ᝰSegundo Acto
❝La libertad suena donde las opiniones chocan❞
(Adlai E. Stevenson)
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Despertó con un sms entrante enviado por Jess en el que le notificaba la hora y el sitio de su reunión con el bailarín. No podía esperar, todo un día por delante teniendo la tortura de la presencia del ángel en su cabeza.
La actualización del Blog de Vante había salido a la madrugada de este día y automáticamente fue agregada a los periódicos para mañana. Aunque eso es algo secundario puesto que las noticias se dan a conocer de antemano en su página oficial. Ya miles eran conocedores de la opinión de Vante sobre el Ballet Liberty.
Aprovechó el día para investigar sobre dicha compañía. Era un proyecto de solo dos generaciones atrás. Jeon Wan comenzó abriendo una pequeña escuela de ballet y se las arregló con negocios de respaldo y muchas deudas que después pudo pagar para hacer crecer la escuela. En sus últimos años de vida le dejó toda la herencia a su hijo para que este comenzara a laborar un proyecto superior a una escuela. Este le dedicó su vida a la causa consiguiendo su objetivo al tener un casamiento por conveniencia con Kim Taeyan, heredera de la cadena de tiendas Sofistic Kim.
Ahora juntos tienen claramente un pequeño y silencioso imperio; entradas de dinero en grandes cantidades por ambas partes. Taehyung se sorprendió al conocer que la mayor parte del equipo de producción y de baile fueron entrenados por los de la pasada generación.
»Es como una mafia« Pensó Taehyung analizando lo premeditado mas arriesgado que fue el camino de dicho teatro.
Lo que no se podía explicar era el por qué de la extrañamente simplona forma de actuar. No por el show, fue de lo mejor que Taehyung ha visto nunca pero precisamente por eso ¿A qué se debe el reducido público? ¿Por qué se encuentra tan apartado? No tienen otra promoción además de los visitantes... No puede entender.
Eso lo averiguaría hoy.
Escogió cuidadosamente su vestuario y sus dedos acabaron escogiendo llamados por su corazón. Conjunto conformado por una camisa azul cielo desabrochada dos botones hacia abajo, con discretos encajes florales blancos cubriendo sus hombros, mangas largas y anchas recogidas hasta los antebrazos. Un pantalón alto de color blanco con diseños de puntillismo en la cinturilla y zapatos de igual color. Se decidió
Tras pensarlo mucho acabó por agarrar un abrigo de pelusas blancas debido al frío que según las noticias se desencadenaría durante la noche.
Cerró su apartamento y tras avisar a Jess con una rápida llamada arrancó al auto para ir a la cita.
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Esperaba cómodamente en el vestíbulo del ala trasera del teatro; un espacio completamente diferente en el cual no estaba seguro sobre qué asuntos exactamente eran tratados. Limpió con una servilleta la comisura de sus labios hasta dejarlas desprovistas de todo residuo de dulce. No podía ignorar el propio taptap nervioso y mucho menos la gota de sudor que se formó tras su nuca cuando fue llamado.
—Ya el señorito está listo para recibirlo, Señor Vante.
Asintió y siguió el camino marcado por la guía. La oficina tenía la puerta abierta y antes de asomarse le indicó con un gesto a su acompañante que él se anunciaría por sí mismo. Por ello pasó por delante de la susodicha y se detuvo en la puerta blanca.
—Buenas tardes, soy...
—Hey —cerró la boca al instante de haber sido interrumpido por una voz unos cuantos tonos más altos que el suyo, el dueño de dicha voz y causante de su desconcierto se encontraba oculto tras el alto espaldar de un silla giratoria del otro lado del buró— siéntete bienvenido ¿Puedes cerrar la puerta una vez entres, por favor?
Taehyung tensó la mandíbula y cumplió el pedido con una palpable molestia. Dejó las manos entrelazadas tras su cuerpo a la espera de una presentación decente por parte del contrario, o que, como mínimo, le dejase terminar la suya.
Pero no ocurrió ni una cosa ni la otra. Taehyung sintió su garganta cerrarse de la impresión cuando la persona se dejó ver.
Durante los primeros minutos solo fue testigo de un pecho desnudo, piel tersa y huesos visibles, unos botones rosados fueron los protagonistas de la mirada de Taehyung. El espectáculo continuó hasta que el antes nominado ángel terminase de ponerse los pantalones del otro lado del buró y comenzara a buscar en los cajones del mueble algo para cubrir su torso.
—Tsk, no puedo creerlo, juraría que lo había dejado aquí...
¿Se dijo que el espectáculo había acabado? En ningún momento, una vil mentira. Ahora Taehyung contemplaba al ángel de frente, los pezones erizados debido al frío y su rostro... Era un niñito, un ser que debe ser protegido. El bailarín colocó su cabello tras las orejas, lugar que no ocuparon por mucho tiempo pues regresaron las hebras a torturar su visión. Como desesperado alzó la mirada a Taehyung y este no pudo hacer más que tragar con fuerza al contemplar tal belleza en su dirección.
—Que bonito abrigo traes en las manos... Préstamelo.
Algo sorprendido Tae asintió y le tendió el abrigo. Su nuevo artista favorito cruzó por encima del buró denotando por completo su frente desnudo, un abdomen ligeramente marcado con costillitas prominentes, era más bajo que Kim por unos cuantos centímetros y aparentemente mucho más joven.
—¿Por qué... Por qué estás así?
—Mhm... Me entretuve en las prácticas y me olvidé de nuestra cita. Acabo de llegar, mis medias y licra continúan debajo de este pantalón que guardo en el buró. Lo que no me explico es dónde estará la camisa —agarra descendiendo el tono el abrigo blanco de Taehyung y se lo pone haciendo un ronroneo bajo—. Calentito.
No pudo evitar olvidar la mala educación del menor; su enfado e incomodidad desaparecion automáticamente el bailarín hizo acto de aparición.
Pero pensará en eso después, luego, cuando no tenga un ángel que admirar.
El chico retrocedió hasta el buró y se sentó a orillas del mismo centrando su mirada en Tae.
—Vale, primero lo primero —estiró su cuerpo hasta alcanzar algo sobre la silla giratoria sorprendiendo a Taehyung por haber mostrado sin pudor su torso en la acción. Al regresar a la posición de inicio aguantaba en esta ocasión un celular en su mano derecha—. No me agradas para nada, Vante. Tu crítica ha sido lo más ridículo que ha recibido este teatro. Debería incluso colgarla en una pared para burlarme pero me da demasiada vergüenza...
—¿Disculpa? —. Cuestionó acercándose un paso.
Hay algo mal. Debe haber un error. Nada estaba saliendo como Kim quería o había planeado; apenas había abierto la boca desde su llegada y cuando eso sucedió no había sido escuchado.
¿Por qué su ángel decía crueldades con tal facilidad?
Vante nunca había sido tratado así antes, su presencia es algo sagrado y este mocoso se comportaba como si se tratase de una tarea la cual debía hacer a las malas.
Presenció la mirada de desprecio por parte del bailarín y no pudo sentirse peor.
—¿Qué? ¿No se me entendió?
—Lo siento pero no le veo fundamentos a sus acusaciones.
El más joven no se reprimió a la hora de evocar un resoplido y comenzó a gesticular con las manos en un intento de ser entendido.
—Usted no escatimó en mis horarios a la hora de exigir una cita conmigo. Ayer amenazó a uno de mis compañeros de trabajo que no hacía algo más que cuidarme ¿Sabe el esfuerzo que hacemos los bailarines? No solo es la presentación que requiere todas y cada una de nuestras fuerzas, todos los días es un entrenamiento intenso ¿¡En serio creyó que quería charlar con un crítico!? ¿Fingir con tal de salvar la imagen de mi familia y trabajo?
Parecía que el pequeño estaba aprovechando en grande su oportunidad para soltar frustraciones. Taehyung solo podía mirar al furioso chico que exponía sus opiniones y sentires sin importarle las consecuencias.
—Apuesto a que no se detuvo a pensar que hoy era mi día de descanso.
—Yo... Lo siento, estoy muy avergonzado pero comprenda que no podía esperar para...
—Todos los que son como usted son egoístas y niéguelo si quiere pero solo se engaña.
¿Defenderse a estas alturas? ¿Para qué si solo conseguiría decepcionar más al bailarín por el que solo tenía admiración?
—¿Sobre la crítica?
—¡Ah! Claro, la crítica—el chico se detuvo para tomar aire profundamente y pellizcarse el nacimiento de la nariz como si buscara fuerzas. Arrastró la vista hasta su celular y tanteó de este al rostro de Taehyung—. "No hablo del improvisto de lujos ni de la barbarie de la pobreza"—suspiró y negando con la cabeza, le preguntó a Taehyung con el entrecejo fruncido—. Tú... ¿Alguna vez has ido a una playa desierta? ¿Un campo sin cuidar? ¿Un barrio de mala muerte lejano de la ciudad?
Negó lentamente sin comprender a dónde quería llegar el chico. Este agarró unos pelitos del abrigo blanco y comenzó a juguetear con él entre sus dedos. Vante tuvo que tragar con fuerza por tener unos ojos brillantes fijos en él.
—¿Puede considerarse artista, señor? ¿Qué ha hecho con su dinero todo este tiempo además de ver lo más hermoso que tiene este mundo a ojos de los demás? Una playa a oscuras, iluminada solo por la luna y las estrellas; con su silencio interrumpido por las propias olas y el viento jugando con su audición. Usted no tiene mínima idea de lo que es la libertad y eso está bien para mí si no me involucrase. Le hablo claro ahora, no lo quiero volver a ver ¡Porque apenas llega y mi horario es cambiado sin mi permiso a su conveniencia!
—¿No cree que se está excediendo, joven? Dudo que su horario no haya sufrido cambios repentinos anteriormente, están para eso. Con respecto a su permiso, esa no es una tarea que le concierna; trabaja para la compañía a la que pertenece, usted no es libre ¿Tal vez porque se lo restriego en la cara sin ser esa mi intención es la razón por la cual me trata así?
—¿¡Disculpa!? —el más pequeño se apartó de un tirón del buró y con el rostro rojo de enojo comenzó a acercarse a Taehyung como una fierececilla—. Tú no sabes nada mí, entonces ¿¡Quién te crees que eres para...!?
—En primer lugar —ya regresaba, Vante estaba de vuelta. Sus hombros tensos haciendo esbelta su espalda como ninguna, con su dedo índice sosteniendo su barbilla y una mano cargando con el peso de su codo estudió frío al menor. Bajó la mirada y, justo como el contrario, avanzó unos pasos—. No tiene ningún derecho de hablarme informalmente, soy superior tanto por mi estándar social como por mi edad. Me ha tratado sin respeto desde que llegué y creo que no comprende su lugar —ya más de cerca y con el chico a punto de retroceder por su repentino desprendimiento de seguridad aprovechó para bajar el tono—. Reforma tu conducta antes de que lo haga yo por ti.
Taehyung podía ver sus propios ojos reflejados en los del contrario, un pardo casi dorado destellando con el brillo dominante. Incontenible y hambriento.
Contrario a lo esperado, el ángel simplemente frunció el entrecejo y chistó.
—¿De qué mierda hablas?
Tae contuvo una sonrisa y señaló con un movimiento de su cabeza al celular en la mano del contrario.
—Continúa leyendo por favor.
Tras suspirar el chico retrocede un paso y se pone cómodo.
—"Un ser raro y no por raro menos perfecto; inadaptado por completo al llevar un vestido pero ¿Cuán fuerte habrá sido su hechizo sobre mí como para hacerme verlo como algo hermoso? La ropa masculina endurece con maltrato la frescura de ese pétalo de flor"—luego de acabar la cita mojó sus labios rosados y ascendió la mirada para encontrarse con Taehyung—. ¿No me ves con ropa de hombre? ¿Afeminado y delicado?
Vante niega con la cabeza.
—No lo malinterpretes, por favor, no le resto puntos a tu masculinidad; simplemente te veías... Hermoso.
El bailarín responde su confesión con una ceja enarcada.
—Seokjin es más hermoso que yo por mucho y no me importa para nada lo que consideres femenino o no. El problema Vante, es que hay muchas personas que toman ese molde y eso nos hace al resto pasar mal rato; si viniste a un Ballet a buscar caras lindas bien pudiste haber ido a un sitio más apropiado para ello —lanzó el celular a uno de los muebles acolchonados en la oficina con un suspiro, y solo a este punto Taehyung se sintió avergonzado. Y lo hizo inspirado por la mirada de decepción en los ojos de su ángel—. Todo mi esfuerzo y mi trabajo como para que el crítico más influyente solo hable de la belleza en la que no puse una gota de sudor... Tienes que estar bromeando.
Vante lo observó dirigirse al sofá y tomar asiento, tomó su rostro entre sus manos y Tae decidió que prefiere los chillidos antes que su silencio.
Ahora todo tomaba más sentido en su cabeza, y no, no tiene ni idea de la mayor parte de las cosas dichas por el menor, pero comprende un poco su enojo. En el blog no habló del cuerpo de baile, de la coreografía o la música; no expresó su admiración por la técnica en el protagonista, Kim Seokjin. Todo esto se vio nublado en el momento en que su ángel llegó.
—Yo no solo me maravillé por tu belleza, ni porque te veías como la chica perfecta con ese vestido —unos ojos rojizos se posaron asesinos sobre los suyos y rápidamente Tae interrumpió el próximo movimiento con su mano—. Tus movimientos en el aire me sacaron el aire valga la redundancia, ángel. Por lo arriesgado que eran y lo preciso que te expresabas con tu cuerpo allá arriba. Cuando llegaste al suelo me percaté de que no eras chica pero eso no significó nada, caíste en los brazos del tal Seokjin y yo... Tal vez me puse un poco celoso. Pero ahora comprendo que Kim tiene el suficiente talento para bailar a tu lado y cargarte sin que te lastimes, eso lo debí haber mencionado, lo siento.
Y de nuevo esa mirada shockeada.
—¿Entonces qué harás?
—¿Qué quieres que haga?
Lo observó morderse el labio y debatirse en su cabecita.
—Que me veas otra vez —ante eso Taehyung no pudo hacer más que abrir los ojos en amplitud desde su lugar—. Cuando... Cuando veas lo que quiero expresar con mi trabajo, entonces podrás desaparecer. No me malinterpretes, no me importa tu opinión, es solo que...
—No tienes que dar explicaciones, lo haré. Regresaré.
El chico asintió murmurando algo mientras sus ojos veían a sus dedos juguetear. Se veía tan adorable con el cabello desordenado y ese abrigo siendo el doble de su tamaño.
—Pero no será suficiente ¿Qué tal si me muestras eso... Cómo se llama?
Recibe por primera vez una sonrisita.
—¿La belleza de verdad?
Taehyung asiente perdido en esos ojos que ya no lo atacan y ambos acaban cerrando un trato que hace más abrir que cerrar.
—No me has dicho tu nombre, ángel.
—Jeon Jungkook. Pero para ti, continúo siendo ángel.
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Jungkook salía del baño desnudo como cada noche preparado para acomodarse en su enorme cama. Su celular no había dejado de recibir notificaciones desde las diez y su intención era tomarlo para apagarlo y dormir. Pero su hermano le envió cierta cantidad alarmante de signos de exclamación, por ello revisó con más detenimiento:
VANTE CAE POR UN BAILARÍN QUE OCUPA PAPELES FEMENINOS EN SUS PRESENTACIONES, DECLARA SU ATRACCIÓN HACIA ESTE EN SU ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN AL BLOG. PRINCIPALMENTE EN EL OUTRO:
"Realmente debe considerarse afortunado aquel que tenga el placer de presentarlo a su familia, con orgullo incluso aunque cargando genes masculinos lleve vestido."
— Kim Taehyung... ¡Voy jodidamente hacer tu vida un infierno!
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