Definitivamente esto no es lo que tenía planeado para esa noche.

En sus planes estaba pasar un momento agradable junto a SeokJin, hablar de sus gustos, hobbies, pasiones, sueños, entre muchas otras cosas… Todo con el fin de acercarse más a él y a su vida personal.

¡Pero no!

En lugar de eso había terminado por acostarse con su irritante primo. Ese mocoso que sin saber por que siempre estaba en su contra. Quería ignorarlo por ser tan infantil e inmaduro, pero no podía, era imposible ignorar su presencia y su actitud cuando hacía todo lo que fuera posible para ser notado.

—¿En qué piensas anciano?—Por primera vez después de unos largos minutos, la voz burlona del peliazul se escuchó.

—¿Todavía sigues llamándome así después de demostrarte que no lo soy?—Lo volteó a ver con un poco de indignación.

—Hmm, sí, tal vez no eres un anciano del todo.

—¿Lo vez?

—Dije del todo, pero de que eres un anciano eres anciano.

—Y tú de que eres un mocoso eres un mocoso.

—Pfff, pero admite que te gustó, te aseguro que nunca en tu vida habías tenido un buenos orgasmos como en esta noche.

—¡Puedes por favor callarte!—Chilló el pelinegro, cubriendo su rostro con su almohada. ¡Que alguien lo libre de este milenial desvergonzado!

—Ja, Ja, Ja, No decías lo mismo hace unos minutos.

—¿Puedes dejar de ser tan sucio? Está bien que sí, pero hablar de esos temas me avergüenza mucho.

—Pfff, es porque eres un anciano aburrido.

—¡Ya te dije que no soy un anciano!

—Pero sí un aburrido.—Carcajeó. Eunwoo rodó sus ojos. Ese chico era imposible.—Pero ya, hablando en serio, ¿hace cuanto no follabas? —Ganándose de inmediato una mala mirada del mayor.—Bueno, para la época qué vienes, ¿hace cuánto que no tenías relaciones sexuales?

Eunwoo suspiró, no quería hablar de esos temas con un mocoso calenturiento y no sólo por tener aquellos temas aún en un tabú, sino que le daba vergüenza tan siquiera mencionar el tiempo en el que había estado con alguien más.

Después de pensarlo bien, soltó un suspiro, tal vez no sería tan malo después de todo…

—Hace dos años.

La carcajada que soltó el peliazul le hizo regañarse mentalmente y arrepentirse, ahora sería la burla del menor.

—Ok, ok, ok…—Decía el peliazul intentando dejar de carcajear, pero fallando en el proceso.

—¿Puedes dejar de reírte?

—De verdad que quiero, pero no puedo, ja, ja, ja…

—Pfff.—Bufó el mayor, para después darse la vuelta, dándole la espalda al menor.—No es tan gracioso, ¿sabes? Desde hace dos años juré no volver a estar con nadie.

—¿Por qué?—Inquirió, con un pequeño tono de burla, no lo juzguen, estaba haciendo todo su esfuerzo para controlar su risa.

—Mi esposo falleció.

—Oh.—Y fue entonces que su risa se detuvo abruptamente, eso no se lo esperaba.—¿Tenías un esposo?

—Así es.

—¿Pues cuantos años tienes?—Inquirió, ganándose que el pelinegro lo mirara por encima de su hombro con sospecha.—Juro que no me voy a reír.

—Tengo veintiocho años, tampoco soy tan viejo.

—Bueno, pero joven lo que se dice joooooven, no eres.

—Yo soy joven, tú eres un mocoso de dieciocho años.

—¡Tengo veinte! Creo.

—¿Crees?

—Me la pasaba falsificando credenciales para poder entrar a los antros, ¿qué querías que hiciera?

—Aparte de mocoso, irritante, terriblemente molesto, calenturiento y sucio, ahora también resulta que eres un falsificador.

—Te faltó atractivo y sexy.—El pelinegro rodó los ojos.

—Contigo no se puede.—El peliazul rió bajito, le gustaba hacer enojar al anciano.

—Mejor cuéntame, ¿cómo conociste a tu esposo?—Se acomodó sobre la almohada, mirando atentamente al pelinegro, el cual ahora se encontraba viendo el techo con suma concentración.—¿Fue algo romántico como en los kdramas? ¿Lo salvaste de que lo atropellaran, lo viste en una cafetería y te enamoraste, lo viste en la calle y le pediste su número o se conocieron en la preparatoria, fueron primero amigos y luego novios y luego sus papás descubrieron su relación e intentaron hacer todo para separarlos?—Inquirió con emoción.

—En realidad nada de eso pasó. Simplemente éramos compañeros de trabajo, entrábamos a la misma hora, salíamos a comer a la misma hora y regresábamos a casa a la misma ahora, fue así como nuestros encuentros en el elevador se hicieron frecuentes, hasta que una vez decidí comenzar una charla, ambos perdimos nuestros autobuses por estar hablando, pero fue lo mejor que nos pudo pasar, lo acompañé a su casa y en el transcurso no paramos de hablar.—Un media sonrisa se esbozo sobre su rostro al proyectar en su mente aquellos recuerdos.—Hablamos tanto que ni siquiera me dijo su nombre ni yo le dije el mío.

—¡No!—Exclamó, encontrándose picado en la historia.

—Ja, ja, afortunadamente nos volvimos a ver al día siguiente, intercambiamos nombres y números de celular. Me sentí feliz, ¿sabes?—Se dirigió hacia Chanyeol, quien asintió de inmediato.—El sentir que yo también le gustaba me llenó de una inmensa alegría.—Soltó un largo suspiro.—En fin, después le pedí que saliéramos a una cafetería, salimos, nuestras salidas se hicieron más frecuentes y la cercanía entre nosotros era tan notoria que fuimos despedidos, ja, ja, pero no importó porque al final encontramos un empleo mejor. Nos casamos y compramos una casa…—Sonrió, pero aquella sonrisa comenzó a tornarse agridulce ante los ojos de Chanyeol.—La cual vendí en cuanto murió, era tan especial para mí porque había tantos recuerdos en ella qué no soporté seguir viviendo ahí.—Inconcienteme un suspiro escapó de sus labios, llamando la atención de Chanyeol, el cual por mera acción lo abrazó, tomando por sorpresa al mayor.

—Debió ser muy doloroso para ti.

—Lo fue… Después compré este departamento, comencé a trabajar en otra empresa y… aquí estoy, enredado con un mocoso inmaduro.—Dijo, queriendo alivianar un poco el ambiente melancólico que se había formado, pero Chanyeol lo abrazó más porque sabía que por más que quisiera enterrar aquel sentimiento, se encontraba sufriendo.

—No tienes que fingir, yo sé que te duele y que quieres llorar.

—No quiero llorar, sólo… me puso algo sensible el recordarlo.—Y fue entonces que las primeras lágrimas traicioneras salieron de sus lagrimales. En lo profundo de su ser odio encontrase así de frágil frente al mocoso irritante qué lo único que hacía en ese momento era comprenderlo y consolarlo y de alguna manera necesitaba que dijera alguna de sus típicas burlas, porque se sentía tan indefenso en sus brazos…

Chanyeol trataba de entender su sufrir, no debía ser nada fácil soltar de esa manera a alguien que amaste, es por eso que se trataba de ser lo más empatico qué fuera posible. También sabía que su oportunidad de hacerle saber que SeokJin estaba enamorado de NamJoon y que nunca le vería de una manera romántica, habían quedado completamente nulas ante aquel pasado sensible del hombre. Aunque por un momento se alivió, ya que no era algo en lo que tenía derecho a participar, sabía que tenía que ser el mismo SeokJin en decírselo.

—Eres un mentiroso, dijiste que los momentos mágicos no existían.

—No fue nada mágico, todo lo que vivimos fueron puras… coincidencias.—Sorbió su nariz, tratando de eliminar cualquier rastro de llanto.

—¡Por supuesto que no! El que tenían los mismos horarios, trabajaran en el mismo edificio y los autobuses se pasaran no fueron para nada coincidencias, bueno, tal vez sí, pero eso es lo bonito, el estar en el momento exacto, a la hora exacta que tu alma gemela.

—Si bueno, no creo que él haya sido mi alma gemela, las almas gemelas viven por siempre juntas, ¿no?

—¡No seas tonto, ¿no ves que eres un anciano y que en cualquier momento de puedes morir? Entonces sólo así podrás reencarnar en otra vida y encontrarte con él!—Le animó.

—¿Te digo algo Chanyeol?—Preguntó, intentando parecer sereno, mas sin embargo, sentía su ceja temblar cuando le llamaban anciano.

—Mjm…

—Te odio y te amo, porque eres tan inmaduro e infantil… pero eres bueno escuchando.—Al decir esto último no pudo evitar esbozar una media sonrisa, si ese chico seguía a su lado de seguro si llegaría a tener canas de tanto estrés.

—Acéptalo, me amas más de lo que me odias.

—Claro que no.

—Claro que sí y más ahora que te he demostrado una de mis mejores cualidades.

—¿Cuál?

—Lo bien que me muevo en la cama.—De inmediato se levantó para evitar recibir un almohadazo por parte del pelinegro.

—¡Chanyeol!—Lo persiguió por todo el departamento con una almohada en la mano, no le importaba si se encontraba desnudo, su único objetivo era hacer pagar al mocoso por su falta de educación y respeto a los mayores.

—¡Atrápame si puedes anciano!—Le retaba mientras corría por el departamento sin ropa. Lo que no esperaba es que el anciano corriera así de rápido y lograra tumbarlo a la cama justo en el momento en que pasó por ahí.

—Para ser un anciano no estás tan mal.—Le sonrió burlón.

—¿Quieres que lo vuelva a demostrar?—Le propuso con una ceja arqueada.

—No estaría nada mal.—Sonrió pícaro, para después recibir los labios tan ansiados labios del pelinegro.

Fue en ese cuatro de diciembre que Eunwoo comenzó a dudar de sus sentimientos hacia SeokJin y todo por culpa de un mocoso irritante…

_______________❄️______________

Sinceramente no sé que nombre ponerle a este shipp: ¿Eunyeol?

Ja, Ja, Ja, de todos modos conocemos a ese Chanyeol y nunca se sabe con él.

Espero que les haya gustado este capítulo. ¡En el siguiente tendremos a nuestro amado NamJin, así que esperen la próxima actualización!

Capítulo dedicado a: Pizza_Deliciosa kamymorataya
vane_garci4 Belumrtl

Pd: ¿Quién se vería mejor como pareja de Chanyeol?

Kai

Vs

Eunwoo

¡Voten por el indicado!