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TRECE

Jungkook abrió suavemente la puerta de su habitación, la luz naranja suave estaba encendida junto con el televisor, pero la persona acostada en la amplia cama ya se había quedado dormida. Sonrió suavemente y fue a sentarse junto a la figura delgada en la cama.

—¿Estás viendo la televisión o la televisión te está viendo a ti? —murmuró antes de inclinarse para besar ligeramente sus mejillas brillantes.

—Estoy de vuelta —dijo en voz baja para no molestar a Jimin.

Bajo lentamente de la cama, se duchó y se cambió de ropa para luego volver a subirse a la cama. Se deslizó bajo la manta y luego jaló lentamente a la otra figura para abrazarlo.

Por la fuerza que acaba de usar, hizo que Jimin abriera lentamente los ojos antes de fruncir el ceño, cuando vio el rostro de Jungkook cerca de él.

—Son las tres de la mañana —dijo Jimin con lentitud.

—Si, llegué a hace un rato, continúa durmiendo, lamento haberte despertado —dijo el pelinegro con una voz suave.

—Si hubiera sabido que ibas a volver así de tarde y me despertarías, me hubiera ido a dormir a otra habitación —se quejó un poco, antes de que sus ojos se cerraran de nuevo.

Esto hizo reír a Jungkook, a pesar de que Jimin estaba preocupado, todavía se quejaba de él.

—Bueno, no puedes irte a ningún lado, porque quiero dormir abrazándote —dijo Jungkook en voz baja mientras doblaba el rostro para besar suavemente el cuello de Jimin.

—Ugh… —el sonido del gemido de Jimin, de inmediato hizo que Jungkook sintiera la necesidad de tener a alguien en sus brazos, en específico, la figura suave y fragante que estaba a su lado.

No importaba que tan cansado este del trabajo, Jungkook aún así quería estar con Jimin.

—Oh no, Jungkook tengo sueño, quiero dormir —protestó Jimin mientras la fuerte figura se movía hacia arriba para cubrir el delgado cuerpo.

—Podrás dormir pronto, seré rápido.

—Oh no, agh… —Jimin se sorprendió y sus ojos se iluminaron de inmediato cuando la fuerte mano de Jungkook se aferró a su cuerpo y lo apretó.

—No quieres que lo haga pero, ¿por qué tú cuerpo dice todo lo contrario? —Jungkook fingió bromear cuando el cuerpo de Jimin fue despertando bajo su tacto.

—Maldita sea, quítate ahora —se quejó el castaño golpeando su hombro para intentar quitarlo.

Jungkook ni se inmutó, al contrario volvió a acercar su rostro a la hendidura de su cuello y siguió chupando hasta que se formó una marca.

—No seas terco Jimin —dijo con voz ronca antes de sostener las dos manos del chico sobre su cabeza con una mano para luego presionar sus labios hacia abajo y besar violentamente gruesos labios de Jimin.

El castaño trató de alejarse, pero Jungkook apretó sus mejillas con fuerza hasta que sintió un dolor agudo en toda la línea de la mandíbula. La caliente lengua del pelinegro se insertó ferozmente en su tersa boca, no era un movimiento causado por la ira, sino por la necesidad del mayor.

Jimin no quería admitir que el dolor que había sufrido, le causó bastante emoción en su propio corazón, aunque dolía se sentía extrañamente feliz.

—Ahh... —Jimin se estremeció de nuevo cuando la mano de Jungkook se deslizó por sus labios, mientras su lengua delineaba la línea de su mandíbula y se movió hasta su oreja y mordió su lóbulo, antes de levantarse y verlo con los ojos ardiendo de lujuria.

—¿Quieres que te ate, Jimin? —preguntó con voz ronca.

La mano fuerte y ausente se deslizó dentro de la camisa de la delgada figura y lo acarició con lentitud hasta llegar a la parte superior de su pecho. Jimin trató de mantener la boca cerrada, su respiración comenzó a hacerse errática y un hormigueo se extendió por todo su cuerpo.

—Ahhh… —gritó Jimin cuando Jungkook se inclinó para morder la parte superior del pecho de su pecho, los que provocó una respuesta inmediata.

Su lengua caliente lamió y mordió sus rosados pezones haciéndolo temblar, cuando Jungkook lamió la marca de dientes que él mismo hizo, Jimin sintió una sensación de escozor y calor al mismo tiempo.

—¿Qué pasa Jimin? dime qué deseas —preguntó Jungkook de nuevo mirando a Jimin que tenía los ojos brillantes.

—Más —respondió Jimin en voz baja y muy sonrojado.

El mafioso sonrió satisfecho antes de levantarse de la cama y sacar las cuerdas del armario, Jimin respiraba suavemente, su pijama estaba suelta debido a la obra del pelinegro, estaba acostado mirando a la figura dura que entraba lentamente con una cuerda, su corazón comenzó a palpitar más rápido.

Jungkook colocó la cuerda a su lado rápidamente para sacar el pijama de Jimin que todavía estaba bajo el hechizo de los ojos lujuriosos tan parecidos a los del tigre que tenía por mascota. Una ansia porque el mayor se apresurara se apoderó de él, aunque había tratado de negarlo.

Jungkook tomó el cuerpo inerte de Jimin y lo puso boca abajo, hasta que la otra figura tuvo que girar hacia un lado el rostro para ver qué es lo que haría, entre más los pensaba, más se emocionaba.

El pelinegro sacó una cuerda y la dividió en cuatro hebras, luego quitó cada línea atándolo a la muñeca y el tobillo de Jimin a cada lado. El castaño miró las acciones de Jungkook sin apartar la mirada, cuando las muñecas y los tobillos estaban completos, tomó el extremo de cada cuerda y lo ató a las cuatro esquinas de la cama hasta que se quedaron tensas.

—Ahh… duele —exclamó Jimin cuando su cuerpo quedó tenso al terminar de atarlo.

De una forma erótica y lasciva Jimin yacía acostado boca abajo, con brazos y piernas completamente extendidas atadas con fuerza, si se agachaba o se movía las cuerdas se tensaban más y por consiguiente el dolor aumentaba. Jungkook miraba con satisfacción la escena que tenía frente a él antes de quitarse los pantalones. Se pasó la lengua por los labios, deseoso por probar ese precioso trasero que se elevaba frente a él.

—Estoy cansado —protesta Jimin porque sus extremidades se mantenían tan jaladas que las cuatro esquinas estaban tensas.

Jungkook se terminó de quitar los pantalones, su miembro goteaba ansioso por enterrarse en el estrecho canal que está expuesto a su merced entre las piernas abiertas de Jimin.

—Eres hermoso cariño, perfecto —dijo Jungkook susurrando en su oído—. Eliminaré el cansancio primero —dijo antes de morder el hombro liso por detrás de Jimin, esto hizo que el castaño se diera cuenta de que algo grande se empujaba en medio de sus nalgas.

—Hummm —un gemido ahogado provino desde la garganta de Jungkook, y una mano fuerte voló por el cuerpo blanco y suave hasta que apareció una marca roja.

La cara de Jimin fue torturada porque tuvo que inmovilizarla en su lugar, sintiendo un ligero cosquilleo, pero no pudo hacer nada, fue incapaz de retorcerse o las cuerdas se tensarían más, solo podía gemir. Era una tortura con la que Jimin secretamente se sentía bien.

—Mmm… aahhh —gimió Jimin mientras la mano de Jungkook continuaba acariciando salvajemente por todo su cuerpo.

Las nalgas suaves se marcaron con las marcas rojas de las palmas fuertes que las abofetearon hasta que Jimin se sobresaltó antes de que la mano de Jungkook se deslizara debajo de su cuerpo y tomará su miembro. No fue fácil pues su cuerpo estaba pegado al colchón y no tenía mucho espacio de movimiento.

—Aahhh —Jimin sintió un poco de dolor en su miembro, al no poder moverse como deseaba.

Jungkook frotó su gruesa polla entre las nalgas separandolas, causando una corriente recorrer su cuerpo.

—¿Qué quieres Jimin? Dime qué es lo que quieres —preguntó Jungkook con voz ronca. Jimin tragó saliva mientras volvía la cabeza hacia atrás lo más que podía.

—Entra, estoy incómodo, entra duro —suplicó causando una sonrisa perversa en el mayor.

Jungkook tomó el tubo de lubricante que había puesto en la cama y lo vertió entre las tersas nalgas de Jimin, que se sacudió un poco al sentir la frialdad del gel, en contraste con los dedos calientes que lo esparcían en su agujero, un dedo entró primero, pero en lugar de comenzar a moverlo para prepararlo, el pelinegro lo metió y saco varias veces, torturandolo y poniéndolo aún más ansioso.

—Ugh… ahh… —gimió Jimin antes de que Jungkook golpeara con su dedo largo y con tanta ferocidad que sus caderas se elevaron causando tensión en las cuerdas que ataban sus piernas.

—Oh,.. no tomes... uh... sin dedos... aahhh... Jungkook no finjas ser... uh —exclamó incoherente Jimin

—¿De qué me burlo? —preguntó el mayor.

Además de disfrutar del sexo violento, a Jungkook también le gustaba burlarse de la otra persona para que sufriera.

—Mmm... no pongas los dedos... tomaré más que eso... date prisa —suplicó Jimin y Jungkook rió suavemente.

—¿Por qué no siempre ruegas cómo estás suplicando ahora? —se burló antes de sacar su largo dedo e insertar su propio miembro en su lugar de una sola estocada.

—Ahhh... humm... lento —Jimin gritó cuando la enormidad que reemplazó los largos dedos se abrió paso en su canal expandiendolo con fuerza.

—Me recibes tan bien, aghh… relájate o te lastimaras, aunque te gusta así ¿verdad? Te gusta lastimarte.

El grito de placer de Jimin se escuchó por toda la habitación, cuando Jungkook salió por completo antes de volverse a enterrar con violencia.

—Ahhh —el dolor que se extendió por su cuerpo, se acompañó de entusiasmo y una demanda cada vez mayor.

Jimin se sobresaltó cuando sus brazos y sus piernas que habían sido dejados en el olvido hicieron que la cuerda se tensara aún más, Jungkook usó una mano para sostenerse de la cama al lado de Jimin y empujó su cadera violentamente.

El sonido de la carne del pelinegro golpeando las nalgas de Jimin sonó casi abrumador.

—Hmm... Está demasiado apretado... Aaghh… —gimio el mayor al sentir su miembro ser estrangulado por el caliente canal.

Jimin era tan estrecho que apenas podía moverse, pero Jungkook se siguió moviendo más frenéticamente.

—Ahh... aahh.. —gimió Jimin ante el impacto que hizo que su miembro doliera, por la fricción que ejercía su cuerpo sobre la cama.

La otra mano fuerte que no sostenía la cama se deslizó para tomar el cabello de Jimin jalandolo hacia arriba.

—Ouch...aach... duele… aahhh —gimió quejándose, pero su voz transmitía felicidad y placer.

Cuanto más se movía por los fuertes embistes, más fuerte era la fricción en sus muñecas y tobillos, no tiene que adivinar para saber qué mañana tendrá una marca.

—Fuerte... ah... ah... más... ah… —gritó Jimin sin parar.

Jungkook fue muy amable e hizo lo que su esposa le pedía, la fuerte cama de madera se movió ruidosamente junto con el sonido de ambos gimiendo.

—Ohhh… tan feliz, tan aterrador, ahh… —gimió Jungkook con voz ronca, estaba muy satisfecho, incluso no fue tan intenso como él quería, pero también estaba lleno.

No es diferente a Jimin, que a pesar de estar avergonzado y ser maltratado y atacado, estaba satisfecho. Poco a poco fue procesando lo que acababa de pasar en la cama de Jungkook.

—Ahhhh… —un sonoro gemido de satisfacción escapó de su garganta por el intenso placer que sentía, cuando las penetraciones se hicieron más rápidas mientras manchaba su abdomen y las sábanas con su espeso semen.

—Hmmm... ahhh… —Jungkook gruño mientras liberaba su esencia en el tibio interior.

Jimin hundió su rostro en la cama, mientras exhalaba aire exhausto.

La angustia y dolor llegaron de inmediato, pero no tan pronto para decir nada. Un par de minutos después su cuerpo sintió el vacío que dejó el pelinegro al salir de él. Con cuidado Jungkook retiró los amarres, dejó suaves besos en las marcas rojas, giró su cuerpo y comenzó a repartir besos y caricias, que pronto aumentaron en intensidad, antes de volver a hundirse en él y comenzar a gemir otra vez hasta casi amanecer.

Eran las ocho de la mañana cuando los oscuros ojos del mayor se abrieron, después de solo dos horas de haber dormido, después de haber limpiado el cuerpo de Jimin, que se había quedado profundamente dormido.

Hubiera querido quedarse más tiempo a su lado pero tenía una cita con un cliente a las diez de la mañana que no podía cancelar. Se levantó, se duchó y vistió, mientras Jimin yacía agotado en la amplia cama. Se acercó a él y se sentó a su lado, su mirada se detuvo en las delgadas manos y sonrió al ver las marcas de las ataduras.

—Cuando despiertes y te veas, espero no comiences a despotricar —dijo en voz baja antes de inclinarse y besar suavemente sus mejillas.

Luego se levantó y escribió una nota diciéndole que tenía que irse al trabajo, cuando terminó de escribir, dejó el dormitorio para ordenar a su nana que tenga comida lista para cuando Jimin se despierte, y no deje que nadie suba a perturbar su sueño. Después de eso salió a trabajar con tranquilidad.

Varias horas después la delgada figura del castaño comenzó a moverse un poco sobre la cama, sus ojos comenzaron a abrirse, se sentía descansado después de toda la actividad realizada. Con cuidado se levantó recostandose sobre la cama, haciendo que las sábanas que lo cubrían resbalaran mostrando su cuerpo desnudo y sus ojos se abrieron con asombro al ver las marcas que lo adornaban, vio sus muñecas y destapó sus piernas para ver las de los tobillos, y suspiro con pesar.

—Maldita sea, me duele todo —gimió cuando trato de moverse más rápido —gimió mientras seguía viendo sus muñecas.

Los recuerdos de lo sucedido en la madrugada lo invadieron tiñendo su rostro de rojo.

—Carajo Jimin, ¿por qué permites que te haga eso? —se quejó a sí mismo por dejar que Jungkook fuera tan duro con él.

—¿Es esto lo que tengo que aceptar? ¿Realmente me gusta esto? —se dijo antes de empezar a buscar el cuerpo fuerte de Jungkook.

—¿A dónde se fue ese loco sádico? Hace que me duela el cuerpo así ¿por qué no asumió la responsabilidad? —murmuró con voz ronca, se sintió molesto al despertar y no ver al ser causante de que se sienta así.

Estaba a punto de levantarse de la cama cuando vio una nota en la mesita de noche, así que la tomó para leerla y vio que el pelinegro se había tenido que marchar a trabajar.

Por el cansancio que tenía no había escuchado a Jungkook marcharse, no recuerda a qué hora terminaron sus actividades en la cama. Su vista viajó hasta el reloj y vio que eran las doce del mediodía. Con calma se levantó a darse una ducha y después bajó a buscar algo para comer, moría de hambre.

—Señor Jimin ya está despierto, ¿tiene hambre? enseguida pongo la mesa para usted —dijo Jihyo la asistente de la ama de llaves en cuanto lo vio entrar al comedor.

—Si, tengo hambre, gracias.

—Muy bien, siéntese un momento mientras traigo la comida —dijo la joven mujer.

Jimin le dedicó una sonrisa de agradecimiento antes de caminar hasta la mesa y tomar asiento.

—Que bueno que te veo, ven—dijo Jimin en cuanto vio a uno de los guardias de Jungkook.

El moreno se acercó a él de inmediato.

—¿Qué sucede, señor Jimin?

—Estás bien, ¿verdad? —le preguntó a Namjoon, ya que no había podido verlo después del golpe que le había dado el mayor el día anterior.

—No se preocupe señor, estoy bien —respondió con voz tranquila antes de regalarle una leve sonrisa de medio lado mostrando sus hoyuelos en su mejilla.

—Jungkook ¿a qué hora se fue? —pregunto después de corresponderle  a la sonrisa.

—Ha estado fuera desde las nueve en punto —respondió Namjoon haciendo que Jimin frunciera el ceño porque eso significaba que el pelinegro solo durmió por dos o tres horas.

—Um... muchas gracias, si tienes algo que hacer, hazlo —dijo permitiendo que Namjoon se retirará.

Poco después Jihyo entró al comedor con una bandeja que colocó frente a él.

—Señor Jimin, está haciendo demasiado calor ¿Por qué lleva manga y pantalones largos? —preguntó ingenuamente la joven.

—Eso a ti que te importa niña —la.voz de la Nana de Jungkook sonó a la espalda de la joven que se giró para verla y haciendo suspirar aliviado a Jimin que no habría sabido qué responderle.

—Bueno, solo tengo curiosidad, ¿de verdad no tiene calor señor? El clima es… ¡Oh dios mío! señor Jimin sus muñecas están rojas, ¿le pasó algo? ¿Quiere que traiga medicamento para que lo aplique? —preguntó de pronto la joven preocupada al ver las marcas de sus manos que sobresalían del borde la manga.

—Eh.. estoy bien Jihyo, no es la gran cosa, gracias por preocuparte —dijo Jimin deteniendo a la joven que había corrido apresurada a la cocina por el botiquín y quería aplicarle medicina.

Mientras pensaba con ironía que ese pequeño frasco de ungüento no serviría para cubrir la enorme cantidad de chupetones y mordidas que cubrían su cuerpo.

—Vete a trabajar niña, anda. Deja que Jimin coma tranquilo —dijo la mujer mayor, empujando a la joven para que volviera a la cocina.

—¿Te duele? —dijo la mujer luciendo preocupada, una vez que Jihyo se había ido.

Ella sabía sobre los gustos de Jungkook, pues llevaba demasiados años conociéndolo, desde que era un jovencito y llegó a vivir con su antiguo empleador.

—No nana, no pongas esa cara —le respondió Jimin para no preocuparla.

—Esra bien, solo que me da miedo de que Jungkook te obligue a hacer algo que no quieras y te lastime —contestó la mujer y Jimin le sonrió enternecido.

—A Jungkook le gusta obligarme a hacer muchas cosas, pero esto… mmm… —comenzó a decir pero no supo cómo continuar y su rostro enrojeció.

—¿Qué pasa?

—Nada, no debes de preocuparte por eso, te lo aseguro. Comeré ahora y perdón por levantarme tarde y hacerlas trabajar más —dijo tranquilizando a la mujer y cambiando el tema.

La mujer asintió y ya no hizo más preguntas, lo dejó para que comiera. Cuando terminó fue por su computadora y se sentó a trabajar. También busco su teléfono pero no pudo encontrarlo y se dijo de recordar preguntarle al pelinegro por él.

Rápidamente se concentró en su trabajo, nadie lo molestó en ese tiempo, cada tanto podía ver a los subordinados de Jungkook caminar por el pasillo o por el jardín, cuidándolo a la distancia, pero sin nadie demasiado cerca como el día anterior, haciéndolo sentir un poco más cómodo.

Un par de horas después, Jungkook regresó, preguntando por Jimin inmediatamente que salió del auto. Uno de sus empleados le dijo que había estado trabajando en el cuarto de televisión, haciendo que sus pasos se dirigieran hacia ese lugar.

—¿Cuánto tiempo has estado despierto? —saludo nada más entrar en la iluminada habitación, haciendo que Jimin se volviera un poco para mirarlo.

—Hace mucho tiempo respondió brevemente moviéndose un poco cuando Jungkook se sentó a su lado.

—¿Trabajas? —preguntó de nuevo.

—Sí.

—¿Cómo está tu cuerpo? —preguntó preocupado, sabiendo lo egoísta que fue anoche, causando que la cara de Jimin se sonrojara.

—No tienes que preguntar ¿No es como si fuera a morir por caminar —respondió en voz baja y con sarcasmo haciendo que Jungkook sonría suavemente.

—Esta noche me gustaría examinar si en verdad puedes caminar. ¿Debería llevarte a cenar? —dijo el mayor con simpatía.

—Quiero ir a comprar algunas cosas que me hacen falta —respondió rápidamente.

—Muy bien, más tarde te llevaré a comprar lo que necesites.

Jimin asintió.

—Jungkook, ¿dónde está mi teléfono? lo estuve buscando en la habitación y no lo encontré.

—En mi oficina, te lo daré —respondió con voz cansada haciendo que Jimin frunciera el ceño —¿qué pasa?

—Ve y duerme un poco, estás cansado.

—¿Estás preocupado por mi? —preguntó Jungkook sintiéndose feliz de que Jimin muestre preocupación por él.

—¿A quién le importas? No lo sé, si no quieres descansar, no lo hagas, haz lo que quieras —dijo Jimin aparentando indiferencia, haciendo reír al mayor.

—Entonces, ¿puedo dormir aquí? No quiero irme a dormir solo —respondió antes de agarrar los cojines y colocarlos junto a Jimin, que se encontraba en el largo sofá, luego se recostó estirándose.

—Jungkook, ¿qué estás haciendo? sube y acuéstate cómodamente en esa gran cama que tienes.

—Puedo dormir en cualquier lado, está bien —respondió Jungkook cerrando los ojos.

En realidad el mafioso sí estaba muy cansado. Jimin se sentó y miró a la persona que yacía a su lado y vio como después de un rato Jungkook se quedó profundamente dormido, mientras él no podía dejar de mirarlo.

—¿De verdad eres un peligroso jefe de la mafia? Por qué ahora actúas como un niño.

Murmuró antes de levantarse y caminar hasta la puerta donde le encargó una manta al guardia que estaba en el pasillo, luego regresó al sofá y se sentó al lado del apuesto y temible hombre que dormía plácidamente.








Jimin ya está dando su brazo a torcer.

Nos leemos bellezas...
          Besitos 😘😘😘

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