❄️21❄️
Resulta que Chanyeol tardó más de diez minutos en reunir toda su ropa y otros diez minutos tratando de que sus maletas cerraran.
Como SeokJin no contaba con un automóvil propio, los tres salieron del edificio en busca de un taxi. En el cual perdieron otros cinco minutos en encontrar.
Después de guardar el equipaje en el porta equipaje del taxi, los tres subieron con rapidez al automóvil, para después dirigirse al aeropuerto.
Afortunadamente no había mucho tráfico y llegaron en menos de quince minutos, de haber sido así, hubieran pasado más de una hora en el tráfico y hubieran perdido el vuelo.
Una vez abajo del automóvil, SeokJin pagó el viaje, para después adentrarse al aeropuerto con rapidez. Afortunadamente con veinte minutos a favor.
—¡Los voy a extrañar muuuuuchoooo!—lloriqueó Chanyeol, mientras los abrazaba.
—Nosotros también te extrañaremos. Pero volverás para navidad, ¿cierto?
—Por supuesto, sólo que me aseguraré de llegar cuando ya tengas la cena hecha, ja, ja.
—Ja, ja, de acuerdo.—se conformó SeokJin, no esperando más de su primo.
—Y NamJoon, recuerda todo lo que te enseñé.—se dirigió a este, guiñandole un ojo en modo cómplice a lo que NamJoon apartó su mirada y sonrió con timidez al recordar todo lo que le había enseñado ChanYeol.
—¡Qué fue lo que le dijiste, ChanYeol!—exigió SeokJin, al notar la actitud de NamJoon.
—No me agradezcas, primito. Ya me lo agradecerás.—le guiñó, provocando un intenso sonrojo en SeokJin.
—Espero que no le hayas dicho cosas sucias.
—Por supuesto que no… —negó, para después admitir con nerviosismo—, no todas.
Quería maldecir a su primo, de verdad que quería, pero muy en el fondo se lo agradecía. Aunque por su puesto que eso nunca lo admitiría.
—¡Prometo que algún día voy a matarte, Kim Chan Yeol!
—Ay ajá. Admite que muy en el fondo estás ansioso de describir que fue lo que le enseñé a NamJoon.
—¡Creo que ya tienes que irte!—dijo SeokJin, empujando a ChanYeol, todo con plan de que este cerrara la boca y dejara de sonrojarlo y exponerlo.
—¡Adiós NamJooooon! Fue un placer conocerte.—se despidió de NamJoon con un abrazo rápido—. Si terminas con SeokJin, llámame.—dijo en tono coqueto, mientras hacía un teléfono con su mano. Cosa que para nada le hizo gracia a SeokJin.
Por otro lado, NamJoon se encontraba riendo ante el humor de ChanYeol.
—Sí, sí, eso nunca pasará.—le dio un rápido abrazo, para después entregarle su equipaje y empujarlo hacia el área de abordaje.
—JAJAJAJA.—ChanYeol se encontraba divirtiéndose ante los arranques de celos que tenía su primo, pues nunca lo había visto celar algo que no fuesen sus preciados libros de ciencia.
Fuera de ahí, nunca lo había visto marcar territorio en algo o en alguien, hasta que apareció NamJoon.
—Bueno, creo que es hora de irme.—sonrió levemente, mirando lo bonitos que se veían SeokJin y NamJoon y fue entonces que llegó a la conclusión de que estarían bien y no tenía porque preocuparse.
Aunque aún le quedaba la duda si NamJoon realmente había sido un hallazgo de hombre primitivo o era algo a lo que SeokJin había concluido la primera vez que consumió alucinógenos. Pero sinceramente, le daba igual, siempre y cuando quisieran realmente a su primo.
Se dio la vuelta, dispuesto a irse, pues su vuelo despegaba en menos de quince minutos, pero nunca imaginó lo que presenciaban sus ojos.
Se trataba de EunWoo sosteniendo un gran ramo de rosas rojas y un adorable osito de felpa. Estaba vestido de su característico traje sin arruga alguna y su cabello negro perfectamente peinado. Y eso, eso derritió a ChanYeol.
Pero no por completo, no, no. Algo que sin duda caracterizaba a ChanYeol era su orgullo y este no desaparecía tan fácil. Cruzó sus brazos firmemente sobre su pecho, mientras mantenía una ceja arqueada, dirigida a aquél que se acercaba.
—Chanyeol yo-…
—¡Nada de yo! ¡Me abandonaste en tu propio departamento después de que me pediste que me quedara justo antes de que te durmieras después de haber hecho el amor!—lloriqueó para agregarle más drama, mientras que SeokJin y NamJoon estaban aguantandose la risa al ver como la culpabilidad hacía efecto en Eunwoo.
—Y-yo, lo siento, ChanYeol. De verdad lo siento, no fue mi intensión irme así como así. Me dio mucha felicidad ver que te habías quedado, así que me dirigí a hacerte el desayuno, pero no contaba con los ingredientes suficiente. Cuando fui a comprar los ingredientes y volví, ya no estabas. Supuse que estabas con SeokJin, así que rápidamente salí a comprar unas rosas para ti, pero no sabía que tu vuelo salía por la mañana, así que lo supuse cuando toqué muchas veces al departamento de SeokJin y nadie abrió. Entonces me dirigí hasta acá y rogué para que no fuera demasiado tarde para verte…
—¿T-tú…realmente hiciste todo eso por mí? ¿Hasta te arreglaste por mí?—preguntó sorprendido, sintiendo como su orgullo se desvanecía por completo al ver como lucia tan perfecto con esas rosas y ese oso.
—Por supuesto—asintió, con una sonrisa que trataba de ocultar emoción—. Nunca había conocido a nadie como tú y no creo hacerlo, es por eso que no quiero que te vayas…—se aproximó hacia él, entregándole las rosas y el oso, aprovechando la oportunidad de rozar sus manos cuando se las entregó.
—¿N-no quieres que me vaya?—preguntó en un hilito de voz, viéndose embelesado por el contrario, quien lo miraba de una manera especial. Porque Eunwoo ahora estaba seguro de que lo que sentía por ChanYeol era natural y hermoso, comparado al deseo y la obsesión qué había sentido por SeokJin.
—No, quiero que te quedes aquí, conmigo…—después de un momento, suspiró—. Pero yo sé que eres una persona libre, que siempre persigue sus objetivos y ambiciones y sinceramente no me gustaría frenarte. Sin contar con que eres menor que yo y tienes una juventud por disfrutar.
ChanYeol estaba al borde de las lágrimas ante lo que EunWoo le estaba diciendo, porque ambos sabían que era verdad.
No soportó más la lejanía y fue entonces que atrapó la cara de EunWoo entre sus manos, para después atraerlo hacía él y besarlo. El pelinegro se mostró sorprendido por la repentina acción, sin embargo, actuó rápido, apresando la cintura del peliazul con sus brazos, evitando que escapara. Se besaron tan intensamente qué SeokJin y NamJoon se vieron obligados a voltearse unos segundos, ya que era algo incómodo ver como prácticamente se comían entre ellos. No fue hasta que un carraspeó los sacó de su burbuja.
—ChanYeol, acaban de dar el aviso.—le hizo saber SeokJin a su primo, quien parecía no haber escuchado nada.
—¡Ven conmigo!—le dijo rápidamente a EunWoo—. Será como una luna de miel de un matrimonio recién casado.
—A-ah, no lo sé. Tendría que pedir permiso a mi trabajo y mi departamento, se quedaría sólo.
—Nosotros podemos cuidarlo.—se ofreció SeokJin—. Si tienes algo de valor puedes hacerme llamada y decirme donde guardarlo.
—Me parece una excelente idea. Pero, ¿qué hay de mi maleta y de todo lo que voy a necesitar?
—No importa, son cosas materiales, podemos comprarlas allá en Italia. Hay cosas hermosas y de muy buena calidad.
—Y-yo…—titubeó con desconfianza—. No estoy del todo seguro pero…
—Vamos anciano, solamente serán veinte días. Por si no sabes, ya existe el trabajo online—le hizo saber. Tal vez aún no se actualizaba después de todo—. O será que no quieres convivir conmigo por tanto tiempo.—cruzó sus brazos de forma amenazante, mientras arqueaba su ceja izquierda.
—Por supuesto que no es eso.—rápidamente sacó su celular y con una transferencia, pagó su boleto—. Ya compré el boleto, ¿ok?—le mostró el boleto, para evitar que se molestara con él. Pues no era nada agradable verlo molesto después de verlo hacer bromas y reír a carcajadas por todo.
—Bien, vámonos.—dijo Chanyeol, con una risita victoriosa en sus labios, para después darse la vuelta y traer consigo su equipaje, el cual después entregó a Eunwoo y este lo tomó sin queja alguna.
—A-ah ¡Adiós! En un rato más te marcó para pedirte que me guardes unos documentos super importantes, ¿si?—le entregó con rapidez la tarjeta qué abría la puerta de su departamento, para después literalmente correr al lado de ChanYeol.
—¡Qué tengan buen viaje!—exclamó SeokJin con alegría, mientras NamJoon se despedía con su mano.
Después de unos cuantos segundos, SeokJin decidió que era hora de irse. Juntos salieron del aeropuerto, con sus brazos entrelazados, mientras caminaban a un ritmo lento y gustoso para el clima.
—Vamos a casa, Nammie.—Dijo SeokJin después de unos minutos de disfrutar el paisaje. Paró un taxi y se dirigieron hacia el departamento.
Fue un viaje cómodo y relajante, ya que disfrutaban del paisaje a través de sus ventanas, mientras mantenían sus manos entrelazadas.
Una vez que se detuvo el automóvil, pagaron el viaje y se adentraron al edificio con sus manos entrelazadas. Subieron por el elevador y en cuanto llegaron al piso del departamento, avanzaron hasta quedar frente a la puerta.
—¿Extrañarás a ChanYeol?—Se atrevió a preguntar SeokJin, a lo que NamJoon asintió.
—ChanYeol me caía muy bien—admitió, sin embargo, agregó—. Pero te tengo a ti. Y es más que suficiente.
—Ja, ja, ja—rió enternecido—¿Sabes? No sé porque me pongo tan celoso de Chanyeol si tú mismo me dijiste que no te gustaba la noche en que nos besamos… —le recordó, provocando un sonrojo en el pelinegro—. Puede ser porque son muy buenos amigos y se llevan muy bien.
—EunWoo no te gusta, ni el idiota tampoco, ¿verdad?—preguntó. Sabía que ya había preguntado antes, pero sólo quería confirmar. Sus oídos y su corazón querían escucharlo una vez más.
—No, ellos no me interesan. Nadie me interesa más que tú…
SeokJin poco a poco se zafó de aquel lazo que mantenían sus manos, para después acercarse hasta NamJoon. Enlazó sus brazos al rededor de su cuello y con ansias y deseo, se dirigió hasta los belfos de su amado.
No había necesidad de pedir permiso, pues sabía que estaba más que concedido. NamJoon rápidamente se aferró a la diminuta cintura de SeokJin y con desesperó recibió los labios del castaño. Sin embargo, de pronto era como si un beso no bastara, quería morder y lamer cada centímetro de la piel de SeokJin y de sus labios abultados.
Con un poco de fuerza, empujó a SeokJin contra la pared del pasillo, donde lo acorraló y comenzaron a besarse con más intensidad.
SeokJin estaba impresionado, pues no sabía que NamJoon fuese capaz de hacerlo sentir en las nubes con tan sólo un beso. Los labios de NamJoon fueron descendiendo de sus labios hasta su cuello, donde fue dejando besos húmedos qué enloquecieron al mayor.
NamJoon estaba tan emocionado de ver como hacía sentir bien a SeokJin que de pronto comenzó a asustarse cuando sintió una extraña sensación debajo de su cintura, justo en el área de su entrepierna. Fue por eso que rápidamente se alejó de SeokJin.
Tenía miedo de aquella reacción de su cuerpo, era algo completamente nuevo que ni siquiera él sabía lo que sucedía, es por eso que decidió alejarse de SeokJin, antes de llegar a incomodarlo o a asustarlo.
Por otro lado, SeokJin se extrañó de la reacción de NamJoon y rápidamente comenzó a crear hipótesis en su cabeza. ¿Acaso había sentido asco por el beso? ¿No quería ser besado? ¡¿Le olía la boca?! Pero eso era imposible, se había lavado los dientes después de almorzar.
—¿Nammie, estás bien? ¿Acaso hice algo mal?
—¿P-puedes abrir la… puerta?
—A-ah, sí.—consternado por la situación y la voz de NamJoon, se apresuró a abrir la puerta.
En cuanto fue abierta, NamJoon corrió a toda prisa hacia el baño, dejando a un SeokJin muy preocupado corriendo detrás de él.
—NamJoon, abre la puerta por favor. Me estás preocupando, por lo menos dime que sucede—exigió, mientras tocaba constantemente la puerta del baño—. ¿Fueron los hot cakes de ChanYeol? ¡Lo sabía! Estaban crudos, no sé porque seguiste comiendo, Nam.—lo regañó desde el exterior.
De pronto, la puerta del baño fue abierta y un NamJoon tímido en bóxeres salió del baño. SeokJin juró sentir la sangre salir de su nariz. Eso si que no se lo esperaba.
—Y-yo, no sé lo que me pasa.—confesó tímido, mientras mantenía su mirada hacia el suelo, avergonzado.
—A-ah, a-ah… mierda.—fue lo primero que salió de su boca al verlo de pies a cabeza.
Ahora entendía el malestar de NamJoon.
—Y-yo aaaaah… —balbuceó, sin poder dejar de ver ese gran bulto que se asomaba sin descaro alguno, mismo que le hacía pensar cosas que seguramente lo llevarían al infierno en cuestión de segundos.
—T-tranquilo, sólo ve a darte una ducha y se pasará.—rápidamente le entregó la toalla y después lo guió a la regadera con paciencia y cariño.
—¿N-no hay necesidad de ir al doctor?—preguntó como un pequeño tierno e indefenso, cosa que terminó por enternecer a SeokJin.
—Ja, ja, no, tranquilo. Con la ducha pasará.
—Es que… duele.—puchereó.
—Escucha Nammie, es algo completamente normal. Prometo explicarte en cuanto salgas de bañarte, ¿de acuerdo?—el mencionado asintió, sintiéndose más tranquilo. Besó castamente los labios del castaño, para después abrir el agua de la ducha.
SeokJin salió de ahí, a pesar de estar tentado a quedarse y admirar a tremendo hombre. Pero tampoco era un deprabado, no esperaba aprovecharse de la inocencia de su NamJoon, así que salió y cerró la puerta detrás de él para darle la privacidad necesaria.
—¡Maldición!
¿Ahora cómo le explicaría a NamJoon lo que le había sucedido? ¡Se supone que ChanYeol se tenía que encargar de eso! ¡¿ENTONCES QUE TANTA COSA LE HABÍA EXPLICADO SI NO HABÍA SIDO ALGO TAN BÁSICO COMO UNA ERECCIÓN?!
¡Definitivamente lo iba a matar!
____________________
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro