(🫧) ━━ OO1; welcome back
╭╾๋╾๋┽๋ ❛𝐆𝐔𝐘𝐒 𝐌𝐘 𝐀𝐆𝐄 ❜ ┽๋╼๋╮
𓄹 🕯! 𝖼𝖺𝗉. 𝗎𝗇𝗈 | 𝗯𝗶𝗲𝗻𝘃𝗲𝗻𝗶𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗼 🥀﹆
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Sus fuertes manos recorren la piel de mi cuerpo con delicadeza, cuando inclina su cuerpo sobre el mío hace que me sea imposible no apretar las piernas mucho menos cuando susurra cerca de mi oído con esa voz ronca que tanto amaba.
───¿Dime qué deseas, preciosa.?
Mi espalda se arquea ante el dolor que había ocasionado al tirar de mis sensibles pezones ante la falta de respuesta pero rápidamente el dolor quedó atrás cuando pasa su lengua sobre ellos, suelto un chillido cuando tira de mi pezón con sus dientes y por inercia llevo mi mano a sus hebras castañas tirando de ellas ante el...
───¡Yuna.!───el repentino grito de mi hermano hace que me sobresalte.───¡Es hora de tu medicina.!───gritó.
Suspiro cansada y cierro con lentitud mi computadora lista para perder la poco inspiración que había ganada y todo gracias a mi hermano, salgo de mi habitación con un bandeja en manos llevando en ella dos tazas vacías y un plato ya que el rubio de mi hermano me había llevado un aperitivo hace unas horas ya que según él no había siquiera comido un chicle en todo el día cuando en realidad llevaba tres tazas de café frío.
Al llegar a la sala me encuentro con la pelinegra de su novia entrando por la puerta del departamento, le doy un asentimiento de cabeza como saludo y camino hacia la cocina con ella detrás; dejó las cosas cerca del lavaplatos y antes de siquiera darme la vuelta mi hermano me extiende un vaso lleno de agua junto a una píldora.
───Felix, el que vivas aquí no significa que tengas que cuidar de mí.───explique divertida aceptando la pastilla.───Ya estoy grande como para que me sigas cuidando.
───Vives encerrada dentro de esas cuatro paredes, si fuera por ti ya estarías muerta allí dentro.
───Exageras, Lix.───respondí dejando el vaso en el lavaplatos.───Hyerin ayúdame con esto, por favor.
───Cariño, Yuna pasó literalmente tres años cuidándose sola y sé perfectamente que aún lo puede seguir haciendo.
───Gracias.───comenté pasando cerca suyo para volver a mi habitación.───No saldrá por un buen rato así que por favor no me molestes, ¿Entendido.?
Felix asintió de mala gana y volvió a la cocina con su novia caminando detrás suyo, la verdad no me molestaba ser interrumpida por el rubio pero estos últimos días estaba algo desaparecida y agobiada, no podía siquiera escribir algo coherente y sentía tantas cosas que la única forma en la que podía desahogarme era tratar de escribir pero cada vez que escuchaba mi nombre a través de mi puerta era como un alivio y una molestia: ya había vivo esto años atrás, primero era Hyerin la que se preocupaba que aún siguiera viva una vez que me encerraba en mi recámara pero cuando ambos se hicieron pareja deje de ser preocupación de una persona a ser ahora de dos, así que el tener a Felix haciéndolo solo me hacía revivir mi pasado.
Desde que me mudé a Seúl había dedicado mi vida a escribir y mantenerme al margen, decidí crear una nueva vida luego de la desastrosa que había sido la anterior en Sidney pero creo que ciertas cosas no lograron quedarse por completo allí.
El venir a vivir a la otra punta del mundo era para poder despejarme y vivir una nueva vida tranquila desde cero pero lamentablemente ciertas cosas aun seguían siendo iguales, porque puedes sacar a la chica de su pasado pero no el pasado de la chica. Ciertas cosas siguen presentes en mí hasta ahora, un tonto ejemplo de ello era que seguía teniendo las mismas zapatillas viejas que tanto amaba, hasta el cobertor que mi abuela había tejido para mí y aún guardaba ciertos gustos, como los mismos sabores de helado, bañarme a la madrugada y... el gusto hacia los hombres mayores que tanto mi madre como hermanos habían luchado en cambiar.
Bueno, gustos son gustos y nadie puede hacer nada para cambiarlos, supongo. Una vez en mi habitación tomo la laptop en mis mano y caminó hacia la cama con esperanzas de poder continuar donde me había quedado pero una vez más me había estancado por horas observado la pantalla con la mente en blanco y una vez más había dejado atrás lo que realmente importaba para comenzar a escribir algo nuevo que no tenía relación alguna con lo que llevaba y no me doy cuenta que una vez más intentaba salvar mi alma con mi escritura, solo que no me doy cuenta lo miserable que me hace tener que repetir la misma historia pero esta vez en mis líneas.
Me restriego la cara con frustración y por voluntad propia abandonó por segunda vez mi cueva, una vez en la sala me dejo caer sobre el suave sofá lista para perder mi tiempo viendo televisión o siquiera pretender verla; mientras busco alguna pelicula o algo que llamara mi atención logro escuchar las pisadas de mi hermano viniendo para la sala y giro mi cuerpo para quedar recostada de lado en el sillón obteniendo una mejor vista de él.
Felix se encuentra un poco más decente de lo que estaba hace horas atrás y el abundante olor a su colonia solo me hacía saber que saldría, así que con los brazos encima del respaldo del sofá decidí hablar.
───¿A dónde van.?───pregunte asustando al rubio que creía estar solo.
───¡Maldición, Yuna.! No puedes ir asustando así.───brama llevándose una mano a su pecho con total dramatismo.───Iremos a hacer algunas cosas.
───¿Puedo ir.?
───¿Tú quieres venir.?───pregunto incrédulo ganándose nada más que asentimientos por mi parte.───Acaso no me dijiste que no te molestara.
───No seas malo con ella, idiota.───rechista Hyerin acercándose a él no sin antes golpear su brazo como represión a sus palabras.───Sería genial que nos acompañarás, Yuna.─── anima la chica sonriente.
───No soy malo, solo lo dije porque esas fueron sus palabras.───recrimina sobándose el brazo que la pelinegra le había golpeado.───Está en ti si vienes pero eso sí, no nos quedaremos en un solo sitio así que...
───Que digas eso solo me genera más curiosidad pero conociéndote a ti y a tus cosas hace que solo quiera quedarme a pudrirme aquí.───interrumpí volviendo a ver la televisión.───Adiós, chicos. Me traen algo de vuelta.
¿Se preguntaran que hice durante estas tres horas.? Pues nada, en las primeras dos solo me dedique a estar echada en el sofá consumiendo tiktoks con el ruido de la película de fondo pero luego me canse de estar tirada sin hacer nada me dio un ataque de hiperactividad y ahora me encuentro dando vueltas los muebles de la sala de estar después de haber terminado de hornear dos bandejas de galletas.
Empujó una vez más el estante de libros y alguna que otras chucherías cerca del ventanal para finalmente darle fin a la remodelación espontánea que se me había ocurrido, aún parada en medio de la sala observo cada ricon arreglado nuevamente y suspiró satisfecha por cómo había quedado cada una de mis pertenencias en su nuevos lugares.
───¡Yuna llegamos.!
Salgo del cuarto de baño con una toalla en las manos secandome las puntas de mi cabello mientras camino hacia su encuentro, a mitad del pasillo logro escuchar otra voz más aparte de la de mi hermano y cuñado y, me detengo al final del pasillo, sin dejarme ver, para poder descifrar de quién se trataba la tercera persona en cuestión pero siento el alma salirme del cuerpo cuando Hyerin se acerca hacia mí; sonrió forzada cuando me toma de la mano y comienza a tirarme de este hasta llegar a la sala donde se encontraba mi hermano y su vista.
Intento mantenerme al margen pero como siempre eso termina mal y quedó una vez más en ridícula enfrente a una amigo de mi hermano, la atención de ambos hombres se centran en mí cuando caigo al suelo al tropezar con la estúpida alfombra que tanto me había costado limpiar y, sin siquiera atreverme a levantar la vista del suelo, tomo la mano que extienden hacia mi dirección creyendo fielmente que sería la de mi hermano pero me quedo helado cuando siento lo áspera y pesada que es, lo que me hace despegar la mirada del suelo y observa detalladamente al hombre quién me extendía su firme mano.
Trago dura apenas cuando hacemos contacto visual y siento que el aire me falta cuando sonríe ladino ayudándome a ponerme de pie. Aun sosteniendo su mano me doy el privilegio de observar atentamente, el hombre frente mío me saca una cabeza de altura, tiene el cabello ligeramente largo y oscuro, su cuerpo es de hombros anchos y esa camiseta de mangas cortas que llevaba hacia que sus pectorales se vieran grandes y abrazaba perfectamente sus bíceps, por los cuales pagaría para que me ahorcaran y no solamente tenía un cuerpo de infarto sino que también su rostro era perfecto, labios pomposos y unos lindos ojos café oscuro.
Carraspeo en un intento de no haber dejado obvio que casi me encontraba babeando por él y apartó mi mano de la suya como si su tacto le hubiese quemado para así ponerme a un lado del rubio de mi hermano.
───¿Te acuerdas de Changbin, no.?
Claro que me acordaba de Seo Changbin y era totalmente sorprendente tenerlo en persona, una realmente diferente a la que conocí cuando tenía siete años y él tenía veinte años.
───Algo.───susurré viéndolo por encima de su hombro.───Un gusto, Señor Seo.
───Es bueno verte de nuevo, Yuna, creciste bastante de la última vez que te ví.───habló tranquilamente y ¡Dios.! su sola voz hizo que un escalofrío recorra mi cuerpo.
───Bienvenido de nuevo a la ciudad.───murmure rogando no parecer intimidada por él y apartando mi mirada de la suya me dirijo al rubio.───Hyerin, ¿Quieres ayudarme a cocinar.?───pregunté comenzando a caminar hacia la cocina dejándolos a ambos hombres atrás.
Cuando pedí que me trajeran algo no esperaba que fuera tremendo bombón, el cual tenía sumamente prohibido probar. Dios... soy tu fiel guerra así que por favor, no me dejes caer en la tentación.
¿Qué onda loquitas.? Nueva fic para no perder
la costumbre de después no actualizarlas jsj
Espero que les guste y les den el apoyo de
siempre ♡♡♡
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