੭୧ 𝆹 성 𝐂𝐔𝐏𝐈𝐃 ! | 001 𓈒 ꒱
—Chip, no estoy para soportar tus borracheras, por favor. No volví de Francia solo para encontrarte de esta forma. -Freddy hablaba con los brazos cruzados, de pie a un lado de un muy ebrio Chip Hernández, quien por alguna razón decidió ese día para acabarse toda una botella de tequila; la razón era desconocida. -eres un idiota a veces.
-P-pero- así me a-amas, ¿V-verdad?
Freddy suspiró con la pregunta. Si, aún así lo amaba con toda su vida y odiaba que fuera así. Mirando con pena a lo que sería su novio, acercó su mano hacia su cabello para moverlo de su rostro que estaba sobre la mesa, notando así que no faltaba mucho para que quedarse dormido ahí mismo.
-Si, si te amo. -al decir eso, escuchó una risa de él. Ahora entendía porque lo amaba, hasta en ese estado era tierno. -es hora de irnos, te llevaré a casa para que descanses.
Chip no causó ningún problema, dejó que Freddy lo lleve a su auto, abriendo la puerta del mismo para dejarlo dentro, colocando el cinturón de seguridad y asegurándose de que esté cómodo. El mayor se removió en el asiento con los ojos cerrados, agarrando la mano de Freddy para que no se vaya.
-Chip, necesito llevarte a casa.
-Lo sé.
-Sueltame para que pueda hacerlo.
-¿Podrías... Quedarte está noche..?
Freddy lo miró con sorpresa. Miró la hora en su reloj, notando así que ya era bastante tarde como para andar en la calle. No tuvo de otra más que aceptar y porque sabía que Chip no lo iba a soltar hasta que acepte. El camino a casa del mexicano era tranquilo, aunque a veces lograba escuchar las incoherencias de Chip.
-¿Sabes lo mucho que te amo, wey? -preguntó otra vez. Freddy suspiró, concentrado en el camino. - ¿Cómo conduces cuando eres tan chiquito? Ta' chistoso. -se burló.
-¿Disculpa? -lo miró rápido.
-Sí, wey... Ira, mides como un metro cincuenta.
-Mido un metro setenta y ocho, Chip.
-Y yo un metro noventa y ocho, ¿Quien es el chiquito aquí? Que conduzca el que sea mayor.
-Chip, solo tenemos dos años de diferencia, no es mucho -rió al final, siguiendo con su camino.
-¿Cuántos años tienes, wey?
-Veintiocho.
-Mmh, ¿ves? Todo chiquito, no sabes todavía que pedo con la vida. -comenzó a hablar.
-Ser un empresario importante a los veinticinco años es bastante para tu información. -respondió, deteniendo el auto frente a la residencia de Chip. Ahora el problema era bajarlo del auto para subirlo a la cama. -llegamos, ¿Puedes..?
-A huevo.
Salió del auto, casi cayendo de paso pero logrando estabilizarse en el suelo a los segundos antes de que Freddy se acerque a ayudarlo. Le dió las llaves de la residencia y así Freddy pudo abrir. Podía ver qué era un lugar pequeño desde fuera solo para una persona, así que Chip vivía solo. Algo en Freddy se relajó al saber eso, no sabían porque.
Ayudando así a Chip a subir a su habitación, dónde lo dejó acostado en la cama. Chip más bien se tiró a la misma sin miedo, apoyando su cabeza en las almohadas. Freddy suspiró aliviado, viendo alrededor de la habitación para encontrar un armario y así ayudar a Chip a cambiarse de ropa.
-¿Qué estás haciendo?- Chip preguntó al escuchar ruido en su habitación. Tenía los ojos cerrados, pero al ser un espacio pequeño podía saber dónde estaba Freddy. -no es necesario que hagas eso.
-Dejame ayudarte por lo menos, no quiero que duermas con esa ropa, debe ser incómodo. -habló, abriendo el closet de Chip para sacar algo de ropa cómoda. La dejó en la cama con cuidado antes de acercarse al mayor nuevamente.
Comenzando con la parte de arriba, desvistiendo a Chip hasta dejarlo solo con su ropa interior. Había pensado en un principio ayudarlo a bañarse, pero no estaba cómodo con eso, no iba a ver a Chip desnudo, eso no estaba dentro de sus planes de ese día.
Mientras lo ayudaba, notaba que la piel de Chip tenía algunas cicatrices que jamás había visto, y también tatuajes nuevos en ciertas partes de su cuerpo, ¿Desde cuándo se había hecho tantos de ellos? Freddy no era fan de los tatuajes, sin embargo; a Chip le quedaban bien, y le gustaba verlos.
Freddy lo miró dormir unos segundos, pasando su mano entre sus cabellos al no saber si quedarse como le dijo o irse a casa. Viendo la hora, eran las cuatro de la mañana, no podía volver a casa a esas altas horas de la noche. Viendo el espacio vacío a un lado de Chip, decidió mejor quedarse, dejando su teléfono a un lado para poder acostarse con él.
Nada malo pasaría en esa noche.
Si no fuera porque Freddy despertó por la mañana con la mejilla pegada al pecho de Chip, casi estando sobre él. Mirando hacia arriba al rostro del mayor, quien seguía durmiendo con toda tranquilidad. Separandose de ahí, miró alrededor para buscar su teléfono.
Agarrando sus pertenencias para poder irse rápido, no quería molestar a Chip por la mañana. Antes de salir de la habitación le dejó escrito su nuevo número de teléfono para que así puedan mantener contacto. Mirando una última vez a Chip, le dió un suave beso en la mejilla y se fue.
En el auto, su corazón no dejaba de latir como loco, podía hasta escuchar como palpitaba en su pecho. Era increíble lo que Chip podía hacerle sentir solo con estar presente a su lado. La noche anterior tuvo que batallar para dormirse, no podía hacerlo si lo tenía a su lado, apenas había dormido dos horas por los pensamientos que pasaban por su cabeza de acercarse más a él y abrazarlo.
Extrañaba dormir con él, no podía mentir.
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