Mina y Nayeon aprovecharon que Jeongyeon se apartó de ellas para comenzar a platicas. La de ojos extranjeros mordía sus labios constantemente, viendo a la azabache contar su día a día con Jeongyeon.

Mordía el interior de sus mejillas, pensando en hacer esa pregunta que podría definir todo.

─ ¿Te gusta alguien de aquí?─La mayor asintió, y la mina con un movimiento de cabeza preguntó 'Quién'. Nayeon relamió sus labios.

─ No la conoces, pero se llama Hirai Momo, es tan linda y ardiente.─ Mina dejó de sonreír al momento que no escuchó 'Yoo Jeongyeon'. Fingió una sonrisa, y pensó en soltar una bomba que podría jugar bien. Hacerle saber a esa azabache que realmente le gustaba su mejor amiga, porque diablos, eso era lo más común en todo el mundo.

Que tu mejor amiga te llame la atención y quieras hacer más cosas con ella, ya sea por lo menos tocarla o estar con ella, hacerle saber que la apoyas. La pelinegra la miró a los ojos, sonrió, y dejó caer una pequeña bomba, ella pensó que una granada.

Pero fue una bomba nuclear.

─ Oh, me alegro mucho que a ti no te guste Jeongyeon porque ella a mi sí, la acabo de conocer, y ya me tiene loca.─ Nayeon dejó de sonreír al escuchar que la pelinegra le gustaba Jeongyeon. A esa pelinegra le gusta Jeongyeon. A esa. Con su lengua acarició su mejilla, haciendo un pequeño bulto, y le entregó una sonrisa cínica y falsa.

─ Vaya...

─ Sí, ¿No crees que es muy linda? A mi me sonrió desde el primer momento que me vio y Dios.─ Alargó su 's' y relamió sus labios, haciendo un gesto exagerado.─Es tan sexy.

Sonrió victoriosa al ver el rostro furioso de Nayeon, y chasqueó su lengua. Bingo. Puede que Nayeon, en el fondo y demasiado oculto, también está enamorada de Jeongyeon. Lamió su labio inferior, riendo.

─ Quiero invitarla a salir justo hoy, puede que también hagamos algo en mi casa hoy, no sé, ver una película y después besarnos, creo que ella está interesada en mi.

─ Ella no está interesada en ti...─Murmuró, pero la menor la escuchó. Fingió que no lo hizo.

─ ¿Qué dijiste, cariño?

"Métete tu cariño por el-"

─ Ya volví.─ Jeongyeon dejó su celular en el piso y tomó su charola de sushi, metiéndose un gran trozo en la boca. La de ojos extranjeros se sentó a ella, abrazándola por el brazo y comenzó a juguetear con su pelo mientras se quedaba fija en el tono de sus orbes.

─ Me encanta el color de tu cabello, ¿Eres castaña natural? ─ Jeongyeon asintió, sonriendo, pero Nayeon no estaba sonriendo para nada. Ella era celosa y posesiva, y el que una 'idiota' le esté coqueteando de manera horrible a su mejor amiga, la ponía furiosa.

─ Es azabache pero se tiñe el pelo de castaño por meses.─ También se acercó a Jeongyeon, le quitó su charola de sus manos, y con sus propios palillos le ofrecía.─Di 'ah'.

La menor abrió su boca, sonrojada.

─ Jeongyeon, toma mi pan.─ Mina ofreció, pero Nayeon la tomó del rostro

─ Yeonnie, toma mi charola de sushi.─ Jeongyeon sonrió, pero rechazó ambas cosas.

─ Hoy mi tío murió y vamos al funeral, así que...

─ ¡¿Quieres que vaya contigo?! ─ Mina ofreció, pero la castaña negó.

─ Es al-

─ Es algo sólo de familia, Jeongyeon está muy sensible y sólo su mejor amiga puede apoyarla, ¿Verdad?─La menor movió su cabeza de un lado a otro.

─ De hecho, era un tío que no habla-

Y sonó el timbre, llamando la atención de las tres chicas.

─ Jeongyeon, estás inconsolable, en la tarde vamos al funeral sólo tú y yo.─Miró a Mina, que sólo estaba sonriendo.─Sólo Jeongyeon y yo, que somos mejores amigas, gracias.

─ Jeongyeon, ¿Puedes acompañarme a mi salón? El de la mañana.

─ Tú ya sabes cómo y dónde ir, nosotras vamos a metodología y la maestra es muy estricta, adiós.─Se levantó, levantó a Jeongyeon con ella, y comenzó a caminar abrazada a su brazo, llamando la atención de la menor de las tres.

─ ¿Qué pasó ahí? Tenemos metodología libre porque la maestra falleció.

─ No me agrada Mina.

─ ¿Por? ¿Te dijo algo malo? ─Frunció su ceño al recordar el estúpido plan de su nueva amiga, pero miró a los ojos a su mejor amiga.

─ No me trae buenas vibras.─ Jeongyeon se soltó del abrazo, y se paró frente a ella, ¿Estaba enojada? Nayeon se indignó en cuanto vio el ceño fruncido de su menor, su largo dedo índice frente a ella, señalándole.

─ Momo a mi tampoco me trae buenas vibras y tú no me tienes a mi alejándote de ella ni insultándola. ─Movió su dedo.─ Lo mejor será que mañana te disculpes con Mina porque fuiste grosera, muy grosera, jamás pensé que-

Dejó de hablar porque los labios de Nayeon atraparon el dedo índice de Jeongyeon, comenzando a chuparlo. Succionaba, lo acariciaba con su lengua, y después la limpió con su propia boca, todavía succionando.

─ No eres mi madre.─Aprovechó que estaba en un pasillo que nadie visitaba para hacer lo mismo con los otros dedos de Jeongyeon, y acariciaba su falo con una mano, todavía chupando.─Porque mi madre no me follaría de esa manera.

─ ¡No hables así de SeAh! ─Quitó su mano, pero la mayor alcanzó la otra y volvió a repetir lo mismos mientras seguía acariciando su bulto. Ahora notorio.

─ Oye, en los baños del funeral te podría hacer una mamada, ¿Qué opinas? ─La castaña gimió alto, para con su mano en la pared, buscar una puerta. Sabía que ahí estaba la puerta del conserje. La abrió, entró, cerró por dentro, y comenzó a besar a Nayeon, sosteniendo su rostro. Azotó su cuerpo contra un estante, tirando varias cosas. El pequeño quejido de la mayor se ahogó en los labios de la menor, que la sostuvo con más fuerza del rostro.

─ En los baños del funeral, ¿Si? Yo te recojo de tu casa, ayer me regalaron un auto por haber pasado mi prueba de manejo. ─La mayor asintió.

─ Y podemos estrenar tu carro, ¿No crees?

─ ¿Qué te parece luego de un oral? ─Alzó sus cejas repetidas veces, y Nayeon hizo un puchero.

─ Pero yo ya te habré hecho uno en los baños.─ El puchero fue besado.

─ Un oral a ti.─ Otro beso, y la larga mano de la menor de dirigió al pecho de la mayor, haciéndola gemir.

─ ¿A qué-qué hora vienes por mi?

─ A las 4 de la tarde.

─ A las 4 de la tarde estaré lista.─Y ambas asintieron. Se arreglaron, y salieron de la habitación, comportándose 'normalmente', como dos personas normales que entraron a esa habitación a tener una charla normal.