
˚₊· ͟͟͞͞➳❥𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈𝐈: ℐ𝓃𝒹𝑒𝓈𝑒𝒶𝒷𝓁𝑒 𝒱𝒾𝓈𝒾𝓉𝒶
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★𝘕𝘢𝘳𝘳𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘰𝘮𝘯𝘪𝘱𝘳𝘦𝘴𝘦𝘯𝘵𝘦★
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El domingo en la mañana suele sentirse aburrido en ocasiones.
Pero estoy seguro de que esa mañana no fue el caso.
El primero en levantarse fue el psíquico, quien bajó a la cocina y comenzó a preparar el desayuno, escuchando como la lluvia aún continuaba cayendo sobre el techo.
Pensó en que quizás debería hacer algo al respecto, ya que había estado lloviendo bastante últimamente.
Tal vez podría lanzar un rayo a las nubes como había hecho una vez en la escuela.
Raramente, eso lo llevó a pensar en sus poderes, sin saber el porqué.
Pensó en algunos en específico, como la psicometría y la visión de rayos x.
No sabía el porqué se había puesto a pensar en eso, pero se mantuvo entretenido pensado en alguna manera de entrenarlos mientras hervía el agua para el café.
Quizás hasta podría controlarlos a tal punto de no necesitar sus guantes transparentes ni tener que luchar con su vista para dejar de ver la estructura ósea de la gente.
-"Podría intentar..."-
Finalmente se decidió a poner en marcha un entrenamiento, para al menos poder sentir con totalidad la piel de Touma con su mano.
Eso le dió la motivación para comenzar pronto, recordando lo ocurrido la noche anterior.
Se sonrojó un poco por esos pensamientos que vibraban en su memoria.
Fué tan nuevo para ambos, siendo la primera vez que sentía atracción sexual realmente.
Pero no se quejaba.
Escuchó como Touma bajaba las escaleras detrás de él, mientras apagaba el agua y comenzaba a verterla en sus tazas.
- Buenos días, Ku...- Saludó algo bajo, aún adormilado y fregándose los ojos.
-"Buenos días."-
Con su tranquilidad natural Kusuo desayunó junto a Touma, escuchando sus oraciones interminables que se convertirían en libros si fueran transcritas. Desayunaron solos, ya que Akiko había ido a trabajar más temprano. El hospital la llamó pidiéndole su asistencia ese domingo.
Mientras terminaban sus cafés, escucharon una peculiar melodía proveniente del celular de Touma.
-"¿De verdad tienes una obra de Beethoven como tono de llamada?"-
-¡Ey, no es cualquier obra! Es "Piano Sonata No. 14 in C-Sharp Minor, op 27 No. 2- Moonlight III Presto Agitato"- Dijo acentuando su inglés olvidando contestar la llamada.
Cuando finalmente respondió el celular tras la risa de su novio, escuchó un par de voces familiares al otro lado.
- Hola Toumi, este... ¡E-Ey qu- Akechi alejó el celular de su oreja un momento tras la voz interrumpida de Aiura. Unos segundos después escuchó otra voz conocida.- Ejem... Hola Akechi, soy Saiko... Te llamo para preguntarte si quieres salir al centro un rato conmigo... O bueno, con nosotros. Lamento invitarte a un lugar tan corriente y vulgar como este pero estas pobres que tienes por amigas no conocen un lugar mejor. No, espera, mejor dicho, te llamo para avisarte que ya envié una limusina a tu casa. -
Kusuo no tuvo de otra que acompañar a Touma, ya que su novio no puede negar una invitación que tenga que ver con sus amigos. Ignorando la limusina que los seguía desde la calle, caminaron al centro un rato y encontraron al trío formado por Aiura, Mera y, por supuesto, Saiko.
- Chisato Mera ¿verdad? No te veo desde hace bastante tiempo. Estamos en la misma clase, soy Akechi Touma.-
- Comenzó a saludar el rubio ignorando el hecho de que estaba en la misma clase que ella desde hace más de medio año.- ¿Por qué no te he visto últimamente?-
-"El escritor se olvidó de ella."-
- Oh...-
Durante su desconocido trayecto, doblando la esquina de la vereda, se encontraron con una cara bastante peculiar. Con expresiones algo molestas, caminaron hacia el chico de cabello azul y de mirada desesperada.
- ¡Ey, hola! ¡Tú eres ese chico de la película...! ¿Cuál era? Emm...- Balbuceó Aiura con sus manos al ver a Makoto Teruhashi.
- Actué para muchas películas, realmente no estoy dando autógrafos ahora, si es eso lo que quieres... Estoy buscando un regalo digno para la persona más hermosa y perfecta del universo.--
-"Me pregunto si se refiere a su hermana..."-
El comentario sarcástico del pelirosa causó el reconocimiento de Makoto hacia él.
- Ooh... Me sorprende que preguntes eso, viniendo de tí... ¡Necesito encontrar el regalo perfecto para ella o me volveré loco!-
-"¿Más loco de lo que ya estás?"-
- Si necesitas ayuda con la elección de un regalo podrías pensar en los gustos de esa persona y de ahí evaluar aproximadamente las cosas que le podrían gustar al momento de regalarselas, como por ejemplo, observar sus comportamientos y reacciones cuando alguien le hace un regalo o una pregunta sobr-
- El chico tiene razón. Encuéntralo por tí mismo.- Refutó Saiko mientras seguía caminando con sus "amigos" detrás.
Makoto los siguió sin saber ni a dónde iban, solo por el hecho de que quizás en algún momento se detendrían a comprar algo en alguna parte que tal vez le ayudaría con su regalo sin motivo, o simplemente para molestarlos.
Ignorando al enfermo mental (a palabras del psíquico) caminaron mirando los negocios y lugares, sin intención alguna de ayudarlo.
Caminando sin rumbo alguno, al parecer, Kusuo pareció distraerse mirando la otra vereda, a alguien conocido. Aiura confirmó la presencia de una cara familiar cuando saludó animadamente a Kumi, la abuela del psíquico. Ella cruzó la calle y se reunió con su amiga y su nieto, presentándose amablemente al resto también.
-"¿Por qué no estás en casa? Te enfermarás..."-
- Ooh, no te preocupes cariño, salí a buscar unos remedios para tu abuelo y ¡ah! Estaba Kuzuke conmigo hace unos segundos...- Dijo mientras miraba a todos lados buscando a su primer nieto.
La cara de Kusuo cambió drásticamente. No había sentido ni un momento la presencia de su hermano a kilómetros. Tampoco era algo de lo que se preocupara constantemente, así que saber que se encontraba cerca ahora lo hizo ponerse alerta. ¿Qué quería? ¿Iba a por él? ¿O se le había dado la de bueno acompañando a su abuela? Esa última opción era poco probable.
Se apartó un momento, llamando la atención de la morena.
- "Si aparece un rubio vestido de científico, insensible e idiota, yo no vine con ustedes."- Avisó rápidamente.
Aiura lo miró algo confundida al comienzo, pero luego asintió sin pensarlo mucho.
Así, Kusuo cambió de rumbo repentinamente, llevándose a Touma con él, quien se dio cuenta de la abrupta decisión del otro.
- ¿De quién escapamos, Ku?-
- "De mi hermano."- Respondió sabiendo que era inútil negarlo.
- ¿Hay algún motivo en especial por el cual no quieres verlo? ¿O tal vez no quieres que me vea a mí? Me hablaste poco de él pero aún así no puedo evitar sentir curiosidad y bastantes ganas de conocerlo y...- Comenzó a divagar.
Realmente el psíquico no tenía idea del porqué.
Sabía bien que era probable que Kuzuke le hiciera la tarde imposible, llenando de preguntas incómodas a ambos, tratando de lavarle el cerebro a Touma y molestando con su nada disimulado coeficiente intelectual alto al resto del grupo. Incluso tal vez armaría algo para competir con él nuevamente.
Aunque si las cosas salían mal, era probable que llegara a mantener una charla con el rubio menor, y quién sabe qué cosas podrían hablar. Los dos rubios serían capaces de tantas cosas juntos. Crear un humanoide, dominar el mundo, descubrir el misterio del triángulo de las bermudas, restablecer la economía argentina o algo peor, inventar la cura del cáncer. Cualquiera de las miles de opciones implicaría tener a Touma lejos de él y no podía permitirlo.
- Debí haberte llevado a un lugar más... Apropiado que estas calles mojadas.- Se quejó Saiko, sacando al psíquico de sus pensamientos.
Frunció el ceño al darse cuenta de que él y Mera los siguieron.
- Creo que llueve incluso en los lugares lujosos.-
- No si hay un techo encima.-
- ¿Por qué habría un techo en la calle?
- Para evitar esto.- Se quejó pisando un charco, tratando de no mojar su ropa.
- A mí me encanta pisar charcos, o, bueno, me encanta la lluvia. Me parece fantástico el ciclo del agua y cómo las nubes son capaces de volverla a la vida de esa forma, aunque creo que "volverla a la vida" no es un término adecuado para eso... - Sonrió el rubio mientras miraba la vereda, asegurándose de pisar cada charco que encontraba en su camino.- Es decir, si lo piensas, cada gota de agua que cae sobre nosotros ha estado en algún otro lugar del mundo. Quizás alguna vez fue parte de un océano lejano o de un río en lo alto de una montaña, o incluso estuvo dentro de una nube que flotó sobre una ciudad que nunca conoceremos...-
Saiko lo miró con una mezcla de curiosidad que aún no entendía.
- ...Entonces está bien.-
Fuera a donde fuera que caminaran, Kusuo esperaba que estuvieran yendo en dirección contraria a Kuzuke.
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- ¿Kusuo estaba con ustedes entonces, verdad? -
- Sí cariño.- Respondió inocente la anciana.
Aiura se dio cuenta de la situación y rápidamente intentó remediarlo.
- ¡Pero ya se fueron! Y no sabemos a dónde, no va a volver...-
El rubio miró con ojos curiosos a la morena, y respondió.
- ¿Fueron? ¿En plural? No me digas que estaba con su novio...-
La clarividente se quedó callada un momento, pensando cómo remediar su propio error.
- Si, claro, salimos juntos pero acompañó a Akechichi hasta su casa...-
Kuzuke la miró con una sonrisa complacida y asintió.
- Muy bien, procuraré preguntarle a alguien que no mienta la próxima vez.- Provocó, alejándose de ella.
La morena quería que la tierra la tragara. Solo una cosa le pidió el psíquico y la incomodidad le ganó.
Mientras caminaban casi tranquilamente por la calle, el rubio mantuvo una pequeña charla con el actor.
- Nunca te vi en la pantalla. No creo que seas tan famoso, debes de haber trabajado de extra.-
- Me ofende tu falta de cultura. Pero está bien, no vengo a dar autógrafos hoy.-
- ¿Entonces vienes a...? ¿Pedir limosna en la calle?-
- ¡Estoy buscando un regalo perfecto para una mujer perfecta!-
- Mmh... No sé mucho de mujeres... Soy más de robots.-
El científico se giró para mirar a la morena.
- ¿Qué les gustan a las chicas lindas, eh?- Preguntó sonriendo con una extraña pizca de calidez.
- Oh, bueno... Tal vez el dinero, el maquillaje de marca, hacernos las uñas, ir a la peluquería...- Respondió ella con una sonrisa relajada y más cómoda.
- Le preguntaba a ella.- Dijo el rubio señalando a su abuela.
Kumi rió y tranquilizó a Aiura, que ya tenía ganas de llamar a Makino del club de ocultismo para maldecirlo.
- Pero yo también quiero saber que les gusta a las chicas...-
- Tranquilo, hay todo tipo de chicas y gustos, y no creo que ella sea una buena opción para basarse... Es algo superficial.- Volvió a burlarse de la morena, quien estaba siendo retenida por la anciana para que no llegara a golpearlo.
Así, se metieron en un bazar (siguieron ciegamente al actor). Para la mala suerte de Teruhashi, Kusuo no estaba vigilando la cuestionable elección de regalos de su cuestionable hermano. Por suerte, Aiura y Kumi estaban ahí, pero, oh no, tomaron su propio camino. Por suerte, Kuzuke estaba con él. Todo saldría perfecto...
- ¿Qué es esto? ¿Es un oso o un perro?-
- Creo que es una foca, pero no me gusta. -
- ¿Porque es negra? -
- Para nada. -
Salieron del pasillo de peluches y siguieron caminando.
- Esto puede servir. -
- ¿Para qué querría unas tijeras de este tamaño? -
- ¡Para defenderse, idiota! Imagina que está caminando sola y vulnerable por la calle y yo no estoy ahí para salvarla... -
- En ese caso cómprale una pistola, vi algunas por aquel pasillo. -
- Pero son de juguete. -
- Puedo hacer que funcione y aún mejor que una regular. -
- Tal vez sirva pero... Oh, mira. - Dijo caminando hacia la sección de ropa interior femenina.
- Claro, que inteligente, regalarle lencería a tu hermana. - Se burló, pero la ofensa no llegó a los oídos del otro.
Comenzaron a hurgar indiscretamente entre las delicadas prendas, haciendo que las señoritas que ahí estaban los vieran de arriba a abajo.
- Mira este. - Dijo el peliazul levantando a la altura de su pecho uno de tonos amarillos.
- Mmh... Lindo color... Mira este otro.- Respondió el rubio levantando de igual forma uno rosa pastel con encaje.
- ¡Le quedaría precioso!-
- ¿Que talla es tu hermana? - Preguntó tocando la tela y buscando la etiqueta.
- 75A.-
- Si, le va a quedar... Espera, ¿cómo sabes?-
- Me lo voy a probar. Si me queda a mi, le queda a ella.- Respondió tomando la prenda y yendo al vestidor.
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Mientras tanto, los enamorados, la pobre y el millonario, estaban pensando en ir a una cafetería.
- Yo conozco un lugar cerca de aquí que vende los mejores postres que sus bocas de pobres alguna vez hayan...-
- ¡Un yen!- Gritó Mera tirándose al suelo para agarrar la moneda antes que cualquiera.
Saiko casi gritó también cuando ella salpicó agua de lluvia.
- ¡Ten cuidado, idiota! ¡Casi me salpicas!- Se quejó, pero claramente ella no prestó atención.
- Hoy es mi dia de suerte, estoy segura...- Murmuró para ella misma limpiando la moneda.
El de pelo gris quedó entre sorprendido e indignado. ¿Ella se emocionaba por una moneda teniendo a literalmente un millonario junto a ella? Wow.
A pesar de eso, Saiko respiró hondo, y siguió hablando.
- Hay una cafetería cerca, es por...- Dijo mientras caminaba delante de ellos para guiarlos.
- Vaya, ¿sabes de una buena cafetería por aquí? Me sorprendes, creí que no te gustaba venir al centro por ser "cosa de pobres", pero supongo que para tí cosas de pobres son cosas que valen menos de tres millones de yenes, y podría apostar a que traes mucho más de esa cantidad en tus bolsillos, o bueno, en forma figurada ya que tus bolsillos deberían ser muy grandes y...-
Concentrado, Saiko caminó guiándolos, ignorando el parloteo del rubio, aunque después se ofendería por ello.
Mientras hablaba, la mirada del psíquico divagó.
- "Touma."- Llamó su atención discretamente, señalando su cuello.
- ¿Oh? Ah, si, no me mordiste muy fuerte pero las marcas tardarán varios días en irse, entre 7 y 14 aproximadamente por ser una mordida moderada, me di cuenta cuando fui a bañarme hoy en la mañana ya que estaba muy cansado para hacerlo en la noche después de lo que hicimos, me duelen un poco las piernas aún y también tengo marcas en...-
Kusuo agradeció que los otros dos no prestaban real atención a su monólogo.
Vaya, ¿cómo funciona su vergüenza? Varios capítulos atrás sentía pena por admitir frente a sus amigos que era gay y ahora estaba anunciando públicamente en la calle que había tenido sexo con su novio y, oh, tenía las marcas como evidencia. Desarrollo de personaje, supongo.
A pesar de eso, el de pelo rosa supo que el otro era consciente al ponerse una camisa de cuello alto.
Después de caminar un poco más, llegaron a la cafetería, y realmente era bastante distinguida.
Los cuatro se sentaron en una mesa y no tardaron mucho en llegar a mostrarles las opciones.
Se quedaron quietos, esperando lo inevitable.
- Pidan lo que quieran, de todos modos no les alcanzaría para nada si no estuviera yo con ustedes...- Dijo con orgullo y un toque de gentileza el millonario.
Después de agradecerle (eternamente para Mera), pidieron, y no hace falta decir que dos personas parecían estar en una competencia de quién comía más postres.
Sus pedidos no tardaron mucho en llegar, y comenzaron a comer.
Touma tomó un bocado de su postre, masticó lentamente y luego, como si recordara algo importante, levantó la vista con emoción.
- ¿Sabían que el cacao se utilizaba como moneda en la época precolombina?- Comenzó, sin darle oportunidad a nadie de responder antes de seguir.- Es fascinante cómo algo que hoy en día consideramos un simple postre solía tener tanto valor, aunque en realidad sigue siendo costoso si consideramos la producción, el cultivo y el proceso de fermentación de las semillas, sin mencionar el impacto ambiental que tiene la industria del chocolate y cómo afecta a las comunidades locales, lo cual es un problema, aunque también existe el chocolate blanco pero técnicamente no es chocolate porque no tiene pasta de cacao, pero bueno, la definición de chocolate ha cambiado mucho a lo largo del tiempo y...-
- ¿Pero quién en su sano juicio preferiría el chocolate blanco al oscuro? Es decir, es evidente que la calidad superior...- Intentó opinar Saiko con aires de superioridad, pero apenas abrió la boca fue silenciado.
- ¡El chocolate es chocolate, todo es delicioso!- Exclamó Mera, interrumpiendolo y metiéndose una cucharada gigante de pastel en la boca.
Saiko chasqueó la lengua con molestia, pero antes de poder replicar, Touma ya había retomado su monólogo.
- Técnicamente no, pero estoy de acuerdo. De todas formas, es interesante ver cómo varían las preferencias según la región y la cultura. Por ejemplo, aquí en Japón, los dulces suelen ser menos empalagosos en comparación con los de Occidente, lo cual se debe en parte a la diferencia en el uso del azúcar y los ingredientes tradicionales como el anko, aunque si nos ponemos a pensar en la evolución del paladar japonés con la globalización...-
Él continuó, sin notar que nadie realmente le seguía el ritmo, o simplemente tenían la boca muy llena para responder, aunque él mismo no tuviera reparo en hablar masticando.
- ...podemos ver cómo la influencia extranjera ha cambiado los postres tradicionales. Antes, el wagashi era lo más común, pero ahora la pastelería occidental es extremadamente popular. Aun así, los japoneses solemos ajustar los sabores para hacerlos menos dulces, lo que es curioso porque en otros países el azúcar es un símbolo de estatus histórico, mientras que aquí...-
El de pelo gris quiso aportar algo sobre lo caro que podía ser el wagashi, pero fue interrumpido (otra vez).
- ¡El anko es riquísimo!- Interrumpió Mera con la boca llena, dando un golpe suave a la mesa con emoción.- Pero me gusta más cuando es con daifuku.
- "Es irónico que digas eso."- Comentó Kusuo con calma, revolviendo su café.- "Considerando que te comerías hasta una piedra."-
- ¡Hey! - Protestó ella, pero no negó la acusación.
El millonario, por otro lado, se veía cada vez más molesto.
- ¿Se puede saber por qué sigues interrumpiéndome?- Se quejó, cruzándose de brazos, dirigiéndose a la de anteojos.- Me aseguré de hablar después de ese interminable monólogo, y aún así decides callarme. ¡Qué falta de respeto hacia la persona que pagó tu comida!-
- Oh, lo siento, no me di cuenta...- Respondió Mera sin una pizca de arrepentimiento antes de darle otro bocado a su pastel.- Tal vez hablas demasiado lento.
El millonario apretó los dientes, ofendido.
- ¡No hablo lento, hablo con clase! No es mi culpa que tu cerebro funcione a base de instintos primarios y azúcar barata.-
- Bueno, mientras discuten sobre tonterías...- Intervino Touma, sin prestarle mucha atención a su disputa.- Estaba pensando en otra cosa interesante. ¿Sabían que el umami es considerado el quinto sabor básico? Aunque en los postres no se usa tanto, hay ingredientes como el miso o el queso que pueden agregar una profundidad de sabor única...-
- ¡Oh, cierto! ¡Vi un pastel de queso miso en un programa de cocina!- Interrumpió Mera nuevamente, golpeando la mesa con entusiasmo.
Saiko soltó un suspiro exagerado.
- ¡¿Otra vez?!-
Kusuo, mientras tanto, simplemente suspiró y tomó otro sorbo de café. El postre estaba bueno. Muy bueno, y compensó la necesidad de atención del millonario.
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Ey que tal amigueros *emote
JAAJ bueno hace mucho no escribía a estos geis y extrañaba hacerlo, espero que ustedes tambien
Bueno eso, los quiero muchisimo bolitas de luz
Los amo 𖹭.ᐟ
𓂃 ࣪⋆💿˚ ༘
PDT: No se emocionen con Makoto y Kuzuke, mi idea era demostrar q en verdad se llevarían mal (uy spoiler), no los shipeo 😾
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