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Después de tantas horas por fin se encontraba en su edificio, y aunque aún le faltaba subir al elevador y caminar en dirección a su departamento, no pudo evitar soltar un suspiro de alivio.
Caminaba difícilmente debido a las bolsas de cartón que cargaba, en las cuales venía su alimento para un mes completo, porque sí, no saldría de su departamento en un mes.
Protegería la caja con su propia vida y no decepcionaría a su amiga Dahyun.
Al momento de presentarse ante el elevador, le fue imposible digitar el botón para abrirlo debido a las bolsas que estorbaban su visión y mantenían ocupadas a sus manos.
Maldijo por lo bajo al darse cuenta que tenía que dejar algunas de las bolsas en el suelo para poder realizar la acción, pero eso no hizo falta porque alguien lo hizo por él.
—SeokJin, esas sí que son muchas bolsas…—Una voz grave y burlona sonó a su costado, llamando la atención del mencionado.—Permiteme ayudarte.—Jin no tuvo tiempo ni de negarse, pues aquel chico alto y pelinegro comenzó a tomar bolsas para liberarlo del peso.
—Gracias Eunwoo.—Le agradeció con una sonrisa, para después ambos introducirse al elevador.
—No sabía que alguien vivía contigo…—Soltó tan derrepente, logrando que las cejas pobladas de SeokJin se fruncieran.
—¿Por qué lo dices?
—Oh bueno, es que últimamente no te he visto por fuera de tu departamento y ahora con toda esta comida creo que hay alguien más viviendo en tu casa, ¿No?
—Mmm…—Gruño, sintiendo como las palabras del pelinegro comenzaban a ofenderlo.
Eunwoo era el vecino de SeokJin, el más guapo de todos los vecinos, eso era cierto. Pero por más atractivo que fuera SeokJin solamente lo veía como si fuera una buena persona, un buen vecino. Lamentablemente el pelinegro parecía tapar sus oídos al momento en que SeokJin le subyaba que no estaba interesado en el amor y que prefería mantenerse enfocado en su carrera de científico.
Pero ahora, teniéndolo ahí, "exigiéndole" saber sí ya tenía alguna pareja era algo incómodo y hasta cierto punto acosador.
—Creo que eso es algo que no te incumbe, Eunwoo. Pero si de algo te sirve, todo esto es para mí, así que no te sorprendas si un día de estos me vez gordo y dejas de perder el interés en mí. Así que si me disculpas…—Comenzó a quitarle sus bolsas, para después salir del elevador una vez que se encontró abierto.—Conozco el camino.—Caminó, sin darse la vuelta hacia el pelinegro. El cual tardó unos segundos para percatarse de la situación y cuando lo hizo, salió del elevador antes de que este se le cerrara en la cara.
—¡SeokJin espera!—Corrió detrás de él, pero para su suerte este ya se encontraba dentro de su departamento y le había cerrado la puerta en la cara.
Y fue entonces que pudo permitirse suspirar, una vez que se encontró solamente dentro de las cuatro paredes de su departamento.
Avanzó en dirección al comedor, pero de pronto, una manzana que se encontraba a la orilla de una de sus bolsas resbaló y comenzó a rodar por el reluciente piso de madera. SeokJin maldijo por lo bajo en cuanto sintió caer la manzana, dejó el resto del mandado en el comedor, para después ir en busca de la manzana. La cual no había ido muy lejos, ya que su curso había sido detenido en cuanto chocó con la enorme caja de madera, la cual se encontraba abierta.
El corazón del castaño comenzó a latir con rapidez desenfrenada y sus manos comenzaron a sudar al pensar en que alguien había entrado a su departamento y había urtado al hombre primitivo.
Aquel que había jurado proteger con su vida.
De pronto, un escándalo llamó su atención, este provenía del exterior del edificio. Se acercó a su balcón, con su ceño fruncido para ver que era lo que sucedía, entonces sus ojos se abrieron cuan platos extendidos.
Inmediatamente se alejó del balcón, para después correr en dirección de la puerta y salir, cerrandola de manera brusca. Mientras corría por los pasillos del departamento, se topó con Eunwoo, pero ni siquiera se detuvo cuando este le pregunto si le sucedía algo.
Fue directo al elevador, donde le pareció una eternidad el tiempo en que este tardó para llegar a la planta baja. Las puertas se abrieron y comenzó a correr con gran velocidad hasta llegar al exterior del edificio.
Grandes y largas filas de carros se mantenían aglomeradas, observando y grabando con sus celulares el desastre que estaba haciendo un hombre semidesnudo de piel acaramelada y actitud algo agresiva. Este estaba encima del cofre de un automóvil, saltando sobre este, como si estuviera descubriendo de que se trataba aquella bestia de metal.
El dueño del automóvil se encontraba fuera de este, discutiendo con un oficial policía, acerca del hombre que estaba atacando su automóvil.
SeokJin rápidamente se acercó hasta ellos, para después interrumpir la discusión.
—Buenas tardes, disculpen el disturbio, mi amigo acaba de llegar al país.
—¿Usted es el responsable de todo esto?
—Sí, yo me haré cargo de todos los daños que ocasionó mi amigo.
—¡Su amigo es un salvaje!—Exclamó molesto el dueño del automóvil.
—Sí, lo sé, es que él tiene otras…costumbres…—Respondió algo dudoso de su "verdad".
—¿Cuál es el nombre del chico?—Le preguntó el oficial.
—Él amh…NamJoon.—Respondió lo primero que se le vino a la mente, el nombre del guapo protagonista de su Dorama favorito.
—¿NamJoon?
—¿NamJoon? ¿El genio de Corea del Sur? ¿Hablas en serio?—Comentó con burla el afectado, ya que aquel que estaba sobre su cofre tenía cara de todo menos de genio.
—¡Sí! ¿Por qué no hablaría en serio?—Se cruzó de brazos indignado por la reacción del hombre.
—Pues por eso…—Apuntó hacia el cavernícola, el cual se encontraba divertido saltando sobre el cofre, ajeno a lo que ocurría a su alrededor.
—Escuche oficial, me haré cargo de todos los daños, siempre y cuando no lo arreste.
—¿Y dejar libre a un maniático salta cofres? Por supuesto que no.—Intervinó el hombre, al cual nunca le pidieron su opinión.
—¿Podría cerrar la boca aunque sea por un segundo?—Gruño Jin, sintiendo como la voz de aquel hombre comenzaba a abrumarlo.
—¿Lo ve oficial? Debería arrestarlos a los dos, ambos son igual de salvajes.
—NamJoon baja ahora mismo de ahí.—Ignoró el comentario estúpido del hombre, para después ordenar con su voz firme y autoritaria, el mencionado dejó de moverse para después prestar atención en aquel que le llamaba. Y fue entonces que le gruñó.—No, no me gruñes, y será mejor que bajes de ahí antes de que yo lo haga.—Le regaño. Y en ningún momento suavizó su postura firme.
El cavernicola volvió a gruñir, pero no por mucho tiempo. Aquel no le había tenido miedo, no había podido intimidarlo como lo había hecho con el hombre y el oficial de policía, en cambio, aquel ser de pelo café estaba comenzando a intimidarlo con su mirada firme. Y no le quedó más opción que bajar a regañadientes.
Una vez que lo tuvo a su lado, SeokJin rió victorioso. Y entonces se dirigió hacia el hombre y el oficial para pedirle el número de su cuenta bancaria y así depósitar el dinero de los daños que había sufrido el cofre.
Fue extraño, pues mientras se lo estaban dictando, el hombre primitivo tomaba mechones de su cabello para después observarlos detenidamente o jugar con ellos. Pero eso no era lo peor, lo peor era que aprovechaba cada ocasión para hundir su nariz en su cuello, y este no lo podía negar, su aroma a coco era adictivo, pero era vergonzoso que un cavernicola, un ser primitivo que se supone que debería estar inerte en su cámara de calor, le estuviera oliendo el cuello frente al hombre irritante y al oficial de policía. Era muy penoso, que incluso sentía sus mejillas arder y por eso mismo lo regañaba para que dejara de hacerlo.
Pero podía entenderlo, no conocía nada de lo que se encontraba a su alrededor.
Una vez que arregló aquel problema en el que el pelinegro le había metido, lo jaló del antebrazo, obligandolo a introducirse a su edificio. Al principio se rehusaba y comenzaba a gruñirle, pero Jin no tenía ánimos para lidiar con berrinches y lo único que hacía era mirarlo fríamente.
No sólo tenía que lidiar con que el contrario quería zafarse de su agarre, sino también con que era una extraña escena ante los ojos de las personas que rondaban por ahí donde metía a la fuerza a un hombre semidesnudo al elevador. Que vergüenza.
Estaban a punto de llegar a su departamento cuando la puerta del departamento de Eunwoo se abrió y entonces SeokJin se apresuró a abrir la suya para empujar a pelinegro dentro.
—¡SeokJin! ¿Cómo estás? ¿Estás bien? Estaba a punto de ir buscarte.
—¿Por qué?—Frunció su ceño extrañado.
—Saliste corriendo y me preocupé.
—O-oh…—Vaciló.—Tuve una emergencia y por eso salí corriendo, pero tranquilo, no es nada grave.—Sonrió con nerviosismo a lo que el contrario asintió sintiéndose más tranquilo.
De pronto, entre el silencio que se había instalado entre ellos, un ruido proveniente del departamento del castaño llamó su atención.
—¿Qué fue eso?—Pregunto Eunwoo con su ceño fruncido.
—A-ah, nada…
—¿Nada? Pero si se escuchó como si algo se rompiera en tu departamento. ¿Quieres que vaya a revisar? Puedo protegerte.
—No, no, no te preocupes. No debe ser nada importante.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Oh, es que…—Vaciló.—compre un…perrito, sí, compré un cachorro y es muy, pero muy travieso.
—Oh, bueno, no sé si deba recordartelo, pero la política del edificio nos prohibieron las mascotas.—Le comentó y SeokJin maldijó internamente. Eunwoo era parte de los encargados en que las reglas del edificio se siguieran al pie de la letra.
—Oh, bueno, es que últimamente me he sentido muy solo, entonces creí que pudiera ser una buena idea tener algo de compañía canina.—Le sonrió y Eunwoo no pudo hacer nada contra esa sonrisa.
—Bueno, no creo que al edificio le haga daño un cachorro.
—No, prometo que lo educaré y cuídare de que nadie lo noté.
—De acuerdo, confío en ti, SeokJinnie.—Le sonrió, y entonces el mencionado se obligó a hacerlo.
—Muchas gracias, Eunwoo. Nos vemos.—Se dirigió a su puerta para abrirla, pero antes de que pudiera hacerlo, el contrario lo tomó de su antebrazo y lo obligó a darse la vuelta.
—Amh, ¿Te gustaría salir a comer algún día de estos?—Preguntó, a lo cual SeokJin tardó unos segundos en contestar.
—Emh, sí, claro.
—Bien, nos vemos.—Nuevamente apareció una sonrisa en su rostro y SeokJin nuevamente la devolvió. Incómodo.
—Hasta luego.
—Hasta luego.
Y después de eso, SeokJin abrió la puerta de su departamento, para después meterse rápidamente a este.
Elevó su mirada, buscando rastro del cavernicola, pero no lo encontró por ningún lado, solamente encontró a su departamento hecho un caos. Y entonces bufó.
¿Cómo le iba a explicar a Dahyn que el cavernicola había cobrado vida y ahora se le había perdido dentro de su propio departamento?
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Capítulo dedicado a: vane_garci4
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