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Hola, Mi nombre es Angie y soy un Ángel del amor, Mejor conocida por el nombre que nos han puesto los mortales, "Cupido".
Como muchos sabrán mi trabajo es unir a personas, aunque no es tan fácil como suena, crear lazos amorosos entre dos personas tiene sus complicaciones, en caso de que el amor no funcione.
No somos como los mortales piensan, que "Con una flecha el amor entre ambos nace sin problema ni complicaciónes", en realidad nosotros solo flechamos a quienes tienen oportunidad de enamorarse pero las personas hacen el resto, al flechar a alguien esa persona dirigira la mirada hacia el o la candidata para ganar su amor de ahí sentira una especie de atracción y tomara un impulso que lo hara hablar con el o ella, eso hace la flecha, el que funcione o no ya no es trabajo del cupido, lo sé, suena algo confuso pero eso es todo, si consiguen enamorarse el Cupido obtendra una recompensa por un trabajo cumplido, en caso de que no funcione más de dos veces o no haya flechado a almenos una pareja en un dia el cupido recibira un castigo, por eso debemos elegir candidatos con delicadeza, dicen que los castigos son crueles... algunos rumoran que les arrancan las alas...
Bueno, mientras no meta la pata supongo que todo estará bien.
Ese dia no encontraba ningún candidato adecuado para crear lazos, lamentablemente la mayoria de las personas suelen decir no creer en el amor, que "es algo repetitivo, cursi y tonto" en especial los adolescentes...
eso perjudica nuestro trabajo.
Aún así hay gente positiva creeyente del amor, en su minoria pero los hay.
Me encontraba en un parque enorme cerca de una plaza, estaba rodeado de grandes arboles y arbustos pequeños por doquier, había pequeñas bancas y puestos con golosinas, supuse que seria el lugar perfecto, el clima era cálido así que tal vez no tendría obstaculos, como siempre, me decidí por ocultar mis alas y arco así podría caminar entre los mortales sin ser descubierta.
Caminé por cada rincón del parque pero no hayaba a algún buen candidato, solo había madres con sus pequeños y alguno que otro joven sentados en bancas con un dispositivo en mano, supongo que me equivoque al elegir el lugar.
De prontó sentí un toqueteo en mi hombró, me voltee enseguida y pude veer a un chico de no más de unos 17 años, a diferencia de los demás el no traía algún aparato, él tenía un libro en mano.
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──Disculpa ─Decía cabizbaja─ Sabes ¿donde esta la sálida? ...es que... ─se ruboriza─ creo que me perdí
Al parecer solo era un chico tímido con ganas de salír de aquel lugar.
──Claro! ─dije con seguridad, después de todo no creía que ayudar al chico fuese un contratiempo─ Tú solo veen conmigo ─Tome su mano y comenze a correr en dirección a la sálida ─
──Espera!! ─Gritó el chico a mitad de nuestro recorrido─
──Qué ocurre!? ─Pare enseguida y dirigí mi mirada hacía el chico─ Te pasa algo? ─En cuanto voltee hacia él pude veerlo tan avergonzado que parecía un mismisimo tomate─ Eh?
──N-no n-no es nada... ─Decía con su cara completamente roja mientras sostenía la mano por la que lo había agarrado─
──Ammmm Okey? Supongo ─Me di la vuelta y continué caminando pero ésta vez no tome su mano─
Él me siguió pero el resto del camino fue solo silencio , ambos llegamos a la sálida y ahí me dispuse a despedirme, después de todo aún no había flechado a nadie en todo ese dia y ya casi anochecia.
──Bueno, fue un placer conocerte...eh
──Soy Demian ─sonrío levemente─
──Pues fue un placer Demian, pero aqui me separo, debo trabajar ─Se da la vuelta─
──Espera! ─halzo la voz─
──Si? ─Voltee enseguida─
──¿Cuál es tu nombre?
──Oh, yo... Puedes llamarme Angie
─sonreí─ Nos vemos Demian
─Voltee denuevo y me apresure a caminar─
──...Adiós Angie ─Decía mientras agitaba su mano despidiendo─
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Después de salir de ese lugar me dirigí a un callejón enmedio de una calle, justo ahí reaparecieron mis alas denuevo, emprendí vuelo tan pronto como recupere mi arco, debía encontrar a alguien antes de que anocheciera, ayudar al chico si que se volvió una perdida de tiempo, aunque me alegra haber ayudado, sobrevolee el parque en dirección a la plaza, cuando de pronto me percate de un par de amigos comiendo algodón de azucar cerca del parque, me concentre en sus miradas... sabia que allí habia algo más que amistad me dispuse a disparar, apunte a la chica, ella tenía un sentimiento más profundo, una vez con mi mirada en el blanco soltee la flecha, esta le dío en el pecho, la muchacha comenzó a reír ante las palabras del chico, no sé que dijo exactamente, solo pude veer a lo lejos un leve movimiento de sus labios, la chica reía con nervios, apesar de que su amigo no dijo nada gracioso, los efectos de el amor siempre me parecieron algo extraños....
Había veces en las que no evitaba pensar en como se sentiria estar enamorado, no lo sé, y tampoco creo descubrirlo, el trabajo de un cupido es enamorar, no enamorarse, es algo triste saber que puedes convivir con mortales y demás seres...
más nunca seras amado...
Almenos me consuela el saber que gracias a mi hay personas que aman, para cuando salí de mis pensamientos me percate que ya era de noche, me posee sobre un edificio y me recoste para veer las estrellas.
Amo el cielo nocturno, es... identico a lo que me pasa tal vez no literalmente... pero es como si yo fuese la Luna, un ser que se ilumina por el Sol, esta comparte el cielo con las estrellas sin embargo... esta sola, es diferente, es única, así me siento conviviendo con los mortales... ya sé que no soy el único cupido del mundo pero en realidad nunca e visto a otro como yo, nos reparten en distintos lugares del mundo para repartir amor... pero ¿Qué hay de nosotros? ¿Porqué no podemos tener amor? ¿Acaso estamos destinados a hacer lo mismo por la eternidad?...
Supongo que lo pensaba demasiado...
Me quedé dormida, desperté y los rayos del sol iluminaban mi rostro, casi no podía abrir los ojos
Tome mi arco y emprendí vuelo, esta vez donde buscaria enamorados?
Tal vez en el parque de ayer, supuse que si anteriormente no hubo tantas personas como pensé tal vez hoy si las habría, me dirigí hacía allá y pude percatar a lo lejos el cabello del mismo chico de ayer, Demian, parecía buscar algo un impulso me hizo querer bajar a hablar con él, aterrize con cautela cerca de un arbol para depués esconder mis alas y arco nuevamente.
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──Hola!! Demian! ─Me acerque mientras corría─
──Ah!? ─Volteó a mirarme con sorpresa─
──Parece que necesitas ayuda para encontrar algo, Mmm...Me dejas ayudarte? ─Le dije en tono amistoso mientras me le acercaba─
──Buscar algo? No, no es nada en realidad ─decía mientras tallaba parte de su nuca con su mano─
──Ammm de acuerdo, dime, entonces... ¿Qué te trae por aqui denuevo?
──Pues, este lugar me trae...¿Inspiración?
──Eso fue pregunta o afirmación? Jajajaja
──Tienes una risa muy bonita ─sonrió delicadamente─
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Su comentario me hizó sentir algo incomoda, pero me alegro, no se cuál fue la razón pero podría describirlo como la sensación del revoloteó de las mariposas en el estomago, esa tarde me propuso que platicaramos un poco sobre lo que teníamos en mente para nuestros futuros, no me preocupe mucho ya que después de todo no era como si le fuera a decir que era un ángel del amor, me dijo que él queria ser profesor, soñaba con compartir su conocimiento, y dijo que su propósito era hacer sentir a su madre orgulloso de él, por cierto... al parecer no tenía padre ya que nunca menciono una figura paterna en todo lo que me conto.
Bueno, yo tuve que ingeniarmelas para inventar unos planes que incubrieran mi verdadera vida, sin embargo, el mentirle me hizo sentir muy mal, cómo... culpable apesar de que no había cometido ninguna especie de crimen, ignore esa sensación y continue, en un inicio Demian se veía muy timido y algo antisocial, pero una vez que le tomas confianza es muy agradable, además de que suele hablar mucho jeje.
Anocheció y mientras caminabamos por la plaza recorde que en todo este dia no había conseguido flechar a nadie así que me apresure a despedirme y corrí entre las calles buscando un lugar seguro para revelar mis alas, pero me era imposible hayar uno, si no flechaba a nadie el dia de hoy podria obtener un castigo, tal vez debía flechar aunque sea a quien fuese pero no me ariesgaria a flechar a cualquiera solo para después cometer otro error...
Encontre un lugar y justo cuando mis alas y flecha fueron conseguidos pude oir una voz
──Angie?...
Pero que demonios hacía Demian aqui?! Ya era muy tarde y necesitaba encontrar enamorados y se me hacía muy dificil intentar pensar en una excusa para cubrir esa escena que era tan obvia, el veer a alguien volando con un arco no, no es algo que pase diario.
Demian solo me miro y sonrió, las palabras que pronunció fueron...
"yo sabia que existias"
Me quede paralizada, no sabia que decir, en ese entonces los nervios se apoderaron de mi, Demian se acerco y dijo,
──Entonces tienes que buscar enamorados? Esa es tu prisa no?...
Yo no pude responder, seguía pasmada, como si de haber visto un fantasma se tratase.
──¿Qué te ocurrira si no cumples?
La único que pude decir ante su pregunta, fue "Un Castigo" siguió mirandome desentendido, entonces repondió
──Tengo una idea ─Tómo una de mis flechas y desprendió de mis manos el arco─ cierra los ojos.
No sabia que hacer, sentía temor, sin embargo cerré mis ojos ya que confiaba en él, solo quedo un profundo silencio, de pronto mi corazón se acelero, abri los ojos y Demian estaba allí, algo alejado pero frente mío posicionado con el arco, pero la flecha ya no estaba en con él, si no clavada en mi pecho.
──Me preguntaba si... aún siendo cupido podrias lograr amarme como yo a ti ─se ruborizo denuevo─
Creo que en ese momento entendí que eso era lo que necesitaba, las mariposas significaron algo sin duda, ambos nos quedamos en silencio con nuestras caras rojas por completo, para cuando nos dimos cuenta ya había amanecido, justo en la mañana mis alas aumentaron su tamaño, eso... era una recompensa, eso significaba que el amor había dado frutos, quien lo diria? Descubrí que el amor no era el problema, si no el no hallarlo, me sentía sola porque no lo tenía...
Vivir sin amor era....
El problema de cupido.
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