11. PERFECTO
Hoseok estaba nervioso, más nervioso de lo que había estado jamás mientras esperaba ver aparecer al amor de su vida, a su lado Jungkook le daba muestras de apoyo, al igual que sus preciosos cachorros cargados en los brazos de sus abuelos.
Los pequeños alfas de seis meses de nacidos, miraban atentamente como si supieran que sus padres estaban por unir sus vidas para siempre. El sonido de suave música se hizo presente y la puerta que había estado contemplando se abrió, y ahí estaba.
Con un sencillo traje en color marfil con esa hermosa sonrisa adornando su rostro, sus ojos brillando y fijos en él, mientras caminaba a paso lento al lado de su hermano. Todo lo demás no existía, en ese momento solo eran ellos dos.
Taehyung no podía creer que el día por fin hubiera llegado. Después del nacimiento de sus hijos, Hoseok le había pedido matrimonio una semana después de que ellos salieran por fin de la incubadora, ese día habían llegado del hospital, su pequeño departamento estaba adornado con flores y globos blancos y azules, y un enorme letrero con la pregunta brillando en letras doradas.
Ninguno de los dos quiso esperar mucho tiempo, los preparativos fueron sencillos, Taehyung no quería una enorme boda, prefirió algo más íntimo, así que ahí en ese pequeño salón cerca del río Támesis , con el puente de Bridge de fondo estaban sus amigos y familia viéndolo caminar hasta el altar donde lo esperaba Hoseok.
Con su sonrisa alumbrandolo todo, sus preciosos ojos marrón mirándolo con tanto amor, a su lado sus cachorros, y él no podía ser más feliz.
—Cuida de mi hermano Hoseok —la voz de Namjoon lo hizo darse cuenta de que ya estaba a su lado.
El beta asintió mientras lo tomaba de la mano y dejaba un suave beso en ella. El sacerdote comenzó con la unión hasta que llegó el momento de decir sus votos.
—Tae, mi amor hace un tiempo te dije que yo no podía estar con un Omega como tú, se que en ese momento parecía un insulto, pero en realidad era por mis propios miedos, sentía que no merecía amar a nadie, ni que me amaran, me aterraba la idea de volver a sufrir, pero tú, con tu manera de ser, con tu arrogancia y fortaleza y al mismo tiempo tan frágil me conquistarte, te amo con todo lo que soy Kim Taehyung. Y te agradezco por amarme y darme una hermosa familia.
El Omega lloraba de felicidad, su corazón latía apresurado al compás de las palabras del Beta, que también tenía los ojos brillantes por el llanto contenido.
—Hobi, yo sé que no soy el Omega perfecto, estoy lleno de defectos, puedo ser bastante inmaduro y caprichoso, pero te amo, te amo como jamás he amado a nadie, te agradezco por haberme enseñado a ver mis errores, por amarme así como soy, por darme a ese par de cachorros que junto contigo son mi vida entera. Te amo.
Todos los presentes sonreían a la pareja, y podían jurar que nunca habían visto tanto amor en los ojos de alguien. El sacerdote les dió la bendición y ellos sellaron su amor con un beso, mientras todas aplaudían.
La fiesta pasó entre nubes y humo para la pareja de recién casados, hasta que el momento de despedirse llegó, se tomarían un par de días fuera solamente, ninguno de los dos quería estar lejos mucho tiempo de sus bebés.
—Ya nos vamos cuñado, cualquier cosa que necesiten los gemelos no duden en llamar y volveremos —dijo Hoseok al alfa que cargaba al pequeño Heeseung.
—Nada de llamarlos, ustedes disfruten un rato de ustedes dos, desde que nacieron los bebés no han tenido tiempo para ustedes, además nos servirá de entrenamiento cuidarlos ahora que pronto Jessi tendrá a nuestro cachorro.
—Ok, de todas maneras estaremos al pendiente.
Taehyung le entregó al pequeño Taeil que dormía tan tranquilo a Jessi, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, iba a ser la primera vez que se separaba de sus cachorros y se sentía triste.
—No llores Tae, estarán bien lo prometo.
—Lo sé, pero es que ¿Y si me necesitan? Están acostumbrados a que sea yo quien los duerma.
—Van a estar bien, ya que no quisieron tener viaje de bodas por lo menos disfruta estos días con Hobi, además que tienen que cerrar el lazo ¿O no quieres su marca?
—Claro que lo quiero, pero…
—Pero nada, anda ya te esperando.
Con pesar le dió un último beso a su bebé y se despidió de su hermano antes de besar la frente de su otro hijo, se subió al carro, en poco tiempo ya estaban en camino al exclusivo hotel donde pasarían su primera noche como recién casados.
El Omega se sentía nervioso, a pesar de que no era la primera vez que estarían juntos en la intimidad, si sería su primera noche como esposos y además recibiría la marca de unión.
Cuando llegaron subieron de inmediato a la habitación, antes de entrar Hoseok lo cargo.
—¿Qué haces? Bájame —se quejó el Omega.
—¿No dicen que los recién casados deben entrar al lecho nupcial así? —dijo jugando el beta.
—Eres un tonto.
—Pero soy el tonto que amas.
—De eso no hay duda.
La habitación estaba decorada según las instrucciones que dió Hoseok, velas iluminando, flores esparcidas alrededor, un botella de vino dispuesta para que brindarán. Era lo más romántico que alguien hubiera hecho por el Omega y confirmaba una vez más porque amaba tanto al Beta.
Con cuidado lo dejó sobre la cama, mientras le pedía que no se moviera, sirvió dos copas y después volvió a su lado.
—Brindo por ti, por hacerme tan feliz, por amarme aún cuando yo pensaba que no quería que lo hicieras —hablo Hoseok mientras chocaba su copa.
—Y yo brindo por nuestra felicidad, por nuestras pequeña familia, por dejar atrás el pasado, pero sobre todo por amarme así tan imperfecto como soy.
—Tu eres el Omega más perfecto que puede haber en el mundo, y eres todo mío Jung Taehyung.
—Y tu eres solo mío Jung Hoseok.
Ambos bebieron de su copa, antes de besarse, en cada caricia, en cada suspiro, se dijeron cuánto se amaban, poco a poco las prendas que los cubrían cayeron al piso, Hoseok disfruto de besar cada rincón del delgado cuerpo del Omega, mientras saque Taehyung disfruto de cada caricia.
Se entregaron en cuerpo y alma, convirtiéndose en un mismo ser cuando, al borde de su liberación Hoseok clavó sus dientes en la zona más sensible de su cuello, uniendo sus vidas para siempre, ambos prometiendo amarse eternamente.
Los dos sabían que las cosas no siempre serían fáciles y que su historia no había sido perfecta, pero era la prueba de que hasta el amor podía ser imperfectame perfecto.
FIN.
Y así llegamos al final de esta historia, como siempre que termino uno de mis bebés me entra la nostalgia. Espero que les haya gustado y que le sigan dando su amor.
Gracias por el apoyo, y el cariño que me brindan con cada lectura, voto y comentario, no saben lo mucho que para mí significa que les guste lo que hago.
Muchas gracias bellezas las amo.
Las invito a leer alguna de las demás historias que tengo en mi perfil.
Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘
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