੭୧ 𝆹 성 𝐂𝐔𝐏𝐈𝐃 ! | 043 𓈒 ꒱
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Historia de los padres de Freddy y Chip.
Fredicson Fazbear y José Luis Hernández; padres biológicos de Freddy y Chip. Ambos en su juventud tuvieron lo que sería un pequeño romance adolescente hasta llegar la universidad que fue cuando decidieron dar un final a su relación debido a la distancia que se iba a crear. El Fazbear iba a estudiar en Francia y el Hernández a México, ambos habían residido en Estados Unidos desde pequeños, pero por los estudios no era posible seguir adelante a su relación.
Fue un dolor que duró por muchísimo tiempo incluso después de años separados. No sé olvidaron, solo aprendieron a vivir con el dolor de no estar juntos.
Pronto Fredicson se casó con lo que sería la madre de los Fazbear; Eleanor Freyre. Esta relación se dió más que nada por contactos entre familias del mismo nivel socioeconómico. No había sentimientos de por medio, era como un contrato que lastimosamente se rompió con la huida de Fredicson años después.
El abandono de su padre.
Por su lado, José Luis se casó con una agradable mujer de nombre Valentina Martínez, así iniciando su romance y próxima familia, de dónde salió Chip.
Cuando Fredicson volvió y conoció a la pareja de su hijo Freddy, se llevó una muy grande sorpresa al escuchar su apellido; Martínez Hernández. Su duda se resolvió meses después cuando ambas familias se juntaron, incluyendo a los padres biológicos.
Ahí frente a él tenía al hombre de su vida; a su amor imposible. Los nervios se apoderaron de él y quiso salir huyendo, esconderse, volver a desaparecer del mundo para no volver a verlo. Sin embargo; su ex-esposa no lo permitió, ella sabía muy bien de aquella historia, por algo había invitado a los padres de Chip.
-¿Tus padres están bien, mi amor? -Chip preguntó. Freddy miró hacia atrás a sus padres que parecían discutir por algo. Freddy suspiró, volviendo a ver a Chip, sonriendole.
-Es normal. Siempre están peleando por algo. -cruzó sus brazos, molesto de que estén haciendo eso en plena reunión de familias. Le daba mucha pena que estén discutiendo así frente a su novio. Abrazó mejor a Chip para esconder su pena en su pecho.
Con sus padres, parecía que era serio. Lo era después de todo. Fredicson suspiró, mirando hacia abajo mientras escuchaba a la mujer hablar sobre lo que tenía que hacer en ese momento.
-Ya no eres un jovencito, Fredicson. Eres un adulto ya con hijos que debe de dejar de escapar de la realidad. Eres un Fazbear, ¿No? Compórtate como uno y habla con ese hombre apenas se vayan tus hijos. -habló en susurro pero molesta. -no puedes ignorarlo, Fredicson. Han pasado décadas desde que se vieron.
Al cabo de unas horas, los hijos se retiraron, dejando así solo a los padres juntos para hablar sobre la relación de sus hijos. Fredicson sentado con las piernas cruzadas al igual que los brazos, mirando hacia abajo con vergüenza. No podía verlo, no sé atrevía.
En medio de la plática, Fredicson se disculpó, levantándose para poder retirarse de la sala de estar, reteniendo las lágrimas en la garganta hasta llegar fuera al jardín donde solo miró al frente con los ojos llorosos, abrazándose así mismo para intentar calmarse.
Eleanor solo miró al Hernández, diciéndole con los ojos que vaya a verlo. La madre de los Hernández asintió, entendiendo así también que ambos debían de hablar. Ella sabía de la historia entre los dos hombres, y entendía lo que pasaba, no le molestaba más que nada porque ya no eran nada.
José Luis se levantó, suspirando y yendo dónde Fredicson. Lo encontró fuera en el jardín, escuchando su suave llanto desde su posición. Se quedó quieto en su lugar por unos segundos hasta suspirar, alzando el brazo para alcanzar el del otro. Apenas sus dedos tocaron el brazo del Fazbear, el mismo se hizo a un lado, impidiendo que lo toque.
—No me toques.
Alejó su mano.
—¿Por qué estás aquí? Vete. —ordenó, sacando las lágrimas de sus mejillas y parándose recto para evitar que se de cuenta de que andaba llorando. Al saber que seguía ahí, solo suspiró molesto. —No se que ganas con volver e intentar hablar conmigo después de lo que pasó.
—No sabía que ibas a estar aquí. —respondió, escuchando una risa del Fazbear. —De verdad, pensé que seguías escapando de tu familia... Cómo siempre haces.
—¿Y veniste solo para decirme eso?— preguntó, molesto ahora de que lo este insultando ahí. —para tu información no me fui por eso. Tuve problemas.
—Claro. Los problemas. —habló con un tono sarcástico.
Fredicson tomó el valor y volteó para poder verlo, dejando ver sus ojos azules brillando por las lágrimas que seguían queriendo salir. Su garganta se cerró al tenerlo tan cerca de él después de tantos años.
—Estaba cansado, José Luis. —explicó. —volví porque Eleanor me lo pidió. Si no fuera por ella yo no estaría aquí. Además, no fui el único que se fue y escapó por años después de una vida llena de mentiras. —atacó, cruzando sus brazos.
El mexicano se quedó viendo al contrario, sin lograr decir nada. No tenía palabras para explicar lo que pasaba por su mente. Habían muchas cosas rondando que no lograba escoger una sola. Tener a Fredicson tan cerca de él después de tantos años le seguía afectando; nervios.
—Te busqué. —sacó por fin, mirándolo fijo a los ojos. —Intenté todo lo que pude para encontrarte en cuanto me enteré de que escapaste. Quise volverte a ver, Fredicson. Te lo prometí el día que nos separamos; te encontraría no importa cuando, y aquí estamos.
—Lo nuestro acabó hace décadas, José Luis. Debiste de seguir con tu vida, con tus hijos. No hacer lo mismo que yo, porque no es lo mismo. —contestó. —Me encontraste, ¿Ahora qué? ¿Qué esperas de eso? ¿Volver como si nada hubiera pasado? ¿Cómo si no tuviéramos hijos que son pareja? —preguntó con una sonrisa.
—No. Solo esperaba que... Habláramos. Cómo los adultos que somos, Fredicson.
—¿Hablar de qué?
—Nosotros.
—¿Nosotros?— rió.
—Yo te amé, Fredicson. Lo intenté, creeme que intenté alejarme de mi familia para ir a buscarte como te lo prometí.
—Era imposible, José Luis. Entiéndelo, nuestro amor era imposible desde que sabes que soy un Fazbear. Eventualmente nos iban a separar a la fuerza para que me case con una mujer. —explicó, acercandose al mexicano para tenerlo aún más cerca. —Yo también te amé, no dudes de eso, pero no podemos fingir que no pasa nada.
—Pudimos ser algo si no fuera...
—Por mi familia, lo sé. —suspiró. —Jose Luis, debes de olvidarme. Sigue con tu vida como antes. Fijamos que nada pasó entre nosotros cuando nuestros hijos decidan casarse. No es necesaria tu presencia en las reuniones familiares si no quieres estar.
Fredicson colocó sus manos sobre las mejillas del otro hombre, mirándolo fijo a los ojos. —Tienes que olvidarte de mí, de lo que tuvimos, de nosotros.
De esa forma Fredicson terminó aquella conversación, pasando a un lado de José Luis sin más. El mexicano le agarró del brazo para detener su caminar. Fredicson volteó con extrañeza, viendo hacia su brazo siendo sujetado.
—¿Así cerramos todo esto?
—¿Qué más quieres que te diga?— preguntó. —me siento cansado, José Luis. Ya no importa lo que fuimos un día, lo importante aquí es... Que nuestros hijos lograron lo que nosotros no.
Sus hijos; Freddy y Chip.
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