promesas sin cumplir.
Me sentía observado, hace muy poco mi cuerpo despertaba y recién tomaba posesión de mis sentidos, abrí solo un ojo y mire a mi lado sabiendo que ella estaba ahí, me miraba sonriente sin creer lo que sucedía entre nosotros, yo, tampoco lo creía, abrí ambos ojos y voltee mi cabeza hacia ella. quien estaba con su espalda hacia arriba.
Jk – no te enamores de mi -dije sonriendo.
Tamy – eso no sucederá –reímos – tampoco te enamores
Jk – lo prometo –bajo su vista- vendrán los chicos
Tamy – ¿en serio? –volvió a verme- ¿podre conocerlos? –pasé mi lengua por mi mejilla y asentí- preséntame a Hoseok
Jk - ¿Por qué?
Tamy – fue el primero que me gusto –mofe.
Jk – bien te lo presentare –dije un tanto molesto ella beso mis labios y no le correspondí
Tamy –que celoso eres... -se acomodó en la cama- y... ¿Cuándo llegan? –me enfurecí y puse sobre ella
Jk – creo que no te quedo claro a quien le perteneces –succione entre sus pechos- ¿debo ser más claro o especifico? –mordí su pezón y gimió.
Tamy – debes ser ambos –nos besamos, con un empuje me tiro a la cama y subió sobre mí- pero, tienes muchas mujeres Jungkook, coqueteas con muchas –sonreí- en cambio el –de una estocada entre en ella.
Jk – él no te hará esto jamas – levante medio cuerpo con ella encima aun, tome su rostro y apreté un poco, sus labios parecían un perfecto corazón – y si te atreves a mirarlo con deseo y si él te llega a insinuar algo juro que vendré de noche y no te dejare descansar –sonrió y movió su cadera, es tan malditamente deliciosa que me encanta, esto que pasaba entre nosotros no lo deseaba con ninguna otra de las que he coqueteado – quieres preferencias.
Tamy - ¿preferencias? –repitió entre gemidos
Jk – solo respondo a lo que me envían, ninguna me tendrá como tú me tienes.
Tamy – Ah! –gimió- Y yo, nadie volverá a tenerme como tú me tienes
Jk – más duro –dije mientras jalaba su cabello y sus movimientos fueron más duros- quiero que entre mas –mordí su mentón, con una mano me tiro a la cama, bajo su cuerpo frente al mío y dio saltos que jamas recibí de una mujer, saltos solo de caderas, ayudadas con sus piernas fuertes y tonificadas, los aplausos de su trasero y mi pelvis se escuchaban fuertes, así como las entradas que hacia sobre mí- eres jodidamente perfecta.
Tamy – soy jodidamente tuya –apresuro los movimientos, apreté sus caderas y levante mi pelvis cuando ella bajaba, me sentía extasiado, sentía que entraba cada vez más, hasta el final de mi tronco, hasta el tope de su cérvix, se apretó y me enloqueció, sabía que era tiempo de terminar, mi corazón palpitaba a mil por hora, bajo a mi pecho y mordió de mí, besaba sin dejar marcas, sabía que mi cuerpo es mi trabajo y si lo hacía me metería en problemas.
Jk – Tamara –levanto su vista a mí, ¿Qué vas a decir Jeon?
Tamy – te amo Jungkook –se acercó besándome y callo mi frase, nos quejamos en el beso vibrando para el otro, volvió a mi lado y dibujo mis tatuajes, tenerla entre mis brazos era lo mejor, sentir que solo me pertenecía, el solo hecho de pensar en que debía alejarme de ella me aterrorizaba, ella es lo mejor que me ha pasado después de bangtan, ¿Cómo lo haría? De solo pensarlo mi corazón duele, no puedo pedirle que se vaya conmigo, tiene a sus hijas, ¿y si me quedo? ¿Qué pasara con bts?, suspiré y ella sonrió – te dije que no te enamoraras. –reí
Jk - ¿Qué dirías si... -no puedo pedírselo, seria egoísta, no puedo pedirle que se vaya conmigo- si vamos de paseo ahora?
Tamy – ¿dónde quieres ir?
Jk – es difícil, las chicas me reconocerían y tendría que coquetear con ellas –apretó de mi tetilla y se queje- vaya, la señora también es celosa –se iba a levantar y se lo impedí- mejor nos quedamos, es el único lugar en donde puedo abrazarte y besarte.
Tamy – hay un lugar, una playa, es muy grande, no hay casas cerca y la mayoría de la gente se queda solo en un lugar
Jk – entonces vamos ... quiero sentirme una persona normal junto a ti. –ella rio, es tan hermosa, levanto su vista y le sonreí
Tamy - ¿Cuándo llega hobi?
Jk – Aish, tenías que estropearlo –carcajeo- ¿te burlas de mi? –toque su cuerpo causándole cosquillas, de las que no me arrepiento pues verla y escucharla feliz en mi religión en este momento.
Caminamos de la mano o abrazados por la orilla de la playa, ella tenía razón, la gente se acumulaba en un sector y el resto de la playa fue solo para nosotros dos, nos besábamos libremente, el agua tibia mojaba nuestros pies, jugamos como niños pequeños, y luego solo nos sentamos a ver el atardecer juntos, ella estaba entre mis piernas viendo el espectáculo, yo la abrace más a mí y una pequeña carcajada salió de su interior, apoye mi frente en su cabeza y sin sonidos de las letras le confesé que me enamore de ella, en pocos días ya era parte de mí. Con su mano acaricio mi cabeza, todo de ella me gustaba, me trataba como un niño pequeño al que deseaba con locura, no dejaba de protegerme en todo momento, me conoce de mucho antes, soy quien le gusto entre todos, ¿Cómo le explico que ya no quiero irme de su lado?
El regreso a casa fue entre risas, celos que ambos nos dábamos y besos en manos por parte de ambos, incluso verla manejar el auto la hacía sensual y segura. Nos despedimos en la puerta de su casa, no quería irme, no quería que me fuera, pero sus hijas llegarían pronto y el idiota con ellas, la bese y camine unos pasos, volví por ella y la bese más profundo, tomo mi chaqueta y me llevo adentro, con mi mano y sin despegarme de sus labios cerré la puerta y caminamos una vez más a su cuarto, en la oscuridad nos tocamos y deseamos, con los torsos desnudos oímos que venía un auto, separamos a la vez, ella tomo su polera y se la puso.
Tamy – no salgas, por ningún motivo, escuches lo que escuches –asentí nervioso, ella puso el seguro de la puerta y me beso por última vez, cerro y la puerta principal se abrió – que te dije de entrar como si fuera tu casa Mario.
Mario – creí que dormías
Tamy – ¿y te ibas a meter a mi cuarto?, sabes lo responsable que soy no me dormiré si las niñas están prontas a llegar.
Mario – las niñas duermen en el auto.
Tamy – las bajare –sentí las voces afuera y luego pasos dentro de la casa- listo, deja los bolsos ahí.
Mario – necesito un favor ... me echaron del trabajo y Anais está embarazada.
Tamy – felicidades, ¿Qué quieres?
Mario – necesito cubrir unos gastos.
Tamy – el que debería darme dinero eres tú.
Mario – es tu sobrina Tamara.
Tamy – y es tu mujer, arréglatelas solo, busca trabajo, vende el auto, no sé, cuando nosotros estuvimos mal de dinero fui yo quien lo traía, fui yo quien te busco un trabajo con el padre de una de las compañeras de Amanda.... ¿Por qué te echaron? ... ¿Por qué te echaron Mario? –el guardo silencio- sabes, no importa, de todas maneras, me enterare.
Mario – saque dinero de la caja chica –ella rio
Tamy – tiene que ser una broma, Mario, por dios, -hubo un silencio- cuanto me alegra no estar enredada contigo en este momento.
Mario - ¿me prestaras el dinero o no?
Tamy – no, el que tengo está destinado para otra cosa.
Mario – para que, el tipo con el que te acuestas.
Tamy – alguna vez debo tener un gasto en mí, ¿no crees? Y si me dio el primer orgasmo de mi vida será un dinero bien destinado –sonreí, ni yo pude haber respondido mejor- vete, no te prestare nada, como dije, arréglatelas solo. –escuche la puerta cerrar y el auto arranco, mi sonrisa era enorme, me enorgullecía cada vez más, abrí la puerta ella revisaba los bolsos sacando lo sucio, me daba la espalda y me acerque a ella abrazándola y pegándola a mí, sonrió al sentir mis labios sobre su piel.
Jk – deja de sumar cosas que me gustan a la lista o no podré cumplir con mi palabra de no enamorarme –enderezo su cuerpo y se giró a mí.
Tamy – júrame que eso no sucederá –pero que...- nunca oíste, Jungkook no puedes hacerlo, esto es sexo y ya – no puedo prometer algo que ya está pasando-
Jk - ¿Qué tal si pasamos la noche juntos? –sonreí, ella sonrió y beso delicadamente mis labios, tomo el montón de ropa y entro por una puerta que yo no conocía, en la que tenía el sector de lavado, metió la ropa en la lavadora y camino a mí, en su paso apago esa luz y cerro, tomo mi mano y le llevo al cuarto, entre besos nos desvestimos, en ese momento le hice el amor, delicado, lento, sin dejar de besarla y marcándola en sectores que faltaban, quería decirle, sentía que saldría de mi boca esas palabras y las contuve lo más que pude. Hasta sus ronquidos eran tiernos, parecían el ronroneo de un gato, acaricie su hombro y ella me abrazo más, enredando sus piernas en las mías, y viendo la perfección frente a mí me dormí lentamente.
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