VEINTIDOS
—¿De qué quieres hablar? —preguntó la mujer mientras se detenía junto a la casa.
Jungkook la miró ferozmente.
—¿Por qué lo hiciste? —le preguntó con voz severa.
—¿Hacer qué? —le preguntó de vuelta Eun Chae.
—No finjas que no lo sabes. Sé que hiciste sangrar la boca de Jimin. Así que es mejor que me digas, ¿por qué lo hiciste? —le reclamó Jungkook, tratando de controlar sus impulsos.
La chica lo miró con frustración, pero frunció el ceño como si no entendiera.
—¿Por qué piensas que yo hice algo Kook? Yo no hice nada —se defendió Eun Chae con voz dulce y dolida.
—¡No me mientas! —grito Jungkook no muy alto.
—No lo entiendo, ¿por qué te preocupa tanto ese chiquillo? Fue un simple golpe y ahora me estás gritando por su culpa —se quejó la chica.
—Se trata de un niño y es alguien que quiero y estimo, además de que me pidieron cuidarlo, no solo el jefe sino su abuela también, por supuesto que me voy a preocupar, lo que no entiendo es a ti qué carajos te pasa, te lo vuelvo a preguntar, ¿por qué lo hiciste?
Las palabras del pelinegro junto a su actitud molesta hicieron que los ojos de Eun Chae se humedecieran.
—¿Por qué me acusas? Si tú no viste —argumento la chica de mala gana.
—Yo no, pero alguien más vio lo que hiciste, así que deja de mentir y fingirte inocente. ¿No pensaste en que me daría cuenta? —la acusó de nuevo Jungkook.
—No entiendo porque tienes que culparme, yo nunca he hecho nada como para que me acuses de esta manera —replicó Eun Chae con la voz temblando.
—¿Qué está pasando aquí? —la profunda voz de Namjoon sonó detrás de ellos y Eun Chae se puso rígida al escucharlo—. Les hice una pregunta, ¿qué está pasando? —el tono molesto del mafioso piso aún más nerviosa a la chica, que miraba aterrada a Jungkook.
—Nada Nam, solo un pequeño asunto —dijo Jungkook mirando al moreno, ya que no quería hacer más grande el asunto.
—Muy bien, si dicen que no es nada grave no quiero volver a por gritos así, saben que no me gusta que mi gente tenga conflictos. Quiero que se respeten, ¿Entienden? —les ordenó Namjoon y tanto Jungkook como Eun Chae inclinaron la cabeza en asentimiento.
El mafioso los reprendió un poco más y luego mandó a la chica a la cocina a ayudar a Nana, la chica acaba de entrar por la puerta trasera cuando la alterada voz de Jin se escuchó a sus espaldas.
—Jungkook, ¿dónde estás? —grito haciendo que tanto el pelinegro como Namjoon caminarán hacia él.
—Aquí estoy Jin —le respondió Jungkook mientras se acercaba a él.
—¿Viste lo que le sucedió a Jimin? —preguntó Jin, mientras ponía frente a él al jóven.
—Sí lo ví.
—Okey, pensé que no lo habías visto, yo no me di cuenta por estar jugando, dijo que se había golpeado al caer del bote banana —dijo el castaño, haciendo que Namjoon frunciera el ceño y voltear a ver a su amigo al comprender el motivo de la pelea anterior.
—Sí, así es —respondió Jungkook ignorando la mirada del mafioso.
—Deberías llevar a Jimin a que se dé una ducha y a curarle el labio para que sane rápidamente. Namjoon, ¿tú qué haces aquí? Dijiste que irías a ducharte a tomar una ducha —dijo al ver a su pareja.
Namjoon cambió el tema y lo invitó a subir a su habitación, en cuanto a Jimin se quedó quieto mirando al pelinegro.
—Sube a la habitación —le ordenó en voz baja.
Jimin asintió levemente y caminó hacia la recámara.
Cuando llegaron a la recámara, Jimin tomó el brazo de Jungkook y este volteó a mirarlo con ojos feroces.
—¿Qué?
—¿Estás enojado conmigo? —le pregunto Jimin con aflicción en su voz.
—Sí, lo estoy porque te niegas a decirme las cosas —lo regaño y el joven inclinó la cabeza.
—No fue mi intención, no te dije para que no te enojaras —respondió Jimin haciendo suspirar con pesadez al mayor.
—¿Entonces prefieres que me enoje contigo que con quién realmente se lo merece? —volvió a preguntar Jungkook y Jimin negó con la cabeza.
—No, yo no quiero que te enojes ni conmigo, ni con nadie.
Una leve sonrisa se formó en la boca del pelinegro y frotó la rubia cabeza del pequeño.
—Eres demasiado bueno para este mundo —murmuró, mientras Jimin lo miraba desconcertado—. A partir de ahora, si alguien te hace o pasa algo dímelo directamente. Si mientes o te callas así de nuevo, me enojaré contigo durante mucho tiempo y me alejaré de tí, ¿entiendes? —Jungkook fingió amenazarlo.
La cara de Jimin se entristeció y sus ojos se humedecieron al instante.
—Sí, lo entiendo —respondió Jimin en voz baja y con un poco de temblor.
—Ve a ducharte, después me bañaré yo, y cuando termine pondremos pomada en tu boca para que sane —le dijo Jungkook entregándole una toalla y empujándolo al baño.
En cuanto a él, se quitó la ropa mojada y se envolvió una toalla en la parte inferior. Jimin se iba a quitar la ropa cuando recordó que las paredes del baño eran transparentes.
—Kookie —lo llamó Jimin abriendo la puerta del baño y salió en busca del mayor.
—Hmm… ¿qué pasa?
—Umm… yo… el baño… —dijo entrecortado en voz baja.
Jungkook lanzó una sonrisa traviesa.
—Vamos, no es como si nunca nos hubiéramos visto —respondió Jungkook, haciendo que la cara del joven se sonrojara.
—Pero… —trató de objetar Jimin, porque estaba avergonzado.
—Anda, ve a bañarte, que me está dando frío por la ropa húmeda, esperas que me dé neumonía —fingió decir Jungkook.
—Está bien, pero no me mires mucho —respondió el joven antes de volver a cerrar la puerta del baño.
La pequeña figura fue a desvestirse en el espacio entre el inodoro y la bañera, antes de caminar hacia la ducha. Mientras que Jungkook caminó por la habitación recogiendo las cosas que estaban desordenadas fingiendo no prestarle atención. Jimin abrió la regadera y comenzó a lavarse, el pelinegro sonrió en secreto antes de sentarse al borde de la cama para mirar a la pequeña figura que se duchaba a través del espejo, contemplando el perfecto cuerpo desnudo que despertaba en él tantas sensaciones.
—Maldita sea, parezco un maldito enfermo —murmuró, se puso de pie y salió a fumar al balcón, cerrando la puerta tras de sí.
El deseo que sentía por Jimin cada vez crecía más, si seguía mirándolo terminaría por sacarlo del baño y llevarlo hasta la cama para tomarlo, y todas terminarían por darse cuenta de lo que pasaba entre ellos.
Con esos pensamientos en su mente, terminó de fumar y dio un vistazo al interior del cuarto. Jimin había terminado de ducharse y estaba parado frente al espejo, cuando sus miradas se cruzaron, las mejillas del joven se sonrojaron no sabía si era vergüenza a algo más, pero cuando vio los ojos negros de Jungkook sintió un intenso calor por todo su cuerpo.
—Kookie, ya terminé de ducharme, puedes entrar —le dijo Jimin y él obedeció.
—Espérame aquí, no bajes —le advirtió.
—Sí —respondió el rubio antes de caminar hacia el tocador.
Al ver la ropa de Jungkook apilada en la cama, Jimin planeó ponerla en una percha para evitar que se arrugará, tomó las prendas y cuando miro al frente su rostro se puso pálido, cuando su vista se fijó en el cuerpo desnudo de Jungkook, el aire se negó a entrar a sus pulmones y sus piernas temblaron.
La espalda ancha y tatuada, junto a su firme trasero hicieron que el joven enrojeciera y la sensación de sofo aumentará. Mentalmente Jimin agradeció que Jungkook estuviera de espaldas, pero cuando el pelinegro se movió quedando de perfil, y le permitió ver sus enormes brazos, la forma plana y marcada de su abdomen.
Sin darse cuenta su mirada viajó hasta el miembro semi erecto del pelinegro, trago saliva al verlo y su cuerpo despertó ante la imagen, cuando de pronto Jungkook giró la cabeza y lo vio, Jimin se sintió terriblemente avergonzado y se dió la vuelta con rapidez, haciendo sonreír al mayor con picardía.
Cuando terminó de ducharse, envolvió una toalla en su cintura y salió, para enfrentar al joven.
—¿Qué pasa? ¿por qué tienes la cara roja? —le preguntó Jungkook fingiendo no saber.
Jimin hizo un leve puchero con sus labios antes de negar con la cabeza.
—Nada, vístete. Ya me aplique la pomada en el labio, iré a ayudar a la abuela —le dijo cambiando de tema.
Jungkook sonrió y le frotó el cabello antes de comenzar a vestirse, Jimin dejó escapar un suspiro mientras pensaba que moriría de pena si Jungkook supiera lo que le provocó en su cuerpo verlo ducharse. Cuando ambos estuvieron vestidos, bajaron junto a los demás a la playa frente a la villa. Jin estaba ayudando a Nana y los invito a que sentarán en la mesa con él y Namjoon.
—¿Quieres comer cangrejo a la parrilla? —le preguntó el pelinegro a Jimin.
—Sí gracias —respondió el joven de inmediato y Jungkook se puso de pie y fue hasta la parrilla donde algunos de los hombres estaban asando los mariscos.
—Ten, yo los pelare por ti —le dijo cuando volvió a la mesa con los cangrejos y mariscos.
Jimin asintió y dejó que el mayor pelara la carne de cangrejo y después él la comía con deleite.
—Jungkook, deja que Jimin lo haga y come tú también, lo estás mal acostumbrando —le dijo Nana mientras negaba con la cabeza pero sonreía al mismo tiempo.
—Está bien Nana, me parece bien que se acostumbre a que lo cuide —respondió Jungkook con una sonrisa.
—Yo solo sé que cuando tengas una novia, se que la cuidaras bien por la forma en que cuidas de mi nieto —comentó la anciana haciendo que Jimin y Jungkook se congelaran un poco y que el corazón de su nieto doliera al pensar en eso.
—Cuando alguien es importante para mí, cuido de esa persona. Por cierto, Nana, ¿tú no estás comiendo camarones? —preguntó Jungkook cambiando de tema.
—No, pero no sé te ocurra darme, yo lo haré, ya tienes suficiente —le respondió la mujer con una sonrisa.
Todos comieron y bebieron tranquilamente, disfrutando del lugar y la compañía, cuando empezó a hacerse un poco tarde, Nana se retiró a descansar a su habitación al igual que Jimin y Jungkook.
—¿Tienes sueño? —preguntó Jungkook cuando vio a Jimin sentado con los ojos semi abiertos.
—Un poco —respondió el joven en voz baja.
Jungkook sabía que probablemente el joven estaría cansado de jugar en el mar.
—¿Por qué dices un poco? Parece que te estás durmiendo —le pregunto con una sonrisa.
—Dormiré un poco, quiero despertar temprano para ver el amanecer como dijo Jin hyung —respondió el joven.
Jungkook caminó y se sentó en el borde de la cama donde dormía y tapó al jóven con la cobija.
—Muy bien, duerme yo bajaré a ayudar a limpiar —le dijo en tono suave antes de inclinarse y besarlo en la frente provocando una sonrisa de Jimin.
—Ven a dormir pronto, para que podamos ver el amanecer juntos.
—Sí —respondió el mayor antes de levantarse y apagar la luz.
Tan tonto como Jungkook salió del cuarto, Jimin se durmió lentamente por el agotamiento.
—Jimin despierta —la suave voz de Jungkook sonó llamando al pequeño dormido sobre su brazo.
—¿Qué hora es? —preguntó el joven abriendo lentamente los ojos.
—Son las cinco de la mañana, ve a lavarte la cara.
Jimin se levantó lentamente y fue a lavarse la cara, mientras Jungkook tendría la cama y se estiraba para apartar el cansancio, había dormido solo un par de horas, la noche anterior después de ayudar a limpiar subió a dormir, cuando Yoongi lo llamó porque un par de hombres de Choi habían irrumpido en la casa, los detuvieron y los llevaron a un bodega para interrogarlos.
Cuando estuvieron listos, el rubio invito a Jungkook a salir al balcón donde se toparon con Jin y Namjoon. Los invitaron a bajar a la playa para ver el amanecer, pero la pareja declinó pues preferían verlo desde el balcón.
Ellos volvieron dentro de la habitación, Jungkook tomó un abrigo para Jimin y bajaron, fueron a la cocina donde Nana estaba cocinando y les dijo que podían ir a ver el amanecer, ambos asistieron y salieron.
—Wah... El viento es muy fuerte —dijo Jimin cuando sintió la brisa soplando frente a su cuerpo.
—Vamos a sentarnos y mirar desde ahí. ¿De acuerdo? Está tranquilo —le dijo Jungkook señalando una palmera junto a la playa.
Jungkook se sentó en la arena mientras Jimin jugaba un poco con las olas que llegaban a la orilla, el pelinegro lo observó con una sonrisa, hasta que poco a poco la luz de un nuevo día comenzaba a brillar.
—Jimin, ven y siéntate aquí, el sol está a punto de salir —lo llamó Jungkook.
El rubio corrió para sentarse a su lado mientras miraba el mar, el sonido de las olas rompiendo contra la orilla hizo que los dos se sintieran bastante relajados. Jimin inclinó la cabeza hacia el hombro de Jungkook y esté levantó los brazos para rodear sus delgados hombros.
—Está saliendo el sol dijo Jimin señalando el horizonte, donde el sol se veía enorme tiñendo el cielo de un hermoso color naranja, mientras se elevaba—. No traje mi teléfono, me hubiera encantado tomarle una foto —continuó diciendo con pesar.
—Yo traje el mío —le dijo Jungkook mientras sacaba su teléfono y se lo entregaba.
—Oh Kookie, ¿en qué momento tomaste está foto? Es vergonzoso verme así en la pantalla —comentó Jimin al ver una foto de él mientras dormía como fondo de pantalla, mientras que la foto de bloqueo era la que ellos se habían tomado juntos cuando el mayor le compró el teléfono.
—¿Por qué te da vergüenza? Te ves tan lindo cuando duermes, que no pude resistirme —respondio Jungkook con una sonrisa y Jimin arrugó la nariz.
Luego comenzó a tomar fotografías del amanecer, después de un rato Jimin se giró hacia él pelinegro.
—Jungkook, tomemos una foto juntos con el sol detrás —lenpidio y el pelinegro asintió mientras se ponía de pie.
—La foto saldrá mejor así —dijo antes de tomarlo por la cintura y alzarlo.
—¡Woah! —gritó Jimin mientras se abrazaba del cuello del pelinegro porque tenía miedo de caerse, haciendo que sus rostros quedarán juntos.
—Eres muy fuerte Kookie —comentó el joven con una sonrisa.
—Toma la foto —pidio Jungkook.
Jimin asintió y estiró el brazo para enfocar la camara del teléfono frente a ellos, mientras con la otra mano se sujeta del cuello de Jungkook. Sus mejillas estaban pegadas, el rubio sonreía ampliamente al igual que él mayor. El joven continuó tomando varias fotos hasta que quedó satisfecho.
—Kookie puedes bajarme por favor.
Jungkook lo movió dejándolo frente a él, pero con su cabeza más alta que la suya.
Jimin mira a Jungkook y arqueó las cejas confundido y esté le sonrió.
—Inclínate un poco —le dijo.
—¿Por qué quieres que me incliné? —preguntó Jimin pero aún así obedeció.
—¿Puedes besarme? —preguntó el pelinegro suavemente.
El rostro de Jimin se calentó inmediatamente al escucharlo.
—Alguien nos verá —respondió el joven en voz baja.
Porque ambos estaban en la playa, aunque la casa estaba lejos y había un árbol que los cubría.
—El cielo aún no es brillante y nadie camina por aquí. Si no lo haces rápido alguien puede venir, no lo sé —dijo Jungkook fingiendo asustarlo.
Solo quería saber si el rubio se atrevía a hacer lo que le pedía. Jimin miró a la derecha y a la izquierda antes de besar ligeramente sus labios y se apartó.
—Eso es todo por ahora —le dijo Jimin con una expresión tímida.
Jungkook sonrió en aceptación antes de ponerlo sobre el suelo.
—Entonces en la habitación te pediré más besos —le dijo el mayor e hizo que el rubor se hiciera más grande en el rostro del joven.
El sol ya había pasado el horizonte, cuando Jungkook tomó la mano de Jimin y lo llevó de regreso a casa.
Nana ya había preparo el desayuno
para todos y Namjoon les dijo que los llevaría a todos a bucear para ver los corales, haciendo que Jimin se emocionará una vez más, por una nueva cosa que haría por primera vez.
Solo diré una cosa.
Vayan preparando sus biblias pecadoras...
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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