❄️28❄️
Al amanecer, la luz del sol comenzó a infiltrarse por las cortinas de la pequeña habitación, iluminando la intimidad que se había compartido desde de la noche anterior.
NamJoon abrió los ojos lentamente, sintiendo la calidez del cuerpo de SeokJin a su lado. Sus respiraciones eran suaves y sincronizadas, como si incluso dormidos estuvieran conectados. Lo cual cautivo por completo al pelinegro.
Por un momento, NamJoon se quedó quieto, observando cómo los primeros rayos de sol delineaban los rasgos perfectos de su novio. Había algo en su expresión pacífica que lo llenaba de una felicidad indescriptible, algo que nunca había sentido con tanta claridad antes.
La noche anterior había sido un torbellino de emociones. Lo que había comenzado como una conversación casual entre dos almas curiosas había evolucionado rápidamente en algo mucho más profundo. Habían hablado durante horas, sus palabras llenas de risas, confidencias y una atracción palpable que se hizo imposible de ignorar. Cuando finalmente dejaron de hablar y se miraron en silencio, el último beso no necesitó palabras. Fue un momento lleno de ternura, uno que marcó el inicio de algo que ambos sabían que no sería pasajero.
Fue el momento en que sellaron su amor por la eternidad…
NamJoon se movió con cuidado para no despertarlo y se incorporó para poder salir de la cama. Su corazón latía más rápido de lo normal, no por nervios, sino por la certeza de lo que sentía.
Buscó su mochila, la cual había dejado cerca de la cama. Una vez que la encontró, sacó una pequeña caja que había guardado con mucho cuidado. Dentro de ella estaba el regalo que había comprado días atrás, un sencillo collar de plata con un colgante en forma de corazón.
Mentiría si dijera que no había estado dudando sobre el momento adecuado para entregárselo a su novio, sin embargo, tras la conexión que habían compartido aquella noche supo que no podía esperar más.
Con el collar en la mano, NamJoon regresó a la cama justo cuando SeokJin comenzó a moverse. Este abrió los ojos despacio, parpadeando ante la luz que llenaba la habitación. Al ver a NamJoon sentado a su lado, una sonrisa suave apareció en su rostro.
—Buenos días —dijo SeokJin, con su voz ronca por el sueño, pero llena de calidez.
—Buenos días —respondió NamJoon, inclinándose ligeramente hacia él. Por un momento, simplemente se miraron, el silencio entre ellos era cómodo y lleno de significado, así que las palabras simplemente sobraban.
SeokJin se sentó lentamente, apoyándose contra la cabecera de la cama. Sus dedos jugueteaban con las sábanas mientras observaba a NamJoon, notando el pequeño objeto en sus manos.
—¿Qué tienes ahí? —preguntó con curiosidad.
NamJoon tomó aire, tratando de organizar las palabras exactas que quería decirle. A pesar de la confianza que sentía con SeokJin, le costaba expresar sus emociones con palabras, pero sabía que debía intentarlo.
—Es algo que quería darte —dijo finalmente, extendiendo la pequeña caja hacia SeokJin. Este la tomó con delicadeza al mismo tiempo que mantenía su mirada fija en NamJoon antes de abrirla. Cuando vio el contenido, sus ojos se iluminaron.
—¡NamJoon… es precioso!—exclamó, al mismo tiempo que sus dedos rozaban el colgante con delicadeza, como si fuera algo extremadamente valioso.
—Quise dártelo porque... bueno, porque significas mucho para mí —dijo NamJoon con su corazón en mano, pues en sus palabras no había más que sinceridad. Bajó la mirada un momento, nervioso, pero rápidamente la alzó de nuevo—. Sé que esto es solo el comienzo, pero quería que tuvieras algo que te recordara lo especial que eres para mí.
SeokJin se quedó en silencio por unos segundos, claramente conmovido. Sus ojos brillaban con una emoción que no intentó ocultar. Luego, miró a NamJoon y extendió una mano para tomar la suya.
—Gracias, NamJoon. Esto significa mucho para mí.
NamJoon sonrió, apretando suavemente la mano de SeokJin antes de soltarla para tomar el collar.
—¿Puedo ponértelo? —preguntó.
SeokJin asintió y se giró ligeramente. NamJoon colocó el collar alrededor de su cuello con cuidado, cerrando el broche antes de acariciar suavemente el colgante.
En un gesto de cariño, realizó un camino de besos húmedos por los hombros desnudos de su amado, para después terminar en su cuello.
—Te queda perfecto —sonrió satisfecho.
SeokJin tocó el collar, sonriendo como si fuera el regalo más valioso del mundo. Para luego mirar a su novio e inclinándose hacia él para ser abrazado.
—Eres increíble —susurró SeokJin.
NamJoon sonrió y lo abrazó de vuelta, permitiéndose disfrutar del momento antes de hablar de algo más.
—Quiero ser honesto contigo —dijo en voz baja, separándose ligeramente para mirarlo a los ojos—. Este collar... no podría haberlo comprado sin ayuda. Le pedí prestado algo de dinero a Kai—confesó apenado.
SeokJin lo miró con una mezcla de sorpresa y ternura.
—¿A Kai? ¿Por qué no me lo dijiste antes?
—No quería que pensaras que no era sincero con esto —respondió NamJoon, frotándose la nuca con tímidez—. Quería darte algo especial, algo que mostrara lo que siento por ti, y él fue quien me ayudó.
SeokJin lo miró en silencio por un momento antes de tomar sus manos y dirigirlas a sus labios para depositar castos besos.
—NamJoon, no importa cómo lo conseguiste. Lo que importa es lo que significa. —elevó su mentón, al mismo tiempo que buscaba los labios de NamJoon. —Esto es más que suficiente…
—Me alegro mucho que te haya gustado…—besó su cabellera al mismo tiempo en que inflaba su pecho, satisfecho por haber hecho feliz a su amado.
—¿Bromeas? ¡Me encantó!—exclamó, al mismo tiempo que se reincorporaba para poder verlo a los ojos—. Todo esto… ha sido sumamente romántico y especial… Yo… realmente no creí que algún día podría vivir algo como esto…
—Lo mismo digo—afirmó, al mismo tiempo que llevaba su mano hacia su mejilla—. Soy todo tuyo SeokJin. Nadie más volverá a tocar ni mi cuerpo ni corazón, porque te pertenecen solamente a ti…
Aquello bastó para derretir el corazón de SeokJin de ternura. Él amaba a NamJoon y sabía que NamJoon lo amaba con un amor sincero… Y lo mejor, es que este no paraba de demostrárselo.
Estaba completamente seguro de poder darle su corazón sin condición alguna… Pues sabía que NamJoon no lo lastimaría jamás…
—¿Tienes hambre?—preguntó SeokJin, a lo que NamJoon negó pues prefería estar con su amado todo el día si era necesario.
Sin embargo, fue delatado por su estómago cuando esté comenzó a hacer ruidos, exigiéndole comida.
—JAJAJ—SeokJin soltó una carcajada, logrando contagiar a un NamJoon muy apenado.
—Vamos, yo haré el desayuno—dijo, para después levantarse de la cama en busca de su bata de seda.
Sin poder evitarlo, los ojos de NamJoon se deleitaron mientras recorrían el cuerpo de SeokJin en cuanto retiró las sábanas de su cuerpo desnudo.
Aquella mirada fija de su novio sobre su cuerpo, captó la atención de SeokJin, quien lo volteó a ver para bromear un poco con él.
—Ey, pequeño pervertido. ¿Qué no tuviste suficiente ayer?—exclamó SeokJin, al mismo tiempo que reía al ver cómo de un momento a otro su novio había apartado su mirada con tímidez—. Sólo bromeaba, Nammie. Puedes ver todo lo que tú quieras, así como lo hago yo…—le guiñó, al mismo tiempo que sonreía con picardía, intensificando el sonrojo del pelinegro.
Después de colocarse su bata, le ofreció una a NamJoon, quien con gusto la recibió. Una vez vestidos, se dirigieron hacia la cocina, donde SeokJin preparó el almuerzo con dificultad mientras NamJoon se la pasaba abrazándolo detrás todo el tiempo, al tiempo que lo besaba cada que su corazón se lo dictaba.
El resto de la mañana transcurrió en una calma absoluta. Ninguno de los dos quería separarse. SeokJin insistió en que salieran a caminar por un parque cercano para poder pasar un rato juntos antes de que tuvieran que volver a sus responsabilidades, fue así que NamJoon, feliz de estar a su lado, aceptó sin dudarlo.
Mientras paseaban tomados de la mano, SeokJin tocaba su collar de vez en cuando. No podía creer que algo tan pequeño tuviera un gran significado en su vida y su relación… Definitivamente cuidaría aquel collar con su vida, así como al corazón de su amado…
Sabía que el camino no siempre sería fácil, pero mientras estuvieran juntos, serían capaces de superar cualquier obstáculo…
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