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TREINTA Y NUEVE

El sonido de las ruedas saliendo del estacionamiento fue fuerte, el coche se apresuró a detenerse rápidamente cerca de Jimin, dos hombres vestidos de negro salieron del coche y fueron directamente hacia él.

—¿Quiénes son ustedes? ¡Déjenme ir! —gritó Jimin mientras lo encerraban.

Yugyeom inmediatamente estacionó el auto y corrió hacia él.

—Dejen ir a ese tipo —gritó en voz alta, listo para ayudar al castaño.

—¡Cállate! —le gritó uno de los hombres.

Yugyeom agarró el cuello del hombre que estaba agarrando el brazo de Jimin y le dio un puñetazo en la cara antes de patear al otro hombre e inmediatamente agarró al castaño para que se pusiera detrás de él.

—¡Yugyeom! —grito Jimin en estado de shock, cuando los dos grandes hombres se abalanzaron de nuevo hacia ellos.

—Agarra al hombre que está detrás —ordenó uno de ellos, mientras trataba directamente con el ruso.

Yugyeom sabía artes marciales así que podía vencer a la otra parte para evitar que se llevará a Jimin pero con la mano lastimada por la otra noche, estaba más indefenso.

—¿Quienes son estás personas Jimin? —preguntó mientras esquivaba los puños e intentaba evitar que atraparán al joven.

—Yo no sé, ten cuidado —respondió Jimin con voz temblorosa.

Uno de los hombres se hizo a un lado y el ruso se dió la vuelta dándole una patada en el estómago. Jimin fue atrapado por otro hombre inesperadamente por el cuello y el castaño usó su codo y lo golpeó en el estómago y luego se giró, para golpearlo en la nariz.

De pronto Yugyeom fue pateado en medio de la espalda, haciendo que se balanceara hacia delante. Jimin trató de ayudarlo, el ruso recordó que tenía un arma en el auto, debía tratar de acercarse, pero no tuvo siquiera tiempo de correr hasta ahí, cuando otro automóvil entró rápidamente y bajaron varios hombres.

—Oye, qué estás haciendo, qué tardas tanto. Vendrá la policía —gritó el que conducía.

—Alguien vino a ayudarlo —dijo el hombre que había agarrado a Jimin al inicio.

Los hombres tenían rodeados al ruso y a Jimin.

—Son demasiado para mí solo, no resistiré mucho —maldijo Yugyeom en voz baja.

—Yugyeom, ¿estás bien? —le pregunto Jimin con preocupación.

—Primero preocúpate por ti mismo. ¿Quiénes son estos tipos? —respondió el rubio con molestia, pero se mantuvo cerca de Jimin.

Los hombres se apresuraron a golpear a Yugyeom e intentar capturar a Jimin nuevamente. El ruso luchó tanto como pudo, contra dos o tres personas pensó que podría manejarlo pero eran más de diez, su mano herida le dolía como el infierno, además de que debía tener cuidado con Jimin.

Yugyeom no tenía que preocuparse de ayudarlo, pero algo en su mente le decía que tampoco debía dejar que se lo llevarán. Todo el grupo de hombres corrió hacia ellos, ambos se defendieron lo más que pudieron, pero aún así Jimin fue capturado y arrastrado hacia el auto.

—¡Jimin! —gritó Yugyeom mientras corría a ayudarlo.

—¡Qué cursi! —gritó uno de los hombres enojado al ver que el ruso no dejaba que se llevarán a su presa fácilmente—. Si estás tan preocupado, ven con él —le dijo llamando su atención distrayendo lo y causando que también lo capturaran.

—¡Maldita sea! —maldijo y forcejeó, pero se detuvo cuando la boca de un arma apuntó directo en su cabeza.

—Si no te callas, te voy a volar los sesos —dijo un grandulón con voz ronca.

Jimin miró preocupado a Yugyeom porque estaba mucho más herido que él, debido a todo lo que hizo por protegerlo.


—¿Cómo lo perdieron? —la voz furiosa resonó por toda la mansión, haciendo que los hombres que estaban de pie frente a él desviarán la mirada.

—Jin, te dije que lo vigilaras, ¿cómo lo perdiste de vista? —le preguntó con ojos furiosos.

Jungkook había vuelto a casa a todo prisa después de que le llamará para decirle que Jimin había desapareció, y que Yugyeom tampoco estaba y había dejado a sus guardaespaldas en la casa.

—Jungkook, por favor cálmate —le dijo Hoseok, porque simpatizaba con los otros subordinados.

—¿Cómo puedes pedirme que me calme? ¡Mi esposa se ha ido! —el pelinegro se giró hacia su hombre de confianza y le gritó.

—Alex, ¿dime dónde se ha ido tu jefe? —le gritó al guardia del ruso.

—No lo sé. Tampoco puedo contactar a señor —respondio Alex en un no muy bien coreano, con sinceridad porque también estaba preocupado por su jefe.

—¿Tu jefe fue el que sacó a Jimin? —preguntó Jungkook de nuevo.

Los dos guardaespaldas se miraron mutuamente.

—¡Dime ahora, maldita sea! Si ustedes dos no lo dicen, créanme que van a saber que tan malo soy, aquí en mi casa puedo hacer lo que se me antoje con ustedes ¿quieren comprobarlo? —los amenazó.

—Creo que es mejor hablar con el señor Yugyeom, señor. Realmente no sabemos nada —respondió el guardaespaldas.

Ellos solo habían cumplido las órdenes de su jefe, sin saber sus intenciones, y esperarán que él explicará lo que había pasado.

—Creo que primero debemos esperar a Yugyeom, Jungkook. Jimin no debe de estar muy lejos, lo encontraremos —le dijo Hoseok, tratando de calmar su ira.

—¡Maldita sea! Jin, ve al condominio de Jimin ahora por si volvió ahí. Yoongi, ve a su oficina e investiga con sus amistades, Namjoon lleva a algunos hombres contigo y vayan a revisar a la casa de sus padres, pero sin que se den cuenta. Hoseok llama a Jackson y dile que si Jimin va a verlo me contacte de inmediato —ordenó a sus hombres, cubriendo los posibles lugares a donde el castaño podría haber ido.

—¡Sí! —respondieron sus hombres al unísono y rápidamente se dispusieron a trabajar.

El mafioso estuvo llamando al teléfono de Jimin, pero no respondía.

—Vamos Jimin, contéstame, estás malinterpretando las cosas cariño —murmuró preocupado.

Los subordinados del ruso también se separaron para contactar a su propio jefe.
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Jimin y Yugyeom fueron arrojados a una pequeña habitación antes de que alguien viniese a quitar las vendas que cubrían sus ojos y boca a los dos.

—¿Quién eres? —preguntó Jimin cuando su boca estuvo libre.

—Lo averiguarás más tarde —dijo el grandullón antes de atarles ambas manos—. Cállate y quédate quieto si no quieres que te lastimen —dijo el hombre y salió de la pequeña habitación de inmediato.

Escucharon cerrarse la puerta desde afuera, y Jimin se giró para ver al rubio.

—¿Qué? —le gritó Yugyeom.

—¿Dónde estás herido? —le preguntó Jimin, el ruso lo miró.

—Te dije que te preocuparas por ti primero —le respondió en tono severo.

Sus heridas no le importaba, lo que él quería saber era quién los había capturado.

—Bueno, fuiste atacado más que yo. Tengo que preocuparme por ti más que por mi mismo —dijo Jimin en un tono molesto—. En realidad no deberías estar en problemas por mi culpa, claramente me querían a mí solo —añadió.

—¿Está mal que regresará para ayudarte? —preguntó el ruso con voz profunda.

Jimin permaneció en silencio por qué él también estaba muy confundido por la situación actual.

—Perdí mi teléfono, ¡maldición! ¿por qué fui tan descuidado? —murmuró el rubio, ya que no podía encontrar el teléfono en sus pantalones.

Jimin se movió para sentarse en la esquina de la habitación, con el rostro tenso. La cara que apareció primero en sus pensamientos fue la de Jungkook, no sabe sí él sabe que desapareció de la casa. No sabe si sabe que fue secuestrado, ni cómo reaccionará.

“No pienses en eso, no te va a estar buscando, lo hiciste sentir mal” pensó Jimin, sintiéndose terriblemente triste.

Yugyeom miraba nerviosamente la pequeña habitación, buscando sin éxito una manera de escapar.

—¿Por qué estás sentado? Busquemos una forma de escapar —le dijo A Jimin, pero el castaño negó con la cabeza.

—Ves que no hay salida. Prefiero esperar a que nos digan por qué nos trajeron aquí —respondió Jimin en un tono tranquilo.

Yugyeom se le quedó mirando antes de sentarse a su lado.

—Estás demasiado tranquilo, ¿no tienes miedo? —le pregunto en un tono más amable, porque sintió que sería un obstáculo el que siguieran peleando.

—No es que no lo tenga, es solo que simplemente no se que más hacer.

Después de eso ambos se quedaron en silencio, cada uno pensando en cosas distintas.


—¡Qué! ¿Se llevaron a Jimin? —preguntó Jungkook a gritos.

El fuerte estruendo resonó en la oficina. Jin que había vuelto de prisa del condominio, cuando descubrió que el guardia de seguridad había sido agredido físicamente. Además, encontraron el teléfono de Jimin y el coche que Yugyeom conducía. Con ayuda de un oficial que conocía pidieron ver las imágenes del circuito cerrado del edificio y descubrieron que ambos habían sido atrapados e introducidos en un automóvil.

—Sí, el señor Yugyeom también fue atrapado intentando ayudar al señor Jimin, pero no pudo contra él solo contra todos los hombres —respondió Jin.

—¡Porque Yugyeom sacó a Jimin de aquí, fue capturado! —gritó nuevamente antes de volverse para mirar a los subordinados del ruso, que también estaban de pie en su oficina.

—Ahora que saben que esto sucedió. ¿Qué dicen ustedes dos? ¿pueden decirme toda la verdad? —les exigió furioso.

—Lo siento mucho, estamos seguros que nuestro jefe no había pensado que eso sucedería. El señor Jimin quería salir de aquí y es por eso que el señor  lo sacó en secreto.

—A pesar de ordené a mi gente que no deje salir a mí esposa. ¿Tu jefe se cree mejor persona y por eso sacó a mi esposa?

Jungkook estaba tan enojado que sentía que en cualquier momento le saldría humo por las orejas.

—¿Me creen estúpido? ¿Creen que no conozco a su jefe? Habló con mi esposa hasta que logró manipularlo y hacerle malinterpretar las cosas, haciendo que Jimin no quisiera estar aquí —les dijo el pelinegro, consciente del poder de manipulación que poseía el ruso.

El coraje y la frustración que sentía Jungkook en ese momento lo tenía fuera de control, él había estado decidido a volver y hablar con Jimin para aclararlo todo pero él castaño no lo esperó, sentía que se estaba volviendo loco por la desesperación.

—Jungkook, no sea tan duro con esos dos. Averigüemos primero quién fue el que capturó a Jimin y a Yugyeom —intervino Hoseok apresuradamente.

Aunque normalmente el mafioso podía controlar sus emociones en ese momento estaba fuera de control porque se trataba de Jimin y él lo entendía pues no sabía cómo podría reaccionar él si algo así sucediera con Tae.

—Si tuviera que adivinar solo hay dos personas que me están vigilando —dijo Jungkook convencido.
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Abrieron la puerta de la habitación, Jimin y Yugyeom inmediatamente se volvieron para mirar y vieron a tres hombres.

—Levántate. ¿No quieres saber quiénes somos? —dijo un hombre antes de jalar del brazo de Jimin.

Los otros dos hombres agarraron al ruso y los siguieron. Ambos caminaron por un gran salón decorado al estilo chino antes de entrar en una habitación grande que tenía un escritorio de trabajo. Detrás del escritorio se encontraba un hombre de mediana edad.

Los dos fueron empujados para pararse frente a la mesa, vigilados por un hombre grande que estaba parado alrededor.

—Jay te dije que atraparas a la esposa de Jeon solo. ¿A quién más trajiste? —preguntó el hombre de mediana edad.

Esto hizo que Jimin y Yugyeom supieran de inmediato que está persona era definitivamente un enemigo de Jungkook.

—Este extranjero vino a ayudarlo señor, así que tuvimos que traerlo con nosotros —dijo el hombre detrás de Jimin, haciendo que los ojos de Chen se agrandaran.

—¿Tu nombre es Chen? —preguntó Jimin de inmediato.

—Sí, ¿cómo me conoces? —le preguntó el hombre mayor.

—Fuiste tú quien envió gente para que le dispararán a Jungkook —dijo el castaño al recordar la noche en la que dispararon al coche a la salida del bar del mafioso.

—¿Qué, este viejo bastardo le disparó a Jungkook? —preguntó Yugyeom volviéndose a ver a Jimin en un tono molesto y el castaño asintió.

—¿Quién eres extranjero y que tienes que ver con Jeon? —preguntó Chen inmediatamente a Yugyeom cuando vio que podía hablar tailandés.

—¿Y por qué debería decírtelo, viejo asqueroso? —dijo el rubio enojado.

—¡Cállate! —le gritó un subordinado.

—Yugyeom —se sobresaltó Jimin y trato de sostener al ruso cuando el hombre lo abofeteó con bastante fuerza.

—¿Qué quiere de mí, señor Chen? —le preguntó Jimin, tratando de controlar su voz para que no se note el nerviosismo.

—Ah, yo solo quiero algo de Jeon — le respondió Chen en un tono severo.

—¿Y eso que tiene que ver conmigo?

—Eres su esposa, su amor y debe estar dispuesto a hacer cualquier cosa por ti —dijo Chen en un tono burlón.

Esto hizo que Jimin sintiera un dolor en su corazón.

—Creo que está equivocado señor.

—¿En serio?

—No soy la persona que ama. Ya no —respondió Jimin, lastimándose a sí mismo.

Yugyeom lo miró y frunció los labios pensativo.

—Así es, este tipo ya no es alguien a quien Jungkook ama, te has confundido. Creo que es mejor que dejes que se vaya, no pierdas tu tiempo, la persona que ama soy yo — dijo de pronto y Jimin se le quedó mirando con incredulidad.

—¿Qué es esto? ¿Un duelo de perras? —preguntó Chen con severidad—. Ustedes dos no tienen que perder el tiempo. A quién ama Jeon lo sabré con seguridad. ¡Ve a buscar la cámara! —ordenó Chen a uno de sus hombres.


Jungkook colgó el teléfono después de recibir el informe de uno de los hombres que había mandado a vigilar a Shownu porque estaba convencido que él o Chen eran los dos únicos que podían haber secuestrado a Jimin.

—¡Señor! —gritó una voz llamando al pelinegro, que estaba reunido con los subordinados en la oficina.

—¿Qué está pasando? —preguntó Hoseok en lugar del mafioso, con la voz tensa.

El subordinado le dió un pequeño sobre marrón.

—Un motociclista entregó este sobre. Dijo que lo contrataron para que lo trajera, así que me apresure a traerlo —dijo el subordinado.

Las cejas de Jungkook se fruncieron antes de tomarlo y abrirlo, una tarjeta de memoria cayó en su mano.

—¿Una tarjeta SD?

Inmediatamente se volvió hacia su computadora. Hoseok también caminó apresuradamente para pararse detrás de él. Jungkook insertó la tarjeta en el ordenador y rápidamente presionó el archivo.

Un único archivo de vídeo se encontraba ahí, lo abrió. Una pequeña habitación con dos sillas se podía ver, no había nadie, pasaron un par de minutos y Jungkook apretó los dientes por la furia cuando Chen apareció en la pantalla.

—Oye, Jeon.  Debes estar buscando a alguien, ¿eh? —preguntó Chen caminado en círculos a través de la cámara—. ¿Es esta persona? —dijo asintiendo en la otra dirección.

—¡Jimin! —grito el pelinegro cuando vio al castaño y a Yugyeom ser sentados a la fuerza en las sillas.

—Oye, saluden a la cámara voy a enviar este vídeo a Jeon —dijo Chen a los dos prisioneros antes de pararse detrás de Jimin y jalarle el cabello para que levanté el rostro.

—¿Debes estar furioso al ver a tu esposa en estas condiciones? Saluda a Jeon dulzura —Chen terminó de hablar a la cámara y habló con Jimin

El castaño trató de apartar la mirada de la cámara.

—Ahh, ¡Di hola! —le gritó Chen y apretó fuertemente la barbilla de Jimin.

—¡Ay! —gritó Jimin.

Este dolor no era uno emocionante, y excitante, este le dolía y mucho.

—Prepara a nuestra gente. Esta vez voy a acabar con él, se va a arrepentir ese hijo de perra, matarlo será lo último que haga antes de irme —ordeno Jungkook con los puños apretados, sus nudillos estaban blancos por la presión.

—¿Matar a quién? ¿Quién será el último?

Una voz ronca y profunda sonó al atravesar la puerta de la oficina, haciendo que Jungkook se voltee a ver antes de detener el video. Vio a un hombre, alto y grande con rostro siniestro, piel blanca y el cabello del mismo color de Yugyeom. Wonho estaba de pie con un traje y los brazos cruzados en la puerta de la oficina.

—Wonho, siento no haberte recogido —lo saludo el pelinegro antes de acercarse y abrazarlo.

El ruso palmeó ligeramente el hombro de Jungkook y se alejó, había venido a hablar con él sobre lo que le había dicho de dejar la industria, después de terminar sus negocios había tomado un avión inmediatamente directo a Seúl y los hombres de Jungkook lo habían recogido en el aeropuerto.

—Está bien, ¿alguien se metió contigo? —le preguntó Wonho en perfecto coreano.

—Un poco —respondió Jungkook con voz tensa porque el ruso todavía no sabe que su hermano fue capturado.

—Y cuando dijiste que querías dejar esta industria. ¿Es verdad? —volvió a preguntar.

Wonho lo miraba con ojos de halcón inexpresivamente. Si alguien más viera está visión probablemente estuviera aterrorizado, pero  Jungkook que estaba acostumbrado no lo hacia.

—Antes de que hablemos de ello. Tengo una cosa que decirte —le respondió con voz tensa causando que Wonho frunciera el ceño.

El pelinegro le pidiera que se sentarán y miraran el clip de vídeo en la computadora.

Ty chertov ublyudok, sukin syn* (¡Maldito bastardo, hijo de puta!) —gritó Wonho en ruso después de ver el vídeo.

Terminaron de ver el vídeo y vieron a Yugyeom ser golpeado por uno de los hombres de Chen en el estómago.

—Sí, quieres ayudarlos. Nos reuniremos mañana a las tres en el muelle del puerto de Busan. Ven solo y trae los documentos del último lote de armas que está a punto de llegar. No hagas nada o tu esposa y este extranjero acabarán mal —dijo Chen con voz profunda antes de que se corte el vídeo.

Tanto el pelinegro, como el ruso se quedaron en silencio.

—¿Por qué estos dos fueron atrapados tan fácilmente? —pregunto Wonho en
voz baja con sus ojos mirando a los subordinados de su hermano de pie con la cabeza inclinada—. Ese hombre. ¿Es tu esposa? —preguntó dirigiéndose a Jungkook.

—Sí. Y él es la razón por la que quería hablar contigo sobre dejar el negocio —respondio Jungkook.

Wonho se apoyó en el respaldo de la silla.

—Antes de discutir ese asunto. Deberíamos traer a esos dos de regreso primero —dijo el ruso tranquilo.

La expresión de Wonho se mantuvo tranquila en todo momento, eso es lo que respetaba el pelinegro, no importaba cuán grave fuera la situación, él mantenía la calma como una persona que no tiene ningún sentimiento en absoluto.

—Sí, esa también era mi intención. Hoseok, llama a toda nuestra gente para que se reúna en la oficina —le respondió al ruso antes de dar las órdenes a su amigo.

Hoseok asintió antes de salir de la oficina.
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Por la tarde del día siguiente, Jungkook se dicho y visto con alma, mientras miraba la maleta de Jimin, la abrió y sacó sus cosas y las colocó de nuevo en el armario como de costumbre, después salió y bajo al salón.

—Señor —la voz de Nana lo detuvo y vio a la mujer caminar hacia él, con los ojos rojos e hinchados.

—¿Qué pasa, Nana?

—Puedes traer a Jimin de vuelta —le pidió la mujer con voz temblorosa, porque ya estaba enterada de todo.

—Definitivamente lo traeré de vuelta. No te preocupes —le respondió con seriedad antes de mirar a Taehyung—. Ven aquí, Tae.

El jovencito caminó hacia él, Jungkook levantó la mano y acarició suavemente su cabeza.

—No llores demasiado. Jimin volverá y si ve tus ojos hinchados me regañara —bromeó para que Tae se relajará, pero en cambio el joven sollozo.

—Eh… Jimin estará bien… ¿verdad?... usted lo traerá de vuelta ¿verdad? —le preguntó el joven sollozando con la voz temblorosa.

Jungkook asintió y no pudo evitar jalar al joven y abrazarlo para consolarlo con una suave palmada en la cabeza.

—Prometo traer a Jimin a salvo a casa —le dijo antes de ver a Wonho parado con la mano en el bolsillo mirando al frente.

Jungkook se separó del pequeño y recompuso su expresión.

—Nana, lleva a Taehyung a descansar. Te garantizo que mañana por la mañana todos verán a Jimin sano y salvó —dijo Jungkook nuevamente antes de alejarse para encontrarse con Wonho.

—¿Estás listo?

—Sí, estoy listo —respondió Jungkook con calma antes de salir de la casa con el ruso a su lado.







Chen no va a saber ni que paso, se metió con las personas equivocadas.

Wonho llegó...

¿Dejará ir a Jungkook?

Nos leemos en el final de esta historia bellezas...

        Besitos 😘😘😘

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