Kang Yeosang;

Hubo un punto de mi vida en la que fui feliz en donde nunca me faltó nada. Tenía unos padres que me amaban y unos adorables hermanos. Estábamos a salvó.

Cuando era un niño desconocía a lo que se dedicaban mis padres, en ese lapso de tiempo imaginaba distintos trabajos para ellos. El que tenía en mente y acertaba más era que mi padre trabajaba para el gobierno o al menos su trabajo era importante y bien pagado ya que siempre estábamos rodeados por hombres altos y con una postura imponente. Aquellos que siempre portaban unas grandes armas.

Estos nos seguían como si fueran nuestra mismísima sombra, vigilaban cada parte de nuestro hogar o eso hacían antes hasta que ese día llego. El día en el que mi vida cambiaría a su totalidad, en dónde mi infierno empezaría y ya no tendría fin. Sin saber que ya estaba condenado a una vida miserable.

Ahora estoy en una habitación, mi aspecto es un tanto descuidado a diferencia de hace años, he bajado de peso de una manera exorbitante. Nadie me creería que venía de una familia millonaria, incluso si lo mencionara se burlarían de mi tirándome de mentiroso.

Desde la habitación podía escuchar todo lo que sucedía afuera con sus demás compañeros; desde gemidos, llantos y gritos.

Definitivamente un escenario digno de temer.

Sabía que en unos minutos entrarían a prepararme para que empezará desde ya con mi jornada de trabajo. No entiendo como sucedió todo esto en qué momento decidí prostituirme, no lo sé, todo ocurrió tan rápido que aún me es difícil recordar todo con exactitud.

La puerta se abrió, dejando ver a quien esperaba que llegará. Era una mujer con un aspecto mejor que el mío, lucía una vestido color carmesí el cual hacía relucir sus alineadas curvas. Su nombre era Han So-hee, quien de igual forma fue obligada a vender su cuerpo como yo, claro, había una diferencia en cuanto nuestros motivos, pero teníamos en común que necesitábamos el dinero para subsistir y que mejor que aprovechar nuestra belleza la cual al mismo tiempo era nuestro peor castigo sin motivo de serlo. So-hee era mi compañera y se podría decir que mi amiga más cercana; ambos nos entendíamos a la perfección, sabíamos lo difícil que era estar en nuestra posición.

── ¿Yeosang, ya estás listo? - pregunto, reposando en el marco de la puerta.

Asentí.

── ¿Entonces qué esperas? El invitado especial está por llegar y aún no te has arreglado.- cuestionó.

── Ya voy. - le informé mientras me ponía de pie para ir directo al tocador para arreglarme para la ocasión.

── Quieres qué te ayude a maquillarte? Claro, si no quieres que Areum te maquille. - me recordó soltando una risa -. Tu y yo sabemos el exagerado maquillaje que se pone en la cara. Ella misma se volvió a ofrecer para maquillarte de nuevo.

Mi expresión relataba mi terror a qué Areum me volviera a maquillar, dado que en el pasado lo hizo y estoy agradecido con ella por ofrecerse, pero al recordar esa vez realmente sin exagerar parecía un payaso. ── Pero como la buena amiga que soy, me ofrecí antes que ella. - me informó So-hee-.

── Bien. Muchas gracias So-hee - le agradecí.

Ella se acercó para empezar lo antes posible con el maquillaje.

Al salir notamos que en el pasillo al cual nos dirigíamos estaba completamente solitario siendo muy extraño que así fuera, ya que los clientes tendían a estar por los pasillos tocándose, besándose y incluso a ponerse a follar justo al frente de todos.

« ❬ fetiches muy raros a decir verdad ❭» pensaba para mí mismo.

Al entrar al salón pudimos ver que todos ya estaban formados, mientras Migyung nos dedicó una mirada llena de cólera, quien se acercó peligrosamente hacia nosotros arrastrandonos hacia la fila. A decir verdad a So-hee y a mí nos extrañó que no nos gritara o reprendiera por la llegada tardía por parte de nosotros.

Bueno creo que me adelante afirmarlo.

── Que sea la última vez que llegan tarde. Les dije una hora específica. -grito llena de furor-. Agradezcan que el invitado viene tarde, sino de lo contrario les iría muy mal. Créanme que así será.- su amenaza me hizo sentir escalofríos de tan solo pensar en aquel famoso castigo que indirectamente mencionó.

── Te ofrecemos una disculpa Migyung, prometemos que no volverá a pasar. - se lamento So-hee por los dos.

── Eso espero So-hee. Vayan a la fila rápido. - ordenó apuntando con su dedo índice el lugar de cada uno.

Al ponernos en nuestros lugares pude ver como se abrieron las puertas haciendo eco por todo el salón, es ahí cuando entraron unos hombres vestidos de negro paseándose por todo el salón como hormigas mismas. Revisaron cada espacio posible para así evitar que fuera un atentado que pusiera en riesgo al jefe o que se encontrará un enemigo del mismo.

Al terminar de revisar pude ver como uno de sus trabajadores salía del salón. « ❬ Tal vez fue avisar que estaba todo en orden ❭» deduje para mí mismo. Mire como volvía hacer acto de presencia, solo que está vez acompañado de un hombre con una figura imponente y alta; sus pasos se escuchaban por todo el salón atrayendo la atención de todos los demás omegas.

Su mirada estaba puesta en Migyung, quien rápidamente se acercó saludando educadamente al invitado, este mismo solo la miró con aquellos ojos profundos que yo acababa de descubrir.

── Park Seonghwa, es un gusto tenerlo entre nosotros.- Se apresuró a decir la dama.

── Vaya que lo es.- respondió sarcástico.

── ¿A qué se debe su visita? ¿Acaso quiere probar algunos de nuestros trabajadores?

── ¿No es obvio? Vaya, pensé que usted era más inteligente, aunque no se puede esperar mucho de alguien como usted.- dijo con ironía-. Recuérdeme, ¿Qué es este lugar? ¿Un circo o, un burdel?

── Una disculpa Park, no quise causarle ninguna molestia.- se lamentó la mujer-. Y claro, puede elegir a quien desee, si gusta pueden acompañarlo más de tres trabajadores.- una sonrisa lobuna apareció en rostro.

── Solo necesito a una mujer.- confesó sorprendiendo a la mujer-. No me agradan los tríos ni mucho menos las orgías, me generan asco.

── ¿Algo más Park?

── La mujer la elegirá usted o, me tendré que molestar para elegir yo?

── Como desee. Si gusta puedo enviarle a la mujer más hermosa de este burdel.

── No iba a darme a la más hermosa? Lo dicho por usted sonó más a una pregunta que aún hecho. Así que respondiendo a su pregunta, claro, por favor. - dijo molesto.- Y por favor, abstenganse de mandar a la más pedida por los clientes. No quiero contraer ninguna enfermedad.

De un momento para otro dejó de ver a Migyung y su mirada se posó en mi por unos breves instantes los cuales me parecieron eternos, mi piel se tensó al instante y mi nerviosismo aumento al punto que aparte la mirada de él ignorando los segundos restantes que duró sus ojos puestos en mí. Debo admitir que el color de mi cara me abandonó y si se pudiera llamar así, parecía un mismísimo fantasma.

Espero hayan disfrutado el primer capítulo de este fic. Sé que fue muy corto, pero sentí que con lo revelado en este capítulo era suficiente más que suficiente. Esperen el próximo capítulo, este será subido dentro de unos días.

Nos vemos luego. ♡