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O3

Sunghoon estaba enojado.

Había sido obligado por su profesora a llevarle los apuntes de las materias que Sunoo se perdió. Su compañero de clases es bastante aplicado, por lo que la profesora no quería que Sunoo bajara su promedio.

Ella había preguntado por alguien que se ofreciera para enviarle los apuntes a Sunoo y cómo Sunghoon era el único con el que Sunoo mantenía una verdadera comunicación, le pidió a Park que los llevara.

Ahora, Sunghoon se encontraba frente a la casa de Sunoo, con la maleta en manos.

Se maldice a sí mismo por no avisarle a su novia, pero sabe que no va a estar mucho tiempo en la casa de Sunoo, sólo le entregará los cuadernos y saldrá de allí. No quiere que Sunoo este pegado a él, como un chicle.

Sus dedos se dirigen a la puerta de la casa y la golpea tres veces.

Sabe que puede irse de allí, sin darle los apuntes a Sunoo, pero no es lo suficientemente capaz para ello. No es tan malicioso para hacerle a Sunoo algo como eso.

Tras unos minutos de silencio, se abre la puerta de la casa y lo único que se asoma son un par de ojos oscuros.

—¿Qué quieres?.— Pregunta una voz al otro lado de la puerta y Sunghoon deduce que el dueño de aquella voz es Sunoo. Sonríe nerviosamente sin saber porque se siente de esa manera.

—U-uhm.— Carraspea.— La profesora Kim me pidió que te llevara los apuntes de hoy pues aquí los traigo.

—No los quiero.

—¿Qué?.— Sunghoon no entendía porque Sunoo decía aquello, estaba enojado.— Vine caminando desde la escuela hasta aquí para llevarte unos jodidos cuadernos y tú no eres capaz de aceptarlos.

—Gracias Sunghoon, pero no los quiero. Lamento que tengas que venir hasta aquí por nada pero n-no los quiero. Estoy muy cansado como para hacer algo.— Susurra Sunoo y Sunghoon suspira.

—¿Y por qué estas cansado?.—Pregunta dando unos pasos hacia adelante, acercándose a la puerta.—¿Faltaste un día a la escuela y estas cansado, eh?

—Sí.

—Pues puedes entregar los cuadernos cuando tengas tiempo. No tienes que copiar en este momento.—Sunghoon sólo quería salir de allí y encontrarse con su novia.

Después de unos segundos de silencio, Sunoo suelta.—Está bien, déjalos en el suelo, yo los recojo.— Sunoo se sentía ridículo, pero por nada del mundo dejaría que vieran su pijama.

—No. Puedo entregarlos con las manos.— Sunghoon quería saber porque Sunoo no quería tomar sus cuadernos como una persona normal. A decir verdad era curioso.

—N-No quiero.— La fiebre había empeorado para Sunoo, su cabeza estaba doliendo de nuevo.

—Oye, ¿estás bien?.— preguntó Sunghoon y Sunoo suspiró.

—No. Ahora deja los cuadernos en el suelo. Adiós.

—¿Ocultas algo?.— No sabe por qué pregunta aquello. Sunoo suspira y abre la puerta por completo.

—Esto. No quería que me vieras con esta pijama. Ahora puedes burlarte de mí.— Sunghoon esbozó una sonrisa al ver la pijama, no se va a reír de esto. Sunoo se ve adorable ante sus ojos.

—Eres precioso.—Susurró para si mismo, sin ser consciente de la mirada de Sunoo que había escuchado lo que había dicho Sunghoon.

Sunoo frunce el ceño, sintiéndose mal consigo mismo. Él no se siente precioso.

—¿Y bien?, Ya tomé los libros. Puedes irte.—Sunghoon frunce el ceño por la manera en la que Sunoo lo trata. Mira el rostro del chico con la pijama de ositos y este está demasiado sonrojado, cree que es por su presencia y está a punto irse por eso, pero algo lo detiene.

—¿Estás enfermo?.— Pregunta y Sunoo asiente haciendo un puchero.— ¿Puedo entrar?.

—¿Para qué?.

—Para ayudarte. No te vez bien.— Sunoo asiente dudoso, podría pedirle a Sunghoon que le haga una sopa o algo parecido. Podría aprovecharse del tema.

—Esta bien, entra.— Sunoo da la vuelta y Sunghoon lo sigue, cerrando la puerta detrás suyo.

—Gracias.

Después de aquello, no hubo nada más que silencio. Sunoo estuvo recostado sobre el sofá viendo como Sunghoon le hacía una sopa de pollo.

Park se sentía cómodo cocinando en un lugar que no era su hogar, pero por alguna extraña razón, sentía que debía a ayudar a Sunoo. El chico que había resultado con una temperatura bastante elevada y con un resfriado. Sunghoon no podía creer que existía una persona más tierna que Kim Sunoo.

Y por un momento, se olvidó de su novia.

Ambos bebieron la sopa de pollo y Sunoo admiraba la manera en la que Sunghoon cocinaba.

—No me iba a burlar por esa pijama. Te vez adorable con ella.— Dijo Sunghoon mirándolo de frente y Sunoo se sonrojó.

Antes de poder responder ante lo dicho por Park, fue interrumpido por el celular de este. Pudo ver como Sunghoon sonreía a la pantalla al ver el nombre del contacto y cerró los ojos. Sunghoon elevó el rostro y miró a Sunoo haciendo una sonrisa avergonzado.

—Está bien, Park. Gracias por la sopa, puedes irte.— Sunoo suspiró y Sunghoon asintió dudoso. Salió de la casa de Sunoo y contestó la llamada de su novia.

Ese día, Sunoo había decidido dejar de lado los sentimientos por Sunghoon, ya que alguien más era el dueño del corazón de Park.

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