ESPECIAL
—¿Me veo bien? —Jungkook se giró para preguntarle a Jimin que estaba de pie frente al tocador.
El castaño levantó una ceja ligeramente, mientras lo miraba con una sonrisa, para después llevar sus manos hacia el ex mafioso y acomodó su corbata que estaba ligeramente torcida.
—Te dije que no era necesario que te pusieras traje, mis padres son personas sencillas, y van a estar usando ropa casual —le dijo sonriendo.
—No, voy a conocer a tus padres y quiero causarles una buena impresión —rebatió el pelinegro manteniéndolo pegado a su cuerpo sosteniéndolo por la cintura.
—Gracias por hacer el esfuerzo, es importante para mí que te conozcan. ¿Crees que Hoseok y Tae ya estén listos? —le preguntó ya que el menor y el mejor amigo de su pareja los acompañarían.
—Si quieres ve a comprobarlo, yo te alcanzo en un momento, tengo que hacer una llamada, con un posible cliente.
Jimin negó, prefería esperarlo. Mientras lo observaba hablar por teléfono, pensó en lo mucho que habían cambiado las cosas en tan solo unos meses. Ahora Jungkook ya había dejado por completo sus negocios ilícitos con el ruso, y se había asociado junto a Hoseok para poner una empresa de bienes raíces.
El día de la inauguración Yugyeom y Wonho llegaron para celebrar su nuevo comienzo y por insistencia del ruso y como un regalo por todos los años que el pelinegro trabajo para él, Wonho insistió en regalarle el hotel en el que se conocieron y del bar, una vez que todo eso estuvo solucionado y marchando en orden y de manera cien por ciento legal, el ex mafioso le pidió conocer a sus padres formalmente.
—¿Estás listo? —le preguntó una vez que el ex mafioso cortó la llamada.
Jungkook guardó el teléfono en el interior de su saco y abrió los brazos hacia Jimin, el castaño se acercó a él y lo abrazó sin dudar.
—Por favor dame un poco de ánimos, conocer a tus padres me tiene más nervioso, que enfrentarme a un equipo completo de sicarios —le dijo el pelinegro con una sonrisa.
Jimin se rió ligeramente antes de darle un suave beso en los labios.
—Así no —se quejó Jungkook, antes de acercar su rostro al de él otra vez.
Sus labios se presionaron con firmeza sobre los de Jimin que los abrió para darle paso a su lengua enredándose en un beso ferviente y apasionado, el pelinegro lamió y chupó su lengua antes de retirarse y morder su labio inferior haciendo temblar al castaño.
Un gemido salió de la garganta de Jimin antes de separarse de los labios de Jungkook que puso una expresión triste y el castaño lo golpeó suave en el hombro.
—Vamos anda o no llegaremos a tiempo —le dijo Jimin caminando a la puerta seguido por el pelinegro que se reía.
—Está bien, vamos —aceptó y lo tomó por la cintura mientras bajaban al primer piso.
Ahora en la casa no es necesario que nadie patrulle todo el día y la noche como antes, con solo unos pocos guardias de seguridad es suficiente, Jungkook y Hoseok hablaron con todos los guardias, les ofrecieron nuevos empleos dentro de la empresa, el hotel o en el bar. Algunos aceptaron, otros los de mayor edad prefirieron retirarse, algunos pocos prefirieron ir a buscar otro trabajo y solo algunos los que su pareja y su socio consideraban de mayor confianza continuaron trabajando con ellos en la casa y como seguridad.
—Jimin hyung —la dulce voz de Tae lo llamó desde el salón.
El castaño caminó hasta el menor con una sonrisa en su rostro.
—Te ves muy lindo —le dijo en cuanto estuvo junto al menor.
—Yo conduciré —señaló Hoseok que iba entrando al salón parándose a un lado de Taehyung.
Jungkook asintió, los cuatro subieron al auto y salieron de la mansión, un par de horas después llegaron a la casa de los padres de Jimin, que vivían en una pequeña provincia a las afueras de Seúl.
El auto se detuvo frente a una linda casa de dos pisos pintada en color blanco y amarillo, dónde ya los esperaban un hombre y una mujer de mediana edad.
—Son mis padres —informó Jimin mirando con una enorme sonrisa hacia ellos.
—Mamá, papá —los saludo el castaño en cuanto se bajó del auto, siendo recibido con un abrazo de su madre.
—¿Dónde has estado durante tantos meses?, te olvidas de tu vieja madre, te he extrañado tanto —se lamentó la mujer, mientras que su padre permaneció en silencio, pero su sonrisa demostraba el cariño que sentía por su hijo.
—Lo siento mamá, prometo que vendré más seguido —se disculpó Jimin antes de girarse para mirar a Jungkook, Taehyung y Hoseok que estaban parados detrás de él—. Les presento a Park Dong Mi y Park Shin Ji mis padres —dijo presentando a sus padres, los tres hicieron una reverencia respetuosamente a los filtros mayores.
—¿Quién es el que dijiste que traerías a presentarnos? —preguntó su padre con voz profunda y sería.
—Primero deja que entren, en el salón hablaremos de eso —propusó la mujer y todos asintieron.
Entraron todos juntos al salón, Jimin y sus papás se sentaron juntos en un sillón grande y frente a ellos en un sillón individual se sentó Jungkook, mientras que Tae y Hoseok se sentaron en el sofá del lado del hombre mayor.
—Mamá, papá. El es Jeon Jungkook, y ellos son Taehyung y Hoseok —comenzó diciendo Jimin.
Sus padres asintieron en reconocimiento, y los saludaron apropiadamente y volvieron a guardar silencio.
—Jungkook es la persona que quería que conocieran —dijo comenzando a sentirse nervioso.
—Mucho gusto, soy el novio de Jimin y yo le pedí que me trajera a conocerlos —intervino Jungkook, cuando su pareja se quedó callado sin saber cómo continuar.
Los padres de Jimin, no dijeron nada, solo lo miraron un momento antes de dirigirse a su hijo.
—¿Es cierto eso hijo? —preguntó la mujer con normalidad. Hace mucho tiempo que sabían de las preferencias de su único hijo y lo apoyaban.
Su padre permaneció en silencio, esperando por su respuesta.
—Sí —respondió Jimin, sin querer dar más vueltas al asunto.
—¿Puedo hablar con usted en privado? —preguntó su padre dirigiéndose a Jungkook en cuanto escuchó su respuesta, con una mirada seria.
—Por supuesto —respondió Jungkook de inmediato, y Jimin lo miró ligeramente sonrojado.
—Vayamos a mi oficina —dijo el mayor poniéndose de pie antes de voltear a ver a su mujer— Lleva a nuestros invitados al comedor, en seguida vamos.
—¿Papá porque tienen que hablar a solas? —le pregunto Jimin deteniendo sus pasos.
—Por mo no hay problema Jimin —fue Jungkook quien respondió con tranquilidad, antes de alejarse detrás de su padre.
Jimin lo alcanzó tomándolo por el brazo.
—Jungkook…
—Hey ¿qué pasa? ¿De qué tienes miedo? ¿confías en mí? —le pregunto el pelinegro mientras acariciaba suavemente sus nudillos.
—Si confío en tí, pero me preocupa que es lo que te quiera decir.
Jungkook le sonrió para tranquilizarlo y soltó su brazo para seguir a su padre.
—Tranquilo, anda vayamos al comedor como pidió tu padre, ayúdame a poner la mesa, anda —le dijo su madre, sonriéndole suavemente.
—Yo le ayudo —se ofreció Tae y se fue detrás de la mujer cuando ésta asintió.
—No te preocupes Jimin, Jungkook sabrá manejar la situación, no olvides que peores cosas a enfrentado —le dijo Hoseok para tranquilizarlo.
Jimin asintió sin mucho ánimo antes que los dos sigan a su madre al comedor.
—Siéntate —le dijo el padre de Jimin a Jungkook, señalando la silla frente a su escritorio— ¿Cuantos años tienes? —pregunto directamente en cuanto tomó asiento.
—Treinta y seis.
—Diez años mayor que Jimin —dijo sin cambiar su expresión sería —¿ A qué te dedicas? —continuó preguntando.
—Dirijo una empresa de bienes raíces, un hotel y un bar —respondió Jungkook con tranquilidad, sintiéndose bien por no tener que mentirle, como hubiera tenido que hacerlo si continuará dentro de la mafia.
—Tienes un trabajo estable, eso es bueno, ahora respóndeme con honestidad. ¿No tienes miedo de lo que la gente diga de ustedes? Después de todo son dos hombres siendo amantes.
—No, no me preocupan esa clase de cosas, amor no es vergonzoso, y lo que piensen los demás no importa. Solo importa lo que sentimos el uno por el otro, y que su familia esté bien con eso, yo soy huérfano así que no tengo familia que pueda influenciar en mi vida y aunque la tuviera tampoco me importaría. Nuestro amor no lastima a nadie, solo somos dos personas cuidándose mutuamente. La gente que me rodea, empleados, socios y amigos, son personas de mente abierta, que piensan con madurez y no juzgan sin entender —respondió con firmeza y sin ningún rastro de duda haciendo sentir satisfecho al hombre mayor.
—Se ve que eres una buena persona y sensato. ¿Pero cuánto tiempo crees que va a durar su relación? Para ser honesto, hay mucha diferencia de edad entre ustedes, y no imagino un largo futuro juntos.
—Pues solo puedo decir que tendrá que esperar y verlo por usted mismo, aunque creo que debería de comenzar a pensar en mi y Jimin juntos durante lo que nos resta de vida.
El padre de Jimin lo miró satisfecho, y por primera vez desde que llegaron una suave sonrisa se formó en su rostro.
—Me siento aliviado al escucharte decir eso con tanta seguridad, y con gusto esperaré para ver el futuro que tienes pensado para mí hijo, y que espero y sea bueno y feliz —dijo finalmente en hombre poniéndose de pie y estrechando la mano del pelinegro.
—Gracias y le aseguro que solo verá felicidad en él, y por último quiero que sepa que si Jimin no vino antes a verlos fue porque, se fue a vivir conmigo —confesó con simpleza.
Estaba demás decir cómo fue que su hijo llegó a vivir a su casa, ni todo lo que había pasado después.
—Lo sospechaba, y dudo mucho que importe ya, lo que piense al respecto, vamos, Jimin debe de estar desesperado ahí afuera —respondió el padre de Jimin, dándole unas palmadas sobre el hombro al pasar y Jungkook comprendió que lo había aceptado.
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—¿Que tanto miras hijo? —le pregunto si madre al verlo ver constantemente hacia el salón.
—Ya tardaron mucho tiempo —murmuró en voz baja, sin responderle realmente.
—Pero si prácticamente acaban de entrar —dijo su madre riendo por su ansiedad.
—¿Mamá, crees que papá acepte mi relación con Jungkook? —
—¿Y no te preocupa, que yo no lo acepte? —pregunta su madre, fingiendo ofenderte.
Jimin sonríe por el comentario antes de abrazarla.
—Yo se que tú lo aceptas, porque quieres verme feliz —responde Jimin sin dejar de sonreír.
—Bueno, puede que haya muchas cosas que no sepa, pero el que tú tengas a otro hombre como amante, no representa un problema para mí, siempre y cuando te haga feliz y te cuide y viendo cómo se comporta Jungkook, estoy segura de que te ama y te sabrá cuidar y ya con eso me siento aliviada.
—Gracias mamá —le dijo Jimin y volvió a abrazarla.
En ese momento su padre entró al comedor y a Jungkook detrás de él, y se alejó de su madre para ir con el pelinegro.
—¿Cómo estás? ¿Qué te dijo? —le preguntó en voz baja.
—Muero hambre —respondió Jungkook y Jimin lo miró frunciendo el ceño porque no respondió lo que esperaba.
—Oh Jungkook, no ves que estoy muy nervioso, ¿que te dijo? —insistió.
—Comamos primero y después hablamos —le pidió el pelinegro suavemente.
Jimin hizo un puchero, pero aceptó, se sentaron juntos en la mesa, pero el rubio volteaba a ver a su padre de vez en cuando.
—¿Qué tanto me miras hijo? —le preguntó su padre de repente causando que el rubio se sobresalté.
—Papá, ¿si aceptas mi relación con Jungkook? —le pregunto Jimin en voz dulce.
Su padre no respondió, poniendo incómodo al rubio por el miedo a que dijera que no, y es que aunque amaba a sus padres, no aceptaría que dijeran que no, y tener que alejarse de ellos, porque dejar a Jungkook no era una opción para él.
—Lo aceptó, si no lo hiciera no estarías comiendo aquí frente a mí —respondió finalmente haciéndolo sonreír ampliamente.
Jimin se paro de prisa y caminó hasta su padre, se puso en cuclillas y se abrazó a su cintura.
—Gracias papá, ahora sí soy completamente feliz —agradeció comenzando a sollozar.
—Solo les pido que se mantengan fuertes y se cuiden mutuamente, los dos saben que el amor entre hombres, siempre es más difícil —les aconsejo el hombre mayor mientras acariciaba con cariño la cabeza de su hijo.
Jimin asintió abrumado por la felicidad y tranquilidad que sentía en ese momento y sus sollozos se hicieron más fuertes.
—Anda siéntate y continuemos comiendo.
Jimin se levantó tratando de limpiar sus lágrimas mientras volvía a su asiento y se abrazó a Jungkook que lo envolvió con cuidado entre sus brazos.
—No llores, todo está bien, comamos anda —le pidió mientras usaba sus dedos para limpiar su llanto.
Todos comieron tranquilamente entre pláticas y anécdotas alegres y cuando terminaron, Jungkook y Hoseok acompañaron al hombre mayor al jardín de la casa para platicar, mientras Jimin y Taehyung se quedaron con la madre del rubio a ayudarle a limpiar el comedor y la cocina, después se reunieron con los demás y permanecieron afuera, hasta que llegó la hora de marcharse.
Jungkook volvió a agradecer al padre de Jimin por aceptarlo, al igual que su madre, los mayores les pidieron que se cuidarán mutuamente y sobretodo que fueran felices juntos, los invitaron a volver pronto y por último se despidieron de los cuatro, ellos les agradecieron al unísono y subieron al auto.
—A penas son las ocho de la noche, vayamos a dar un paseo —pidió Jimin en cuanto el auto comenzó a moverse.
—Vayamos a casa —dijo Jungkook negándose haciendo que Jimin frunciera el ceño.
—Pero aún no quiero volver —insistió con un tono suplicante.
—Dejémoslo para otro día, hoy solo volvamos a casa —volvio a decir Jungkook.
Jimin se sintió molesto porque quería ir a pasear un rato.
—Tae ¿quieres ir a pasear conmigo? —le pregunto al menor, pensando que podían ir solo ellos dos.
Pero para su sorpresa el joven se negó.
—Me siento cansado, creo que es mejor que volvamos a casa —dijo el joven, apoyando a Jungkook.
Jimin se acomodó en su asiento alejándose un poco de su pareja con él puchero en su rostro más marcado, haciendo sonreír al ex mafioso, que no dijo nada más durante el resto del caminó. Una vez que Hoseok estacionó el auto, Jimin se bajó inmediatamente, y comenzó a caminar hacia la casa, pero se detuvo de golpe al darse cuenta del inusual silencio en el lugar.
—¿Que pasa? —le pregunto Jungkook parándose a su lado.
—Kook, la casa está muy tranquila, ¿está pasando algo? —le dijo Jimin, comenzando a ponerse nervioso al ver toda la mansión completamente a oscuras y en silencio.
—¿Se iría la luz? —pregunto el pelinegro.
—Tae, ¿dónde estás? Ven aquí, no te alejes de nosotros —le hablo Jimin al menor que caminó hasta él poniéndose a su lado.
—No debe de ser nada, entramos —dijo Jungkook con tranquilidad, pero se detuvo al ver el rostro preocupado del rubio—. ¿Crees que alguien se atrevería a entrar a nuestra casa, para perturbarnos? Si no lo intentaban antes, menos ahora —señaló el pelinegro para tranquilizarlo.
—Lo sé, pero es extraño que esté todo tan silencioso, pero tienes razón, estoy pensando de más —aceptó Jimin.
Jungkook lo tomó por la cintura para animarlo a caminar, mientras que Taehyung volvió al lado de Hoseok y los cuatro entraron a la casa que en efecto estaba completamente en penumbras, de pronto Jimin sintió desaparecer el agarre en su cintura.
—¿Jungkook? —llamó a su pareja mientras se giraba hacia donde debía de estar, pero no hubo respuesta alguna y tampoco estaba parado a su lado.
—Jungkook… Tae… Hoseok — volvió a llamar Jimin a sus tres acompañantes.
Porque podía sentir que ninguno de ellos estaba parado a su lado y comenzó a sentirse mal.
—Jungkook, ¿dónde estás? No juegues conmigo —volvió a llamar a su pareja, pidiendo que respondiera.
—No estoy seguro.
Escuchó la voz ronca del pelinegro, en algún rincón, pero Jimin seguía sin poder verlo, busco su teléfono en el bolsillo de su saco para usar la linterna, pero no lo encontró.
—Jungkook, maldita sea, deja de jugar, ¿dónde estás? Te juro que si no dejas tus bromas, me voy a enojar mucho —volvió a preguntar comenzando a frustrarse y sin atreverse a caminar en la oscuridad.
—Mi esposa tan feroz como siempre, ¿Creen que pueda ser aún más feroz? —habló Jungkook como si hablara con alguien más.
—Yo no me arriesgaría —escucho la voz de Jin, antes de que las luces se encendieran nuevamente.
—¡Felicidades! —gritaron todos los guardias, Nana y Jihyo al unísono.
Jimin miraba atónito, cuando vio que la casa estaba decorada para una fiesta, y en medio de todos Jungkook le sonreía sosteniendo un gran ramo de flores, y a su lado Taehyung y Hoseok sonriendo.
—Pe… ¿Pero qué es esto? —preguntó sorprendido.
—Eso tendrás que preguntárselo a ellos —respondió Jungkook señalando hacia sus hombres.
—Lamento haberlo asustado señor Jimin, pero queríamos felicitarlos por qué sus padres los bendijeron —dijo Yoongi.
—¿Cómo sabían que mis padres aceptarían?
—Oh, porque conocemos a nuestro jefe, y estábamos seguros de que no se dejaría derrotar por su padre y que definitivamente su madre lo aceptaría —respondió Yoongi sin dejar de sonreír.
—Así que desde el día de ayer, le pedimos permiso al jefe para que organizar este pequeño evento para celebrar, y nos dijo que sí —añadió Namjoon.
—Todos aquí nos organizamos para tener todo listo, para cuando volvieran —dijo Nana con emoción.
Jimin se sintió abrumado por el cariño de todos los presentes, Jungkook se acercó a él.
—Y quien se encargó de preparar las flores, fue tu hijo —le dijo Jungkook mirando hacia Tae.
Inevitablemente Jimin comenzó a llorar, mientras le sonreía al menor.
—Ahora entiendo porque te negaste a pasear conmigo, y volver a casa —le dijo con cariño al joven.
Jungkook le entregó las flores y las aceptó con una enorme sonrisa, en medio de las lágrimas de emoción.
—Gracias a todos por esto —habló el rubio dirigiéndose a todos que lo miraban sonriendo—. Estoy tan feliz, no sé qué más decir —añadió riendo suavemente.
—No importa, siempre y cuando no regañes, eso es suficiente —dijo Jin en broma.
Jimin se rió y después todos salieron al jardín trasero, dónde ya tenían preparada la comida y bebida para el festejo. Mientras todos comían, Jimin se acercó a Nana para abrazarla con cariño.
—Felicitaciones hijo, sabía que tus padres les darían su bendición —le dijo la mujer devolviéndole el abrazo.
—Gracias —respondió antes de volverse a mirar a Jungkook que estaba brindando con sus hombres.
Y sonríe ampliamente antes de caminar hacia ellos.
—Brindemos por los recién casados —grito Jin cuando llegó junto a ellos.
—No es una boda —lo corrigió Jimin.
Jungkook permaneció en silencio mientras sonreía levemente.
—Es como si lo fuera —volvió a decir Jin entre risas.
Jungkook tomó a Jimin de la mano y lo llevó a sentarse en el sofá que habían colocado para que se sintieran cómodos, y se quedaron observando a toda su gente bebiendo y celebrando con ellos.
—Tienes una gran y buena familia —habló Jimin y Jungkook levantó una ceja.
—¿Yo?
—Sí, y eres muy afortunado. La familia te ama y se preocupa por ti, y ellos… —dijo mientras señalaba a todos a su alrededor —lo hacen por tí, así que sí. Está es tu familia sin importar que no lleven la misma sangre —continuó diciendo, antes de inclinarse para recargarse sobre el pecho del pelinegro—. Y me alegra ser parte de tu familia —añadió elevando la mirada hacia su rostro.
Jungkook asintió y se inclinó para dejar un tierno beso en su frente.
—Y yo me alegro que seas parte de mi familia —le dijo y volvió a besarlo con ternura—. Subamos a la habitación, tengo algo que quiero darte.
Ante sus palabras y como las dijo Jimin entrecerró los ojos con sospecha haciendo reír al pelinegro.
No estoy coqueteando contigo, ni intentando seducirte, realmente hay una cosa que te quiero dar y ya después veré que hacer —le aclaro Jungkook sin dejar de sonreír mientas se ponía de pie y lo ayudaba a levantarse también.
—Sigan festejando, Jimin y yo iremos a nuestra habitación —les informó Jungkook a sus hombres.
—¿Festejo privado? —se burló Jin.
Jungkook lo miró fijamente antes de hablar.
—Si me envidias, dile a tus dos maridos que te lleven de vuelta a casa —dijo y se dió la vuelta para llevarse a Jimin, dejando a Jin sonrojado y a los demás riéndose a carcajadas.
—No debiste decirle eso, pobre Jin se puso más rojo que un tómate —lo reprendió Jimin.
Todos sabían de la relación de tres que sostenía Jin con Namjoon y Yoongi, y para nadie era motivo de conflicto, todos estaban tan acostumbrados a siempre verlos juntos, que no fue un gran cambio el que lo dijeran, y tampoco era como si hicieran muestras públicas de su relación.
—Esta noche no tienes permitido regañarme —respondio Jungkook mientras subían a su habitación.
Cuando llegaron, Jungkook abrió la puerta y los dos se quedaron sorprendidos al ver el interior.
—Lo planearon todo —declaró el pelinegro al ver en la cama pétalos de rosas rojas formando un corazón.
—Por eso Jin, dijo lo de la celebración privada —añadió Jimin antes de darse la vuelta para quedar de frente a su amante—. Dijiste que tenías algo que darme, ¿dónde está? —le preguntó.
Jungkook tomó su mano y lo llevó hasta el balcón, y lo abrazó desde atrás por la cintura, descansando sus manos sobre su vientre y apoyando la barbilla en su hombro.
—¿Recuerdas que tú padre dijo que no necesitábamos casarnos o realizar ningún evento sagrado para ser felices juntos? —le pregunto Jungkook suavemente sobre su oído.
—Sí, lo recuerdo.
—¿Y tú qué opinas? ¿Estás bien así como estamos o te gustaría hacerlo oficial o pedir la bendición de Dios? —volvió a preguntar el pelinegro.
Jimin negó con la cabeza antes de girar su rostro un poco hacia un lado.
—No he pensado realmente sobre eso antes, pero es como dijo mi padre, una boda o un evento religioso, realmente no importa, no hace una diferencia. Lo verdaderamente importante es que los dos nos apoyemos, nos cuidemos y nos amemos, ¿cuantos matrimonios hay donde uno de los involucrados termina cometiendo una falta? ¿Hasta dónde puede llegar la vida matrimonial, antes de pedir un divorcio o alejarse rompiendo la unión sagrada? —dijo Jimin con voz seria.
Jungkook sonrió levemente por su respuesta, eso era algo que suponía le iba a decir, volvió a tomar su mano y le beso el dorso suavemente.
—Ya sabía que pensarías así, porque es algo que yo también creo, y quise hacer algo digno de nosotros y decidiendo vivir juntos —le dijo Jungkook antes de sacar una pequeña caja roja de su bolsillo, haciendo sonreír aún más a Jimin.
—Pedí dos anillos, cada uno grabado con nuestro nombre en el interior —dijo tomando su mano izquierda y colocar la argolla en su dedo anular y enseguida dejar un suave beso sobre el.
Jimin tomó el otro anillo y lo puso en el dedo correspondiente, antes de unir su mano con la suya entrelazando los dedos, sin dejar de ver los anillos. Eran dorados, con un diseño trenzado en medio, dando la sensación que era una cuerda, y en el interior grabado su nombre.
—Gracias Jungkook, te prometo que lo cuidaré, tanto como cuidaré de nosotros y nuestro amor —dijo Jimin y Jungkook lo beso suavemente.
—De ahora en adelante, los dos ya somos dueños el uno del otro, y nunca nos separaremos, por eso escogí este diseño, para que sepas que estoy atado a ti por siempre y de la misma manera tú lo estás a mí, y ahora… —le explico Jungkook mientras una sonrisa traviesa se formaba en sus labios.
Jimin sabía a lo que se refería y envolvió sus brazos alrededor del cuello de Jungkook.
—¿Ya tienes las cuerdas listas? —le pregunto en broma haciendo sonreír al pelinegro.
—Tu eliges mi amor —respondió Jungkook en el mismo tono juguetón que él había usado—¿Quieres prefieres? ¿cuerdas, esposas? Tu eliges.
—Te quiero a tí, sobre mí y haciéndome inmensamente feliz —fue la respuesta de Jimin, antes de juntar sus bocas en un beso apasionado, lleno de amor.
𝗟𝗢 𝗣𝗥𝗢𝗠𝗘𝗧𝗜𝗗𝗢 𝗘𝗦 𝗗𝗘𝗨𝗗𝗔 𝗕𝗘𝗟𝗟𝗘𝗭𝗔𝗦 𝗬 𝗔𝗤𝗨𝗜 𝗘𝗦𝗧𝗔 𝗘𝗟 𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗘𝗦𝗣𝗘𝗖𝗜𝗔𝗟 𝗗𝗘 𝗘𝗦𝗧𝗔 𝗛𝗜𝗦𝗧𝗢𝗥𝗜𝗔, 𝗘𝗦𝗣𝗘𝗥𝗢 𝗤𝗨𝗘 𝗟𝗘𝗦 𝗛𝗔𝗬𝗔 𝗚𝗨𝗦𝗧𝗔𝗗𝗢.
𝗟𝗔 𝗗𝗘𝗦𝗖𝗥𝗜𝗣𝗖𝗜𝗢́𝗡 𝗗𝗘 𝗟𝗢𝗦 𝗔𝗡𝗜𝗟𝗟𝗢𝗦 𝗟𝗔 𝗔𝗡̃𝗔𝗗𝗜 𝗬𝗢, 𝗣𝗢𝗥𝗤𝗨𝗘 𝗬𝗢𝗘𝗡𝗜𝗠 𝗡𝗢 𝗣𝗨𝗦𝗢 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗟𝗨𝗖𝗜́𝗔𝗡 𝗬 𝗤𝗨𝗘𝗥𝗜́𝗔𝗡 𝗤𝗨𝗘 𝗣𝗨𝗗𝗜𝗘𝗥𝗔𝗡 𝗜𝗠𝗔𝗚𝗜𝗡𝗔𝗥𝗟𝗢𝗦. 𝗔𝗤𝗨𝗜́ 𝗟𝗘𝗦 𝗗𝗘𝗝𝗢 𝗟𝗔 𝗜𝗠𝗔𝗚𝗘𝗡 𝗤𝗨𝗘 𝗨𝗦𝗘 𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗥𝗘𝗙𝗘𝗥𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔.
𝗔𝗛𝗢𝗥𝗔 𝗦𝗜 𝗢𝗙𝗜𝗖𝗜𝗔𝗟𝗠𝗘𝗡𝗧𝗘 𝗠𝗔𝗙𝗜𝗔 𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗦𝗘 𝗧𝗘𝗥𝗠𝗜𝗡𝗔. 𝗚𝗥𝗔𝗖𝗜𝗔𝗦 𝗔 𝗧𝗢𝗗𝗔𝗦 𝗟𝗔𝗦 𝗤𝗨𝗘 𝗟𝗔 𝗟𝗘𝗬𝗘𝗥𝗢𝗡.
𝗘𝗦𝗣𝗘𝗥𝗘𝗡 𝗘𝗟 𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗘𝗦𝗣𝗘𝗖𝗜𝗔𝗟 𝗗𝗘 𝗣𝗥𝗢𝗧𝗘𝗖𝗧𝗜𝗡𝗚 𝗟𝗢𝗩𝗘.
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