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La mañana llegó, y con ello el día de inicio de año escolar.

Un joven de 17 años, de baja estatura, con un cabello azabache acaba de despertar, lo primero que hizo fue darse una vuelta en su cama para así dar con la luz del sol, el cielo estaba hermosamente despejado. Lo que motivó al adolescente a levantase y caminar hacia el gran ventanal de su habitación, para así dar paso a su balcón. Desde ahí veía todo el lindo jardín de su casa, el cuál era cuidado por su hermosa madre quién se encontraba regando las plantas de este lugar.

—¡Hola Mami!—Saludó adorablemente el coreano.

—¡Hola Wonnie!—Respondió de igual manera la hermosa mujer. —El desayuno estará listo dentro de poco, alístate para tu primer día amor.

—¡De acuerdo!— Y se adentró nuevamente a su habitación; prendió su reproductor de música y con su teléfono puso alguna canción en aleatorio, se adentró al baño de su habitación y empezó a ducharse. Luego de unos 20 minutos en los que estuvo bajo las tibias gotas de agua, cantando a todo pulmón las canciones que se reproducían, salió con una gran sonrisa.

Camino hasta su armario, y como hacía un buen día, optó por vestirse con unos jeans cortos hasta los muslos, una camisa grande color blanco y encima de esta, un gran suéter dos tallas más grandes que el, de un color amarillo pastel.

Peinó su cabello, se aplicó un poquito d e maquillaje, solo un poquito, algo simple, polvos traslúcidos para que su piel no brillara tanto y un poco de rubor anaranjado para su lindas mejillas, algo sencillo y natural pero tierno. Para finalizar se colocó sus lindos anteojos redondos de borde dorado. Luego solo se colocó unas calcetas blancas no más allá de sus tobillos y sus zapatillas del mismo color qué el suéter; apagó su reproductor y salió rumbo a la habitación de su hermano, Sunoo, la cuál estaba al otro extremo del pasillo de la gran casa. Tocó la puerta hasta escuchar la autorización de su hermano el cual estaba recostado en la cama viendo su teléfono.

—Hola SunSun, ¿cómo amaneciste?

—Hola Wonnie, bien ¿y tú?

—Bien.— comentó con una sonrisa. —¿ya estás listo?— el otro contestó con simple "sip". —okay, el desayuno debe de estar listo, bajemos antes de que papá se devore todos los waffles.— ambos rieron.

Jungwon fue a su habitación a buscar su teléfono y su mochila, bajo a la primera planta y saludó a su padre con un beso en su mejilla al igual que a su madre; al rato bajo Sunoo con una radiante sonrisa, cosa de Yang's tener una linda sonrisa todos los días.

El desayuno paso entre bromas y risas, al termino de este la mujer de la casa ya se estaba despidiendo de ellos ya que sus hijos debían ir a estudiar y su esposo a trabajar.

Los tres fueron hasta el auto, en el camino todos estaban cantando a todo pulmón las canciones de la radio.

—¿Están nerviosos, amores?—. Preguntó el padre, cuando quedaban solo minutos de viaje.

—Mmh, no papi, estoy relajado, después de todo es solo el instituto.— dijo el coreano con aspecto a un zorro.

—¿Y tú, Wonnie?—. Preguntó a su hijo, el cual no había respondido.

—La verdad, sí, pero solo un poquito.— respondió con una voz muy aguda que enterneció a su padre.

—Bien, me alegro que no estén tristes o que estén enojados, la verdad creo que es normal que estés nervioso, y me alegra que solo sea un poco.— comentó con una media sonrisa.

Resulta que el Señor Yang HakSeon y su padre, son dueños de una gran industria musical en Estados Unidos, pero ellos quisieron expandirse en varios países y uno de esos países era Corea del Sur. La sede de este país estaría al mismo nivel que la industria central en Estados Unidos, por lo tanto para mantener al margen está gran empresa, HakSeon debía ser el CEO de esta.

Esta decisión fue algo difícil, más que nada él temía por sus adorables hijos, pero fuera de todo pronóstico, los adolescentes lo apoyaron y sé alegraron tanto por su padre, aceptaron sin lugar a dudas irse a vivir a Corea. Aunque Ya tenían sus raíces de coreanos por sus padres.

Es por eso que los jóvenes Yang ahora son alumnos de intercambio, quizás ese era el miedo de su padre. Todos pensarían que es por el idioma, o que quizás los jóvenes no eran tan sociables. Pero no.

Todo lo contrario, Jungwon y Sunoo eran los seres más tiernos y sociables del mundo, e incluso dominaban casi a la perfección el idioma, solo les faltaba pulir algunas cosas.

El único problema para los pequeños Yang es su belleza, pues muchas veces en sus anteriores escuelas sufrieron acoso, y también siempre tuvieron admiradores, lo cual incomodaba a los adolescentes; y también a su padre ya que él también es un poco celoso.

—Bien chicos, llegamos. Pasaré con ustedes, iré a saludar a su tío.— dijo el mayor.
Los chicos felices fueron felices a la entrada, seguidos por su padre, frente a la mirada de todos las personas que estaban ahí en la entrada, los descolocó un poco pero ignoraron todas esas miradas que les daban.

—Joder, ¿quiénes son? ¿Será su guardaespaldas?

—Mierda ese hombre es muy caliente.

— Y ellos también.

La verdad ya estaban acostumbrados a ese tipo de comentarios, pues era normal, no todos los días ven a dos chicos sumamente hermosos, con cosas caras, bajando de un lujoso Mercedes-Benz, siendo seguidos por un hombre realmente guapo en traje.

A pesar de que la escuela era bastante prestigiosa, no todos los días se veían ese tipo de cosas.

Caminaron tranquilamente hasta la puerta del director, el señor Yang entro sin permiso, y sus hijos lo siguieron.

—¡Hola tío Wonnie!— dijeron al unísono ambos jóvenes.

—Hola MaSi.— saludó el mayor con el apodo con el cuál le solía decir cuando estaban con sus amigos.

—Cállate imbécil, hola nenes.— Dijo el director y dueño de aquella institución, Choi Siwon.— Sabes Seonie, se toca antes de entrar.— dijo mirando al mayor de los chinos.

—Cómo digas, señorita.

— No jodas, chicos los estaba esperando; aquí están sus horarios, me tomé la libertad de dejarlos en algunas clases juntos y en otras con salones no tan separados, las clases hoy comenzarán en 45 minutos más, tienen bastante tiempo libre y ya saben que cualquier cosa pueden venir aquí.

>>Oh y tomen aquí hay un listado de actividades extra curriculares, no se la muestren a nadie, aún falta para entregárselas a los demás alumnos.

—¡Hey! Eso es favoritismo.— dijo el padre Yang.

—¡Ay ya cállate! Tu harías lo mismo.— contestó con una sonrisa Siwon.

Ambos rieron, pues su relación era así, siempre jugueteando y molestándose como dos niños.

—Bien, nosotros nos iremos, los amamos.— dijo el coreano menor de cabellos negros.

—Adiós hijos, los amo.—

Salieron rápidamente de ahí, pues los mayores ya estaban comenzando una guerra almohadas con los cojines del sofá de la oficina de el tío Wonnie. Y obviamente ellos no querían arruinar sus cabelleras ni maquillaje.

Caminaron rumbo a la cafetería, el instituto era enorme, pero días antes ellos ya habían recorrido gran parte de este, por lo cuál ya sabían en dónde estaba dicho lugar.

En el camino Sunoo notó a un chico de cabellera rubio castaño mirándole, su mirada era coqueta, oh claro que lo era, pero Yang Sunoo no se dejaría intimidar por el claro que no. Así que paró en seco, lo miró de pies a cabeza, joder, ese chico si que era ardiente, pero simplemente le dió una mirada de desprecio para seguir con su camino, mientras una sonrisa triunfante adornaba su rostro al ver la cara del contrario.

Jungwon obviamente notó todo el comportamiento de su hermano así que volteó a ver al chico de cabellos rubios, el cuál tenía la boca abierta, se veía confundido y enojado. Jungwon solo rió y siguió su camino al lado de su lindo hermano.

—Viste su cara, dios, SunSun.— comentó entre risas Jungwon.

—Y ese que se cree.— comentó con cierto fastidio el pequeño Yang, no iba a mentir, el jodido chico estaba hermoso, pero no por eso significa que Yang Sunoo caería a sus pies, oh no, el ya conocía a ese tipo de personas y oh no, con Yang Sunoo las cosas son al revés.

Llegaron a la cafetería, compraron algunos pequeños pastelitos y dos jugos de naranja natural. Caminaron hacía la pequeña terraza que tenía la cafetería, la cual daba paso al gran patio del instituto que prácticamente parecía un parque; se sentaron en una mesa, mientras comentaban lo que había pasado entre risas.

Mientras ellos reían y comían, un grupo de alrededor de 7 chicos entró a la cafetería, y todo el bullicio que había en esta paró. Tres de ellos fueron a comprar algunas cosas mientras los demás se buscaban una mesa dónde sentarse, optaron por sentarse cerca del gran ventanal con vista al patio, cerca de la terraza, cuando se sentaron empezaron nuevamente a molestar al menor del grupo, el cual estaba realmente cabreado mientras mascaba la goma de mascar de su boca.

—Joder, ese niño te dió prácticamente una patada en las bolas, Niki.— comento entre risas el de cabellos castaños llamado Nicholas.

—Mierda si.— dijo mientras reía el de cabellos negros, Sunghoon.

—Mierda, cállense.— comentó ya fastidiado el de cabellos rubios, pues está mañana un jodido niño le había despreciado, y mierda, nunca nadie en la vida le había hecho eso, estaba bastante enojado.

Mientras Sunghoon y Nicholas reían, los demás chicos que estaban sentados con ellos, Geonu y Heeseung , también comenzaron a burlarse, pues era divertido molestar a Niki ya que esté siempre buscaba con que molestar a los demás, era una cuchara de su propia medicina.

—¿De qué hablan las señoritas?— Comento burlón el rubio recién llegado, de nombre Jay.

—Oh cállate, RIV.— Contestó Sunghoon.

—Já, RIV.— dijo el Australiano mientras se sentaba al lado del coreano para luego plantarle un pequeño beso en su mejilla.

—Ja ja ja, deberías ser payaso Jake, te quedaría perfecto.— comentó con cierto fastidio el rubio, pues hace vario tiempo habían empezado con su estúpida broma.— cómo sea, ¿de qué hablaban?— preguntó solo para cambiar el tema.

—Solo molestamos a Niki por el chico de esta mañana.— dijo el castaño, con su característica sonrisa burlona.

—Oh si, ¿te acaban de pisotear tu pequeño orgullo, pequeño jaguarcito?— dijo de manera burlona Jay, mientras los demás reían.

—Oh muéranse.— dijo finalmente el de cabellos rubio mientras se paraba, dispuesto a irse.

Pero al voltearse vio aquella cabellera negra de esta mañana, sonrió de lado y se quedó ahí mirando, embobado.

—¿Que miras Niki?— pregunto Geonu. — Oh...

Eso despertó la curiosidad del grupo y en un instante ya estaba todo el grupo mirando hacía la misma dirección que Niki y Geonu, todos se encontraban mirando a la terraza, dónde estaban dos chicos de baja estatura, con bellas cabelleras y con un rostro angelical. Todos quedaron embobados cuando el de cabellera azabache comenzó a reírse por quién sabe qué cosa.

Aquellos chicos eran muy lindos y la cara de aquel chico era realmente bella, como la de un niño pequeño y risueño, nada igual a lo que ellos habían visto u escuchado en esa institución o en cualquier otro lugar. Se quedaron mucho tiempo mirándolos, qué inclusive despertaron la curiosidad de muchos en la cafetería, y pronto todos a su alrededor se encontraban mirando a los lindos chicos de la terraza con risa y rostros angelicales.

Empezaron los murmullos, todos hablaban sobre lo lindos que eran y el porqué el grupo de bravucones se encontraba mirando a aquellos bellos chicos, algunos sintieron pena por ello, pues creían que serían su nueva presa para molestar.

Lo cuál... no sería del todo mentira, pues llamaron inmediatamente la atención de dos chicos del grupo en particular.

—El de cabellos negros será mío.— Dijo Niki decidido. Los demás no le tomaron atención, pues Niki siempre decía lo mismo cuándo veía a un chico lindo.

—El azabache es mío.— oh sí, nadie se espero eso, el gran Jay Park diciendo algo como eso, dejo impactado a su grupo, incluso a algunos chicos que estaban cerca, pues lo había dicho lo suficientemente alto como para que la mitad de la cafetería escuchara.

—Espera, what!?— oh, ese fue Sunghoon, el hermano de Jay, el cuál era el más impactado, pero como siempre, sobre exagerando todo.

...

Todos demos gracias a LittleMyy quien me dejó adaptar esta bonita historia.

Espero que les guste.

Nos leemos pronto~

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