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໑₊ ˚✧꒷꒦‧₊˚

Sonic: 35 años, 1.2m
Shadow: 34 años, 1.3m
Mephiles: 35 años, 1.3m
Cream: 6 años, 0.79m

ADVERTENCIA: ESTA HISTORIA TIENE CONTENIDO SENSIBLE, SI NO ES DE TU AGRADO, POR FAVOR, RETIRATE.

Un erizo azabache de betas rojas se encontraría siendo arrestado por la policía, ¿Qué había pasado?

—Se le acusa al escultor Shadow The Dark por homicidio de tercer grado a casi todo el personal de una tienda de porcelana en la que trabajaba, en estos momentos se puede apreciar el como es sometido a una patrulla. Se reportan por el momento un total de 15 muertos y 6 heridos.

Narraria la reportera, la cual se acercaba a uno de los sobrevivientes de aquella masacre.

—Diganos, ¿Sabe alguna razón por la cual su compañero se haya comportado así?

—El... ¡Esta loco! ¡ES UN PSICOPATA!

Gritaría histérico el trabajador, el cual trataba de calmarse, los reporteros se alejaron un poco de el.

—Por el momento, es toda la información que tenemos, más tarde traeremos más información de este caso.

Mientras los reporteros comentaban lo que pasaba actualmente, se podía apreciar de fondo al erizo azabache forcejeando para evitar ser llevado por la patrulla.

—¡SUELTENME MALDITA SEA!

Forcejeaba y gritaba el azabache, cosas que molestó mucho a los oficiales, un jackal, decidió usar con el arrestado su pistola electrica, al hacerlo, lo dejo debilitado debido a la alta tención.

—John, sabes que eso está mal, ¿No?— Pregunto su compañero, cerrando la puerta de la patrulla.

—¿Crees que no lo sé? Ya me estaba hartando este sujeto.— Bufo con molestia el jackal, dirigiéndose a la parte del co-piloto de la patrulla.

Ambos oficiales iban directamente a la estación policial, mientras que, el azabache de betas rojas se abrazaba a si mismo, hecho bolita en posición fetal, tenía cerrados fuertemente los ojos con sus orejas agachadas.

—Ya basta... Por favor...

Suplicaba en voz baja, no quería abrir los ojos.










































No quería ver a su alrededor.


















Aunque aquellas visiones seguían presentes aunque cerrará los ojos.


















†††††★†††††















Podíamos ver  al azabache en la sala de interrogaciones, mantenía la mirada baja, su expresión era sería y calmada, mientras que, el jackal de hace unos largos minutos lo interrogaba.

—No jugaremos al policía bueno y al policía malo. Iré al grano. ¿Por qué lo hiciste?— Preguntó con seriedad.

No obtuvo respuesta por parte del azabache.

—Volvere a preguntar.... ¿Por qué lo hiciste?—Volvio a preguntar, está vez en un tono más molesto y un poco más fuerte.

De nuevo, sin respuesta. Eso enfureció más al Jackal, quien golpeó la mesa con fuerza, logrando que el onix levantará la vista hacia este.

—Crees que esto es un juego, ¿¡Verdad!? ¡Es un puto juego jugar con la vida de los demás! ¿¡Verdad!?

Preguntó casi al punto de gritar, el azabache volvió a agachar la cabeza mientras negaba.

—¡¿Entonces por qué lo hiciste?! ¿¡Por qué mataste a varios inocentes que ni siquiera te han hecho algo!?

El azabache agachó las orejas mientras con sus manos tomaba su cabeza, con frustración.

—¡NO LO SÉ!

Expreso histérico, ahora, jalando bruscamente sus orejas, como si ya no quisiera escuchar algo, y eso no paso por alto del Jackal. Nuevamente iba a hablar, más su compañero entro a la sala.

—Se acabó el interrogatorio.

Denunció, el Jackal lo miro con enojo mientras suspiraba, retirándose de la sala, dejando solo al azabache.

Ambos oficiales se encontraban revisando las grabaciones del supuesto interrogatorio.

—Algo anda mal con el.—Anuncio su compañero.
—¡Oh! ¿Enserio? ¿Qué crees? ¡No me había dado cuenta!—Respondió con sarcasmo el Jackal.

Su compañero solo rodó los ojos, se sentó mientras escribía algo en una pequeña libreta, el jackal miro con duda lo que hacía, acercándose a él, mirando sus anotaciones.

El acusado "Shadow The Dark" deberá ser llevado a psiquiatría para poder juzgar su estado mental, así se podrá proseguir con el caso.„

Atte: Oficial Kai The Axolot.

—¿En verdad crees que esté mal de la cabeza?—Cuestionó el jackal.—¿Y si solo estaba drogado?
—Si con eso te conformas, después de su revisión psiquiátrica lo llevaremos a que revisen si ha tomado sustancias ilícitas.

El Jackal solo suspiro mientras asentía con la cabeza, ambos oficiales se dirigieron a dónde se encontraba el azabache, el Jackal iba a entrar, más fue detenido por su compañero.

—Esta vez yo lo haré...

Dichas estás palabras, el ajolote entró a la sala en donde se encontraba el onix. Kai le miro con preocupación al ver el como estaba, su estado histérico no había cambiado en nada desde que su compañero salió de la sala.

El ajolote se acercó lentamente al erizo, tomándolo por el hombro, tratando de transmitirle tranquilidad. El azabache de exaltó ante el tacto, escondió su cabeza entre sus brazos, seguía histérico por alguna razón desconocida, eso solo preocupo al ajolote.

—Hey... Tranquilo... Todo está bien...

—Diles que paren... Por favor....—Habló en tono bajo el azabache, casi suplicando.

Había algo que no entendía el ajolote, "Diles que paren", ¿A quienes? Si no había nadie en la habitación. El ajolote se alejo un poco del azabache, mirándolo fijamente.

El onix se levantó abruptamente de la silla, dirigiéndose al rincón mientras se jalaba las orejas.

—¡Diles que paren! ¡Ya basta!

Gritaba el azabache mientras se hacia bolita en el rincón, cada vez gritando más histérico.

—¡Ya basta! ¡BASTA!

Seguía gritando el azabache con una voz algo quebradiza e histérica. El ajolote pensó un poco; ya había visto este comportamiento antes.

Tenía una pequeña deducción... Pero necesitaba confirmarla... Y la única manera de poder comprobarla era llevándolo al psiquiatra.





†††††★†††††





Habían pasado algunas horas desde que Shadow había entrado con el psiquiatra, Kai esperaba pacientemente a por los resultados del diagnóstico, habían pasado aproximadamente una hora y media, hasta que vió que el azabache junto con el psiquiatra salían del consultorio.

Parece como un padre esperando a su hijo, ¿No crees, querido lector?

—Acorde a todo lo que he visto en su comportamiento, hay una gran posibilidad de que tenga trastorno psicópata y un alto grado de esquizofrenia.

“Asi que acerté”, pensó.

El ajolote simplemente suspiro, ya tenía una pequeña idea de que camino tomaría el caso.

—Lo mejor será encerrarlo en un manicomio por el momento... Trataremos de calmar sus trastornos con algo de medicamento.

Anunció el psiquiatra para luego retirarse. El azabache mantenía su cabeza agachada. El aojolote volvió a suspirar, tomando al onix por el hombro.

—No te preocupes, todo estará bien.

Dijo mientras le dedicaba una pequeña sonrisa comprensiva, para luego retirarse del lugar. Tenía un presentimiento de que todo estaría bien, después de todo, aquella masacre no fue intencional...



















¿O sí?















Lo más probable es que el azabache termine con un arresto domiciliario por un largo tiempo y muy seguro con medicamento de por vida, ¿Qué podría salir mal?



















La porcelana es algo delicado, pero muy hermoso... Pensó el azabache mientras se sentaba en la sala de espera, tratando de mantenerse tranquilo, no sabía que sería de el ahora en adelante.





†††††★†††††








—A veces me pregunto por qué no escogí la carrera musical...

Hablaba para si mismo un erizo cobalto de ojos esmeralda, caminando a paso pesado hacia el “consultorio” que se le había asignado.

Sonic The Hedgehog, su especialidad, psiquiatría, ahora mismo se estaba acercando a aquella sala a la cual suele llamarle “carcel en blanco”, sabía perfectamente que el color blanco tiende a hacer perder la cordura de una persona si esta está expuesta mucho tiempo a un lugar monocromático blanco, ¿Por qué los manicomios siempre deben de ser completamente blancos? Eso era lo que a veces se preguntaba.

Si una persona aún tiene una pizca de cordura...

En ese lugar la terminará de perder fácilmente.

—Meh... Rusos...

Volvió a hablar para si mismo, llegando a la “celda” que se le había asignado atender, miro por la pequeña ventanilla, un erizo azabache de betas rojas estaba en la esquina de aquella habitación, hecho bolita. ¿Qué había hecho para estar encerrado aquí? Se preguntaba internamente.

Se exaltó al sentir una mano en su hombro, volteo a ver rápidamente a su lado, relajándose al ver qué era su amigo, Scoruge.

—Aquí tienes.—dijo mientras le daba una tabla con la información de su nuevo paciente.—Buena suerte rata azul.

Sonic rodó los ojos, tomando la tabla.—Si... yo también te quiero Scoruge.

Dijo mientras leia el expediente que su amigo verde le había dado, quedando sorprendido ante la información.

—¡¿Hizo una masacre el solo?!

—Dificil de creer, pero si. Créeme, también me sorprendió aquello...—Dijo suspirando, para luego sonreír, golpeando le levemente el hombro al cobalto.—¡Se que tú puedes controlarlo! ¡Buena suerte!

Y finalizada esa conversación, el cobalto que quedó solo. Suspiro, y se animó a entrar a aquella habitación con esa persona que necesita de su atención.

Entro a aquella habitación a paso lento y silencioso, cerrando la puerta tras de el, y luego, acercándose lentamente al azabache. Una vez estando a una distancia prudentemente cerca, le acaricio la cabeza mientras le hablaba en voz baja:

—Hola...

El azabache al sentir aquel tacto se exaltó, levantando rápidamente la mirada, encontrándose con aquellos ojos esmeralda, los miro fijamente, su expresión era neutra, sin sentimiento alguno. Por otro lado, la expresión del cobalto era una tranquila y comprensiva, con un toque de preocupación.

—Me van a asesinar en la silla eléctrica, ¿Verdad?

Fue lo primero que pregunto el azabache, el oji-esmeralda se sorprendió por la pregunta del contrario, negando rápidamente con la cabeza y manos.

—No no no no no, te equivocas... Por lo que yo se, no te mataran...

El azabache suspiro un poco aliviado, aparto su mirada.

—¿Entonces por qué me encerraron en esta cárcel en blanco...? Si lo que hice fue..- —Sus palabras fueron interrumpidas por el contrario.

—Un accidente que no pudiste manejar.

Habló el cobalto, el azabache se quedó sorprendido ante las palabras del contrario, ¿Había escuchado bien? Si, su audición nunca le fallaba.

—P-pero...

—Ven.

Anunció el cobalto, tomando delicadamente las manos del contrario, ayudándole a levantarse, ambos dirigiéndose a la cama que había en esa habitación, dándose cuenda de la pequeña diferencia de altura entre ambos. Los dos se sentaron el la cama, el oji-esmeralda tomo nuevamente la tabla, volviéndola a leer.

—Shadow... ¡Bonito nombre!—dijo alegremente el cobalto—Soy Sonic, Sonic The Hedgehog, y seré tu cuidador y psiquiatra hasta que tus enfermedades sean controladas.

Dijo con una sonrisa, extendiéndole la mano al oji-ruby, esperando a que esté correspondiera su saludo.

¿Quién en su sano juicio trataría a un enfermo como una persona normal? Normalmente los psiquiatras suelen ir al grano con el tratamiento.

Pensó para si mismo el onix, quien, dudosamente correspondió el gesto.

★★


Hablaron un poco (más por parte de Sonic), para poder entrar en confianza, lo cual había funcionado... Un poco, para ser exactos.

Un tipo duro... Pensó en cobalto.

Lamentablemente, la hora de la consulta había terminado, Shadow no se inmutó, Sonic se despidió con una pequeña sonrisa.

—Al rato te traerán tu medicina, nos vemos mañana Shad.

Dichas estás palabras, el cobalto se fue de aquella cárcel, dejando a un oji-ruby en soledad...














































A mercer de sus alucinaciones.










































Sin saber que hacer.








































No tenía nada con que lastimarse.

Si trataba de ahogarse con la almohada o con las sábanas, vendrían inmediatamente a su rescate.

Suspiró, esperando a que su alrededor no suceda algo malo, mientras espera su medicina.



















†††††★†††††























1 año después de tanto tiempo estando encerrado.

Tanto la medicina como la terapia le habían ayudado demasiado.

Tenía un mejor autocontrol.

Sus alucinaciones ya no lo molestaban tanto.

Se había enamorado de su tratador.

¿Cómo no hacerlo? Después de todo, en todo este tiempo, el ha sido la única persona que lo ha tratado con amabilidad. Tanto el como el cobalto sabían casi todo del otro.

Sonic se ha preocupado por el.

Le ha ayudado incluso en sus momentos más fuera de lo normal.

Y eso lo hace sentirse especial.

Y no le importaba la diferencia de edad, aunque fuera mínima, después de todo, para el amor no hay edad.

Shadow recuerda perfectamente la vez en la que "casi" le da un "infarto" a Sonic. Claro, no fue su intención, pero no podía controlarlo, sus alucinaciones se habían vuelto más fuertes, a pesar de que había tomado medicamento.
No aguantaba más todo ese martirio, trato de ahorcarse a si mismo, claramente, no le permitieron su deseo de morir para acabar con eso.
Sonic entro rápidamente a la habitación, abrazándolo por la espalda, evitando que se ahorcara. Shadow solo lloraba de desesperación:

—¡SUELTAME! ¡DEJAME ACABAR CON ESTO DE UNA PUTA VEZ!

—¡NO SHAD! ¡LA MUERTE NO ES LA SOLUCIÓN!

Agradecidamente, los intentos del cobalto en calmar al onix dieron frutos. Luego de unos largos minutos de delirio, el azabache logro calmarse, Sonic seguía abrazándolo.

—N-no vuelvas a decir estupideces como esa...

Amenazó el cobalto, el oji-ruby podía sentir fuertemente el corazón del cobalto, no dijo nada, se mantuvo estático.














—Lo siento, Sun-Sun...

Habló para si mismo el azabache, regresando a la realidad luego de haber recordado aquel suceso, mirando al techo, recostado en el suave suelo, también recordó el regalo que le había dado el cobalto. Eso sucedió 2 meses despues de haber sido internado al manicomio:

—Aqui tienes Shad.

Dijo el cobalto, dándole un patito de goma rechinable, el azabache ladeó la cabeza.

—¿Para que el pato?

—En caso de que sientas ansiedad, puedes tratar de aplastarlo o lo que sea, solo, no lo destruyas.

Explicó el cobalto, riendo levemente ante lo último, el vetado también río levemente.

Suspiro, volviendo a regresar a su realidad, no dirigió su mirada al escuchar cuando la puerta se abrió.

—Oye, Shad... Te tengo buenas noticias.

Habló con alegría el cobalto, entrando al manicomio en donde estaba encerrado el azabache, el cual al escuchar su voz se sentó rápidamente, poniendo toda su atención al cobalto.

—Bueno... Hemos estado hablando sobre ti... Y al parecer haz mejorado, demasiado si me preguntas a mi.

—¿Y? ¿Cuál es el punto?—Preguntó el vetado ladeando la cabeza.

—¡Por fin podrás salir de esta cárcel en blanco!—Anunció con alegria—, Claro, estarás a cargo de un familiar por el momento... Y tus consultas serán por el momento diarias.

Explicó en tono alegre, aquel característico carácter alegre que tenía el cobalto, eso también hizo que el azabache se enamorara de el.

Por parte de Sonic, sabía que estaba mal tratar a un paciente con cariño.

Pero vamos, ¿Eso a quien le importa?

Exactamente, a ninguno de los dos.
















¿O si importará?









El azabache se encontraba en la sala de espera, Sonic le había dicho que para la próxima conocería a su familiar, debido a que en estos momentos no puede.

—Shadow.

Mephiles...

Pronunciaron ambos al unísono al verse, el vetado grisáceo mirando con simpleza al vetado rojizo, este mirándolo con desagrado.


Suspiro.—¿Ya estás mejor, enano?


Cómo odiaba que le dijera así, si bien, eran casi iguales, menos en color y en edad. Mephiles siendo el hermano mayor, Shadow el menor.


Ubiera preferido quedarme aquí encerrado en lugar de que tengas que cuidarme...


El mayor solo rodó los ojos ante el comentario del menor, haciéndole una señal de que lo siguiera.


—Me avisaron que debo de llevarte ante la corte para decidir tu futuro.


El azabache suspiro pesadamente, entrando al auto de su hermano, manteniendo la cabeza agachada.

Tenía un leve presentimiento de lo que sucedería...

Y no era uno bueno.


















































†††††★†††††

























—El jurado ha hablado, se encuentra al acusado “Shadow The Dark” inocente.

Con esas palabras se dio fin a aquella infernal corte, el azabache se sentía muy aliviado, su presentimiento era que terminaría muerto en la silla eléctrica, más no fue así.
Sus términos fueron muy pocos, pero los aceptaría.
Cárcel en casa, y por supuesto, pagará por los asesinatos que cometió, por ende, debió vender todos sus bienes.
También mientras esté en casa deberá usar una especie de collar, para evitar algún acto de asesinato. ¿Que tiene de especial aquel collar? Al tratar de cometer algún acto de asesinato, instantáneamente sentirá una gran descarga eléctrica, la cual detendrá su corazón instantáneamente. Y por si fuera poco, tampoco podría salir de casa a no ser que fuera para su tratamiento, —estando en el psiquiatra se lo quitarían para mejor comodidad— o en caso de alguna emergencia como terremoto o tsunami, en caso de salir... Morirá instantáneamente.

Dejando todo eso de lado, ahora todo estaría bien, ¿No? Solo le faltaba la adorada compañía de su amado cobalto, hasta que la muerte los separe.









†††††★†††††













Un mes había pasado, hoy era día de tratamiento, y mañana, debería quedarse por una noche en el manicomio nuevamente, querían ver qué todo estuviera bien con el oji-ruby.

En ese corto tiempo, y en su prisión en casa, logro hacerse amigo de la hija de la vecina de su hermano, ahora también su vecina, Cream The Rabbit, una pequeña conejita de 6 años, bondadosa, fue quien ha hecho reír a Shadow con pequeñas cosas, pero significativas para este mismo.


Al igual que la adorada presencia de su amado cobalto...


—Bien, aquí estamos.


Habló su hermano, estacionando el auto y bajando de este, el menor imitó su acción, y ambos se adentrarnos en el centro psiquiátrico.

Una vez dentro, ambos se pusieron a esperar al psiquiatra de Shadow, pues era hora de que Mephiles lo conociera.



—¡Hey! ¡Hola Shad! Y... ¿Mephi?

— ¿Blue?


El oji-ruby quedó extrañado ante aquello, el cobalto fue corriendo a los brazos del grisáceo.

Los dos se dieron un lindo abrazo, seguido de un pequeño pero tierno beso.






¿Qué? ¿Había visto bien? ¿Su hermano se había besado con su Sun-Sun?




—¿Así que tú eres el familiar de Shad?

—Si... ¿No te diste cuenta? Si tenemos el mismo apellido.

—Nop... No me di cuenta—rió levemente, apenado—. Con razón te me hacías familiar.




Shadow estaba desconectado. ¿Su hermano y su Sun-Sun en una relación? ¿Por qué no lo sabía? ¿Por qué no me lo dijiste?

...

No...

No puede ser posible...  No... Me niego a creerlo...


Pero la realidad era otra, la cual acepto rápidamente. Su Sun-Sun estaba con su hermano. No tenía posibilidad alguna de estar con el amor de su vida. No... No lo aceptará...


—¿Todo bien Shad?


Volvió a preguntar el cobalto, mirando con preocupación al menor, el oji-ruby parpadeo un par de veces.


—¿Eh...? Si... Estoy bien...

Fue lo único que dijo en un tono bajo y frío. Inicio a apretar un poco el pato de goma que el cobalto le había regalado.













No iba a permitir que su hermano estuviera con su Sun-Sun...




















Si lo dejaba en manos de cupido, tardaría demasiado.















No le gusta esperar... Y mucho menos...


























No le gusta que las cosas no salgan como el quiere.













Lo mejor será encargarme yo mismo de la situación.... Pensó para si mismo el menor.



Ya tenía un plan, el plan perfecto, el único lugar en el que podría hacerlo sería aquí, en el centro psiquiátrico, más no puede dejar evidencia alguna de su acto... ¿Qué es lo que hará?, ¿Cómo planeas hacerlo, Shadow?, ¿Qué harás para salirte con la tuya y quedarte con tu amado erizo azul?




















†††††★†††††





Se había preparado, hoy debía quedarse en el manicomio para ver si su estado mental estaba mejor al haber salido de aquella cárcel en blanco.

Hoy sería el día en el que se quedaría con su amado Sun-Sun.

Tenía todo listo, solo 3 pares de guantes quirúrgicos, y sus púas bien recogidas, no necesitaba nada más. No si todo el material está en el lugar.
Pedir que hackearan las puertas para que se cerrarán automáticamente no fue un problema, tendría 2 horas y media. No necesitaba más.

Poco a poco se acercaban al centro psiquiátrico.


—Veo que Blue ha hecho un muy buen trabajo contigo.

—Como sea...

Rodó los ojos.—Oye... ¿Para que los guantes?

—Para terminar un regalo...


Así dio fin a aquella conversación, llegaron al centro psiquiátrico. Era de noche, y estaba lloviendo, ambos se apuraron a entrar en el lugar, el cual estaba apunto de cerrar.
Al entrar, lograron divisar a Sonic, el cual los estaba esperando, con su hermosa sonrisa.


—Llegaron tarde.—hablo en un tono divertido.

—Lo sé... Este enano de aquí amaneció de mal humor.—Explicó mientras revolvía las púas del menor.

Río levemente.—Ya veo... Bueno, es hora de dormir, Shad.


Shadow asintió, necesito conseguir esa llave..., pensó, ambos se despidieron de Mephiles.


3...

¿Estaré haciendo lo correcto?

2...

Si... Claro que lo estoy haciendo...

1...

Gracias por tu ayuda, María. Eres de las pocas mejores amigas que he tenido.

Repentinamente, antes de que Mephiles u otra persona logrará salir del centro, la puerta se cerró rápidamente, evitando que cualquier persona pueda entrar o salir.

—Pero que...-


Expresó el cobalto, mirando todo el lugar. Las luces también se fueron. Mephiles volvió a acercarse.


—¿Es normal que pase esto?—Pregunto el grisáceo.

El cobalto negó.—No, esto es muy extraño...

—¿Y ahora?—Preguntó inocentemente el oji-ruby

—Te llevaré a tu celda... Luego iré a ver qué ha pasado...

Anunció el cobalto, los 2 azabaches asintieron con la cabeza, era muy oscuro, ambos mayores usaron la linterna de sus teléfonos para poder caminar hacia la antigua celda del menor.

—¿Estaremos así por toda la noche?—Pregunto el menor de ojos rojos, ambos mayores solamente levantaron los hombros.

—Espero que no...—Dijo en un tono pensativo el cobalto.


Pasaron unos pocos minutos, por fin llegaron a la antigua celda, Shadow entro, pero antes de que Sonic cerrará la puerta, Shadow lo abrazó.

—Gracias...

Fue lo único que dijo en un tono bajo, aquel abrazo fue correspondido gustosamente, luego, se separaron, Shadow fue a recostarse en la cama, Sonic cerró la puerta con llave, y se fue con Mephiles a ver el problema que había sucedido.







★★★





—Gracias por cuidar a mi hermano, Blue.

Habló el grisáceo luego de haber caminado por un tiempo indefinido en círculos junto a su pareja, sus teléfonos se descargaron lastimosamente.


—No tienes que agradecer, Mephi, después de todo, es mi trabajo.

Respondió el cobalto, ambos se detuvieron y se abrazaron, estaban a punto de darse un beso hasta que...
















—¡POR FAVOR NO! ¡TE LO SUPLIC-! ¡AAAAAAAAAHHHHHH!






Oyeron un grito desgarrador, ambos se asustaron y trataron de ir al lugar de origen. Al llegar ahí, Mephiles logro encontrar una linterna, la cual había pisado, rápidamente la levantó y la encendió, ambos quedándose congelados ante aquella escena.

Sangre por doquier.


Varios órganos por todo el lugar.



Un poco de sangre cayó a la cabeza del grisáceo, el cual levanto la mirada junto con la linterna... Habían unos pocos corazones ahí arriba de aquella pequeña repisa de cristal, la cual tenía grietas.

El cobalto abrazo al grisáceo con temor.


H-hay varios asesinos sueltos por el centro... ¡D-debemos salir de aquí!


El azabache estaba a punto de responder, de no ser de que escucharon una pequeña voz.


—D-deben escapar... E-el los matará si no salen... De aquí...




Escucharon, Mephiles buscó con la mirada y con la linterna de dónde provenía aquella voz, encontrándose con una escena más desgarradora que la anterior.


Un chico, de no más de 13 años, estaba colgado como si de un prisionero de la edad media se tratara, todo su torso estaba desgarrado, se lograban ver sus huesos, pulmones y corazón, lo demás estaba dispersado en el suelo.

Sonic cerró fuertemente los ojos al ver aquella escena.

Lamentablemente, el chico perdió la vida por la rápida perdida de sangre y falta de varios órganos.



—Debemos ir a por Shadow...



Sin más que esperar, ambos se dirigieron a dónde estaba el menor.


Debían hacerlo con cautela, en silencio, a paso lento se dirigieron a la celda del menor, para su desgracia, por cada puerta que se atravesaba en su camino, había un gran charco de Sangre.
No entraron a ninguna, después de todo, ya sabía que era lo que le había pasado a aquellas personas. Pobres almas en desgracia...



Tardaron en llegar a la celda del menor, por alguna extraña razón, todas las celdas de los manicomios estaban limpias, pero sin nadie adentro, y la del menor no fue la excepción, eso hizo alertar a ambos.


—D-donde está...


—N-no lo sé... Mephi... ¡Debemos salir de aquí! ¡Hay varios asesinos sueltos! ¡Ya mataron a casi todo ser vivo que estaba en este lugar! ¡Nosotros seremos los próximos si no salimos de aquí!



Habló histérico el cobalto, al borde del llanto. Odiaba a su hermano, eso era verdad, desde pequeños Mephiles nunca quiso a Shadow. Pero no podía dejarlo aquí. Más no podía hacer nada. Suspiro pesadamente, asintiendo con la cabeza.

Repentinamente la luz regreso al centro, una muy buena señal para ambos erizos, quienes iniciaron a correr a la salida. Pues había posibilidad de que la puerta se pudiera abrir.



—Ve tu al frente, yo te cuidare por detrás.


Dijo el azabache, y así fue como se acercaron a la sala de espera, justamente en donde estaba la salida.

Todo el lugar comenzó a tomar un horrible olor metálico, gracias a la sangre. Sonic se acercó a la gran puerta, tratando de ver la manera de abrirla. Mephiles fue a ver las computadoras que estaban ahí, mirando por las cámaras de seguridad.

No había ninguna habitación en donde no hubiera alguna o varias muertes dolorosas.

Órganos aún en buen estado, explotados, destruidos.

Aún habían corazones que latían con fuerza, lamentablemente a uno se le cayó una estantería encima, aplastandolo inmediatamente.


Dejó de ver las cámaras.—Creo que después de esto necesitaré terapia...

—Creo que yo también...


Sonic seguía ocupado, tratando de abrir la puerta, Mephiles inicio a caminar hasta el.

Un sonido hizo que Sonic se detuviera de su labor de abrir la puerta.

Podía escuchar como 2 cosas pesadas cayeron al suelo. No quería mirar. Pero su cuerpo estaba actuando por su cuenta.

Giro lentamente su cuerpo y cabeza, luego, bajando lentamente la mirada, llevándose las manos a la boca al ver lo que había pasado en silencio.


—D-debes salir de aquí...



Fueron las últimas palabras de Mephiles antes de morir por su cabeza fuera de su lugar. Si bien, una persona decapitada puede vivir 15 segundos más.
Sonic en ese momento quería llorar.
Desesperadamente trato de volver a abrir la puerta.



—¡SAQUENME DE AQUI! ¡POR FAVOR!



Gritaba desesperado el cobalto mientras golpeaba la puerta con desesperación, sollozando. Sus acciones y berrinches fueron detenidos al escuchar unos pasos.

Pasos metálicos, conocía solo a dos personas que usaban zapatos con suela metálica... Mephiles... Y...


—Por fin estamos tu y yo solos, Sun-Sun.


Shadow... Ahora todo tenía sentido para el cobalto... Los asesinatos repentinos y desgarradores... El que no estuviera en su celda... La muerte de Mephiles... Todo encajaba a la perfección con aquel erizo de betas rojas.

El cobalto lentamente se volteo a verlo.


—T-tu... Hiciste todo esto... Toda esta masacre... ¿V-verdad?


Preguntó en un tono quebradizo, el menor solamente asintió con la cabeza.

—¿P-por qué...? ¿Nada de tu tratamiento fue suficiente? ¿¡Cómo lograste hacer esto tú solo!?


El menor negó mientras se acercaba al cobalto, se detuvo al ver qué la cabeza de su ahora difunto hermano estaba en su camino. La aplastó como si de un bicho se tratase. Luego, pateandola lejos del camino, el cobalto solamente retrocedía hasta que chocó contra la pared, no tenía escapatoria.

—Te equivocas, Sun-Sun... La terapia me ayudó demasiado... Además... Recuerda lo que el miedo puede provocar por querer sobrevivir...

—Entonces... Esto no fue por tu esquizofrenia o tú trastorno psicópata...—pensó un poco.— te diagnosticaron mal... Si tienes esquizofrénia... Pero no eres un psicópata... Eres un sociopata...

Tibuteó levemente, el menor rió levemente mientras tomaba delicadamente de las manos al cobalto.

Psicopata, Sociopata, lunático, lo que sea. Todo esto lo hice por ti~.



El cobalto quedó perplejo ante tal confesión. De las confesiones sentimentales más extrañas, sin duda alguna.



—¿Por qué...? ¡No era necesario matar a todos en este lugar! ¡MATASTE A MUCHA GENTE INOCENTE! ¡MATASTE A TU PROPIO HERMANO!

—El plan inicial era solamente matar a Mephiles, pero... No podía dejar testigos...

—No lo entiendo... ¿¡Todo esto por mi!? ¿¡Que era lo que tenían tu y Mephiles!?

—Eso no importa ahora... Lo que importa ahora, somos nosotros...


Sonic iba a objetar, más se detuvo y se calló a si mismo, presentía que en estos momentos el deseo de Mephiles sería que sobreviviera de esta masacre, de cualquier forma.
Eso haría, aunque fuera faltandole el respeto a sus propios principios.
Después de todo, tampoco quería morir, aún era muy joven como para morir.

Shadow soltó una pequeña risa ante el rostro del mayor.


—Eres tan tierno...



Dijo en un tono dulce, tomando de la barbilla al de menor estatura, besándolo bruscamente.
Beso que tardo demasiado en ser correspondido, pero con el hecho de ser correspondido lo puso feliz...

Pero aún faltaba algo por terminar de hacer.

Sonic se exaltó al sentir un pequeño piquete en su brazo, se separó rápidamente de aquel beso, dirigiendo su vista a su brazo, iniciando a soltar varias lágrimas mientras levantaba la mirada para poder ver mejor al menor.


—¿Vacuna de muerte instantánea? ¿Por qué...?

—Lo siento mucho, Sonic... En verdad, me duele hacer esto... Pero como te dije... No puedo dejar testigos...

—¿No que me amabas?—Preguntó el cobalto mientras lloraba en silencio, iniciando a tener sueño.

—Te amo más que a cualquier cosa, Sonic... Pero... No entenderías el porque hice todo esto... El porque hago esto...



Explicó en un tono bajo, pesado y doloroso, volviendo a besar a su amado cobalto, el cual luchaba contra el sueño eterno.
















Finalmente, silencio.






































Nadie tenía vida. Nadie.






























Aproximadamente le sobraban unos 5 minutos. Debía apurarse.











—I love u very much, Honey...


































†††††★†††††





















Las puertas del centro psiquiátrico fueron abiertas a la fuerza, rápidamente, tanto bomberos y policías miraron el interior, asombrados.

No creían que hubiera alguien con vida.

















★★










—Y aquí lo tienen, el único sobreviviente de aquella desgarradora masacre, el antiguo acusado “Shadow The Dark”. ¿Puede decirnos cómo fue que logro sobrevivir?


El azabache estaba llorando, aquello había sido tan traumático para el... Estaba abrazando aquel pato de goma que alguna vez el cobalto le regaló.



—Y-yo... S-Sonic y mi hermano me dijeron que debía esconderme al haber escuchado los gritos...—Trataba de explicar mientras trataba de no romper en llanto, cosa que falló.—¡F-fue horrible! C-cada que escuchaba pasos... D-debia cambiar de escondite sin que me vieran...




La entrevista había terminado, todos lamentaba aquel suceso...

Una pobre alma en pena que sufre de trastornos, quien anteriormente había cometido una masacre, ahora estaba llorando por haber presenciado una.

Por haber sido el único sobreviviente a su propia masacre.

Por no haber ayudado a nadie a escapar...




















†††††★†††††







—Ya han pasado 2 meses desde la gran masacre del centro psiquiátrico de Emerald Hill, en la cual hubo un total de 356 muertes, y aún no se encuentra el cuerpo del psiquiatra “Sonic The Hedgehog”.




El erizo azabache apagó la televisión, abrazando a su amado muñeco de porcelana pura.
A su amado cobalto, quien ahora era tan frágil, pero seguía siendo hermoso, aún siendo porcelana completamente.

El proceso para haber convertido a Sonic en un muñeco de porcelana tamaño real no fue nada fácil. Aún conservava sus órganos, estos también eran de porcelana.

Del cuerpo original, de un ser vivo, a ahora un muñeco de porcelana. Fue de los trabajos más difíciles que había hecho cuando trabajaba en aquella tienda de porcelana. Pero valió la pena, ya que ahora tendría a su amado cobalto y para siempre y por siempre.



—¿Por qué aún siguen buscando al señor Sonic si ahora es un muñeco de porcelana, señor Shadow?


Preguntó inocentemente la pequeña Cream, Shadow, el cual estaba abrazando a Sonic del cuello, le respondió.


—Por que ellos no saben que el es de porcelana ahora, pequeña Cream.

—¿Y cómo es que logró hacer todo eso en poco tiempo a muchas personas?—volvió a preguntar.

—Mientras apuñales en puntos vitales, la muerte será dolorosa e instantánea. Y recuerda, provocar pánico a los demás será tu mejor aliado.

—¿Y cómo le hizo para que no lo descubrieran?

—Yo nunca deje evidencia alguna de que fui yo...

El azabache agarro su cabeza, últimamente sus alucinaciones habían aumentado, por lo que la dosis de su medicamento la ha estado aumentando cada vez más sin haberlo consultado con su nuevo psiquiatra.

—Ire a tomarme mi medicamento...

—Oki.

Rápidamente Shadow subió por las escaleras hasta la habitación de su hermano, que ahora era suya.















































†††††★†††††

























—911, ¿Cuál es su emergencia?

—¡E-el señor Shadow está muerto!—expresó con desesperación la pequeña conejita.

—Vamos en camino, ¿su dirección por favor?






















★★














Las patrullas estaban fuera de la casa del azabache.
Los oficiales estaban anotando todo lo sucedido que narraba la pequeña, la madre de Cream, Vainilla, solamente la abrazaba, tratando de consolarla.




—L-luego el señor Shadow dijo que iba a ir a tomar su medicamento... *Sñif* C-cuando tardo en bajar, f-fui a ver si todo estaba bien...

—Gracias, pequeña...—Dijo el ajolote mientras terminaba de tomar nota de lo sucedido

—¡KAI! ¡DEBES DE VER ESTO!


Grito su compañero jackal desde dentro de la casa del azabache. El ajolote rápidamente fue a ver a lo que se refería su compañero. ¡Sorpresa! ¡Habían encontrado el cuerpo de Sonic The Hedgehog!

Ahora todo tenía sentido.

La masacre...

El que Shadow haya sido el único sobreviviente...

La desaparición de Sonic...

Era una clara obsesión por parte del azabache, al cuál ya no le podían hacer nada, pues había muerto por sobredosis.

Ahora, lo único que podían hacer, era llevar a la pequeña Cream a psiquiatría.

Ella era la única que sabía todo lo que Shadow The Dark había hecho.

Y había un gran riesgo de que en un futuro, ella siguiera el legado de Shadow.

Palabras: 5644

¡Gracias por leer!

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