
𝟬𝟯. Una tarea más
Estábamos limpiando el baño, Klaus estaba con el lavabo, Violet y Sunny con la taza, Jackson estaba intentando atrapar a una rata, mientras que Jenny y yo estábamos limpiando la bañera.
No estábamos hablando de nada en especial, solo hablábamos entre nosotros para cosas tontas.
-¿Qué les pasó a sus padres?
Preguntó Jackson, negué con la cabeza, mi hermano es muy estúpido a veces.
-Murieron en un incendio.
Ahí levanté mi cabeza.
-Los nuestros también-Dije extrañada.
No alcanzamos a decir nada más, pues el Conde entró al baño con algo que parecía cordero.
Le dio una mordida.
-Te faltó esa parte-Le señaló el Conde a Klaus.
-Hasta mastica como animal-Dijo mi hermano después de que el Conde se fuera.
-Jackson no seas grosero, no compares a los pobres animales con el Conde-Le respondí, haciendo que todos sacaran una carcajada.
Violet y Jenny se sentaron en la cama, Klaus estaba junto a mi en el suelo y Jackson estaba parado junto a la puerta.
-Jamás volveré a usar un cepillo de dientes-Murmuró el chico a mi lado mientras veía el cepillo.
-No digas eso Klaus-Le susurré.
La puerta se abrió y nosotros nos levantamos de inmediato.
-¿Por qué no están aseando? Mi lista es muy especifica.
-Ya terminamos.
El Conde le arrebató la lista a Klaus.
-Claro que no-Sacó una pluma y se puso a anotar algo más en la lista.
Yo mire cansada a mi hermano, si hacíamos tareas en casa, pero nada como esto.
-Hasta lavamos la ropa interior.
-Se les pasó algo, aún tienen que preparar una gran comida para mi y mi grupo de actores.
Le aventó la lista a Klaus en la cara, quería enfrentarlo, pero Jenny tomó mi mano para que no lo hiciera.
-No sabemos preparar esas cosas.
-Planean el menú, compran los ingredientes, preparan la comida, tienden manteles, sirven la cena, limpian después y se alejan de los invitados-Dijo cómo si no fuera la gran cosa.
-Sin dinero no podemos comprar comida-Klaus me parecía cada vez más inteligente.
El Conde sacó una bolsita con dinero de su bolsillo y me lo lanzó.
Estaba grasosa y vieja.
-¿Saben que es eso?
-Algo grasoso-Repliqué con asco.
-Dinero, dinero ganado con trabajo, es la sustancia más importante del mundo, además de los aplausos y el protector labial.
Jackson lo miró extrañado.
-Ya que el banquero y el de servicios sociales no nos dejan usar sus dos enormes fortunas, ahora me veré forzado de usar mis propias ganancias de mis actuaciones y mi trabajo ocasional que hago como consultor, así que rápido, muévase mi grupo llegará aquí a las siete, mientras tanto estaré arriba, en adivinen.
-¿El cuarto secreto de la torre?-Cuestionó Jack.
-Error. Mi cuarto secreto de la torre, al cuál tienen prohibido entrar ¿entendido? Prohibido.
-Prohibido-Repitieron Violet y Jenny al mismo tiempo.
-Eso, si.
Salió de la habitación.
Sunny hizo unos ruidos, con los que supuse que quería decir algo importante.
-¿Qué quiere decir con eso?
-Lo que quizó decir mi hermana es que eso fue feo-Me respondió Klaus inmediatamente.
Nos sentamos de nuevo en nuestras posiciones de antes.
-¿Cómo cocinaremos la cena para todo un grupo de teatro?
-Primero una receta.
-Podríamos hacer lasaña-Sugirió Jenny.
-No, es muy complicado, hay que pensar en algo que sea sencillo, pero a la vez delicioso-Respondió Jackson.
-¿La jueza Strauss tendrá recetarios?-Preguntó Violet.
De la nada entró un periódico por nuestra ventana, la persona que reparte los periódicos debe tener buen brazo.
En el decía "Los niños Baudelaire y los niños Roberts los nuevos mejores amigos; Sanos y salvos en casa de famoso actor"
Si algo aprendí de estos poco días aquí es que los periodicos suelen mentir con tal de atraer lectores.
Estábamos frente a la casa de Justicia Strauss.
Klaus tocó el timbre y la puerta se abrió, dejándonos ver a la jueza Strauss, ahora sin peluca.
Nos miró sorprendida.
-Niños Roberts, niños Baudelaire. Que gran sorpresa verlos.
-Queríamos venir antes, estábamos limpiando.
-Si, el Conde Olaf me contó que son muy especiales con eso, espero que aprecien todo lo que está haciendo por ustedes-Voltee a ver a Klaus y él me volteó a ver a mi.
-No creo que eso sea mucho.
-Bueno, tal vez no es mucho a comparación a lo que estaban acostumbrados. ¿en qué puedo ayudarlos?
-Necesitamos ayuda con un problema-Habló Jackson.
-¿En serio?
-Nosotros nos preguntábamos...
-¿Qué se preguntaban?
-¿Podríamos utilizar su biblioteca-Pregunté yo.
-¿Si podrían usar mi biblioteca? Claro, para eso está, para utilizarla. Pero pasen, pasen.
Entramos a su casa, era acogedora.
-Los llevaré a la biblioteca.
Se dirigió a una puerta roja y la abrió.
Salimos hacía el patio, era hermoso, había muchas flores y por un segundo me detuve para verlas.
-¿Buscan algún libro en especial?
-Un recetario, eso es lo que necesitamos-Contestó Jenny.
-Supongo que podrían hacer cualquier cosa, claro, todo menos cordero.
Mis hermanos y yo cruzamos miradas extrañadas.
-Bueno, mi biblioteca privada está disponible para ustedes cuando quieran, casi todos son libros de leyes, pero hay secciones de todo, desde cocina italiana, hasta los hongos más peligrosos del mundo.
Voltee a ver a Jenny, claro que nos encantaría venir aquí seguido.
Abrió la puerta, era una enorme biblioteca, me daban ganas de vivir aquí y no con el Conde.
Puedo decir que hasta suspire al ver tantos libros.
-Imagino que no es tan impresionante como las que frecuentaban.
-Es perfecta-Me adelanté a decir.
-Es maravillosa-Me siguió Klaus.
-¿En serio piensan así?
Sunny dijo algo, no estaba segura de qué, pero sé que estaba tan maravillada como yo.
-Dice que le gusta-Tradujó Violet.
-Me alegra tanto, los libros de cocina están por allá en la sección G-Dijo señalando hacía atrás-y esta es mi mesa favorita para investigaciones serias.
No sé que más dijo, porque me distraje viendo los libros, la jueza había dicho la verdad, aquí había toda clase de libros, hasta libros de fantasía, los cuales eran y siguen siendo mis favoritos entre todos los géneros literarios.
-Estos libros se ven prometedores-Anunció Violet.
Por un minuto había olvidado que estábamos haciendo aquí.
-Puedes llevarte el libro que quieras Madeline.
-Gracias Jueza Strauss, puede decirme Maddie si así lo desea.
-Bien, y tú puedes decirme Justicia.
Tomé un libro, era el de Alicia en el país de las maravillas.
Después me senté junto a mis hermanos y los Baudelaire que ahora estaban viendo los ingredientes para preparar pasta.
-¿Jueza Strauss?-Interrogó Violet.
-¿Si?
-¿Hay cerca un supermercado?
-Hm no, pero hay un mercado local al aire libre y una destilería de ginebra.
Estábamos en el tren desvencijado, Klaus iba a mi izquierda, Justicia a mi derecha.
Mi hermano estaba al lado de Violet y Jenny al otro lado de Justicia. Violet estaba del otro lado de su hermano.
Admiraba las vistas. ¿Cómo puede ser que un lugar tan gris pueda ser tan hermoso? A pesar de que sé que no todos lo apreciarian, yo sí.
-Gracias de nuevo por traernos, no sé que habríamos hecho sin usted.
-Oh algo se les habría ocurrido, los seis son niños muy brillantes. Me parece un lindo gesto que le preparen la cena al Conde Olaf y a su nueva familia del teatro, alguna vez soñé con convertirme en actriz. Actriz, madre, en lugar de terminar como un reconocido miembro del sistema judicial y en una serie de agotadoras relaciones.
-Si no le molesta que pregunte ¿por qué renunció a sus sueños Justicia?
-A veces la vida no resulta como nosotros esperamos Maddie.
Voltee a ver a los Baudelaire, parecían aturdidos mientras veían la playa.
Con mi familia solíamos venir aquí de vez en cuando, pero no sé porque ellos se ven tan tristes.
-Niños-Así llamó su atención y los sacó de su pequeño transe-Siempre he pensado que cocinar para la familia es un tipo de mitzvá ¿Saben lo que significa?
-¿Es algún mandamiento?-Trató de adivinar Klaus.
-Significa bendición-Garantice.
-Eso es correcto. Todos ustedes han sufrido pesares tan pronto en sus vidas, merecen la bendición de una nueva familia con el Conde Olaf, y si no les importa que lo diga, conmigo.
-No nos importa que lo diga-Habló Klaus.
Llegamos a la casa con un montón de bolsas.
Abrí la puerta con cuidado y todos entramos por ella.
-Klaus, ¿Qué fue eso que dijo James Brown?
El Conde bajó por las escaleras indicando un extraño momento musical.
Tiró el florero y yo voltee a ver a mi hermano, esto era muy ridículo.
Además solo era una canción para alimentar su ego.
El momento terminó en las escaleras y se quedaron quietos mientras esperaban algo.
-El Conde...
-Si, ya nos concimos.
-Huérfanos, este es mi grupo teatral.
Saludaron uno por uno.
-Cómo todos en el teatro saben, después de una gran entrada, el público tiene que aplaudir.
-Se aplaude así-Dijo un extraño hombre con manos de garfio mientras hacía una demostración de cómo aplaudir.
-No somos el público.
-No huérfanos, ustedes no lo son. Pero se a estado trabajando en la producción nueva y emocionante que en la noche de estreno cambiará sus vidas. Todos los asuntos artísticos y económicos de mi carrera por fin embonan, igual que dos piezas de pan en medio de un sándwich.
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