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○°「 Ꮯᾰ℘!ɬʊʆꪮ 17 」°○

[Narrador/a POV]

Second estaba ansioso pero emocionado mientras ajustaba los últimos detalles del picnic que había preparado en la cima de la colina. Había elegido un lugar rodeado de flores silvestres y con una vista espectacular al atardecer. La manta estaba perfectamente colocada sobre el pasto, con almohadas para mayor comodidad. La cesta estaba lista, llena con sándwiches recién preparados, mientras que la cubeta con hielo mantenía la botella de vino fría. Las copas estaban al lado, listas para brindar. Todo tenía un aire romántico y cuidado.

Cuando Red volvió a casa una hora después, Second lo estaba esperando en la puerta con una sonrisa que parecía brillar más que el sol. Red alzó una ceja, intrigado, pero no pudo evitar sonreír un poco al verlo tan emocionado.

-¿Qué pasa? -preguntó Red, cruzando los brazos con un toque de curiosidad fingida.

Second dio un paso hacia él y tomó sus manos con delicadeza.
-Te tengo una sorpresa. Quiero llevarte a un lugar especial. ¿Confías en mí?

Red no pudo evitar reír suavemente, aunque trató de ocultarlo.
-Siempre confío en ti, Second. ¿Qué estás tramando?

-Eso lo descubrirás pronto -respondió Second con una sonrisa traviesa, guiándolo fuera de la casa.

El camino hacia la colina fue tranquilo, con ambos caminando lado a lado. A veces sus manos se rozaban, pero ninguno decía nada al respecto. Red trataba de adivinar qué planeaba Second, pero cada vez que preguntaba, Second solo sonreía y decía:
-Ya casi llegamos.

Cuando finalmente alcanzaron la cima, Red se detuvo en seco al ver la escena frente a él. La manta, las almohadas, la cesta con comida, y el vino con las copas perfectamente colocadas. Todo parecía salido de una película romántica.

-Second... ¿hiciste todo esto? -preguntó Red, claramente sorprendido.

Second lo miró a los ojos, con una sonrisa suave.
-Lo hice para ti. Quiero que este momento sea especial, para nosotros.

Red no sabía qué decir al principio, así que simplemente permitió que Second lo guiara hacia la manta. Se sentaron juntos, y Second comenzó a servir el vino en las copas mientras le ofrecía un sándwich a Red.

-No tenías que hacer todo esto, ¿sabes? -dijo Red mientras miraba alrededor, todavía impresionado.

-Lo sé -respondió Second, inclinándose un poco más cerca de él-. Pero quería hacerlo. Tú eres importante para mí, Red. Mereces algo especial.

Mientras hablaban y disfrutaban del picnic, el cielo comenzó a teñirse de colores cálidos mientras el sol se ponía en el horizonte. Second sabía que era el momento perfecto. Tomó una de las manos de Red, entrelazando sus dedos.

-Red, hay algo que quiero decirte.

Red lo miró directamente a los ojos, sintiendo que su corazón latía un poco más rápido.
-Dime.

Second respiró hondo, su mirada llena de sinceridad.
-Sé que hemos pasado por muchas cosas juntos, y que esto es algo nuevo para ambos, pero... quiero que sepas lo importante que eres para mí. No solo quiero que seamos lo que somos ahora, quiero algo más. Red, ¿quieres ser mi novio?

El silencio que siguió fue breve, pero para Second se sintió eterno. Red bajó la mirada, luego la levantó de nuevo, con un pequeño rubor en sus mejillas.

-Eres un tonto por hacerme esto tan difícil, ¿sabes? -dijo Red con una sonrisa tímida. Luego apretó la mano de Second con fuerza-. Sí, quiero ser tu novio.

La sonrisa de Second fue radiante mientras se inclinaba hacia adelante, abrazando a Red con fuerza. Ambos se quedaron así por un momento, disfrutando de la calidez del otro mientras el sol desaparecía en el horizonte, marcando el inicio de algo nuevo y hermoso entre ellos.

---

La botella de vino empezó a vaciarse lentamente mientras ambos reían y conversaban bajo el cielo estrellado. Second había servido las copas con generosidad, y aunque al principio Red se mostró algo reservado, poco a poco fue relajándose más, su risa tornándose más frecuente y su mirada menos seria.

-¿Sabes qué? -dijo Red, apoyándose en una de las almohadas mientras giraba la copa de vino en su mano-. Nunca imaginé que alguien como tú fuera capaz de hacer algo tan... romántico.

Second arqueó una ceja, fingiendo indignación.
-¿Alguien como yo? ¿Qué significa eso?

-Ya sabes... eres tan... -Red hizo un gesto vago con la mano, claramente buscando las palabras correctas-. Tan torpe a veces. Pero esto... -Red señaló el picnic con la copa, dejando escapar una pequeña risa-. Esto fue perfecto.

Second dejó escapar una carcajada, acercándose más a él.
-Bueno, hasta los torpes tienen sus momentos de gloria, ¿no?

Ambos estallaron en risas, el ambiente entre ellos volviéndose más ligero y cálido. Pero el vino empezaba a hacer efecto, y pronto las risas se convirtieron en silencios prolongados y miradas más largas. Red dejó su copa vacía a un lado y suspiró, mirando a Second con una expresión que mezclaba diversión y algo más que él mismo no podía identificar del todo.

Second, sintiendo el cambio en el aire, se inclinó ligeramente hacia él, su voz más baja y suave.
-¿Qué pasa? Te quedaste callado de repente.

Red se mordió el labio, desviando la mirada por un momento antes de volver a enfrentarlo.
-Solo... es raro, ¿sabes? Sentirme así. Contigo. Nunca pensé que...

Second no dejó que terminara. Se acercó más, tomando el rostro de Red con una delicadeza que contrastaba con su estado ligeramente afectado por el alcohol.
-No tienes que decir nada.

Red abrió los labios para responder, pero las palabras murieron en su garganta cuando Second acortó la distancia entre ellos, sus frentes tocándose. Podía sentir el aliento cálido de Second mezclado con el aroma del vino. El ambiente estaba cargado de una tensión dulce, como si el tiempo se hubiera detenido solo para ellos.

-¿Puedo besarte? -susurró Second, sus dedos acariciando la mandíbula de Red con suavidad.

Red no respondió con palabras, pero sus ojos, brillando a la luz de las estrellas, y la manera en que sus manos se aferraron a la camisa de Second fueron respuesta suficiente.

Second cerró el espacio entre ellos, y esta vez el beso fue más profundo, más intenso. No había titubeos ni interrupciones, solo ellos dos, perdiéndose en el momento. Los efectos del vino hicieron que todo se sintiera más eléctrico, más vivo, como si cada caricia, cada roce de sus labios fuera amplificado.

Cuando se separaron, ambos estaban respirando con dificultad, sus rostros aún tan cerca que sus narices se rozaban. Red soltó una risa suave, nerviosa, y apoyó su frente contra la de Second.
-Definitivamente este vino hace cosas raras...

Second rió también, deslizando una mano hacia el cabello de Red, jugando con los mechones desordenados.
-Si esto es raro, no quiero que termine.

Red rodó los ojos, aunque no pudo ocultar la sonrisa que se formó en sus labios. Sin decir nada más, se inclinó para besarlo de nuevo, esta vez tomando la iniciativa. El beso fue lento, exploratorio, lleno de una pasión que ambos estaban empezando a descubrir juntos.

La noche avanzó mientras ambos seguían disfrutando de la compañía del otro, sus risas y caricias mezclándose con la brisa nocturna. Aunque el vino había ayudado a romper barreras, lo que compartían iba mucho más allá de eso: un vínculo que estaba comenzando a florecer de verdad.

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La caminata de regreso a casa estuvo llena de sonrisas y pequeñas caricias furtivas. El aire fresco de la noche les envolvía, y las estrellas parecían aún más brillantes mientras Second y Red bajaban la colina tomados de la mano, disfrutando del silencio compartido. Después de los besos y las palabras que intercambiaron durante el picnic, ambos sentían algo distinto, como si esa noche hubiera marcado un antes y un después en su relación.

Cuando llegaron a la casa, Second abrió la puerta, encontrándose con un extraño silencio que no correspondía al bullicio habitual. La casa estaba completamente vacía. No había risas provenientes de la sala, ni el sonido de pasos o conversaciones lejanas.

-¿Dónde están todos? -preguntó Red, frunciendo el ceño mientras dejaba sus cosas en el sofá.

Second también parecía confundido.
-No lo sé. Estaban aquí cuando nos fuimos...

Red, curioso, decidió revisar las habitaciones mientras Second sacaba su teléfono para intentar contactar a alguien. Tras unos minutos, logró enviarle un mensaje a Green:

-Oye, ¿dónde están? La casa está vacía. ¿Qué pasó?

Green respondió rápidamente, como si ya esperara el mensaje:

-Relájate, Second. Me llevé a Blue y a Yellow a la casa de Purple. Pensé que te vendría bien algo de tiempo a solas con Red 😉.

Second sintió cómo el calor le subía al rostro al leer el mensaje. Sus dedos temblaron un poco mientras respondía:

-¿Qué? ¿Por qué harías eso?

-Porque soy un genio -respondió Green, junto con un emoji de cara sonriente.
-Disfruta tu noche, y por favor, no me lo arruines. Me costó convencer a Blue.

Second dejó escapar un suspiro, pasándose una mano por el cabello mientras procesaba la situación. Justo en ese momento, Red regresó a la sala, con las manos en los bolsillos.

-No hay nadie. Parece que nos dejaron la casa solo para nosotros -comentó Red, arqueando una ceja con algo de desconfianza.

Second trató de parecer casual, pero su voz lo traicionó.
-Sí... parece que Green planeó esto. Se llevó a los demás a la casa de Purple para que tengamos la noche libre.

Red lo miró fijamente durante unos segundos, y luego soltó una pequeña risa, negando con la cabeza.
-¿De verdad? Green siempre tiene algo entre manos.

-Dímelo a mí... -murmuró Second, aunque no podía evitar sonreír. Después de todo, tener la casa para ellos no era algo que pasara todos los días.

-Bueno, supongo que eso significa que tenemos la noche para nosotros. ¿Qué quieres hacer? -preguntó Red, apoyándose contra el respaldo del sofá con una expresión relajada, aunque sus ojos traicionaban una chispa de interés.

Second se rascó la nuca, nervioso pero emocionado.
-Podemos... no sé, ver algo en la tele, o cocinar algo juntos. O simplemente hablar.

Red sonrió, divertido por lo nervioso que estaba Second. Se acercó un poco más, cruzando los brazos mientras lo miraba.
-¿Cocinar? ¿Tú? Eso quiero verlo.

-¡Oye! Sé cocinar algunas cosas... -protestó Second, fingiendo estar ofendido.

-Claro, claro... -respondió Red con una risa suave.
-Pero está bien. Podemos hacer lo que quieras.

Second lo miró, y por un momento se perdió en sus ojos, recordando lo que habían compartido esa noche en la colina. Sentía que este era el momento perfecto para fortalecer lo que estaba naciendo entre ellos.

-¿Te parece si preparamos algo simple y luego vemos una película? -propuso finalmente, acercándose un poco más.

Red asintió, con una sonrisa más sincera.
-Me parece perfecto. Pero esta vez yo corto los vegetales. No quiero que te lastimes por accidente.

Ambos rieron mientras se dirigían a la cocina, listos para disfrutar de una noche que, gracias a Green, prometía ser inolvidable.

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Second y Red llegaron a la cocina, donde aún quedaba una atmósfera tranquila, casi íntima, tras su cita en la colina. Second abrió el refrigerador y sacó algunos ingredientes básicos: un poco de pollo, verduras, y pasta.

-No es la gran cosa, pero creo que podemos hacer algo decente con esto -dijo Second, colocando todo sobre la encimera.

Red arqueó una ceja mientras observaba.
-¿Tú vas a cocinar? ¿O planeas que haga todo el trabajo? -preguntó, cruzándose de brazos con una sonrisa burlona.

Second tomó un cuchillo, mostrándoselo.
-Yo también voy a ayudar, ¿sabes? Pero solo porque quiero impresionarte.

-Buena suerte con eso -respondió Red, riendo mientras agarraba las verduras.
-Yo corto, tú te encargas del pollo. No quiero que termines sin un dedo.

Comenzaron a trabajar juntos, con Second concentrado en sazonar el pollo mientras Red picaba las verduras con precisión sorprendente. La conversación fluía naturalmente, aunque había un aire juguetón entre ellos.

En algún momento, Second recordó el vino que había sobrado del picnic. Sin decir nada, sacó la botella de la nevera junto con un par de copas.

-¿Vino para acompañar la cocina? Esto ya parece demasiado elegante -comentó Red, con una sonrisa mientras seguía cortando.

Second le sirvió una copa y luego otra para sí mismo.
-Bueno, ya que Green nos dio la casa para nosotros, hay que aprovecharlo, ¿no crees?

Red tomó la copa y la alzó hacia Second.
-Por la noche más rara pero interesante que he tenido en mucho tiempo.

Second chocó suavemente su copa contra la de Red y ambos bebieron un sorbo. A medida que seguían cocinando, las risas se hicieron más frecuentes, en parte gracias al vino que empezaba a relajarlos más de lo habitual.

-Oye, esto no está tan mal -comentó Red mientras probaba un trozo de zanahoria que había picado.
-Quizás hasta tengas talento para cocinar si te lo propones.

Second se encogió de hombros, fingiendo modestia.
-Te dije que podía hacerlo. Solo necesitaba al mejor sous-chef del mundo a mi lado.

Red rió y negó con la cabeza, aunque no pudo evitar sonrojarse un poco. Para disimular, levantó la copa y tomó otro sorbo de vino.

Cuando terminaron de cocinar, sirvieron la pasta con pollo y verduras en dos platos y se sentaron en la mesa, aún con las copas de vino a un lado. La comida estaba deliciosa, aunque no sabían si era por el esfuerzo conjunto o por el ambiente cálido que compartían.

-Está bueno, ¿eh? -dijo Second, mirando a Red mientras masticaba.

Red asintió con una sonrisa.
-Sí, está mejor de lo que esperaba. Me sorprendes, Second.

Después de terminar, Red se apoyó contra la silla, mirando a Second con una expresión más suave.
-¿Sabes? Esto fue... lindo. No suelo pasar noches así.

Second sonrió, jugueteando con su copa de vino.
-Es porque normalmente no estoy yo para organizarte la vida.

Ambos rieron y, antes de darse cuenta, estaban nuevamente enfrascados en una conversación, con las copas ya vacías y las miradas cada vez más profundas. El vino había hecho su trabajo, relajándolos lo suficiente como para que no quisieran terminar la noche tan rápido.

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Second tomó suavemente la mano de Red después de recoger los platos y limpiar la mesa.

-Ven conmigo, tengo una idea para relajarnos un rato más -dijo con una sonrisa que escondía algo más.

Red lo miró curioso, pero no puso resistencia.
-¿Qué tienes en mente ahora? ¿Más sorpresas?

Second simplemente tiró de su mano, llevándolo hacia su habitación. Abrió la puerta con un gesto tranquilo y señaló la cama. Sobre ella, había una pequeña pila de almohadas y una manta doblada a un lado, el lugar perfecto para una noche cómoda.

-Podemos ver algo en el celular -sugirió Second mientras buscaba su dispositivo.
-Algo tranquilo, nada de esas cosas raras que te gusta ver, Red.

Red se dejó caer en la cama con una sonrisa perezosa, apoyando su espalda contra las almohadas.
-Oye, mis gustos son geniales. Eres tú el que siempre se queja.

Second rió, subiendo a la cama junto a él. Se acomodó lo suficientemente cerca como para que sus hombros se tocaran, con el celular sostenido entre los dos. Eligieron un video cualquiera, algo gracioso, pero la atención no tardó en desviarse del contenido.

Second notó que Red parecía distraído, su mirada fija en la pantalla pero sus pensamientos claramente en otro lugar.

-¿Todo bien? -preguntó Second en voz baja, inclinándose un poco más hacia él.

Red giró la cabeza para mirarlo, sus ojos brillando con algo que Second no pudo descifrar del todo.
-Sí, solo... estoy pensando en todo lo que ha pasado entre nosotros últimamente.

Second dejó el celular a un lado, apoyándolo contra la mesita de noche. Su atención ahora estaba completamente en Red.
-¿Y eso es algo bueno o malo?

Red soltó una pequeña risa.
-Es... bueno. Muy bueno, en realidad. Solo que me sigue pareciendo un poco irreal. Tú y yo aquí, juntos.

Second no dijo nada al principio. En cambio, deslizó una mano hacia la de Red, entrelazando sus dedos con suavidad.
-No es irreal. Es lo más real que he sentido en mucho tiempo.

Red se quedó en silencio, pero no apartó la mano. Second se inclinó hacia él, acercándose lo suficiente como para que sus rostros estuvieran a centímetros de distancia.

-Red... -susurró Second, con una mezcla de nerviosismo y ternura en su voz.

Red no respondió con palabras, sino que cerró la distancia entre ellos, sus labios encontrándose en un beso lento y cargado de emoción. Era diferente a los anteriores, más profundo, más seguro. Como si en ese momento, el mundo entero desapareciera, dejando solo el latido de sus corazones resonando en el aire.

Second llevó una mano a la mejilla de Red, acariciándola con cuidado mientras el beso se intensificaba. Red correspondió, sus dedos encontrando el cabello de Second, hundiéndose en él como si no quisiera soltarlo nunca.

El tiempo parecía haberse detenido. Ninguno de los dos sabía cuánto había pasado cuando finalmente se separaron, sus respiraciones mezclándose mientras sus frentes quedaban apoyadas una contra la otra.

-Esto... esto fue inesperado -susurró Red, tratando de calmar su respiración, pero sin poder ocultar la sonrisa que se formaba en sus labios.

Second rió suavemente, sus ojos brillando con alegría.
-¿Inesperado? Yo diría que llevaba esperándolo desde hace mucho tiempo.

Red negó con la cabeza, aunque su sonrisa seguía ahí. Se dejó caer hacia atrás, jalando a Second consigo hasta que ambos quedaron acostados, mirando al techo, pero con sus manos aún entrelazadas.

-No puedo creer que esto esté pasando -murmuró Red, aunque esta vez no había duda en su voz, solo asombro.

Second giró la cabeza para mirarlo, apretando ligeramente su mano.
-Créelo, porque no voy a dejar que esto sea un sueño.

Los dos permanecieron así, hablando en voz baja, compartiendo secretos y risas mientras la noche avanzaba. El destino, al parecer, tenía razón: esta no sería una noche cualquiera para ellos.

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Second permaneció sentado en la cama, mirando al techo, su mente llena de pensamientos confusos pero intensos. No quería apresurarse, pero algo en su interior le decía que debía aprovechar la oportunidad. Habían estado tan cerca todo el día, disfrutando de la compañía del otro, que el deseo de dar un paso más lo envolvía.

De repente, se levantó de la cama y caminó hacia la ventana, buscando algo de aire fresco para aclarar su mente. La noche estaba tranquila, el cielo estrellado parecía observarlos desde fuera, y él necesitaba un momento para respirar y pensar en lo que realmente quería hacer. No era que no quisiera estar con Red, sino que sentía que este momento, aunque tan perfecto, requería de algo más que solo una decisión apresurada. Necesitaba estar seguro de que ambos estaban listos para lo que podía venir.

Red, que había estado recostado mirando el techo, notó que algo había cambiado en Second. Se levantó, preocupado por la distancia que estaba tomando, y caminó hacia él, colocándose a su lado cerca de la ventana.

-¿Qué pasa? -preguntó con suavidad, su voz llena de preocupación. Sabía que Second no solía ser tan distante, especialmente no con él.

Second suspiró profundamente, girando hacia él con una mirada algo vulnerable, pero decidida.

-Es solo que... no quiero que esto sea un error. Lo que quiero decir es que siento que estamos en un buen momento, pero no quiero que se sienta apresurado, Red. Me importa mucho, y quiero que todo esto sea perfecto.

Red lo miró fijamente, comprendiendo las palabras de Second más de lo que él mismo pensaba. En su interior, sentía lo mismo, la necesidad de hacer las cosas bien, sin que el miedo o la incertidumbre nublaran lo que realmente quería.

-No tiene que ser perfecto, Second -dijo Red con una sonrisa tranquila, acercándose a él. -Lo único que quiero es estar contigo, disfrutar de esta noche y lo que venga después. Estoy listo para lo que tú quieras. Si esta noche es el momento, entonces lo será.

Second lo miró, sintiendo una cálida sensación de alivio al escuchar las palabras de Red. Había estado tan preocupado por no hacer las cosas demasiado rápido que había olvidado lo más simple: lo importante era que ambos se querían, que todo lo demás podía esperar.

Red acercó su mano hacia la de Second, y sin decir nada más, entrelazaron sus dedos. Era un gesto sencillo, pero cargado de un significado profundo.

-Hoy va a ser una noche bonita -susurró Red, mirándolo con esos ojos brillantes que siempre hacían que Second se sintiera más tranquilo.

-Entonces... hagámoslo bien -respondió Second, para mirar a Red, esa noche sería inolvidable.

---

[Continuará...♡]

Aviso importante:

El siguiente capítulo que publicaré tendrá contenido 18+, por lo que si no te sientes cómodo con este tipo de escenas, te sugiero que esperes al siguiente capítulo, que no tendrá este contenido.

Tu comodidad y disfrute de la historia son lo más importante, así que no dudes en seguir leyendo cuando estés listo.

Gracias por tu apoyo y comprensión.

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