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Tardaron aproximadamente doce horas en sacarlo de aquella cueva subterránea, ya que, los refuerzos tuvieron que recorrer grandes distancias para llegar hasta ellos. Aunque eso no fue lo complicado, lo realmente complicado fue que aquella cueva era tan profunda que sentían que nunca iban a llegar hasta el fondo.

Pero por fin lo lograron, y cuando llegaron hasta SeokJin, este muy entusiasmado les mostró su nuevo descubrimiento, causando un gran revuelo entre los presentes...

SeokJin había encontrado algo más valioso que el oro...

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Después de sacarlo de la cueva junto con su nuevo descubrimiento, todos volvieron a la base, donde informaron al laboratorio sobre el descubrimiento e inmediatamente solicitaron la presencia de SeokJin.

El vuelo de la Antártida hacia Corea del Sur duró las suficientes horas como para que Jin pudiera tomar una siesta, ya que era su manera de escapar del estrés y los nervios.

Su jefa le había hecho saber que tendría una reunión con los inversionistas y el director ejecutivo del laboratorio, entre otros científicos importantes. Esto provocó que SeokJin comenzara a sentir miedo de meter la pata enfrente de aquellas personas importantes.

Y es que tenía que inventar una historia y rápido, sería muy vergonzoso y humillante relatar que había encontrado el descubrimiento del siglo al caer en un pozo mientras intentaba huir de una avalancha de nieve.

Pero para eso primero tenía que descansar un poco...

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Al llegar al edificio principal de los laboratorios Moonlight, su jefa lo esperaba pacientemente abajo del avión privado. Y al llegar hasta ella esta le regaló una reluciente sonrisa.

-¡Lo hiciste Jinnie!-Lo abrazó.

-Hola Dahyun...-Saludó desganado, para después soltar un largo suspiro.-Yo no hice nada, no logré mi cometido...-Cerró sus ojos sintiendose frustrado, al mismo tiempo que se dejaba abrazar.

-¡SeokJin!-Le llamó la atención, a la vez que se alejaba del abrazo pero mantenía sus manos sobre los hombros del chico.-Lograste más de lo jamás nadie ha logrado, ¿Tienes idea de cuantos hombres congelados se han encontrado?-SeokJin estuvo a punto de contestar, pero la chica rubia no lo dejó y siguió su discurso.-¡Ninguno! No hay, nadie ha podido entrar a un cavernícola congelado, nadie más que tú...-Le sonrió, haciendo que el contrario le devolviera la sonrisa.

-Sí, tal vez tengas razón...-De repente su sonrisa se desvaneció.-Pero y ¿Qué pasará con el calentamiento global?-Preguntó angustiado.-Los pingüinos y los glaciares necesitan nuestra ayuda...

-Tranquilo, SeokJinnie oppa, los pingüinos y los ositos sabrán cuidarse bien, a demás no porque hayamos hecho un nuevo hallazgo significa que dejaremos ese proyecto de lado...-Lo empujó suavemente hacia la entrada del laboratorio.-Pero por lo pronto necesitamos que hagas esa reunión y expliques que fue lo que encontraste en esa cueva.

-De acuerdo...-Asintió, no muy convencido, en especial porque los osos polares no vivían en la Antártida. No le quedó otra opción y tuvo que caminar por su propia voluntad hacia la entrada del laboratorio y fue entonces cuando la rubia dejó de empujarlo.

La puerta se abrió automáticamente, donde pasaron hacia una cámara de limpieza y desinfectación, tomaron sus cubrebocas y se los pusieron, a los segundos de haber ingresado un humo blanco y denso inundó la habitación, pero así como llegó así se fue. Cuando la habitación estuvo libre de aquel humo desinfectante se abrieron las segundas puertas y a los pasos ya se encontraban en el laboratorio.

Dos guardias se encontraban resguardando la entrada y salida, por lo tanto cuando vieron a los dos colegas iban a detenerlos y preguntarles cual era el motivo de su visita, pero ya los conocían y sabían que trabajan ahí, por eso mismo dejaron de interponerse en su camino y ellos siguieron avanzando.

La rubia lo guío hasta la oficina del director ejecutivo, no necesitaron de permiso para entrar, ya que nadie se encontraba ahí, pero antes de que la mujer siguiera avanzando SeokJin habló.

-¿Por qué estamos en la oficina del director?

-Oh, sí.-Exclamó ella al recordar que no le había mencionado nada al chico.-La junta ya empezó desde hace rato, solamente faltabas tú, así que todos se encuentran esperándote...-Apuntó hacia unas puertas que estaban ahí mismo en la oficina, las cuales conducían hacia la sala de juntas del jefe.

SeokJin agradecía que atraves de esa ventana no se podía ver del todo, ya que la imagen se distorsionaba. Dahyun lo miró confundida por su actitud, el chico seguía sin creer que ella no notara lo que estaba mal con él, hasta que se apuntó así mismo, aún traía puesto sus impermeables y su campera rompevientos, para la lluvia y las salpicaduras de agua de mar. Además de sus guantes y gorro. Una campera de plumas hará que su estadía en el hielo cerca de la colonia de pingüinos sea más confortable.

Definitivamente no estaba vestido para la ocasión.

-No te preocupes, ellos ni siquiera lo notarán...-Le respondió serenamente. Y el castaño ya ni siquiera pudo protestar, ya que la rubia había abierto las puertas de la sala de juntas y no le quedó más opción que seguirla.

Al entrar, los hombres que se encontraban vestidos de traje formal dejaron de hablar y fijaron su vista hacia los que recién iban entrando.

-¡Caballeros, Kim Seok Jin, el científico que fue enviado a la Antártida para encontrar una solución para el calentamiento global y terminó encontrando un hombre de las cavernas totalmente congelado!-Mencionó con entusiasmo la rubia y en cuanto terminó los hombres de traje comenzaron a aplaudir, SeokJin sintió sus mejillas arder de vergüenza. Hizo una pequeña reverencia, para después seguir a la rubia, la cual tomaba asiento, así que él hizo lo mismo.

-Señor Kim, es un placer tenerlo de vuelta aquí en el laboratorio, creo que hasta usted se sorprendió de haber regresado tan prematuramente.-Se levantó el director ejecutivo de su silla, para después dirigirse hacia el castaño, quien lo miraba muy atentamente.-Nadie contaba con que terminarían encontrando a un hombre de las cavernas...-Rió, y el resto de los hombres le siguieron la risa, hasta que este paró de reír y continúo.-Nuestros científicos ya se encontran tratando con el ser. Se están llevando acabo procedimientos para descongelarlo. Y en cuanto esté completamente descongelado será una gran mina de oro para nosotros...-Mencionó, llamando la atención del castaño y de la rubia.-¡Será expuesto como una obra de arte en todos los museos del mundo y ganaremos millones!-Los hombres de traje comenzaron a aplaudir y a reír entre ellos, como si decir que ganarán millones hubiera sido el mejor chiste que les hubieran contado en sus avariciosas vidas.

-Disculpe Señor Im, pero pensé que este nuevo hallazgo sería utilizado para fines científicos y no para fines de entretenimiento.-Interrumpió el castaño, llamando la atención de los presentes.

-Señor Kim, no sé quién vaya sido el nerd que le dijo que el cavernícola sería para ampliar el conocimiento de la ciencia y bla, bla, bla...-Dijó burlándose, y los hombres volvieron a reír junto a él.-No se deje engañar señor Kim, todo esto lo hacemos por dinero, no crea que lo enviamos a la Antártida para descubrir una solución contra el derretimiento de los glaciares…—Rió maliciosamente, haciendo que el castaño frunciera su ceño.—Los cuales a nadie les interesa, sino, apesar de nuestras advertencias sobre los productos químicos con altas concentraciones, o los aerosoles y refrigerantes, estarían buscando medidas para evitar que la ozonosfera desapareciera por completo…

—¡No puede hacer esto!—Exclamó molesto.

—Por supuesto que puedo…—Respondió sin más.—Y también puedo quitarte tu trabajo si quiero…

SeokJin tragó grueso al escuchar esto, pero no se dejó de su postura. No permitiría que usaran el hallazgo para esos fines.

—Con todo respeto, ganaría el doble millones si lo inviertiera en la ciencia, podría venderlo a otro laboratorio.

—Podría, pero…¿Qué sería lo divertido?—Sonrió ladinamente.—Todos morirían por ver a un hombre primitivo inerte detrás de un pedazo de cristal, ¿Ustedes no?—Preguntó a los hombres y ellos inmediatamente asintieron.

SeokJin se puso de pie y los miró con repugnancia.

—¡Renunció!—Exclamó y todos los presentes se volvieron a él.—No me cabe duda que todo este tiempo trabajé para unos hombres estúpidos e ignorantes, que creen que solamente por traer un traje puesto ya son dueños de la ciencia y del dinero…—Se dirigió hacia la salida de la sala, sintiendo como el coraje y la impotencia corrían por sus venas.

Pero antes de llegar a la puerta, el director ejecutivo habló y se detuvo en seco.

—De todos modos ya no me sirve y no creo que lo haga, sinceramente creo que cualquiera puede ser tan descuidado como para caer por un pozo.—Soltó una carcajada, y los hombres rieron igual de fuerte que él, por otro lado, SeokJin apretó sus puños enfurecido y después salió de aquella oficina.

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