Yoongi había conocido lo más lindo y tierno que podria ser jimin pero sin duda verlo con esos pantalones apretados y la camisa casi transparente lo hacia prenderse en un momento.

—Al regresar podemos hacerlo— dijo tímido el menor y yoongi sujeto sus caderas —Como gustes príncipe— dijo coqueto.

Se miraron y sonrieron, talvez jimin no estaba enamorado de yoongi pero sin duda gustaba mucho de él.

—Joven Yoongi sírvase este cóctel, se lo envía el joven de haya— señaló a una pareja, sin importancia se lo tomó y su cuerpo se empezó a calentar.

Las mujeres que se sentaron en sus piernas lo estaban haciendo tener una fuerte erección y jimin, en ese momento no le importo jimin.

Al día siguiente se levantó de la cama y vio a lado a dos pelirubias —¿Dónde estoy?— dijo confundido, una de ellas se levantó también.

—Tu si sabes usar lo de ahí abajo— señaló a su miembro y yoongi empezó a cambiarse lo más rápido que pudo.

Al llegar a su casa vio como Taehyung estaba parado con sus guardias —Tae-.

—Dejaste que hicieran lo que sea con el, yoongi dejaste que dañaran a la joya más valiosa del señor lee— dijo molesto y yoongi aún no lograba entender.

—¿A que te refieres Taehyung?— se rasco su nuca y el negó con un gran enojo —violaron a jimin—.