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𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟗


🌰🧺🐻

El día viernes al fin había llegado, dando así el fin de la primera semana de clases.

La mayoría de los alumnos estaban desesperados por terminar aquella fatídica semana. Y claro, también estaban emocionados por la fiesta de esa noche, organizada por los chicos más guapos de la escuela; la cuál tenía por hecho que aquella fiesta sería realmente alocada y divertida.

Un chico alto y rubio venía llegando al instituto, llamando la atención de muchas chicas, y claro, también de algunos chicos; algunos le miraban con envidia o deseo, y claro habían otros que le miraban con miedo, e incluso otros que no se atrevían a levantar la mirada por lo mismo.

Park Jongseong no le tomó importancia, era habitual que pasara eso, y claro, no iba a mentir, le fascinaba tener al instituto a sus pies. 

Bueno, a casi todo, pues cierto chico azabache tenía a Park a los pies de éste, aunque este no se diera cuenta. 

Y claro, hablando de él, al rubio se le ocurrió ir a buscarlo para pasar la mañana con él, pues tenía bastantes ganas de verlo, aunque ni siquiera supiera (o no admitiera) el porqué. 

Apuró el paso, para llegar al lugar en dónde pensó qué estaría el pequeño Yang, luego de unos minutos llegó a la cafetería del instituto y justo como lo predijo, el estadounidense de tierna personalidad estaba sentado en la terraza de dicho lugar, bebiendo quién sabe qué y leyendo un libro.

Se veía jodidamente hermoso con aquellos lentes y su expresión de concentración, qué a veces cambiaba por una risueña o una impresionada, debido a su lectura. 

No supo exactamente cuanto tiempo estuvo viéndole, pero podría asegurar qué si fue mucho, pues la cafetería que hace un rato estaba casi vacía, ahora estaba llenísima.
Así qué con algo de apuro fue hacía dónde estaba el chico. 

—Hey, hola Pure boy— le saludó, de forma amistosa.

—Uh, hola Jay hyung— le devolvió el saludo con una bellísima sonrisa.

Jay juró qué puedo ver el cielo, rodeado de ángeles y nubes en ese momento. 

No exageres idiota.
Ese fue su subconsciente, el cuál solo decidió ignorar. 

—¿Cómo estás?— preguntó de repente, casi automáticamente.

—Bien, gracias por preguntar Seongie hyung— le miró juguetón pero a la vez inocente. —¿y usted?— 

—Oh no, Jun, trátame como un amigo, no me hables de "usted" o "hyung", tómame confianza pequeño— le dijo de forma agradable, con tal de hacer sentir cómodo al contrarío.—y, estoy bien, gracias— le sonrió mostrando su eye-smile.

En ese momento Jungwon pensó qué la sonrisa del rubio era muy linda, en especial cuándo sus ojos desaparecían.

—Uh...—se sonrojó un poco al notar qué se quedó pegado viendo la expresión tierna del mayor.—Está bien Jay hy-, Jay— se contradijo al instante, pues él también quería tomar confianza con aquel particular rubio, que en solo un par de días le causó varias emociones. 

—Así me gusta— le guiñó un ojo —Y bueno, cambiando el tema, ¿qué leías?— curioseó. 

—Oh, bueno estaba leyendo "Buenos Días Princesa", es bastante entretenido Seongie, deberías leerlo— le recomendó. 

Jay en ese momento tuvo una pequeña crisis su interior, pues él jamás había leído un libro que no sea para los exámenes, y mucho menos por su maldita cuenta, era un vago, y realmente no quería.

—Bueno, si tú lo dices, quizá podrías prestármelo luego de que lo termines— dijo algo nervioso. 

¿Qué jodidos estoy haciendo?
Se cuestionó a si mismo. 

—Es una gran idea Seongie hyung— se emocionó, pues al fin encontraba a una persona con casi sus mismos gustos y con el que aparentemente podría compartir sus gustos libremente. 

—Si... claro— disimuló viendo a otro lugar, pero no se arrepintió, pues nadie se podría lamentar luego de ver aquella brillante sonrisa. 

—Uh, Seongie hyung, ¿dónde será la fiesta de esta noche?— preguntó. 

—Hey, ya hablamos del "hyung"— le reprendió de forma juguetona, causando un pequeño sonrojo y una linda sonrisa en el rostro del menor —Será en mi casa, te puedo enviar la dirección. Aunque... si quieres yo te podría ir a buscar a tu casa, en mi motocicleta, ¿qué dices?— dijo sin siquiera pensarlo. 

Un momento... espera ¿qUÉ?

—Woah, ¡sería genial Jay hyung!— festejó, pues a el le encantó la idea de viajar en motocicleta— Ups, lo siento, Jay— se corrigió—Claro qué me encanta la idea— le sonrió dulcemente. 

Y por milésima vez en esa mañana, no se arrepentía luego de ver esa sonrisa. 

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Las clases llegaron a su fin, los alumnos salieron del instituto como si su alma se las llevara el mismísimo diablo.

Y otros (cómo Jungwon por ejemplo) se quedaban en la cafetería. Caminó hasta la mesa en la que acostumbraba comer junto a los demás chicos, pero esta vez no había nadie, no le molestó en lo absoluto, en verdad necesitaba algo de paz en ese momento. Necesita pensar.

Tuvo una pequeña confusión en su cabeza mientras estaba en su última clase, no tomó ni el más mínimo de atención por estar pensando en cierto rubio.

Se sentía algo extraño, no sabía cómo explicar ni expresar cómo es que se sentía en ese momento. Era un montón de sentimientos lo cuales no podía describir.

Su hyung había estado en su cabeza las últimas horas, e irónicamente no lo podía sacar, pensaba en su sonrisa en cada momento. Realmente no sabía qué hacer. 

No iba a mentir, desde qué vio al rubio, le llamó la atención, pues era jodidamente ardiente y él ni nadie podría negarlo.

Jay encajaba perfectamente con todos los estereotipos de "chico perfecto", y Jungwon tenía un pruebas para reafirmar lo guapo qué era y tenía todo un listado a quién le dijera lo contrario.

Lo cuál no era mentira, de hecho se la había memorizado:

Uno, era bastante alto.

Dos, tenía músculos bastante marcados y abdominales (qué sintió la vez qué el bobo le sentó en sus piernas el primer día) bastante formado.

Tres, ese cabello decolorado le quedaba de puta madre.

Cuatro, su sonrisa era perfecta, encajaba perfectamente con sus "ojos de alcancía" (cómo le apodaba Nicho).

Y cinco, su personalidad. Era bastante alegre, pero mostraba dos personalidades la cuáles (secretamente) le gustan mucho. Era bromista y a veces algo sarcástico con sus amigos, pero con él era comprensivo, le escuchaba y le sacaba risas; podían hablar de muchas cosas y sentía que jamás se cansaría. 

Y bueno, si siguiera enumerando todos los puntos que le gustaba y le llamaran la atención de él, se quedaría toda la tarde ahí en la cafetería y le faltarían dedos para llevar la secuencia. 

No sabía bien qué era lo que le pasaba, creía qué si "le gustaba", lo cuál era muy extraño, sentía qué llevaba muy poco tiempo de conocerle. Y si fuera así, le costaría admitirlo.

Pero cómo dicen, para el amor no hay tiempo, edad, ni límites.

¿Será posible qué...?

—Hey, lindo ¿qué haces aquí? —de repente una voz en particular le interrumpió sus pensamientos.

Hablando del rey de Roma. 

—Uh...— dijo sin contestar, sonrojándose de paso, pues la persona en qué estaba pensando le acababa de llamar lindo y además de veía jodidamente caliente con las gotas de lo que parecía ser agua, le caían por el cuello. Mentira si dijera qué aquella vista no le provocaba nada.

—No respondiste mi pregunta, ¿qué haces aquí, Pure boy?— volvió a preguntar esta vez con un tono juguetón. 

—Uhm, yo solo estaba pensando —contestó mientras metía una patata en su boca, para no soltar algo que pudiera ser vergonzoso, pues estaba en una especie de trance, ¡aquello era demasiado para su pequeño ser! Debería ser ilegal ser así de sexy.

—Jmm, ¿interrumpo? —digo algo sacando al estadounidense de su trance, pensando en qué quizá Jungwon no le quería ver, pues estaba comportándose algo extraño.

—¡No!... quiero decir, no es nada hyung, no interrumpes en lo absoluto— le sonrió de forma tranquila para transmitirle confianza al mayor, cuando por dentro sus sentimientos dejaban de funcionar —¿Y tú? ¿Qué haces aquí? —le miró curioso —quiero decir, deberías de estar preparando las cosas para la fiesta ¿no?—

—Nah, tenía qué hablar con mi entrenador, lo cuál fue una mala idea porque me hizo jugar con los nuevos del equipo de baloncesto y yo solo quería preguntar por los horarios de éste año— dijo simple pero con una sonrisa. 

—¿Equipo de baloncesto?— preguntó curioso. 

—Oh, no lo sabía eh— decía el contrario mientras tomaba un sorbo de agua de su botella —bueno, soy el capitán del equipo de baloncesto y no es por nada, pero soy el mejor— decía mientras le guiñaba un ojo al menor quién le miraba impresionado.

Bueno, Número seis, era el capitán del equipo de baloncesto.

¿A caso se podía ser más perfecto?

Espera... ¿qué?

—Eso es genial Seongie— le dijo —¿puedo ir a verte en un jugar?— le preguntó ilusionado, causando un extraño calor en el pecho del contrario. 

—Por supuesto que si Wonnie— le sonrió —es más, me encantaría qué estuvieses en todos mis próximos partidos— y se sonrieron mutuamente, entrando nuevamente en su burbuja. 

Pero claro, no todo era perfecto. 

—Hola Jay—una voz femenina interrumpió y penetro la burbuja de ambos chicos.

Jay quedó helado al reconocer esa incomparable y odiosa voz.

—Eh, hola niñito— le saludo al azabache, quién le miró indignado y enojado. 

¿Y ésta quién se cree?

—Hola, desconocida —le devolvió el saludo, tirando veneno en sus palabras —Mh, ¿sabes? Tu presencia sobra aquí, así qué deberías largarte — le dijo mirándole con cierto odio, pues se notaba en el aura de la chica qué no era buena, y agregarle qué le miraba con odio, sin saber el porqué. 

Pero Jungwon no era una princesita la cual necesita de su príncipe protector.

Oh claro qué no, el también tenía garras para defenderse así mismo, no dejaría qué una desconocida le pasara a llevar.

Antes muerto.

—Jm, cómo sea, solo quiero hablar con Jay, no contigo —le contestó la contraria. 

—Karina vete —habló Jay una vez qué salió de su pequeña batalla interna, no podía ser que aquella loca le arruinara el momento. 

¿A si? ¿Qué momento?
Le habló su subconsciente. 

Oh cállate, no es momento.
Se contestó éste. 

La chica, claramente indignada, volvió a insitir.
—Jay, necesito hablar contigo — procedió a tomar asiento a su lado —¿y sabes? No me interesaría qué fuera aquí mismo, después de todo, no es un secreto que arreglemos las cosas y volvamos a salir, ¿no es así, cariño? — decía mientras miraba al menor, quién estaba lanzando veneno por sus ojos.

No podía hacer mucho, pues quedó en shock al intuir qué aquella chica, cuál nombre no recordaba y ni le importaba saber, era la ex de Jay. 

Oh bueno, podemos retirar todo lo dicho sobre la lista de Jay. Habló el subconsciente del menor, y éste simplemente no contestó. 

—¿Qué carajos? mierda, basta —reaccionó realmente enojado el rubio, realmente no podía creer lo qué había escuchado, ¿a caso la chica tenía cerebro? ¿Dignidad? ¿Algo?

—Escucha Karina —le dijo mientras se paraba de su asiento —Te lo dire una sola vez, no quiero que te vuelvas a acercar a mi, ni a ninguno de mis amigos. Mierda, ¿podrías tener algo de dignidad? Qué tan necesitada estás, joder. Eres patética, una mierda de persona y una cualquiera. Aléjate de una buena vez, y hazte el favor de guardar el poco y nada de orgullo qué tienes.— finalizó, estaba realmente cabreado, no quería ver s esa chica en ese momento —Jungwon, ven conmigo, larguémonos de aquí — le habló al estadounidense, quién veía impresionado la escena.

Tenía algo de pena por la chica, se veía en blanco, la sonrisa falsa había desaparecido en un santiamén.

Y... no sé sentía del todo bien para ir con el rubio, pues las palabras qué le lanzo a aquella chica a la cuál ahora le caían lágrimas silenciosas por el rostro, fueron demasiado fuertes.

—Eh... e-esta bien...— terminó aceptando, recogió sus cosas para seguir en silencio al mayor, quién se notaba qué estaba algo enojado.

No quería hablarle, al menos no en ese momento. No se sentía cómodo con Jay, no está vez. 

—Yo... siento qué hayas presenciado todo eso Jun, enserio perdón... no era mi intención...— habló apenado el rubio. Pues él sentía cómo el chico no estaba cómodo, además se notaba algo alejado, eso era palpable. 

El menor, luego de pensarlo un poco, respondió.

—Esta bien Seongie hyung... supongo qué debes tener tus razones, además no es tú culpa nada de esto, quizá no tenían una buena relación y te sacó de tus casillas, y yo no tendría porque opinar sobre eso— le decía tranquilo, pues luego de analizar un poco, era verdad, el no tenía idea sobre la relación de ambos o el porqué terminó.

Era un asunto en el cuál él no tenía palabra ni voto, y lo importante era cómo su hyung era con él. 

—Gracias Wonnie, gracias por entender— se sintió más tranquilo al saber qué quizá las cosas con el menor no se habían echado a perder; y paro el paso en ese momento, provocando que el menor también lo parara. Se quedaron mirando unos momentos, sin decir nada, disfrutando del cálido ambiente qué se había formado de un momento a otro.

—Entonces... ¿todo bien?— preguntó, para estar seguro.

—Todo bien...— respondió el menor, quién quedó algo ido.

Pero de un momento a otro tuvo un impulso, que aunque quisiera, no pudo detener.
Así qué acortó la distancia de los cuerpos de ambos, regalándole un cálido y lindo abrazo al mayor, respirando el aroma del perfume qué tenía impregnado en su cuerpo. 

El contrario quedó impresionado en ese momento, y casi automáticamente su cuerpo correspondió el abrazo. Se quedaron varios minutos en la misma posición, ninguno notó la forma en la qué ambos se sintieron llenos, gracias a ese abrazo, si no hasta el momento en que rompieron la pequeña unión de sus cuerpos, y ambos sintieron cómo se vaciaba su interior, pero sin querer decirlo. 

Se sonrieron mutuamente, y sin decir nada caminaron hasta la entrada el instituto, dónde a Jungwon le esperaban. 

—Bueno, debo irme Seongie hyung— dijo con una sonrisa el menor. 

—Hey, ya hablamos sobre el "hyung" — le apretó la nariz con sus dedos al menor, causándole un sonrojo y una risa.

—Lo siento Seongie— se corrigió —me esperan en el auto, te veo más tarde— se paró en puntillas y le regaló un beso en la mejilla al mayor, quién iba a decir algo en ese momento pero el chófer de Jungwon tocó la bocina —¡No olvides pasar por mí para la fiesta Seongie bobo! — corrió hasta el auto, despidiéndose con una mano para evitar qué el mayor le avergonzara por su reciente acción. 

—Claro...— gritó éste, viendo cómo la camioneta blindada en la qué se había subido el menor, se alejaba.

Caminó hasta su auto, en dónde tiró su mochila y entró, para cerciorarse de qué nadie le estuviera viendo, para tocar su mejilla y sonreír cómo bobo.

Bueno... ese realmente fue su día. 

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Nervioso.

Así es cómo se sentía en esos momentos.
En su cabeza ahora sólo tenía a Jay, y no podía sacarlo de ahí.

Era impresionante lo que le estaba sucediendo, desde esta mañana, tenía impulsos de querer abrazar al mayor, pues este se sentía cómodo y muy alegre con éste.

Pero no dejaba de pensar en el beso qué le dió en la mejilla, pues le causo muchos nervios sentir la piel caliente y suave del rubio.

Y estaba contento porque notó qué a su hyung no le molestó, pues vio la el cálido sonrojo qué tuvo el mayor además de una pequeña sonrisa. 

Y mientras en su cabeza volaban Jay's por todos lados con sus características sonrisas, su teléfono vibraba y se encendía, avisando qué tenía unas notificaciones; específicamente mensajes.

Su pequeño corazón dió un vuelco al ver de quién se trataba, qué coincidencia qué apareciera cada vez qué en su mente estaba. 

╭───────────────♡.°୭̥
╰─➤ Chat Jay - Jungwon.



🦋🖇🌨

Justo al momento de mandar el último mensaje, la puerta de su habitación se habría de forma brusca, dando paso a un alborotado Sunoo.

—¿Estás listo para la fiesta, Wonnie?— le preguntó emocionado. 

—Claro— le respondió éste de la misma forma. 

—¡Niki dice qué será fantástica! Al parecer Jay hyung es el mejor anfitrión —dijo pensativo —Oh, se me olvidaba, Wonnie, Niki vendrá por mi en unos minutos, pero si quieres puedes irte con nosotros, sería genial ¿qué dices?— le invitó.

—Bueno... iré con Jay, pasará por mi en un momento, pero gracias SunSun—le sonrió.

—¿Qué tú harás qué? —preguntó impresionado —¿IRÁS CON-...— el grito de su madre le interrumpió. 

—¡Wonnie cariño, baja! ¡Un chico lindo te está buscando! —dijo. 

—Bueno SunSun, debo irme —evadió la mirada de su hermano —¡Nos vemos!— se despidió bajando las escaleras.

Caminó hasta la entrada dónde se suponía qué estaba Jay, pero se impresionó al escuchar la linda risa de su madre.

Se apresuró para llegar, y vio la linda escena en dónde Jay hacía reir a su madre. Le agradó ver cómo su hyung ganaba la confianza de sus madre, pues esa mujer si que era dura. 

—Hola Seongie —le saludó. 

—Wonnie, te ves muy lindo —le alago, causando una tierna sonrisa de parte del menor. 

—Aww, Jongseong, deberías venir cenar algún día; quiero conocer al pretendiente de mi lindo hijo— le dijo. 

—Mamá Seongie y yo no-...— decía sonrojado, mientras Jay sonreía. 

—Si, si, si— decía la madre Yang, mientras empujaba a su hijo a la puerta —Ya vayan tórtolos, se les hará tarde— les decía —Jongseong, espero verte más seguido, oh y nada de sobrepasarse eh— finalizó mientras les sonreía. 

—Jamás me sobrepasaría Señora Yang, y le aseguro que me vera más seguido —guiño un ojo causando otra sonrisa en la madre del menor, mientras éste caminaba sonrojado detrás del mayor. 

—¿Nos vamos? —le preguntó al menor. 

—Claro —le sonrió, aceptando el casco qué el mayor le entregaba. Batallando un poco para colocárselo. 

—Venga, te ayudo— le dijo, agarrando el casco y colocándole en la cabeza éste, para luego abrochar el seguro. Ninguno notó lo cerca qué estaban, no hasta qué escucharon un grito. 

—¡Ya bésense! —gritó el hermano del menor, quién estaba en la puerta con su madre mirando la escena.

Ambos chicos se separaron, uno con una sonrisa y otro con un sonrojo, pero ambos con unos revoltijos en el estómago, sin saber muy bien el porqué. 

—Bueno... sujétate muy fuerte, si mece algo me avisas ¿si? —le preguntó al menor, quién se sentó detrás del rubio, sujetándose fuerte del abdomen de éste. 

—Si...—contestó, mientras el mayor encendía el motor y aceleraba para comenzar su camino rumbo hasta su hogar, en dónde era la fiesta. 

¿Qué quizo decir con qué vendría más seguido?...

Decía en su cabeza el menor, pero luego despejándose viendo el paisaje de las calles y sintiendo el calor ajeno del mayor. 

──────────────────────────♡.°୭̥

Último año se nota el estrés y la presión que te ponen para elegir una carrera.

En fin, pasarán muchas cosas en los siguientes capítulos así que estén al tanto. 👀

Nos leemos pronto~

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