, no creo que esta vez me baste con un "Gracias"…—Jimin alzó su cabeza pelirosa sin comprender.

—¿Qué quieres decir?—Preguntó inocentemente.

—Puedes agradecermelo con un beso…

—¿U-un beso?—Preguntó tímido y sonrojado, a lo que Suga asintió.

El pelirosa estaba nervioso, porque no había dado ni su primer beso, pero tampoco quería negarselo al pelinegro, después de todo lo había salvado en dos ocasiones, aparte de que una parte muy profunda de su ser quería que Suga fuera su primer beso, su primer amor, su primer todo…

Pero aún tendría que esperar para eso, por eso mismo se puso de puntitas y dejó un casto y tierno beso en su mejillas, para después alejarse con un gran sonrojo. El pelinegro sonrió, no era lo que tenía en mente pero fue mejor, se sentía como un guardián ante el más bajo. Al momento en que Jimin se alejó, dejó caer la barrera de espinas y estas cayeron al suelo secas. Al momento de caer, los padres de Jimin inmediatamente se dirigieron a él y revisaron si no tenía alguna herida.

Mientras Suga veía como se lo llevaban a quien sabe donde, su madre apareció detrás de él…

—Te debe de gustar mucho  como para que lo hayas salvado…

—No, para nada…Sólo es un amigo…—Respondió sin interés, para después alejarse de la fiesta…Esos ambientes no eran los suyos.

—Sí, justo eso dijo tu padre…

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro