UNO
Conocerte fue lo mejor que me ha pasado, tu llegada a mi vida la transformó por completo, aún recuerdo cuando te conocí. Tus bellos ojos azules me miraron con curiosidad y un bello brillo instalado en ellos, tu dulce voz saludándome fue como escuchar a los mismos ángeles, y cuando por sorpresa te acercaste a mi y besaste mi mejilla supe que había tocado el mismo cielo.
Todo en ti es perfecto, desde tu suave cabello dorado, hasta tus finos y delgados pies, tu delgada cintura que se ajusta a la perfección a mis manos cuando te abrazo. Azura, mi bella Azura jamás creí poder amar a alguien como te amo a tí y agradezco tanto el día en que acepté ese contrato de negocios que era mi matrimonio con tu madre.
Dos años atrás…
Yo jamás pensé casarme, no quería perder mi libertad, pero aquí estoy firmando un papel que me une a una mujer que no quiero y que no me quiere, y todo porque nuestro matrimonio hará que nuestras empresas se fusionen y se recuperen de la crisis que atraviesan. La de ella por no saber administrar lo que le dejó su difunto esposo, yo por culpa de mi incompetente padre.
Hana es una bella mujer eso no lo niego, sus rasgos japoneses la hacen por demás atractiva, pero es una mujer frívola y egoísta, lo único bueno que he conocido de ella es a su hija, esa jovencita de dieciséis años, que combina la belleza oriental de su madre, con la occidental de su padre.
De carácter amable y bondadoso, con una sonrisa que ilumina cualquier lugar dónde se encuentre, de cuerpo delgado y frágil gracias al ballet que práctica, es una muñeca que se ganó mi corazón nada más verla. Solo por ella soporte las exigencias de Hana con respecto a la boda.
Azura es una niña obediente, lista como ninguna y con una inocencia y dulzura única frente a todos, pero cuando estamos solos, la forma en que me mira, como su voz me seduce lentamente al decirme papi, me está haciendo perder la cordura. Quisiera tomarla y poseerla, pero no puedo, no cuando mi deber es cuidarla y protegerla.
Tocar a Hana es un aliciente a mi deseo reprimido, imaginar que es Azura es lo único que puedo hacer, para después seguir en mi papel de padre.
Ha pasado un año desde mi matrimonio y las cosas han cambiado, Hana se ha vuelto insoportable, y resultó no ser tan buena madre como pensaba, me enfurece que le grite a mi muñeca, cuando ella solo quiere complacerla, así que he tomado el papel de encargarme yo de su educación, se que no es difícil pues siempre es tan obediente, está noche es su cumpleaños y ya tengo preparado su regalo, haremos una cena en casa.
Azura pidió mi permiso para traer a unos amigos a la cena y yo acepté, ¿cómo negarle algo? Pero me equivoqué, fue un error y ahora tendré que castigarla, ¿Cómo se atreve a engañarme? Ese tipo que vino no es su amigo, la ve con deseo, con lujuria y no pienso permitir que la corrompa, ella es demasiado buena para alguien como él.
—Azura —la llamó en cuanto cierra la puerta después de despedir a ese tal Hoseok.
—Sí, papi.
—¿Por qué trajiste a ese tipo? No es tu amigo, se nota que quiere algo más —digo tratando de contener mi furia.
—Si lo es, pero me gusta —esas palabras despertaron el demonio en mi interior.
—Eres una niña, no puedes estar pensando en eso, ¿Acaso quieres ser igual a todas las rameras que van a tu escuela? Se nota que ese tipo solo quiere tener sexo contigo, ¿Eso quieres? ¿Convertirte en una puta?
Sus bellos ojos han comenzado a derramar lágrimas, pero por esta vez no me conmueven, mi enojo es mayor.
—No papi, yo no quiero eso, yo jamás podría… no te enojes conmigo por favor.
—Te has portado mal y tendré que castigarte, ¿lo sabes verdad?
Ella asiente obediente como es, no necesito decirle nada más, pasa a mi lado y camina hasta el sótano, ese lugar que aprendió que es donde recibe sus castigos.
Aún recuerdo la primera vez que tuve que hacerlo, ella lloraba mientras sus brazos estaban atados a la cadena fija en la pared. Yo no le pegaría, jamás podría hacerlo, así que le di a elegir o los golpes de su madre o quedarse ahí por un día, y ella eligió bien.
—Te prefiero a ti papi, siempre a ti.
Sonreí mientras acariciaba su cabello y le dejaba un beso en su cien.
—Así me gusta que seas tan buena, sabes que esto lo hago por tu bien, mi deber es protegerte.
Y aquí estamos otra vez, pero ahora sus manos están suspendidas sobre el techo, los grilletes ceñidos a sus muñecas, su cuerpo desnudo temblando por el frío, mientras mi polla esta dura por tan bella imágen. Acarició suavemente su pecho, mientras mis dientes mueren por morder esas tiernas puntas.
—En un rato vuelvo y espero que hayas aprendido la lección.
Ella solo asiente y yo salgo de ahí, voy directo hasta la puerta tomo mi chaqueta y salgo, no me preocupo por Hana, ella no despertara hasta mañana gracias a lo mucho que bebió.
Conduzco hasta la casa de la familia Jung el auto de Hoseok no está así que decido esperar, después de casi una hora veo llegar el carro de ese tipo que quiere robarme a mi muñeca, antes de que llegue a su puerta lo interceptó, todo él huele a alcohol, y me da asco.
—Señor Kim ¿qué hace aquí? —pregunta con voz pastosa.
—Eres un asco, ¿cómo pretendes querer llevarte a Azura? Cómo podrías estar con ella cuando solo eres una escoria, mírate borracho y sin futuro.
—Solo tome dos copas mientras esperaba por un amigo señor, jamás tomaría delante de ella, yo la quiero.
—No te la mereces —respondo entre dientes, antes de tomarlo del cuello y arrastrarlo hasta su auto.
Estoy agotado, son casi las seis de la mañana, hablar con Jung Hoseok me llevó más tiempo del necesario, entró al dormitorio, el bulto en la cama se mueve un poco, quitó mi ropa manchada antes de entrar en la ducha, ya limpio me encargo de deshacerme de la ropa metiendola en el incinerador para la basura.
Camino hasta el sótano, mi muñeca me espera, su cabeza reposa en uno de sus hombros, su piel blanca se ve un poco más pálida por el frío, y yo sonrió al ver que fue obediente y se mantuvo quiera en la posición en que la deje, abre los ojos y me regala esa bella sonrisa que tanto me gusta.
Con cuidado quitó los grilletes, mientras sostengo su cuerpo, la cargo y la llevó hasta su cuarto, la acomodo en su cama y la tapo antes de darle un beso rápido en los labios.
—Descansa mi niña, te portaste muy bien, ¿Ya no lo volverás a hacer?
—No papi, me pórtare bien —me dice con voz suave antes de cerrar su ojos y dormir.
Una hora después Hana despertó y comenzó con su rutina de belleza diaria, como si con eso logrará verse mejor, cada día se ve más vieja y acabada, jamás podrá igualar la belleza de Azura. Yo me alisto para ir al trabajo, no he dormido pero no importa, primero tenía que ocuparme de cuidar de mi pequeña.
Tres semanas después de su cumpleaños, todo ha vuelto a la normalidad, Azura estuvo un poco triste cuando uno de sus amigos le avisó de la desaparición de Hoseok. Habían encontrado su coche a un kilómetro de su casa, pero no había rastros de él, y hace un par de días encontraron unos restos humanos que se piensan son de él, pero está en tan mal estado que no saben bien qué sucedió, se sospecha de un secuestro que salió mal.
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