QUINCE
—¿Qué está pasando? —preguntó Jimin, quién se acababa de dar cuenta de la tensión que había en la cafeteria.
—No es nada —respondió Jungkook mientras se sentaba a su lado —Mejor dime que tienes, ¿porque estás enfadado?
—Hoseok no me dejaba entrar, por más que le dije que me dolían las piernas, y me hizo estar de pie mucho tiempo —se quejó Jimin.
Jungkook miró a Hoseok, sin decir nada, sabía que si lo había hecho era porque vio que Shownu estaba ahí, pero para Jimin que era ajeno a todo eso solo lo veía como que le impedía entrar a descansar.
—Ya veo, pero ya quita es cara, ¿que compraste?
—Algunos artículos personales. Por cierto ¿Puedo pagarlos yo mismo?
—No —respondió con firmeza mientras le acercaba un vaso de té frío.
Jimin lo bebió con prisa antes de contestar, olvidándose por completo del hombre con quién chocó al entrar
—Pero no quiero gastar tu dinero.
—No solo es mi dinero, ahora es tuyo también. Eres mi compañero y mi dinero es tú dinero.
La decisión con que Jungkook dijo esas palabras impresionaron a Jimin y aunque quería objetar, sabía que el pelinegro también era terco y no admitiría la derrota fácilmente, lo que lo llevó a recordar otro asunto.
—¿Sigues enojado conmigo? —pregunto de inmediato.
Jungkook arqueo una ceja, antes de recordar a qué se refería el castaño.
—¿Por qué estaría enojado?
—¿Hablas en serio? Aish ¿Jungkook cuántos años tienes? ¿Por qué actúas como niño? De verdad que no pareces un mafioso —se quejó Jimin mientras hacía pucheros.
—¿Cuándo me comporté como un niño?
—Sé que estás enojado conmigo, te enojaste por nuestra conversación en el auto, por eso me dejaste ir de comprar solo, a pesar de que habías dicho que me acompañarías —respondió en un tono más suave, haciendo sonreír a Jungkook.
—Me da gusto ver qué en tan poco tiempo ya sabes cómo me siento, es agradable —dijo el pelinegro mirando a Jimin a los ojos.
—Cualquiera lo sabría —respondió el castaño, pero no sé atrevió a hacer contacto visual con él.
—¿En serio? ¿Hoseok mostré signos de estar enojado? ¿Namjoon crees que estoy enojado? ¿Yoongi es verdad lo que dice mi esposa? —les preguntó a sus hombres más cercanos con tranquilidad, pero sus ojos los veían con dureza.
—No, no mostraste ningún síntoma en absoluto —respondieron los tres subordinados.
Hablaron casi al mismo tiempo, esto hizo que Jimin se volviera para mirarlos a los tres, les dedicó una mirada llena de rabia, haciendo que los tres desvíen la vista.
—Deberían de alimentar a Clemo y Nata Montada con ustedes y su jefe incluido —dijo enojado por qué ninguno se puso de su lado.
—Eh, vamos, no te enojes —lo consoló Jungkook alegremente, olvidando la frustración que sintió hace apenas unos momentos antes con su rival.
Jimin ya no dijo nada más, pero su confusión aumentaba, no entendía porque en el tiempo que había pasado con el mayor, podía saber sus emociones, cuando no podía saber las suyas cuando estaba a su lado.
—¿Vamos a seguir aquí más tiempo? Tengo hambre —pidió en un intento por cambiar el rumbo de sus pensamientos.
—¿Qué te gustaría comer?
—Puedo comer cualquier cosa, no soy quisquilloso con la comida —respondió sintiéndose realmente hambriento.
Jungkook asintió, pagó la cuenta y salió seguido de sus hombres, antes de subir al auto y asegurándose de que el castaño no lo escuchará le hablo a Hoseok.
—Ordena a nuestros hombres a qué vigilen a Shownu, quiero saber si investiga a Jimin, y si es así me avisen de inmediato.
Hoseok asintió, luego los dos entraron al vehículo para ir al restaurante donde cenarian.
—Señor Jeon, buenas noches bienvenido, pasen por favor.
El gerente del restaurante caminó apresuradamente para dar la bienvenida a Jungkook quien asintió, le ordenó al gerente que preparara una mesa privada para todos sus subordinados que estaban ahí, excepto el conductor que tiene que quedarse en el coche en caso de emergencia, para él llevaron comida directo a la camioneta.
—Parece que vienes a menudo —dijo Jimin caminando suavemente a su lado.
—Si, vengo cada que puedo, la comida aquí es deliciosa —contesto el pelinegro, cuando terminó de sentarse a la mesa que en lugar de sillas tenía sillones de media luna.
El mayor le pidió a Jimin que ordenará lo que se le antoja más mientras lo ayudaba a sentarse a su lado, tomándolo por la cintura mientras esperaban por la comida, después ambos comenzaron a cenar tranquilamente.
—Ah, señor Jeon qué gusto encontrarlo —lo saludó la voz de un hombre regordete de mediana edad antes de caminar hacia el mafioso de manera amistosa, Jungkook frunció el ceño al ver al hombre.
—Hola señor Hwan, buenas noches —respondió fríamente.
—Hace mucho que no visita mi casa, mis niños se quejaron por su ausencia —dijo el hombre, causando que Jungkook lo mirara con enfado.
Pero parece que a la otra parte no le importan los ojos del mafioso, Jimin solo miro hacia otro lado, preguntándose quién era ese tipo ya que Jungkook no los presentó, y cuando lo vio pudo notar de inmediato su cambio de actitud y la mirada oscura en sus ojos.
—¿A quién pertenece este niño tan bello señor? ¿Por qué no trajo a alguno de mis hijos? ¿Has decidido cambiar de casa? Te haré descuento especial, te aseguro que elegiré solo lo mejor de lo mejor para usted —dijo el hombre y Jimin entendió quién era.
El joven de inmediato frunció el ceño y se volvió para ver con los ojos nublados por el enojo que sintió al ser confundido con un prostituto.
—¡Hoseok! Saca a este gordo bastardo de mi vista —ordeno el mayor con voz severa, haciendo palidecer al desconcertado hombre.
Hoseok se dio la vuelta y asintió con la cabeza a los otros dos subordinados, antes de que llegaran, el hombre regordete salió rápidamente de la tienda.
—¿Parezco un sweetboy? —resopló Jimin después de que el hombre gordo fuera arrastrado fuera del restaurante en medio de la conmoción de otros clientes.
—No escuches a ese sujeto, no dice más que estupideces —dijo Jungkook en voz baja, mientras pensaba que ese tipo solo vino a destruir su buen ambiente e hizo que se perturbara.
—Si no sabe nada, ¿por qué aún así te ayuda a conseguir chicos? Me imagino que debes de ser un gran cliente —respondió Jimin con sarcasmo y enojo contenido.
—Jimin, soy una persona normal con deseos sexuales como todos sus demás clientes, antes de conocerte necesitaba encontrar a alguien con quien desahogarme, pero ahora que te tengo a ti, no me atrevería a buscar a nadie más —dijo el pelinegro en un tono serio causando que el joven volviera su rostro y viera hacia el otro lado.
—No me importa si vas a buscar a alguien más, yo no dije nada —se quejó Jimin en voz baja.
Estaba pensando en si realmente el mafioso iría a buscar a otras personas, y eso le causaba una molestia en su pecho solo de imaginarlo.
Jungkook miró el rostro serio que se quedó quieto y se giró para mirar hacia otro lado antes de sonreír levemente.
—Está bien, si quieres que vaya a ver a alguien más, iré, te dejaré ir y haré que vuelvas a la casa —dijo de pronto.
El rostro de Jimin se desencajó ante las palabras del mayor y se giró a mirarlo furioso.
—¡Bien! Perfecto, consigue a alguien que me reemplace —grito el castaño antes de ponerse de pie.
Jungkook lo agarró por la muñeca antes de que se alejara.
—¿A dónde vas? No has terminado de comer.
—¡Estoy lleno! Así que puedes dejarme ir para que termines pronto y puedes ir a buscar la compañía que deseas, yo me voy —concluyó golpeando fuertemente la mano que lo retenía y saliendo a toda prisa del local.
Jungkook se giró hacia sus guardias aún sonriendo y les hizo una seña con la cabeza para que lo siguieran de inmediato.
—Señor, creo que el señor Jimin ahora sí se enojó demasiado —lo llamó Yoongi.
—Yo solo bromeaba, pero creo que lo tomó muy en serio —dijo de buen humor. La reacción de Jimin fue mejor de la que esperaba.
—Toma, paga las cuentas —dijo el mafioso después de entregarle unos billetes mientras bebía agua y se levantaba, para seguir a Jimin.
—Persona estúpida —se quejó Jimin mientras se paraba a un lado del auto maldiciendo.
Luego se volvió para mirar a los guardias que lo veían sin decir nada.
—Enciendan el auto, nos iremos —dijo secamente, pero trato de reprimir su temperamento para no ser grosero.
Mientras se recordaba a sí mismo en su corazón que él no se sentía celoso ni posesivo del mafioso.
—Pero no le ha dicho al señor Jeon que va a regresar —dijo el chófer.
—¿Y eso cómo lo sabes? ¿Estaba sentado al lado de su jefe? ¿Vas a llevarme o tomaré un taxi? —dijo en tono severo.
Desde el día que Jungkook lo había presentado con sus empleados Jimin se había prometido no ser autoritario con ellos o grosero pero en ese momento sentía que quería intimidarlos a todos. Fingió caminar hacia la calle frente al restaurante, los subordinados de Jungkook, se acercaron apresuradamente para bloquearlo.
—Señor Jimin se lo ruego, espere primero — habló educadamente uno de los guardias.
—¿Por qué tendría que esperar? ¿No me escuchas? Tu jefe irá a otro lugar —dijo el castaño nuevamente y sentía un poco de resentimiento en su corazón.
—¿A dónde vas Jimin? —la voz grave de Jungkook provocó que el castaño se detuviera y lo mirará con insatisfacción, pero no dijo nada.
Jimin esquivo al guardia y dió dos pasos antes de que Jungkook lo alcanzará y lo detuviera.
—¡Suéltame! —le gritó al pelinegro cuando lo tomó por el brazo y lo jalo de vuelta al auto — ¡Me voy a casa!
—Entonces vámonos —dijo Jungkook que parecía como si estuviera satisfecho con la condición del joven en este momento.
—No tienes porque llevarme, regresaré solo.
—¿Cómo puedo dejar a mi esposa sola? Sube al auto y no seas tan terco.
Jimin lo miró con incredulidad antes de ser escoltado al vehículo, el cual se movió en cuanto estuvieron dentro. El se movió para sentarse lejos del mayor.
—Jimin —Jungkook lo llamó pero él no se volvió para mirarlo.
Con calma se acercó al castaño listo para abrazarlo, pero Jimin se giró furioso al notar sus intenciones.
—¡Alto! No me toques —le gritó mientras lo señalaba con un dedo.
—¿Por qué no puedo tocarte? — preguntó realmente sorprendido el pelinegro.
—De ahora en adelante, no me toques, no quiero contraer ninguna enfermedad —dijo Jimin haciendo que Jungkook se detenga por un momento antes de sonreír juguetonamente.
—¿Que estás pensando?
—Te metes con cuánto sweetboy te entreguen, ¿porque no debería de tener miedo? —respondió serio.
—Siempre me he cuidado, incluso cuando estuve contigo la primera vez lo hice, siempre uso condón y cada año me hago un chequeo médico. Si no me crees puedo mostrarte lo, el más reciente fue poco antes de conocerte —explicó Jungkook, pero Jimin seguía sintiendo esa extraña sensación en el pecho.
—Pero eso no me asegura nada, ¿Y si contrajiste alguna enfermedad luego de hacértelo? Y del futuro ni hablemos —refuto molesto.
—¿Y en donde me contagiaría si solo he estado contigo.
—¿Qué hay de hijos regados? —continuo el castaño con voz severa.
Al decir eso Jimin sentía una opresión en el pecho, y eso lo hacía sentir extraño, nunca había perdido la cordura de esa manera por nadie.
—Que yo sepa los hombres no se embarazan —bromeó Jungkook, provocando de nuevo a Jimin.
Hoseok que iba sentado en el asiento del copiloto negó mientras se reía por lo bajo de lo que decía su jefe. El castaño veía al mafioso con enojo, antes de respirar hondo y mirar hacia la ventana, ya no deseaba verlo pues sentía que entre más lo veía más se enojaba. Jungkook sonrió levemente cuando vio la expresión de Jimin, pero ya no lo provocó más.
Nada más llegar a la casa, Jimin bajó del auto sin esperar a que nadie le abriera la puerta, y entró rápidamente a la enorme mansión.
—Me gusta verlo así —dijo Jungkook en voz alta antes de dirigirse a sus subordinados que estaban sacando las compras del vehículo—. Suban las cosas a la habitación, dijo mientras seguía el mismo camino que había recorrido su esposa.
Tan pronto como entró a la casa, rápidamente vio la espalda de Jimin subiendo la escaleras, estaba por seguirlo cuando la voz de Hoseok lo detuvo.
—Señor, esta noche tiene una cita con el ministro Hwan —le recordó y él asintió.
—Ve a descansar también, cuando sea el momento de irnos, ven a buscarme —le dijo antes de subir a su habitación.
Cuando abrió la puerta, no pudo encontrar la figura pequeña, pero escuchó el sonido de la ducha del baño.
—Eh, ¿la ducha puede calmarte? —murmuró con una sonrisa y se sentó a los pies de la cama mirando la puerta del baño.
Cuando Jimin terminó de bañarse y se vistió, se sobresaltó un poco cuando vio a Jungkook sentado mirándolo, pero ajustó su rostro para que estuviera suave y no dijo nada, eso le hizo saber a Jungkook que aún seguía enojado con él.
—Ven aquí, Jimin —lo llamó, pero él se mostró indiferente y caminó para secarse el cabello frente al tocador.
Jungkook volvió a llamarlo y Jimin levantó la vista para verlo a través del espejo.
—¿Que quieres? —le respondió en voz baja, decidido a actuar normal.
—Dije que vinieras —le ordenó Jungkook su voz se escuchaba más profunda. Pero Jimin pudo notar como se movía hacia un lado de la cama para hacerle espacio y mantener un poco de distancia.
Jimin se levantó pero no se sentó a su lado se mantuvo de pie.
—Acércate —volvió a pedir, pero Jimin permaneció indiferente—. Jimin acércate —repitió Jungkook con los ojos en blanco.
Jimin lo miró a través del espejo y se giró sólo para ver al mafioso pararse y jalarlo del brazo y sentarlo en su regazo, abrazando su delgada cintura para evitar que huyera.
—Tan enojado, ¿eh? —dijo Jungkook en un tono más suave.
—¿Por qué voy a estar enojado contigo? —respondió sin mirarlo, pero frunciendo los labios, haciendo que el mayor usará su dedo pulgar para acariciarlos suavemente.
—Fuiste tú quien me mandó a buscar a otra persona, entonces, ¿Por qué estás enojado?
—No estoy enojado, además, lo que hagas depende de ti. No tengo derecho a prohibirte lo que quieras hacer, solo no me contagies ninguna enfermedad —dijo Jimin en tono serio.
—¿Por qué no tendrías el derecho? Te traje aquí y te presenté con mis subordinados. ¿Aún no has confirmado que tienes todo el derecho? Además, ¿por qué estaría buscando a otra persona cuando te tengo a ti? Eres mi esposa.
—¿Es tu esposa aquel que tiene los mismos gustos que tú? Si en el futuro encuentras a alguien cuyo gusto este adecuado para ti, lo vas a traer aquí, como a mi, ¿verdad? —dijo Jimin mirando a Jungkook con ojos temblorosos.
—Vamos Jimin, deja deja de hablar de eso, no me crees nada, entonces espera y ve mis acciones —respondió el pelinegro con indiferencia.
Jimin guardó silencio, sin dejar de mirarlo, pensando en sus palabras.
—Piensa las cosas Jimin. Ahora tengo que salir a hacer unos recados, volveré tarde, puedes dormir primero no me esperes —dijo Jungkook cambiando de tema para no volverse a pelear con el castaño.
Jimin se le quedó mirando con duda ante sus palabras.
—No iré a buscar a nadie, solo iré a hablar de trabajo, cuando termine, volveré, créeme. Detente de pensar así, cuando estábamos en el restaurante solo estaba bromeando contigo —dijo el mafioso en tono serio.
Jimin no dijo nada, pero se sintió un poco aliviado de que Jungkook realmente no quería ir a dormir con otras personas.
—¿Puedes soltarme? —preguntó en voz baja yas tranquila por lo que Jungkook lo soltó para que se pusiera de pie.
—Prepárame algo de ropa, iré a tomar una ducha —le dijo mientras se acercó y le dió un beso en la sien antes de caminar hacia el baño.
Jimin lo vio alejarse con expresión sería, mientras en su corazón se sentía confundido y asustado por como iba avanzando su relación con el pelinegro. Se sentía inseguro al no saber exactamente cómo se sentía con respecto a Jungkook.
—No puedo sentir algo por él, lo acabo de conocer hace unos días solamente —se recordó antes de ir a abrir el armario para preparar la ropa del mayor como se lo había pedido.
Por fin después de una semana sin actualizar aquí les dejo este capítulo.
Perdón por la ausencia, este mes siempre es muy difícil para mí por motivos personales y si les sumamos que tuve una semana súper estresada en el trabajo, pues mi mente está súper dispersa. Espero volver a actualizar como lo venía haciendo, solo tenganme un poco de paciencia.
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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