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◌᮫۪۪۪۪᳝۟ Descenso del Telón◌᮫۪۪۪۪᳝۟

Apenas tuvo un día para recuperarse. La despedida en el aeropuerto fue inmensamente dolorosa; ahí estuvieron él, Seokjin, Jimin —el cual tomaría un tren a otra ciudad aquel mismo día—, Yoongi, Namjoon y Hoseok, quien consiguió permiso para salir de la clínica de rehabilitación para despedirse del pequeño bailarín que partía para hacerse grande.

Taehyung lo último que quería era regresar a ser el ojo de un huracán de flashes de cámaras; los compromisos acabaron acumulados por esas dos semanas que le dedicó a Jungkook. Debía enfrentarse de lleno a su vida, a su asfixiante realidad que no le daba tiempo de querer regresar a casa y recibir la calidez de un cuerpo.

Regresó a ser el imponente, soberbio y superficial Kim Taehyung al que todos estaban acostumbrados sin quererlo si quiera.

—Conseguí correr las reservaciones para que ocupen cuatro momentos del día.

—Sabes que necesito un mínimo espacio entre ambos para hacer una crítica culinaria decente, Jess.

—Soy consciente de eso, Vante —su forma de dirigirse al de lentillas verdes dejó clara su irritación—. ¿Qué prefieres? ¿Dos horas de reposo de las papilas gustativas y cero hora de descanso mental? Porque sabes cómo es esto: transporte, preparación de las condiciones, aviso a los medios de comunicación. Entre una cosa y la otra al final—

—Si te callas en este instante subo tu salario—. Espetó Taehyung cerrando dos de sus dedos en el puente de sus nariz.

«Solo dos semanas, en dos semanas todo será como antes»

Su celular, que yacía en el fondo del bolso de Jess comenzó a sonar y el saxofón sirvió para relajarlo unos segundos; paz interrumpida por la voz de Namjoon del otro lado.

—Taehyung, hay un movimiento importante del que deberías saber.

—¿De qué se trata?

—Se llama la rebelión del ángel.

ᝰ◌᮫۪۪۪۪᳝۟🌸◌᮫۪۪۪۪᳝۟⑅៹

Taehyung pensaba que su vida sería simple, tranquila. Envejecer junto a su abuela era todo lo que necesitaba para ser feliz, cuando la vio enferma procedió a conformarse con el anhelo a que lo viera crecer; hasta que acabó viéndola partir antes de él cumplir los doce años. De esa forma fue enviado a una casa gigantesca con decenas de sirvientes para acabar sin contacto alguno con el único pariente que le quedaba, su padre, de quien no supo hasta cinco años después que se encontraba del otro lado del mundo, en Estados Unidos.

Nunca pensó en darle un espectáculo a su abuela, siempre la adoró en las memorias que afloraban hasta sus ojos cuando ponía su concentración en los colores tiñendo el lienzo.

Nunca pensó en sacar sus sentimientos con aquella fuerza, con todo el mundo —y ello no resulta exageración—, todo el mundo viéndolo.

Taehyung no colocaría sus pensamientos en un cartel y guiaría a una multitud a sus espaldas.

Taehyung de manos de Namjoon y Jinha formaría una explosión frente a miles y que nadie, incluso con los ojos cerrados, podría evitar ver.

La réplica de un diamante gigante colgaba en el centro de toda la estructura, un escenario al aire libre pero de mandíbulas cerradas contenía en sí millones de ojos fijos en quien caminaría por la pasarela. Cuando los pies descalzos avanzaron cómodos por la plataforma, como si aquel fuera su elemento y realmente Tae no guardaba gota de nerviosismo, todos callaron.

Última vez frente a las luces.

Cuando llegó a la punta de la pasarela, más cercana al público; los reflectores iluminaron al unísono al diamante. Las diversas luces, una distinta de la anterior, dejaron a todos boquiabiertos, exclamando por la belleza de algo tan simple como la refracción de la luz a gran escala.

El cabello de Vante ya había crecido hasta sus hombros, caía suave por la piel de su hombro cubierto de un saco oscuro.

—Hay tres facetas por las que atravesamos en algún momento de nuestra vida —silencio total—. En la primera nos preguntamos, ¿qué es la libertad? En la segunda si somos libres y en la tercera no nos queda más que anhelar desesperadamente algo que no estamos seguros de conocer con exactitud. Cuando la conoces, sabes lo que es, sabes lo que se siente. O, siendo más claros, sabes lo que sentiste. La libertad es algo que solo se reconoce en tiempo pasado y ese es el primer problema; el hecho de que a todos nos de miedo mirar al pasado. Pero, ¿por qué tememos mirar al pasado?

Los dedos de su mano derecha dejaron ir de forma cómoda el micrófono de verde pedrería para hacerlo caer despreocupadamente en la mano izquierda; su mirada pasaba por los rostros sumidos en la penumbra.

—Creo que tememos desear algo que sabemos no podremos conseguir. Los sueños son más cómodos de llevar, después de todo las incertidumbres del futuro tiene sus ventajas. El anhelo a lo que ya tuvimos y por ciertas razones dejamos ir, se torna más insoportable. “No vivas en el pasado, disfruta el presente” ¿Cuánto tuvo que sufrir el primero que pensó eso? ¿Cuánta aflicción cargó en su corazón para llegar al punto de encomendarle al resto lo que él no logró? Pero para saber si somos libres, mejor dicho —resaltó—, si hemos sido libres. Debemos soportar el anhelo al pasado, porque lo desearemos otra vez y con todas nuestras fuerzas.

Taehyung humedeció sus labios desprovistos de todo maquillaje y comenzó a retroceder, cómodo con la audiencia.

—Los que han sido libres tienen suerte, pero aquellos que concientes de eso continúan buscando la libertad sin ataduras, son valientes. A todo esto, ¿cómo es sentirte libre? ¿Cómo sabes que has sido libre? Es simple, mira a tu pasado unos segundos y en ese redescubrimiento de tu mente olvida todo lo que te rodea, solo unos segundos olvida dónde estás y que si te confías mucho recibirás un codazo en el ojo; ciérralos y disfruta del silencio interrumpido por mi voz —habló en singular y sus palabras fueron mensajes íntimos y sagrados entregados fielmente a cada uno de los oyentes, principalmente a la audiencia que yacía de pie. Así tomó aire y dijo con lentitud, su tono grave acariciando la audición de muchos—. En tu pasado, ese pasaje de tu vida al que te obligas no prestar mucha atención; hay instantes en que has sido libre. Instantes en los que te detuviste unos milisegundos a pensar así, de la nada, algo que olvidaste al siguiente momento y se perdió en tu día; pensaste que en ese momento estabas en el lugar correcto —Taehyung se permitió cerrar los ojos y olvidarse del sitio en que se encontraba—. Tal vez perdido en la oscuridad con nada más que el frío de la noche y la calidez de unos brazos a tu alrededor; hay frío, puedes hacerte daño y no es propio de ti estar en medio de la noche de torso desnudo con un extraño. Pero lo estabas, estaban tú, el tacto del desconocido, el frío y las estrellas. Y ahí en esas condiciones tomaste aire profundo y sentiste que estabas en el lugar correcto, en el instante correcto. Pero eso no es lo mejor, pierdes por completo la noción del presente, no hay nada aparte de los elementos que recién he mencionado pero —su sonrisa...— es como si el pasado pisara tus talones y todo tuviese un por qué, como si tu futuro estuviera definido por esos segundos tan fugaces —sus lágrimas—. Bailar en la arena, danzar en un piso de teclas de piano desdibujadas, estar con una persona y pensar —abrió los ojos—. Que estás en el lugar correcto y que eso debía suceder en el presente que sabes, acaba por escaparse de tus manos, eso... Eso es la libertad.

Tras sonreír y secarse las húmedas mejillas, retrocedió dos pasos y eso fue la señal de para que Yoongi reproduciera su más reciente pieza.

Eso me deja un poco mareado, nena.
Siento que estoy atrapado en una realidad que se parece a un sueño.
Eso me da vueltas y me vuelve loco.
Siento como si yo fuera la luna en el medio del día

Si no estuviera solo.
Si no te conociera.
Tal vez me rendiría,
perdido en el mar

Pero mi corazón sigue en llamas
Con un deseo ardiente
Voy a recuperarte, es nuestro destino.

—Ahora díganme, ¿hablé de la sociedad? —sonrió y la cadena colgando de su lóbulo siguió el movimiento de su cabeza inclinada—. ¿Mencioné al respeto? ¿Al dinero? ¿A la orientación sexual de una persona o su estatus social? ¿Hablé de las posibilidades de una persona para ser libre? ¿Hablé del género o color de piel?
Se sacó el saco y sus hombros quedaron desnudos, el hermoso vestido dorado que llegaba hasta los pies descalzos quedó a la vista de todos.

—¿Que el pobre es más infeliz que el rico? Porquerías ¿Que el rico es más infeliz que el pobre? Estupideces. ¿Qué nos hace ricos? ¿Qué nos hace pobres? ¿Qué nos hace felices y qué puede hacernos libres además de nosotros mismos?

La multitud comenzó a enloquecer.

—¡Nadie! ¡Ni una sociedad podrida ni una familia desequilibrada! ¡No tenemos que pedir permiso para ser libres! ¡No tenemos que esperar a ser entendidos para ser libres! La libertad nace de unos segundos de felicidad y paz que no cambias por nada; no por consignas ni movimientos sociales, ¡no! La libertad de verdad nace de ti, y si quieres defender tus derechos, no lo llames libertad. Llámalo como es ¡Llámalo ambición, llámalo furia y que no te de miedo de aceptar que odias al mundo y quieres cambiarlo!

Los gritos formaban música.

—¡No eres nadie más que tú con todo y lo que eso conlleva! No necesitas decir ante nadie soy mujer, ni soy hombre, ni soy bisexual. No necesitas decir ante nadie: soy persona ni soy un monstruo, soy normal ni soy un freak. Solo debes decir “soy yo”

«¡Soy yo!» gritaron todos.

—No es “soy crítico y soy pintor” es soy yo.

¡Soy yo!

—No es soy hermoso o soy horrible. Es simple y llanamente:

«SOY YO» resonó en todo el mundo.

—No soy libre por ser yo mismo, soy libre porque no me importa odiar a quien amo o decepcionarme de quien confío, y ese al que me refiero con esto... Soy yo.

«A mi abuela y a Jungkook, gracias.»

—¡SOY YO! ¡SOY YO!

Esas voces acompañaron la retirada de Taehyung del escenario.

«A mi árbol de flores blancas y a mi estrella, gracias... Y adiós»

Una vez bajó, dejó que su luz se apagara y acabó por cerrar las rejas de la jaula que era su corazón.

Vacío.

—Todo salió perfec–

Agarró la cartera que yacía en el camerino y salió descalzo, de cara a la noche. Pero esta vez, no miró otra vez al cielo.

Porque no quería soñar, solo quería desaparecer en su paz y no ser encontrado otra vez.

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