Jimin estaba sumamente nervioso, se había equivocado al subir la foto del ramo de peluches que el desconocido le había mandado y su marido lo había visto, había llegado el momento de decirle la verdad, y solo rogaba porque Jungkook no pensará que lo estaba engañando.

Estaba pensando como decirle cuando su teléfono sonó.

Eran casi las diez de la noche cuando la puerta de su casa fue abierta y sus nervios aumentaron, en cuanto vio a su marido frente a él, supo de inmediato que no iba a poder hablar sin soltarse a llorar.

—¿Te pasa algo Jimin? Te ves pálido.

—No, nada.

—¿Seguro? Si te sientes mal dime para ir al médico.

—De verdad estoy bien, pero quería explicarte lo de la foto que subí a Twitter.

—Si, ¿qué pasa con la foto?, esos son los monitos que te gustan ¿no?

—Sí — los nervios aumentaron, sabía que la tranquilidad con la que estaba hablando Jungkook se iba a acabar en cualquier momento —Kook ese arreglo me lo regaló alguien.

—Algún cliente supongo, tranquilo no me voy a enojar porque tus clientes te den obsequios, al final es una forma de agradecerte los pasteles tan bellos y deliciosos que haces.

Jimin ya no dijo nada, era un cobarde y lo sabía, pero es que solo de pensar en perder a Jungkook lo aterraba.

Los días siguientes su rutina fue normal, Jungkook se iba a trabajar y Jimin a su pastelería, y las flores diarias llegaban, mientras Jungkook observaba a lo lejos cuando el repartidor las este día hacia su esposo y este se negaba para unos segundos después aceptarlas con una hermosa sonrisa.

Cuando menos se dió cuenta Jungkook ya había pasado un mes y medio desde que comenzó con todo eso, ya solo faltaban dos semanas para su aniversario y solo esperaba que a Jimin le gustará lo que tenía preparado para él.

Jimin no se imaginaba que lo que sus amigos le ocultaban era su sorpresa de aniversario y sobre todo nunca podría sospechar que todo había sido idea de su marido.

Dos capítulos más y llegamos al final.

Nos leemos bellezas...
        Besitos 😘😘😘