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TRES

Los eventos de la noche anterior se hicieron presentes en cuanto Jimin se despertó, aún no abría por completo los ojos cuando sintió un ligero dolor de cabeza, trato de moverse pero el dolor en todo su cuerpo era demasiado, y sobre todo en su trasero, abrió los ojos por completo y se quedó mirando al techo un momento.

«¿Dónde estoy?» pensó para sí mismo, al comprender que ese no era el techo de su habitación ni tampoco de ningún lugar familiar. Levantó la mano para acariciar su rostro, pero se sorprendió cuando vio las marcas rojas y raspaduras en sus muñecas, miró con asombro el estado de sus manos.

—¿Que hice? — dijo casi en un susurró cuando los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente.

El corazón de Jimin dio un vuelco al pensar en el hombre con quién había dormido, se giró para mirar de reojo pero no había nadie,se levantó lentamente y el dolor se extendió por su columna y trasero, estuvo a punto de gritar, pero se silenció a su mismo cubriendo su boca con una de sus manos. Con cada segundo que pasaba, iba recordando cada cosa, cada acción, cada golpe recibido y a él pidiendo más, su cabeza aparecía explotar.

—¿Qué carajos hice? ¿Cómo permití que alguien que no conozco me hiciera algo así? —murmuró antes de darse cuenta de que debería salir de allí.

Se giró a ver a su alrededor, su ropa interior y sus pantalones estaban junto a la cama, levantó un poco más cobijas solo para comprobar que estaba completamente desnudo. Se trató de levantar, pero sus piernas temblaban cuál gelatina, tomó aire y conteniendo el dolor que sentía en su pelvis y caderas recogió su ropa y se la puso, pero al ver la camisa desgarrada supo que no podría utilizarla, vio el armario y caminó hasta ahí esperando encontrar algo que ponerse.

Pero se movió demasiado rápido y sus piernas aún débiles flaquearon y cayó al suelo, provocando un gemido de dolor al caer sobre su trasero adolorido, se obligó a levantarse de nuevo, en el armario encontró camisas extremadamente caras y un par de tallas más grandes, se puso una y después buscó su bolso y su teléfono, mismos que encontró en la mesita de noche.

Al salir por la puerta de la habitación, Jimin vio que en el salón central no había nadie, pero podía escuchar ruido y supuso que había alguien ahí. Tal vez era el hombre con quién durmió, trato de recordarlo, pero no podía, solo podía recordar su tono de voz, y su abdomen fuerte y definido.

No queriendo enfrentarse a la vergüenza de encontrarse con ese desconocido, salió con cuidado de la elegante habitación, casi corrió hasta el elevador y se dió cuenta de que estaba en el mismo hotel donde había estado bebiendo anoche, bajó hasta el estacionamiento y subió de prisa a su auto, necesitaba regresar rápidamente a su departamento.

—¡¿Que demonios estabas haciendo? Que no te diste cuenta cuando se fue! —Hoseok le gritaba enojado al guardia que dejó a cargo de cuidar al chico.

Jungkook había tenido que ir a su oficina para hablar con un cliente y dejó dicho que cuidarán cuando despertará, le llevarán el desayuno y le pidieran esperara su regreso, pero cuando llegaron encontraron la habitación vacía y el guardia ignoraba en qué momento había salido.

—Lo siento Hoseok, lo siento señor, fui al baño por un momento, no sé cuando se escapó el señor Park —dijo el subordinado con voz temblorosa.

Jungkook se le quedó viendo un momento antes de asentir.

—Umh… está bien, pero la próxima vez tienes que aprender a ser más cuidadoso y estar más pendiente, ¿que pasaría si entrara alguien con la intención de matarme? el primero en morir serías tú ¿entiendes? Y eso va para todos.

—Entiendo, señor —respondieron todos al mismo tiempo.

—¿Ya terminaste todos los pendientes? —le preguntó Jungkook a Hoseok —. Tomé la tarjeta de identificación de Jimin, averigua sobre él, ve a hacer esto y tráeme toda la información que encuentres —ordenó entregandole la tarjeta que había tomado del bolso de Jimin y que pensó no iba a necesitar.

—¿Por qué pareces tan interesado en esta persona? —preguntó con curiosidad su empleado de mayor confianza.

—Tan sencillo como que tengo que decirle que ahora es tu nuevo jefe —dijo Jungkook en tono serio, había decidido convertirlo en su pareja.

—¿Por qué él, señor?  —preguntó Hoseok de nuevo, con una leve sonrisa en los labios.

—Podrías pensar que es demasiado rápido, Jimin me complementa, nunca antes me había sentido tan lleno y satisfecho como con él —contestó sin rodeos.

Ante eso, todos los subordinados guardaron silencio. Hoseok tampoco hizo más preguntas pero no pudo evitar preocuparse, porque todavia no sabia quien era Park Jimin, ni de dónde venía.


Después de conducir de regreso a su condominio, Jimi se dio una ducha mientras miraba su cuerpo con asombro, no pensó que habrían tantas marcas y no sabe cuánto tiempo tendrá que pasar para que se vayan.

—Dudo que pueda ir a trabajar a la oficina, no puedo ir en esta condición, seguro me preguntaran —se dijo.

Después de su ducha, se volvió a dormir porque todavía se sentía bastante cansado. Varias horas después el sonido de su teléfono lo despertó.

—Hola —respondió con voz somnolienta.

[Kim ¿estás en tú casa?]


La voz de uno de sus amigos se escuchó del otro lado de la línea.

—¿Por qué preguntas? —respondió.

[Estaba pensando en ir a visitarte, comer algo y tomarnos unos tragos]


Jimin estaba a punto de responder que sí cuando recordó el estado en que se encontraba.

—Oh, lo siento pero no estoy en casa, vine a visitar a mis padres —no le gustaba mentir, pero no quería que su amigo lo viera en esa condición.

[Okey, dejemoslo para la próxima oportunidad]


Jimin dejó escapar un suspiro de alivio después de terminar la llamada. Dejó el teléfono en el mueble a un costado de su cama y miró el reloj, eran pasadas de las dos de la tarde, se levantó y fue a la cocina para hacerse algo simple de comer, mientras comía se puso a repasar los eventos de anoche. No entendía que le había pasado y por que se había sentido tan bien, con la forma tan salvaje de ese hombre de tomarlo, solo de pensar en cada cosa que le hizo su corazón se aceleró.

—¿Qué me pasa? —se preguntó, mientras contemplaba las marcas en sus muñecas y un sonrojo lo atacó de pronto.

—Estar atado no da miedo en lo absoluto —murmuró antes de sacudir la cabeza de un lado a otro para recuperar la conciencia y continuar comiendo.

Para no seguir pensando en eso se consoló diciendo que esa noche sería la última vez que haría algo como eso, así que debía de tomarlo como una aventura y nada más.

Dos días habían pasado ya desde esa noche. Para excusar su ausencia en el trabajo le había dicho a Lisa que trabajaría desde casa porque se sentía enfermo, pero lo cierto es que no quería que vieran las marcas en su cuerpo, que aún no se habían desvanecido por completo y quería evitar preguntas.

Ese mismo día en el despacho de contabilidad de Jimin y Lisa, un grupo de hombres llegaron causando que la recepcionista se sorprendiera al verlos.

—Hola, ¿hay algo en lo que pueda ayudarte? —preguntó Rose bastante nerviosa.

—Mi jefe ha venido a ver al señor Park Jimin — respondió uno de los hombres.

—Eh… él señor Park no se encuentra, no vino hoy a la oficina —respondió la chica, tratando de sonar tranquila.

—¿No ha venido en todo el día? —preguntó un hombre alto, de cabello negro y que se notaba era el jefe de los otros cuatro hombres.

—¿Qué está pasando, Rose? —preguntó Lisa que había salido de su oficina y vio al grupo de personas paradas frente a su secretaria.

—Estos señores buscan a Jimin —respondió en un susurro.

Lisa asintió y se plantó frente al grupo de hombres.

—Hola, mi nombre es Lisa Manoban, soy la socia de Park Jimin, ¿Tienen algún asunto urgente con él? Tal vez yo pueda ayudarles —hablo usando su tono más profesional, a pesar del miedo que esas personas le provocaban.

—Vine a ver a Jimin, ¿vendrá a trabajar hoy? —habló Jungkook.

Lisa guardó silencio, preguntándose quién sería ese hombre que hablaba de su amigo con tanta confianza, lo que le daba a entender que debían de conocerse bien.

—Lo siento, pero creo que Jimin no vendrá el día de hoy, me avisó que no se sentía bien.

—Entiendo, gracias, —respondió Jungkook antes de ver a sus hombres y les hizo una seña para que salieran del lugar.

Jungkook hizo una leve reverencia a las dos mujeres y se dió la vuelta para salir detrás de sus hombres.

—Lisa ¿quiénes eran esos tipos y por qué preguntaban por Jimin? —preguntó Rose, mientras dejaba escapar el aire que había estado conteniendo.

—¿Cómo lo voy a saber? Estaba temblando, no se ni como me salieron las palabras, tenían pinta de mafiosos. Aunque el que parecía ser el jefe es bastante guapo, pero aterrador. Me preguntó cómo es que conoce a Minie.

—Entonces deberías de avisarle —sugirió su secretaria, Lisa asintió y de inmediato marcó el número de su socio.


—Como no pensé en que Jimin no vendría a trabajar en su estado —le dijo Jungkook a Hoseok mientras regresaba a su auto.

—Entonces ¿qué hará ahora? —le preguntó Hoseok.

Aunque conociendo a su jefe y la forma en que estaba actuando era más que obvia su respuesta. Esa misma mañana después de entregarle la info que había reunido de Park Jimin, su jefe había querido verlo.

—Vayamos a su casa, —respondio de buen humor.

Durante el último par de días, se había sentido ansioso, y de un humor irritable ante la tardanza de los investigadores, hasta él mismo se sorprendía con su manera de actuar ya que nunca antes se había comportado de esa manera.

Mientras ellos se dirigían al edificio de apartamentos donde vivía Jimin, el rubio recibía una llamada de su socia.

—¿Qué pasa Lis?

[Jimin, alguien vino a buscarte hace un momento]


—¿Quién?

[Por los nervios olvide preguntar si nombre, pero tenía pinta de mafioso, hubieras visto la cantidad de hombres que lo seguían]


Jimin frunció el ceño, y de pronto una imagen se le vino a la mente.

—¿Cómo lucía esa persona?

[Era muy guapo, alto, de piel blanca, pelo negro y una morada feroz. De los demás no recuerdo cómo se veía. Jimin ¿Tienes deudas con la mafia? ]


—Maldición Lisa, por supuesto que no, sabes que no me gusta endeudarme, ni nada por el estilo, ¿Cómo podría deberle algo a la mafia?

[Tienes razón, Tal vez alguien haya recomendado nuestro despacho y dió tu nombre, por eso te buscaba a ti en específico]


—Tal vez, aunque no estoy seguro de que mis amistades o conocidos lo hayan hecho. Aún así gracias por avisarme, y si surge algo llámame, yo estoy poniéndome al corriente desde aquí, cuando tenga los pendientes listos te los envío por correo.

[Esta bien, no te preocupes, de todos modos cuidate, que te mejores pronto]


—¿Sería ese hombre el que preguntó por mi? —se cuestionó Jimin pero descarto la idea, era imposible, ese hombre no sabía nada de él, dejo de pensar en eso y volvió a concentrarse en el trabajo.

No había pasado mucho tiempo cuando el timbre de su casa sonó, asustandolo un poco pues estaba demasiado concentrado trabajando.

—¿Quién será? —murmuró antes de levantarse y dirigirse hacia la puerta de la habitación, miró por la mirilla y vio que era un vecino que alquilaba el departamento de al lado y entreabrió la puerta para preguntarle que necesitaba.

—¿Qué pasa señor Song? —preguntó mientras su vecino le sentía levemente.

—Alguien vino a buscarte Jimin, me pidió que le abriera la puerta de entrada y lo acompañe hasta acá —dijo el señor Song algo nervioso.

Jimin frunció el ceño ligeramente, porque el vigilante normalmente tiene que llamar y decírselo, no permite que cualquiera ingresé en el edificio.

—¿Quién es? —preguntó antes de que el hombre se hiciera a un lado.

Jimin abrió los ojos con sorpresa cuando vio el grupo de tres hombres que estaban frente a su puerta, uno de ellos lo veía directamente, sus ojos oscuros y su porte serio lo atemorizó un poco, pero la persona que estaba detrás de él era quien más asombro le causaba.

Solo con ver la cara de Jimin el corazón de Jungkook se aceleró, aún no entiende cómo es que su cuerpo reacciona de esa manera al chico.

—Hola señor Park —saludo Hoseok.

—¿Quien… quien eres? ¿Que buscas de mi? —pregunto nervioso y fingiendo que no sabía quién era la persona a quien custodiaba.

—¿Ya no me recuerdas Jimin? ¿O te arrepentiste? —dijo la voz ronca y profunda del pelinegro y su corazón dió un brinco acelerado cuando el hombre cuyas marcas aún llevaba en su cuerpo se paró frente a él.






Se le apareció un tigre al pollito fugitivo.

Nos leemos bellezas...
           Besitos 😘😘😘

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