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੭୧ 𝆹 성 𝐂𝐔𝐏𝐈𝐃 ! | 039 𓈒 ꒱

CW: Contenido sugestivo, +18.

La primera vez de Freddy fue complicada, debido a su poca experiencia al ser el de abajo. No estaba para nada acostumbrado a eso, por lo que fue incómodo, algo doloroso al principio con la preparación y más que nada desesperante para él mismo Freddy. Chip intentaba todo para tenerlo tranquilo, dandole besos en todos lados, hablándole y acariciandole el cuerpo. Freddy agradecía todo eso, le hacía sentir bien pero de repente se apretaba más.

Fueron varios días de intentarlo hasta que Freddy lo logró. Fueron algunas horas de preparación primero, besos, caricias y lamidas. Mucho lubricante para lograr meterlo. Freddy temblaba no solo del miedo pero también de la excitación en su cuerpo.

Chip lo hacía muy bien y le hizo sentir de formas que nunca pensó. Se dió cuenta más que nada que le gustaba que fueran rudos con él pero también suaves. Dependía mucho de su estado de ánimo ese día. Los fetiches que descubrió aquella noche no podía contarlos con los dedos, pero eran bastantes, entre esos el que más destacaba era que lo dominaran en la cama, que lo sostengan y le hagan sentir pequeño, indefenso y débil.

Ahora entendía a uno de sus hermanos cuando lo escuchó hablar de eso. Al principio se sintió mal consigo mismo al disfrutar aquello, pero Chip le dijo que era normal, que era un fetiche común. Freddy se tranquilizó con eso, pero aún así le daba mucha pena tener que pedirlo para que así Chip pueda hacerlo. Sabía que el consentimiento en eso era importante, así que de alguna forma se lo hacía saber.

A Chip le parecía tierno. También le parecía lindo cuando Freddy intentaba hacerle saber que quería hacerlo. Lo veía parado frente a él o fuera de dónde solía escribir y componer canciones. Lo miraba asomándose por el marco de la puerta, incluso se fijaba cuando frotaba sus muslos con sus manos o sus rodillas entre ellas.

—¿Qué haces, mi amor? —preguntó Chip con una sonrisa. Tenía su guitarra componiendo algunas melodías, cuando notó la presencia de Freddy y su comportamiento nervioso a su lado. Mirando hacia abajo como Freddy frotaba sus rodillas entre ellas y movía sus piernas lentamente.

—Chip... —susurró. Lo miró con los ojos llorosos, temblando de lo caliente que ya estaba. Por accidente Freddy había visto las fotos y videos que Chip le mandaba en ocasiones.

Fue después de unos minutos cuando Chip mantenía a Freddy presionado contra el sillón, penetrando el estrecho interior del menor con fuerza y rápido hasta que las pieles de ambos se ponían rojizas, el sonido de golpeteo se volvía escandaloso al igual que los gemidos del Fazbear, quien miraba como su pelvis se abultaba y su miembro erecto rebotaba al mismo tiempo que se corría.

Sus piernas pegadas a su pecho, siendo sostenidas por el más alto. Mirando como el Fazbear se ahogaba en sus propios gemidos y placer, sonriendo por lo lindo de su rostro, sus ojos azules brillando por las lágrimas, aquella línea de saliva que resbalaba de sus labios bonitos. Amaba como cerraba sus ojos de vez en cuando debido al enorme placer de su próstata siendo golpeada. Deteniéndose de repente, dejando ver cómo Freddy temblaba y tenía espasmos en su abdomen.

La sonrisa que se formaba en los labios de Freddy, luego haciendo contacto visual con él. Freddy suspiró caliente, pasando su mano sobre el abdomen de Chip, rasguñando con aquellas largas y cuidadas uñas.

—¿Por qué te detienes? —preguntó entrecortado por los gemidos y jadeos. Se quejó suave, moviendo sus caderas un poco, riendo pequeño al sentir el glande presionar su próstata. Colocando su mano sobre su pelvis, sintiendo el miembro hasta ahí. Lamiendo sus labios. —Mmh... Tan grande... Me encanta. Correte dentro... Vente dentro de tu esposo. —susurró, moviendo más sus caderas hasta que Chip tomó el control otra vez.

El teléfono de Freddy comenzó a vibrar, pero decidió ignorarlo por completo. Lo agarró solo para apagar su teléfono y seguir con aquello. Sus gemidos continuaban y pronto el movimiento del sillón, el sonido de sus pieles golpeándose tan agresivo hasta ocasionarle gritos al menor. Freddy rasguñando los brazos tatuados de su esposo, su abdomen, pecho, cuello y hasta una de sus mejillas debido al placer.

Al finalizar, Chip sacó su miembro lento para no lastimar a Freddy. El menor suspiró satisfecho, sintiendo el semen salir de su entrada palpitante y húmeda. Su cuerpo estaba lleno de marcas, mayormente de las manos de Chip que eran bastante grandes; en su cintura, piernas, caderas, abdomen, cuello y sus brazos.

Chip sonrió. —Te ves feliz, mi amor. De verdad te gusta que me venga dentro tuyo. —le susurró cerca de sus labios. Freddy asintió, sacando un gemido pequeño cuando el glande de Chip rozó su entrada sensible. —¿Otra vez, corazón? —Freddy asintió rápido, gimiendo alto cuando el miembro volvió a entrar.

El Fazbear no podía estar más feliz en ese momento. Lamiendo sus labios, dejando que Chip lo agarre y mueva como desee. Su suave llanto de placer debido a la sobre simulación tanto en su interior como en su miembro.

Al terminar, Chip ayudó a Freddy a limpiarse y ambos se dieron un baño. Freddy todavía temblaba de vez en cuando, la sonrisa en su rostro parecía no desaparecer, más cuando miraba las marcas en su cuerpo. Le gustaba cuando Chip lo marcaba, de alguna manera y aunque no estuviera bien, le gustaba pensar que Chip lo marcaba como suyo, de su propiedad. Claro, Chip no lo veía como eso, pero a Freddy le gustaba fantasear con eso.

Fantaseaba mucho con eso incluso en su trabajo. No mentia, le ponía erecto solo pensar en Chip diciéndole que era solo de él mientras le agarraba del cuello o de sus mejillas con una de aquellas grandes manos. Muchas veces se tocó con ese pensamiento y ahora que estaba acostumbrado a tener algo dentro llegaba a meterse sus dedos profundo en él para penetrarse, aunque sus dedos no eran suficientes.

En aquel gran armario, Freddy se vestía para irse a su empresa. Aquella llamada que ignoró era de su madre quien le estaba exigiendo su presencia en la empresa a pesar de ser su día libre. Al parecer hubieron algunos problemas con inversionistas.

Con toda aquella ropa lujosa encima Freddy no parecía de ese tipo de hombre que le gustaban los juegos rudos y sucios. Se miraba en aquel gran espejo que ocupaba toda la pared, admirando por un momento el como se veía. Freddy ahora podía apreciar la belleza que todos miraban, porque si, era un hombre muy atractivo después de todo.

—¿Estás seguro que no quieres venir conmigo?— Freddy preguntó al salir del armario, acomodándose su traje. Acercándose a su esposo quien terminaba por colocarse la camisa. Freddy sonrió, acomodando los cabellos de Chip.

—No, mi amor. Estaré trabajando en algo en lo que no estás, corazón. —respondió, admirando después lo lindo de Freddy con su trajecito formal de azul oscuro y su cabello castaño peinado hacia atrás. Siempre había amado como Freddy se veía en ropa formal. La manera en la que se apoyaba bien en su cintura y el pantalón a sus lindas piernas; sus muslos y caderas pequeñas.

—¿Qué miras?— preguntó Freddy con una risa suave.

—Ah. Es que- te ves muy lindo. Siempre te ves lindo, mi amor, con tu trajecito todo bonito y precioso. —se acercó a él, agarrándole de la cintura con sus grandes manos, dandole besos en su mejilla y labios. Freddy sonrió, sosteniendo los brazos de Chip, acariciando.

—¿Mmh? ¿Te gustaría ayudarme a quitarlo cuando regrese? —preguntó en susurró cerca de los labios de su esposo. Chip sonrió, dandole otro beso. —es algo complicado, ¿Sabes?

—No hagas eso, corazón. No quiero que llegues tarde. —habló, apretandole la cintura, sacándole un quejido a Freddy. Ahí mismo tenía una marca grande de sus manos. Freddy lo miró con deseo, sonriendole. —Eres mío, angelito. —le susurró al oído. Freddy abrió sus ojos en sorpresa, tragando saliva después por lo desprevenido que le agarró aquello.

—¿Tuyo..?

—Mío, mi vida. Solo mío, corazón.

Freddy casi se derrite ahí mismo por lo mismo, sus piernas temblaron de inmediato por lo que sujetó de los brazos de su esposo. Chip rió leve, agarrándole de las caderas. No sabía si eso era un sueño, pero se sentía muy real. Sus muslos temblaron por la imagen que se creo en su mente al ver la cama tan cerca.

—S-Si... Si, si. —Freddy respondió con una sonrisa enamorada, mirándolo a los ojos. Su miembro se endureció de inmediato. —Chip...

—¿Si, mi corazón?

—Arrancame la ropa. —ordenó.

Chip sonrió. —¿Te pone caliente que te diga que eres mío, corazón? ¿Mmh? —preguntó. Freddy asintió varias veces, mirando los labios de su esposo, queriendo que lo diga otra vez. —Mmh, ¿A mi linda propiedad le gusta que lo traten rudo? Responde, angelito.

—Si... Si, si...—susurró. —o-otra vez.

-Angelito. Mi propiedad, solo mío, de nadie más. —lo acercó a él, dandole un beso en la mejilla. Freddy no podía más con eso, necesitaba a Chip otra vez y no era normal que esté así de caliente en un día.

Tuvo que llamar a su madre para decirle que no iba a poder ir. Mintió diciéndole que Chip estaba mal y tenía que llevarlo al hospital, todo eso mientras Chip le quitaba la ropa en la cama. Cuando finalizó la llamada, Freddy se acomodó en la orilla de la cama, listo para unas horas más.

Su fantasía se le estaba cumpliendo.

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